Aún al pasar de los años recuerdo el dulce sabor de tus labios, una suave mezcla de chocolate caro y manzana verde. Aún recuerdo haberte preguntado qué si aquella fruta era lo único que comias y tú solo me miraste con diversión recordandome que el verde es tu color favorito, no solo por ser un Slytherin hasta la medula, era también por mi que ese color era tu perdición.

Recuerdo nuestro primer baile, el gentil y dulce aroma que parecia aroparme e intoxicarme de ti. Te pregunté si habias usado Amortentia para volverme locos los sentidos y tú, como siempre, solo sonreiste con presunción recordandome que eras el mejor pocionista después de Severus Snape y por eso mismo jamás desperdiciarias tu maravilloso talento en un inclulto incapaz de apreciar el noble arte de las pociones, yo solo reí admitiendo que me volvías loco sin necesidad de cualquier bebida.

Recuerdo nuestro primer "Te quiero" , nuestro primer apodo cariñoso, recuerdo nuestro primer beso, el primer mimo, la primera vez que conectamos nuestro cuerpo, la primera vez que quise un compromiso, la primera vez que te conocí, la primera vez que te odie, la primera vez que te amé...

Siete años te conocí. Tres de ellos te odié, dos de ellos te quise, dos de ellos te adoré, y ahora eternamente te amaré.

Caí en tus dulces labios, en tus amargos insultos, en tus timidos sentimientos, en la braveza interna de tu alma, en tu orgullo estupido, en tu astucia, en tu inteligencia, en tus tonterias y bromas pesadas, me enamoré de tu risa, de tu manera de brillar, en tu porte elegante, me enamore de tus lágrimas, de tu felicidad, de tu enojo, de todo tú.

Y en mi ultimo suspiro mientras mis canas y arrugas cuentan los años de mi vida, donde mi magia demuestra mis conocimientos, donde el lazo que nos une me llama fuertemente a tu encuentro, siento paz de volverte a ver, mi amor.

En esta vida y en las que vendrán, mi Dragón.