Se amaban demasiado, como nunca imaginaron amar a alguien en este mundo. Sin embargo su amor no era el típico con la responsabilidad que tenían sobre los hombros, y es que ser héroes de París les complicaba el llevar una relación normal como todos los demás.

—My lady por favor —. Rogó tomando sus manos entre las suyas — por favor,  ya es tiempo de saber nuestras identidades ¡No es justo para nosotros tener que escondernos tras estas máscaras!

La chica negó, por más que deseara conocer a ese chico que amaba, su mayor prioridad en esos momentos debía ser el bienestar de París  y revelar sus identidades significaba poner en peligro la vida de estos ciudadanos.

—Ya lo hemos hablado gatito — dijo Ladybug depositando un beso en la frente del felino —. No podemos, sabes que al revelar nuestras identidades nos ponemos en riesgo, a nuestras familias y a los ciudadanos de nuestro amado lugar.

—Pero… —Ella lo silenció con un beso lleno de puro amor y ternura.

En cuanto se separaron ella lo miró con un poco de tristeza, esa situación la estaba  sobrepasando  pues cuando decidió comenzar con esa relación habían acordado ciertas pautas, las cuales ahora los estaban lastimando.

—Todo irá bien, pronto acabaremos con esto y podremos ser completamente felices—rosó sus narices en un gesto tierno —. Sin secretos, sin máscaras y sin nada que nos impida estar juntos.

Chat no tuvo más opción pues era evidente que ella tenía razón. Además estaba consciente de que cuando confesó su amor a la Catarina, este no iba a ser exactamente miel sobre hojuelas más bien su amor sabía agridulce por los altos y bajos que pasaban.

Pero en realidad no cambiaría nada de lo que en ese año habían vivido y no dudaría en volver a repetirlo de ser necesario.