Epilogo Parte I: Un Día de Decisiones
Miraba las estrellas en el firmamento, tan brillantes como siempre. Suspiró con pesadez mientras cientos de pensamientos abrumaban su mente. Mañana debería de inscribirse a una universidad y hacer un electivo de carrera, sin embargo no quería que el mañana llegara, pues su padre ya había elegido por él la universidad como la carrera.
Sonic abrió el libro que tenía en sus manos, el cual ya había leído un ciento de veces para ese entonces, y de nuevo releyó su parte favorita:
-.-.-.-.- Y María se armó de valor, para ver el mundo exterior y dar el primer paso fuera de la lujosa mansión en donde la habían tenido prisionera durante tanto tiempo, y así por primera vez sentirse libre. (...) murió para convertirse en un ave y sobrevolar el mundo que durante tantos años quiso conocer. -.-.-.-.-
El final del libro de su hermano, The life in a Golden Cage, un final bastante triste y a su vez bastante alentador.
Habían pasado dos años para ese entonces y no habían tenido noticias de Shadow desde el día que había desaparecido. A veces le gustaba imaginar qué era de él ahora, tal vez se había vuelto un habido escritor bajo algún nuevo sobrenombre, o quizás había conocido el mundo en excitantes aventuras en donde había detenido maleantes quedando como un héroe.
Sonic alzó la vista a las estrellas y esbozó una enorme sonrisa. Eso sonaba maravilloso. Conocer lugares nuevos, ayudar a gente en problemas o sólo irse a lo desconocido en nuevas y locas aventuras. Tal vez, asentarse en una villa pequeña y vivir el resto de sus días en paz. Sin presiones que lo abrumaran, ni nadie que le dijera qué hacer.
–Joven Sonic, su padre lo llama a cenar– escuchó del otro lado de la puerta de su habitación.
–Umm...– murmuró borrando aquella sonrisa que antes había tenido –Iré en un momento.
–De acuerdo, joven Sonic.
–Suena maravilloso– se dijo a sí mismo observando aquel libro una vez más –Pero no es mi vida... y nunca lo será.
Frunció el ceño molesto lanzando aquel libro con todas sus fuerzas desde aquel balcón viendo como se perdía en la noche y a la distancia escuchar como éste caía en el césped del jardín.
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Corría apresurada aquella mañana muy temprano, por fin, después de dos años había tenido noticias de él y sabía quién estaría muy feliz al saberlo.
Amy corrió por aquella calle casi desolada hasta divisar la mansión de la familia de Sonic a la distancia. Su sonrisa se amplió y deseaba fervientemente verlo, tenía que enseñarle lo que había recibido aquella mañana.
Casi sin aliento tocó el timbre de los grandes portones, y ya que era una invitada habitual de Sonic la dejaron entrar. Amy caminaba con una gran sonrisa pintada en sus labios cuando observó algo que llamó su atención. Un poco húmedo por el rocío de la madrugada, distinguió un libro conocido.
–¿Qué hace el libro de Shadow aquí?– se cuestionó Amy tomando el libro del césped.
Alzó la vista en dirección a la habitación de Sonic y un mal sabor de boca vino a ella. Amy caminó a la puerta tocándola apresurada. Algo acababa de pasar y no parecía correcto.
La empleada abrió la puerta dándole entrada sin reparo. Amy agradeció con una corta reverencia y retomó su carrera ahora en dirección hacia la habitación del erizo azul; algo le decía que debía de ir con él a toda prisa, y esa fue su intención cuando escuchó su voz resonar molesta por el amplio pasillo.
–¡¿Por qué jamás escuchas?!
–¿Sonic?– dijo Amy al reconocer su voz.
–Sigues sin entender. Esto lo hago por tu bien.
–¿El padre de Sonic?– se cuestionó la eriza acercándose con cautela al origen de la conversación.
Amy distinguió la puerta semi-abierta dejando salir un pequeño rayo de luz y dentro de la misma escuchó la pelea que se llevaba acabo. Asomó su cabeza viendo al erizo azul ya listo con el uniforme del instituto y otro erizo mayor de un pelaje azul más claro del otro lado de un escritorio de caoba fina.
–Esto no es por mi bien, ¡es por el tuyo!– acusó Sonic.
–Desde que tu hermano decidió partir eres el único heredero de la empresa familiar y de llevar en alto el apellido The Hedgehog.
–No es mi culpa que mi hermano se fugara– masculló molesto.
