Día 25. Celos de tus ojos cuando miras a otra chica, tengo celos, celos. Nada qué ver, pero me acordé de esa canción. XD

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Aioria miró con enojo a Saga, quien luchaba por reprimir la risa ante el tierno gesto del niño que abrazaba con fuerza la pierna de su hermano mayor.

—Aioria —llamó despacio Aioros—, necesito ir a entrenar.

—¡No! —gritó el pequeño tomando con más fuerza a su hermano.

Saga, sonrió tiernamente, por fortuna, sabía como lidiar con los celos infantiles de Aioria. De su bolsa, sacó una barra de chocolate, captando de inmediato la atención del menor.

—Será tuya —informó—, sí nos permites entrenar.

De inmediato, el niño, soltó a su hermano y tomó la golosina.

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Lo abrazó con ternura y limpió su rostro surcado de lágrimas con gentileza. Los celestes ojos lo miraron con agradecimiento. Saga, lo apretó más a él y le susurró palabras de consuelo.

—Mira, ya no llores, verás que Shura mañana sí juega contigo —aseveró.

—Sí —confirmó el niño—, pero no quiero que venga con nosotros el italiano molesto —Afrodita, hizo un puchero y golpeó el suelo con su pie.

Saga, sonrió ante el berrinche, pensando que él y Aioros tenían que aprender a lidiar con los celos de los niños o sus mesadas se irían en comprar golosinas.

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—Él ya acabó con sus ejercicios, Milo—comentó Aioros, tratando de no perder la paciencia.

—Entonces —razonó el niño—, sí acabo mis deberes, ¿también tendré una paleta? —El mayor asintió y soltó un suspiro de alivio cuando lo vio volver a su tarea.

Aioros rodó los ojos con cansancio, cuando lo descubrió mirar de reojo a Shaka con gesto molesto. Entonces entendió que, Milo, estaba celoso de la conversación que el aprendiz de Virgo mantenía con el de Acuario. Rogó a su diosa para que los maestros de los niños llegaran pronto.

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