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Baile


OS escrito por Hikari

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Kenta esperaba, al pie de su puerta, a su mejor amigo. Ambos habían quedado de verse esa noche, ya que Luis le había dicho que tenía algo que mostrarle por su cumpleaños, el pelirrojo había insistido mucho para saber cuál era la sorpresa, pero pese a sus suplicas el oji-naranja no había soltado ni una sola palabra, por lo que no le quedó de otra más que esperar una semana entera para descubrir qué había tramado su mejor amigo. Esa noche el viento soplaba ligeramente, creando una brisa fresca, por lo que solo se había puesto una sudadera.

Miró la hora en su teléfono, ya eran las 8:15, normalmente Luis era muy puntual pero ya se había tardado casi 20 minutos de la hora en que habían quedado. Si el moreno se retrasaba más su madre ya no le permitiría salir.

Recordó cómo Luis le había pedido salir la semana pasada, iban camino a casa después de la escuela, Atem, Ryou y Bakura se habían marchado con Dany-san; Mari y Killua tenían una cita, y Hikari dijo que se quedaría en la biblioteca un rato, por lo que solo estaban ellos dos. Durante todo el camino se la pasaron charlando sobre algunos comics, las clases o sus amigos, incluso sobre las notas nuevas que se habían subido en el blog sobre los Héroes de Tokyo.

Pero, justo cuando estaban a una calle para llegar a la casa del pelirrojo, Luis se detuvo un momento, luciendo levemente nervioso.

flash back

— ¿Pasa algo, Luis? —preguntó, confundido por la actitud de su amigo, a lo que el moreno solo negó ligueramente.

—Solo quería preguntarte algo —el moreno no sabía por qué estaba tan nervioso, solo era un regalo de cumpleaños para su mejor amigo, y nada más — ¿quieres salir la próxima semana conmigo? —preguntó, tratando de sonar casual.

— ¿Salir la próxima semana? —el oji-menta sintió sus latidos aumentar por un momento, hasta que su mente le recordó que probablemente Luis no estaba preguntándole por una cita, trató de pensar a qué se podría referir el oji-naranja, hasta que recordó que la próxima semana era su cumpleaños, por lo que su amigo probablemente la había preparado algo.

—Sí, como tu cumpleaños es la próxima semana, te preparé una sorpresa —era algo que, estaba definitivamente seguro, le encantaría a Kenta.

—Gracias Luis —la dulce sonrisa del pelirrojo provocó que Luis sonriera sin poder evitarlo, después de esa charla siguieron caminando hasta la casa del pelirrojo.

Fin del flashback

El sonido del timbre sacó de sus pensamientos al pecoso, el cumpleaños de Kenta sería mañana y sus amigos habían planeado una fiesta para él, por lo que Luis lo había citado un día antes. Rápidamente abrió la puerta, siendo saludado por su mejor amigo, quien se veía ligeramente agitado; el oji-naranja vestía ropa casual, además de que traía una mochila, la cual se veía algo pesada.

—Lo siento, Kenta. Tuve un problema. Any quería que la llevara a casa de una amiga y mis padres me obligaron a llevarla. Perdón —se disculpó el moreno, él siempre llegaba a tiempo a cada salida que acordaban, pero no había contado con que su hermana le pidiera que la llevara a la fiesta de pijamas de una de sus amigas y, peor aún, que ella se tardara en estar lista para irse. Por suerte, no había tardado más de 20 minutos, aun que había terminado corriendo para no hacer esperar más al oji-menta.

—Descuida, no hay problema, no fue tu culpa, Luis. Además, se nota que te apresuraste en venir —soltó una risilla por el estado de su amigo.

El moreno se sonrojó levemente, apenado al verse descubierto, por lo que trató de cambiar de tema — ¿listo para irnos? —recibió una risita y un asentimiento del pelirrojo.

— ¿Al fin me dirás a dónde vamos? —preguntó, mientras ambos caminaban por las calles iluminadas.

—Lo siento, estrellita, pero aun no —dijo divertido, haciendo sonrojar levemente al pelirrojo por el apodo.