–No se trata de quién es la culpa, Sonic– regañó su padre –Se trata de que tomes responsabilidades. Ya cumplirás la mayoría de edad y es horas que asumas el rol que te corresponde. No voy a permitir otro desertor en la familia.
–¡Esta es la razón por la que Shadow se fue en primer lugar!– explotó molesto –¡Jamás lo dejaste ser quien quería realmente!
–¡SUFICIENTE!– el gritó iracundo del el erizo avejentado retumbo cual estruendo haciendo que incluso Amy se escondiera de sus palabras. –Tu camino ya está trazado. Estudiarás administración y me suplirás una vez yo me jubile, llevando orgullo a tu familia y en especial, a tu difunta madre, ¿has entendido?
El ojo acechador de Amy vio rápidamente la expresión de Sonic al escuchar a su madre ser nombrada. Ella sabía que eso aún era un tema sensible para él. El rostro de molestia de él se desvaneció, y una sombra de pesar se posó sobre él.
–Sí señor– se resignó el erizo azul.
–Retírate. Tengo cosas que hacer.
Amy se alejó alarmada en un intento de que Sonic no descubriera que lo había estado espiando, así que regresó sobre sus pasos y bajó las gradas presurosa deteniéndose frente a la puerta. Si algo molestaba a Sonic era que invadieran su privacidad, en especial cuando se trataba de asuntos familiares.
Amy escuchó a la distancia sus pasos lentos y pesados caminar por la alfombra aterciopelada y en el inicio de las escaleras logró verlo con aquel semblante apagado.
–Buenos días Sonic– le sonrió tan natural como pudo.
–¿Amy?– llamó confuso –¿Qué haces aquí?
–Pues, ammm... es hora de ir a la escuela.
–Umm– asintió desganado. –Bien, andando– dijo el erizo azul bajando las escaleras.
–Emm... ¿Sonic?– llamó Amy viéndolo tomar su mochila del recibidor de mala gana.
–¿Qué?– preguntó con un dejo de irritabilidad en su voz.
–También vine porque...
–No lo olvides– una voz la interrumpió haciendo estremecer la gran mansión. Amy y Sonic voltearon a ver a sus espaldas distinguiendo al padre de Sonic parado al pie de las escaleras, quien al acto le dio una mirada intensa a la joven eriza, la cual se estremeció bajo la misma –No hay espacio para segundos lugares en esta casa– completó.
–Lo sé.
Sonic tomó la mano de Amy aprisa y salió por la puerta lo más rápido que pudo.
Esos últimos dos años habían sido una verdadera tortura desde que Shadow había desaparecido de sus vidas. Su padre había estado sobre él más que nunca, esperando que llenara un espacio el cual parecía jamás poder siquiera acercarse, sin importar cuanto lo intentase.
–Emm... Sonic– llamó Amy corriendo detrás de él, recordándole que aún la sostenía según caminaba a presuroso por la calle. La soltó al acto y se disculpó apenado, su mente no estaba con él ese día. –Este, hay otra razón por la cual vine a tu casa hoy.
–¿Por qué?– preguntó Sonic sin interés retomando el camino.
–Recibí esto– respondió Amy sacando un sobre de su bolso.
–¿Qué es?
–Es una carta... de Shadow.
Sonic paró en seco abriendo sus ojos por completo. Volteó a ver el sobre de papel manila algo desgastado y efectivamente reconoció la letra de su hermano en éste. Era de él, después de dos años por fin se había contactado con ellos.
–Creo que deberías de leerlo.
Estiró sus manos con el sobre con el fin de que él lo alcanzara, y cuando Sonic se disponía a tomarlo algo pareció detenerlo, pues su mano quedó extendida por unos segundos en el aire a unos cuantos centímetros del mismo. Sus ojos verdes seguían con su vista en aquel sobre y de luego de unos breves instantes la retiró.
–Si no quiso contactarse antes no veo porque ahora– habló Sonic al fin con una clara expresión de molestia –Si decidió sacarnos de su vida, pues... que así sea.
–Pero Sonic...
–Andando– acalló caminando aprisa dejando atrás a la eriza –Hoy tenemos que ir a elegir nuestro futuro.
Amy lo vio alejarse a paso molesto, era obvio que era por la conversación que había tenido con su padre. Intentaría darle la carta más tarde. Amy la regresó a su bolso y con un triste suspiro lo siguió camino a la escuela.
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En el autobús yacía sentada con un semblante triste mientras el barullo a su alrededor parecía envolverla. Ella ya había leído la carta, o al menos lo que iba dirigido hacia ella, y Shadow le había pedido que se la entregara a Sonic, pero a pesar de sus reiterados intentos una vez que llegaron a la escuela aquella mañana, lo único que había logrado era que Sonic se molestara con ella y tomara distancia.
