El OS de hoy, como el anterior, es obra expresa de Rose Shirogan.

Disfrutenlo ^^

—No es justo Nee-san... Ya no nos quieres —murmuró el demonio tricolor de piel morena, la mencionada solo se rió un poco antes de seguir acariciando el cabello de su "rey"

—Es verdad, ahora que uno quiere un abrazo, tú nos dejas de lado —se quejó el otro demonio, todos se habían juntado en casa de los albinos para conversar sobre qué podrían hacer con los demonios que ahora seguían a 4 del grupo de amigos, a pesar de que estaban acoplándose bien al mundo normal, demasiado bien.

—Hay prioridades —comentó con una risita la pelinegra, viendo el puchero de los dos tricolores.

Los 2 demonios masculinos se encontraban en su forma demoníaca mientras revoloteaban alrededor de la sala, buscando la atención del demonio hembra que estaba sentada a un lado del moreno con la cicatriz en su ojo. Los demás solo los veían con algo de gracia, mientras que Hikari y Yugi solo miraban a ese par de demonios quejarse y "lloriquear" por la falta de atención de su mayor con fastidio de parte de la bicolor y algo de gracia por parte de Yugi. Dany solo rodó los ojos, ya que estaba más entretenida dándole mimos a Akefia y este se dejaba ya que estaba más entretenido en su videojuego.

— ¿Por qué hacen tanto ruido? —preguntó Ryou, llegando con los que faltaban.

—Ese par de tontos —dijo Hikari rodando los ojos, ambos tricolores hicieron un gesto ofendidos.

—Mi tenshi me odia —murmuró con tristeza fingida Atem, mientras volaba a su alrededor, Hikari solo desviaba el rostro.

—Mi Aibou no me habla —lloriqueó Yami, mirando el suelo, Yugi sintió su corazón encogerse al ver el gesto de tristeza del demonio, pero un apretón de la mano de su hermana lo hizo también desviar la mirada, no debía dejarse engañar por él.

—A veces deberías admitir algunas cosas ¿Sabes? —se escuchó una voz venía acercándose, todos la reconocieron como la voz del demonio que faltaba, esta venia caminando detrás del castaño que acaba de entrar a la sala, saludó a todos los presentes, aunque no todos le regresaron el saludo.

—Rose... —ambos demonios tricolores se acercaron a hacia ella, poniendo cara de cachorrito.

— ¿Ocurrió algo? —preguntó la albina mirando a todos los presentes.

— ¡Dany ya no nos quiere! —se quejaron ambos demonios de cabellos tricolores — ¡Y nuestras parejas se enojaron con nosotros!

— ¡Que no somos pareja! —exclamaron los mellizos.

— ¡¿Vez?! —cuestionaron ambos gemelos a mas vez, Rose solo se limitó a reírse un poco, por el berrinche de los gemelos y por las caras de los demás.

—Ya, ya... Tranquilos. Dany los quiere mucho... —empezó a decir la albina mientras palmeaba las cabezas de ambos con suavidad, al castaño le sorprendió el tono tan dulce que había usado ella con los dos tricolores, bueno a todos los en general (omitiendo a sus compañeros demoniacos)

—Mentira —dijo Atem, dejando que la albina les acariciara el cabello.

—Claro, pero cuando yo quiero abrazarlos, salen con que ya no son niños —discutió la pelinegra, cruzándose de brazos.

—Tenemos nuestros momentos de sensibilidad —se quejó Yami.

—Llorones —murmuraron algunos.

—Sí... Donde necesitamos a nuestra hermana o a nuestras parejas —dijo Atem

—Que no somos pareja —alegó Hikari, irritada, siendo ignorada por completo por Atem.

—Tú todavía nos quieres ¿Verdad Rose? —preguntó Yami, esta se limitó a sonreír antes de sentarse en un sillón.

—Por supuesto que sí "hojitas de otoño" —dijo la oji-rojo.

—Conviértete en nuestra hermana entonces —dijeron ambos antes de lanzarse sobre la albina para abrazarse de ella.

— ¿Eh? / ¿Que? / ¿Ah?

—Sí, tu si nos quieres —dijo Yami, ambos gemelos apresaron más a la albina entre sus brazos

—Que Nee-san se quede con su rey....

—Mis propios hermanos me cambian por mi amiga —dijo Dany indignada, pensado en lo dramáticos y mimados que podían llegar a ser sus hermanos.

Rose simplemente rió al ver la cara de sorpresa de los presentes, mientras que los gemelos la abrazaban más y le decían que se volviera su nueva hermana, mientras que ella solo miraba a su amiga con una gotita y les acariciaba el cabello, esperando a que ese par de demonios la soltaran.