Playa
OS de Rose
.
— ¿Salida a la Playa? —preguntó con extrañez un tricolor de piel blanca y ojos verdosos. El caballero se encontraba en la habitación de su pareja, este le había invitado para conversar de una salida con los demás, claro que él estaba algo curioso por los planes, también por el hecho de que él estaba incluido en ellos.
—Sí, vamos a la playa, las chicas quieren que vayamos todos, antes de que deje de hacer calor por completo —explicó el tricolor de piel morena, mientras hacia una pequeña lista — ¿No las conoces?
—Supongo que no por ese nombre, Amore —le respondió amablemente a su novio, mientras le miraba caminar de un lado al otro por la habitación, sacando cosas de sus baúles de ropa y otras cosas.
—Pues mira... una definición "técnica" por así decirlo sería decir que "hace referencia a la ribera del mar, un río u otro curso de agua de importantes dimensiones. El término se utiliza, por extensión, para nombrar a las ciudades balnearias, generalmente en un contexto relacionado con las vacaciones que se llevan a cabo con el plan de disfrutar del mar y el sol."
—Oh, entiendo, entonces alrededor de una isla, si tiene arena ¿sería una playa?
—En palabras simples, sí —dijo Heba, anotando algo en su lista. Timaeus asintió en entendimiento ante la aclaración
—Y ¿Para qué todo eso? —cuestionó de nueva cuenta, cuando miro a su pareja comenzar a echar varias cosas a su maleta.
—Cosas que se usan en la playa.
— ¿Todo eso es necesario?
—Claro que sí —aseguró el menor, antes de detenerse a pensar un momento — ¿Enserio jamás ido a la playa, amore?
—En mi forma humana, no —explicó, alzándose de hombros.
—Contexto, por favor —pidió Heba, acercándose a su novio, que se encontraba sentado en el sillón de la habitación.
—En mi forma dragón, cuando me toca mudar escamas —comenzó a relatar, haciendo una expresión pensativa —En algunas ocasiones voy a la orilla del mar a pasar los días, no hago la gran cosa, más que nadar, cazar y comer... Aunque la mayor parte del tiempo duermo —Heba rió un poco, sabiendo que su pareja era muy perezosa en su temporada de mudanza, mientras este parecía perderse un poco en sus recuerdos, Heba se acercó para sentarse en su regazo, pasando sus brazos por el cuello del caballero.
—Eres un dormilón cuando mudas escamas —dijo Heba divertido, Timaeus se limitó a reírse un poco, rodeándolo con sus brazos para acercarlo más.
—No puedo evitarlo —se excusó, haciendo reír al tricolor de piel morena.
—Lo sé... Bueno, entonces tengo muchas cosas que mostrarte —dijo Heba, decidido —Supongamos qué si es tu primera vez en la playa, yo seré tu guía, mi amor —agregó con una sonrisa, pero sus mejillas ruborizadas por lo último. Timaeus también se ruborizó, ya que no lo esperaba, aunque, sonrió tranquilo para después inclinarse y capturar los labios de su novio en un beso suave.
—Lo dejo todo en tus manos —murmuró contra los labios del menor. Heba rió apenado, volviendo a presionar sus labios contra los ajenos.
—Tú solo confía en mí y los demás —aseguró sin despegar mucho sus labios —Haré agradable tu estadía.
—Seguro que sí...
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