OS de Hikari.

-

La bebida favorita de Seto Kaiba, en todo el mundo, siempre había sido el café. Era un adicto a él, lo ayudaba a mantenerse despierto cuando tenía demasiado trabajo en Kaiba Corp. y lo ayudaba a despertar en las mañanas. Lo bebía todos los días sin falta alguna... o eso es lo que hacía antes de que su adorada rosa blanca decidiera que eso no era muy sano para su salud.

La primera vez que hablaron sobre el tema, terminó cambiando su café por una malteada, pero obtuvo el número de la albina a cambio.

La segunda vez, fue mientras almorzaban.

—Beber café todo el día no es algo muy sano, Kaiba. No digo que no puedes beberlo, pero deberías tomar menos —explicó la albina, tratando de convencer al castaño con el que almorzaba-

—Rose, el café me ayuda a hacer mi trabajo, no voy a disminuir la cantidad que consumo —contestó, tomando un sorbo de su café. Su hermano Mokuba también le había pedido que disminuyera la cantidad de café que tomaba al día, pero no podía hacerlo, tenía demasiadas cosas que hacer y el café lo ayudaba a mantenerse cuerdo todo el día.

—El tomar menos café no afectara tu desempeño laboral, por ejemplo, lo que estás haciendo ahora —dirigió su mirada al café del oji-azul —para almorzar no necesitas tomar café, es mejor tomar un jugo o algo más en su lugar —trató de convencerlo, fallando en su intento.

Ambos continuaron platicando durante ese almuerzo. Cuando acabaron, se dirigieron a una librería para buscar unos libros que Rose necesitaba.

Una sonrisa se dibujó en los labios del castaño mientras recordaba, ese día Rose le había dado la dirección de su casa y lo había invitado a almorzar un día para mostrarle lo que era un almuerzo sin café.

La siguiente vez que hablaron del tema ya habían comenzado a salir, Rose le había dicho que no lo besaría si había tomado demasiado café durante el día, esa había sido la primera pelea tonta en su relación.

—Ya te lo dije, Seto. No pienso besarte si tomas mucho café durante el día —la voz de la albina no daba lugar a replicas, ya le había dicho a su novio que no bebiera tanto café, pero al parecer, el castaño seguía sin escucharla. Ella amaba besar a su novio, pero debido a que tenía sentidos tan agudos no podía. No era porque le desagradara el aroma ni nada de eso, pero...el sabor era demasiado amargo...

Seto le miró, ligeramente confundido, y tratando que no mostrar signos de molestia, pensando que la albina estaba siendo un poco... ¿Infantil? — ¿No crees que exageras?, Estas siendo infantil, Rose...

—Y tú muy necio, Seto. Mis sentidos son mucho más delicados que los de una persona normal. Si quieres que te bese, no tomes tanto café —no había nada que la hiciera cambiar de opinión, amaba mucho a su novio, pero no le gustaba para nada el sabor tan amargo del café.

Después de esa discusión, él había disminuido la cantidad de café que bebía, podía vivir sin tomar tanto café siempre que pudiera besar a su hermosa novia cada vez que quisiera.

El oji-azul salió de entre sus recuerdos mientras miraba a su novia, la cual dormía cómodamente acurrucada en él; justamente acaban de tener una discusión sobre ese tema de nuevo, a lo cual él había accedido a tomar jugo en sus entremedios en lugar de café, solo si la albina accedía a dormir en su habitación. Rose tenía su propia habitación en la mansión justo al lado de la suya, pero para el castaño, eso no era suficiente. Él quería que la albina compartiera cuarto con él.

Habían tenido una negociación larga y difícil, pero al final se había logrado salir con la suya...

Seto Kaiba era un adicto al café, pero era aún más adicto a rose Shirogan, su bella flor de invierno.