Amy yacía con su mirada fija en la ventana, viendo las calles y casas pasar, dejando todo atrás. Iban de camino a la Universidad Green Hill para elegir el electivo de carrera que marcaría un nuevo inicio en sus vidas.
–¡Ames!– un grito la despertó volteando a ver a su compañero de asiento con una expresión de molestia. –Demonios Amy, llevo hablándote durante 15 minutos sin respuesta, ¿qué pasa contigo?– reclamó Silver.
–Lo lamento, es sólo...– calló viendo de reojo para ver a Sonic reír con Tails muy amenamente. Ni un rastro de aquel semblante apagado que había tenido al iniciar el día.
–¿Ahora qué sucedió?– preguntó el erizo plateado, sabiendo de antemano que trataba de Sonic.
Amy revisó su bolso para después de unos segundos enseñarle un sobre, a lo cual él no entendió. Silver alzó una ceja en señal de confusión hasta que ella pareció entender que no él no le miraba relevancia a ese pedazo de papel.
–Shadow me escribió.
–¿Eh?– exclamó como única respuesta –¿Y él ya lo sabe?
–Umm...– afirmó desganada –Pero no quiso leerla, y creo que debería. No lo aparenta pero realmente está muy abrumado por la presión de su padre sobre esto de elegir su carrera.
–Bueno, Sonic siempre ha sido bueno para ocultar cualquier tipo de sentimiento– indicó Silver viendo de reojo por igual al erizo azul. –Pero no entiendo, ¿por qué no le escribió a él directamente?, es decir, es su hermano.
–No lo sé– negó con la cabeza –Pero estoy segura que esto le ayudaría.
–Ven, entrégame eso– estiró la mano el erizo plateado, a lo cual la eriza no entendió del todo qué pretendía hacer, pero de igual manera le entregó la carta. Silver envolvió la carta en un aura celeste haciéndola flotar discretamente por el pasillo del autobús.
–¡¿Qué haces?!– murmuró Amy alarmada siguiendo la carta con la mirada.
–Jamás la leerá contigo presente– explicó para introducir la carta en la mochila del erizo azul sin que éste se percatara –Así que le ayudaremos a que él lo haga por su cuenta.
Amy vio como cerraba la mochila con sus poderes mientras Sonic bromeaba amenamente con Tails sin percatarse de lo sucedido. Tal vez Silver tenía razón. Sonic era muy obstinado y jamás se la recibiría, tal vez si la encontraba en su mochila la curiosidad podría más que su orgullo y la leería.
–Espero funcione– asintió Amy con una expresión de preocupación en su rostro.
Llegaron después de un largo recorrido en autobús a la universidad más prestigiosa de todo el condado. La Universidad Green Hill. Conocida por tener catedráticos de primera línea, como el mundialmente famoso Dr. Eggman; quien a pesar de ser algo excéntrico, algunos dirían hasta malvado, era el mejor en cuanto ciencia y armas de combate se trataba.
Bajaron del autobús y una vez puso pie sobre el campus la inmensidad del lugar le robó el aliento. El padre de Amy había accedido a costearle tan costosa universidad con tal de no tener que lidiar con ella, o al menos eso pensó ella cuando le dijo que si no iba a la universidad iría a donde él estuviese. Amy no era parte de la vida de su padre hace mucho tiempo, y sabía que él prefería que se quedara de esa manera.
–¿Te asignaras a la carrera de literatura entonces?– preguntó Silver observando el campus por igual.
–Sí– asintió con emoción –De esa manera podré volverme una escritora profesional.
–No lo entiendo Ames, ¿por qué jamás publicaste tu libro? Hubieron muchos concursos después del que ganó Shadow.
Amy desvió la mirada, buscando con cierto disimulo a Sonic, quien ahora descendía del autobús con Tails. La razón por la cual no lo había hecho era porque la historia contaba la vida de Sonic en gran detalle al igual que la de ella. Aunque Sonic jamás le prohibió publicar la historia, aún recordaba la expresión de incomodidad que él había exhibido cuando le había dicho que la metería en el siguiente concurso.
–Sólo... creo que el libro no es suficientemente bueno– respondió Amy al fin.
–Sí, lo sé, me has dicho eso muchas veces antes– reclamó molesto –No deberías sorprenderte si algún día alguien descubre la historia y se vuelve muy exitosa.
