Este capitulo es obra exclusiva de RoseShirogan
Disfrutenlo ^^

—Es la primera vez que venimos hasta acá —dijo una pelinegra de cabellos negros.

—Solo una vez, cuando celebramos tu cumpleaños Dany, pero creo que estábamos más ocupados en la fiesta que no le pusimos mucha atención a la casa —dijo una bicolor haciendo memoria.

—Sinceramente, no pensé que Seto estuviera dispuesto a pasar el puente hasta acá, digo no llega la señal ni nada —comento la albina mientras preparaba la cena, siendo ayudada por sus dos amigas.

—Vamos, mi primo solo quiere verte feliz —dijo Dany, provocando un sonrojo en su amiga albina.

—Es verdad, desde que comentaste que hacía tiempo que no venias el accedió a la idea —dijo la bicolor.

Y era verdad, desde que todos sabían que tenían días libres juntos, había decidido pasarlos en grupo, pero fue cuando estaban decidiendo en donde pasarlas cuando Rose había recibido una llamada de su abuela y después de ello comentó que tenía mucho que no iba a la casa donde ella había crecido, así que eligieron ir a conocer la casa donde había crecido la albina.

—Supongo que sí —dijo Rose con una sonrisa, mirando hacia la habitación de donde provenían las voces de los chicos.

...

—Este lugar es demasiado grande —comentó el moreno de cabellos blancos.

—Vaya que sí —lo apoyó el tricolor mirando la habitación que tenía varias decoraciones.

—Te toma todo el día recórrerlo —comentó el castaño, recordando la primera vez que vino y su albina le mostró toda la casa.

—Chicos ¿quieren cenar aquí o vienen al comedor? —se escuchó la voz de la pelinegra antes de abrir la puerta.

—Vamos al comedor —respondió el castaño por los 3.

—Bien —dijo Dany antes de irse a ayudar a servir la cena, los tres chicos se levantaron y se fueron siguiendo a Seto que era quien conocía esa mansión.

Los 6 jóvenes se encontraban sentados en el comedor mientras conversaban en voz baja, la señora de edad avanzada miraba a su nieta con una sonrisa, se limitó a reírse al ver como evitaban ciertos comentarios por su presencia.

—Oh vamos, no se preocupen por mi joven, no me molesta, al fin sé que son pareja —dijo la señora mientras reía al ver la cara sonrojada de 5 de ellos, el castaño novio de su nieta parecía el más serio y recto, pero podía notar el amor con el que miraba a su nieta, minutos después tenía una mesa con los 6 jóvenes riendo y bromeando, además de ver varias muestras de afecto.

—Es verdad abuela, cuando supe que estaría aquí le trajimos un regalo —comento Rose antes de ponerse de pie e irse un momento por una caja de regalo —Seto lo eligió para ti —agregó.

—Qué lindo detalle —comento la señora mirando con amabilidad al castaño este asintió, Akefia y Atem rieron ligeramente mirando con burla al castaño. La señora de avanzada edad se limitó a abrirlo con cuidado, sacando de la caja un preciso Kimono color lila, con estampados de flores y pájaros, estos estaban bordados mientras que las flores eran estampados, con un degradado de un color ligeramente más oscuro, la señora sonrió —Es hermoso muchas gracias.

—De nada, me alegro que les guste —respondió el castaño.

—No sabía que mi nieto tenía tan buen gusto —comentó la señora haciendo sonrojar al CEO cuando le llamo "nieto" los 5 se rieron del castaño por su reacción.

—Seto tiene un gran gusto abuela —dijo Rose sentándose en su lugar a un lado de su novio.

—Veo que sí -comento ella guardando el Kimono en la caja —E imagino que tú has de tener muchos de su parte ¿No es así, querida? —pregunto la abuela.

—Así es, la mayoría de los que tengo en la otra casa, son regalados por el —respondió, tomando la mano de Seto antes de sonreírle.

—Más a tu colección —dijo la señora —Me pregunto si habrá que ampliar tu vestidor.

—Tal vez —admitió apenada Rose.

— ¿Quieres decir que tienes más aquí? —preguntó Akefia sorprendido.

—Oh, claro que sí, mi pequeña rosa tiene una habitación completa llena de Kimonos, tuvimos que convertir una de las habitaciones en su vestidor y eso que solo de Kimonos y accesorios para este, dejando de lado su ropa normal —respondió la abuela de Rose.

Los 4 miraron a la albina que se había sonrojado por la respuesta de su abuela, se limitó a seguir comiendo mientras que Seto besaba su sien tratando de no reírse, ya que él sí sabía eso y ya había visto ese vestidor.

—Tendrás que mostrárnoslo después —dijo Dany con emoción.

—Claro —murmuró Rose, aun apenada —Después de la cena se los enseño y les presto uno para dormir —agregó.

—Puedes revisar los masculinos que hay cariño, para tus amigos —comentó la anciana amablemente.

—Sí, abuela —dijo Rose.