~***~

El par de amigos caminó un rato, hasta que llegaron al pie de una colina. La ciudad se veía preciosa desde la altura: las luces se veían tenues, debido a la distancia, y el silencio dominaba el lugar. Todo era impresionante, aun así, el pelirrojo seguía confundido, no es que no le gustara el lugar, al contrario, le encantaba pero... ¿por qué Luis lo había llevado ahí?

Por suerte para el oji-naranja notó su confusión —mira arriba —dijo simplemente.

Kenta levantó la vista hacia el cielo, decir que estaba sorprendido era poco, frente a sus ojos había un cielo estrellado totalmente claro, incluso podía ver el cinturón de orión y la galaxia de Andrómeda — ¿pero...cómo? —estaba sin palabras.

—Investigué un poco y descubrí que en esta colina la contaminación lumínica es casi nula por lo que se pueden ver mejor las estrellas, y pensé que te gusta- —su explicación se vio interrumpida por un abrazo repentino por parte del oji-menta. Luis se sonrojó sin poder evitarlo, estaban tan cerca que podía oler el ligero aroma a menta que desprendía el pelo de su amigo.

— ¡Gracias, gracias! En verdad, muchas gracias, Luis —Kenta estaba más que conmovido por el tierno regalo del moreno —es el mejor regalo de mi vida.

—Vamos, no es para tanto —trató de excusarse el apenado chico.

—Claro que lo es, gracias Luis —volvió a agradecer Kenta, antes de alejarse.

Luis sonrió, contento de que en verdad le gustara la sorpresa a su pelirrojo —vamos a sentarnos, traje una manta y un telescopio —sacó una manta de su mochila para extenderla en el suelo mientras el pelirrojo sacaba el telescopio para armarlo sobre el pasto.

Ambos tomaron asiento para buscar más cuerpos celestes con ayuda del telescopio, mirando asombrados la belleza del espacio mientras escuchaban de fondo solamente sus voces conversando y la música que provenía del celular del menor.

— ¿Sabes? Esto casi parece una cita como en las que las chicas siempre nos imaginan —dijo divertido el pelirrojo, provocando una leve risa del mayor.

— ¡Oye! —se quejó, divertido, y tratando de ignorar la agradable sensación del pelirrojo tomando eso como una cita —ellas nos ponen en situaciones más románticas y cursis.

—Estamos sentados en una manta, bajo las estrellas, con música de fondo ¿puede haber algo más romántico que esto? Solo nos falta ponernos a bailar.

—No te voy a dar mi sudadera si tienes frío —bromeó, sabiendo que, si Kenta tenía frío, le daría su abrigo sin pensarlo dos veces.

—No estás diciendo que no al baile, Luis —contestó jugando.

Ambos estallaron en risas, quedando al final con un agradable silencio entre ambos. Era increíble cómo, pese a que al moreno le molestaba que los demás dijeran que eran una pareja, cuando solo eran ellos dos "bromeando" no parecía molestarle tanto.

— ¿Quieres bailar? —preguntó de la nada Luis, levantándose de su lugar para extender su mano hacia el pelirrojo, mientras sonreía divertido. La canción que había comenzado a sonar de fondo le parecía perfecta para bailar con Kenta, nunca antes había escuchado esa canción, pero le parecía que la letra quedaba perfecta con el oji-menta.

Kenta soltó una pequeña risilla antes de tomar la mano del moreno para levantarse del piso — ¿no te importa que sea como una de las escenas que se imaginan las chicas? —curiosamente, la canción que se escuchaba de fondo era una que su amigo Yared había hecho para él, como regalo de cumpleaños. Se la había enviado unos días atrás, ya que no podría estar con él y sus demás amigos en su cumpleaños, debido a sus compromisos como estrella, pero eso no era algo que pensar en ese momento.

—Ellas no están aquí para verlo —exclamó divertido, ganando una risa del pecoso. Rápidamente colocó su mano libre en la cintura de su "amigo" para comenzar a balancearse ligeramente al ritmo suave de la canción, olvidándose de todo lo demás, solo un par de amigos celebrando el cumpleaños de uno de ellos.

Esa noche solo eran ellos dos, bailando bajo las estrellas con solo una dulce melodía de fondo, y la galaxia iluminando sus almas.

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