–¿De qué hablas?– inquirió confundida.
–¡Hey, Blaze! Por aquí– alzó la mano saludando a la gata lila que acaba de llegar en una elegante limusina.
Amy resopló molesta, era obvio que el tiempo de hablar había terminado. De nuevo buscó a Sonic con la mirada y esta vez la suya se cruzó con la de ella, a lo cual ella le sonrió ampliamente. Sonic esbozó una sonrisa casi imperceptible y la saludó fugazmente con la mano, dándole la espalda y empezar el camino dentro de la gran institución.
–¿Acaso están peleando?– una pregunta a sus espaldas la alarmó para dar media vuelta y reconocer a alguien familiar.
–¡Sally!– sonrió con emoción y sin pensarlo abrazarla. –¡Wow!, no sabría que vendrías aquí, es decir... es lógico, pero llevaba tanto tiempo sin verte.
Hacia un año que Sally había cambiado de escuela nuevamente debido al trabajo de su padre y habían perdido contacto, algo que tanto a ella como a Sonic les había afectado de alguna manera.
–Me mudaré a un pequeño apartamento en Station Square una vez termine el semestre en mi nueva escuela y estudiaré aquí– le sonrió la ardilla –¿Por qué no estás con Sonic?
–Oh... bueno... creo que quiere estar solo– respondió con cierta preocupación –Es decir... no es que estemos peleando, pero no quiere...
–No quiere estar con alguien que le hará muchas preguntas profundas sobre su electivo de carrera ¿no es cierto?
–Sí...– respondió con un pesado suspiro –Desearía que pudiera estudiar lo que él quisiera, pero creo que no es una opción.
–Claro que no, tenemos reglas y cosas que se esperan de nosotros una vez lleguemos a la adultez. Nosotros, a diferencia de ti o de cualquier otro, tenemos lo que a simple vista parece una vida glamorosa y envidiable, pero muchas veces es todo lo contrario.
–Lo sé– asintió con tristeza –Me gustaría que me dejara... no sé, ayudarlo.
–Lo conoces bastante bien como para saber que con lo que lidie, lo hará solo.
Amy no respondió nada ante las últimas palabras de la ardilla, sabiendo que lo que decía era muy cierto, a Sonic no le gustaba recibir ayuda, menos en cosas como esas. Caminó junto a ella mientras Sally le contaba sobre su último año en su nueva escuela, y a pesar de que sonreía y parecía estar interesada, su mirada aún se mantenía en el erizo, quien estaba a varios metros de distancia de ellas. Sólo esperaba que encontrara la carta antes de que fuera tarde.
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En el gran gimnasio de la universidad pudo observar stands con todas las carreras que la universidad ofrecía. Eran cientos de ellas, que la vista no alcanzaba para contarlas todas.
–Entonces Sonic, ¿Ya te decidiste?– preguntó su pequeño amigo –Knuckles se fue a un entrenamiento riguroso a The Angel Island para seguir con la tradición familiar y yo estaré en ciencias aplicadas, pero tú aún no me has dicho qué harás.
–Administración– espetó.
–¿Eh?, ¿por qué?
Sonic lo vio con una expresión de desesperanza en sus ojos y la pregunta pareció estar demás. Tails asintió con la cabeza entendiendo que eso no era lo que él quería estudiar, pero como siempre, no tenía opción.
–Al menos, nos seguiremos viendo aquí– sonrió su amigo para alivianar la tensión, a lo cual él no reaccionó –¡Y mira!– dijo con emoción llamando la atención de Sonic –Hay un equipo universitario de atletismo. Deberías de unirte a ellos, nadie tendría oportunidad en contra tuya.
–Eso se ve prometedor– sonrió por fin, tranquilizando a su pequeño amigo de dos colas.
–Se les informa a los aspirantes que pueden pasar al stand de su carrera para inscribirse. Se les informa a los aspirantes que pueden pasar al stand de su carrera para inscribirse– los altavoces resonaron por todo el gimnasio.
–Iré a mi stand– dijo Tails con emoción.
–Adelántate yo te alcanzo luego.
El zorrito asintió con emoción y lo siguió con la vista hasta que éste se perdió en el tumulto de estudiantes. Sonic suspiró con pesadez y buscó de mala gana el stand que debía de asignarse. Dio el primer paso hacia el frente cuando alguien lo derribó de un fuerte golpe.
–¡Eres muy lento Hedgehog!– gritó el halcón verde mientras pasaba con su patineta.
–¡Me las pagarás Jet!– vociferó molesto viendo perderse entre la multitud de estudiantes. –Maldición– masculló recogiendo todas sus pertenecías que se habían esparcido por el suelo, cuando, entre sus cuadernos, vio algo familiar –¿Pero qué es esto?... ¿El sobre?– dijo distinguiendo el sobre que Amy le había enseñado –Maldición Amy.
Lo estrujó sutilmente con la intención de tirarlo a la basura, pero no pudo, por mucho que quería hacerlo algo dentro de él lo detuvo.
Sonic abrió el sobre con cierto disimulo sacando las dos hojas que yacían en su interior.
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Ames:
Sé que ha pasado bastante tiempo desde la última vez que nos vimos y más aún desde la última vez que hablamos. Te escribo hoy porque necesito que entregues esto al testarudo de mi hermano, sé que si la carta llega a casa mi padre se encargará de deshacerse de ella antes de que Sonic pueda siquiera verla, por eso requiero tu apoyo.
Considera esto como pago por todas las veces que te ayude en tu torpe relación. Te escribiré en otro momento. Hasta entonces.
Shadow.
-.-.-.-.-.-
Ese fue el fin de la primera carta, parecía que Amy no había sacado la pequeña carta que Shadow le había escrito. Sonic pasó a la hoja siguiente para ver el encabezado:
–Faker– leyó como encabezado. Sonic rodó sus ojos en señal de exasperación al leer su típico apodo y casi pudo escuchar el molesto timbre de voz de Shadow al pronunciarlo. Le restó importancia y continuó con la lectura.
-.-.-.-.-.-
Faker:
Han pasado dos años, y para este entonces ya debes de escoger tu electivo de carrera, y como he de conocer a nuestro padre ya te ha impuesto alguna estúpida carrera que sé que no deseas seguir, y conociéndote haz accedido sin hacer muchas preguntas... como lo hice yo alguna vez.
Debería de decirte que sigas tu propio camino o algo por el estilo, pero sé que no tienes ningún plan para tu futuro o camino que seguir, y que en su lugar sólo haces lo que te ordenan porque no tienes realmente dirección alguna, es decir, eres un títere fácil de manipular y controlar a voluntad, y no sólo por él, prácticamente por cualquiera que sepa halar lo hilos correctos.
-.-.-.-.-.-
Sintió como la sangre le hervía en ese momento y estrujó el papel molesto. ¿Cómo se atrevía a decirle algo como eso? No siguió leyendo el resto de la carta y en su lugar la hizo una bola de papel en sus manos sin intención de saber qué otros halagadores pensamientos tenía el prepotente de su hermano por decirle. Sonic recordaba en ese momento por qué es que jamás habían podido congeniar, ni siquiera estar en la misma habitación sin quererse matar mutuamente.
Sonic caminó con gran molestia en medio del gimnasio abriéndose paso entre el mar de estudiantes que con gran emoción iban y venían para ver las diferentes carreras. Salió del lugar en dirección al gran jardín central de la universidad, quería aire, necesitaba aire. Shadow no estaba en lo correcto, él tenía muchos planes a futuro, simplemente había tenido que dejar todo a un lado porque sabía que Padre jamás le permitiría hacer nada de lo que él quisiera, él debía de ser un gran erizo para enorgullecer a la familia, en especial, al recuerdo de su madre.
Llegó casi corriendo a un gran abeto sintiendo la brisa soplar, y aún así, sentirse sin aire en lo absoluto. ¿Por qué sentía un nudo en la garganta?, ¿por qué no podía simplemente sacarse las palabras que acaba de leer?
–Y como sabía que no terminaría de leer la carta, no me dedique a completarla yo tampoco.– escuchó en la nada.
Esa voz, él conocía esa voz. Sonic subió la mirada sobre su cabeza observando al erizo negro sentado plácidamente sobre una de las ramas. Tenía su mirada fija en un libro, él cual leía apasionadamente, o eso se le asemejó.
–Shadow...– musitó con asombro.
¡¡Fin de la primera parte!! Pues la idea era hacer un epilogo de un solo capítulo, sin embargo, me salió demasiado largo, así que tuve que partirlo en dos. Tendremos muy pronto la segunda parte, hasta entonces, espero esto les haya gustado. Sin más que decir, Su autora se despide...
Antes de que lo olvide, los invito a un concurso para ser la imagen oficial de portada de esta historia. Para aquellos interesados busquenme en facebook como Kat_Dark_Shadow para ver las bases del concurso XD!! Sin más que agregar, Kat fuera.
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