Capítulo 4: ¨Hell¨oween.
[Greenwich, Londres]
Mónica Evans abrió sus ojos, había despertado de golpe e intentó ponerse de pie, fue detenida por sus propias extremidades las cuales estaban atadas a la silla en la que se encontraba sentada.
—Pensé que no despertarías pronto. — dijo Andrew, observando a la chica desde una esquina de la habitación en la que se encontraban.
—¿Ahora La Disidencia vive en una mansión? Debo ser realista, es lo mejor que has hecho como su líder.
El pelinegro sonrió un poco mientras se acercaba a la silla donde estaba la muchacha.
—Nunca me canso de tu sentido del humor a pesar de que era algo estresante en combate. — Mónica levantó su mirada al escuchar las palabras de Andrew, el hombre se acercaba a ella llevando consigo aquel traje negro a excepción de su máscara.
—Parece que ahora sí estoy hablando con Andrew Prince... ¿Era necesario lo de las manos?
—Siempre te has dirigido a mí, Mónica. Lo de atar tus manos y pies es solo una precaución porque conozco como eres.
—¿Qué hay de la cosa dentro de ti? Supe que puede llegar a controlarte, tal vez ahora lo hace y solo finge ser el verdadero Andrew para intentar convencerme de lo que sea que quiera.
—Eres muy paranoica... Pero acabas de confirmar que sabes porque te traje aquí, tienes información que necesito.
Mónica sonrió levemente, apartó su mirada de los ojos del pelinegro y la dirigió hacia la puerta.
—No todo lo que se oye por el bajo mundo es real, los rumores que escuchaste son solo eso, Andrew, rumores. — El hombre de negro se alejó un poco y se sentó sobre el suelo, recostado a la pared más cercana.
—Vamos Mónica, solo necesito saber lo que tu sabes, confirmarlo. ¿Quién es este nuevo grupo, qué quiere y cuál es su nombre? — la pregunta que lanzó el pelinegro le provocó un escalofrío a Mónica, luego se hizo un silencio largo e incómodo.
Isaac se encontraba en la sala del edificio Patenger reunido con el resto de miembros los cuales guardaban silencio hasta que Arya entró por la puerta, de inmediato el castaño se acercó a ella.
—¿Qué diablos sucedió? — Thargot inspeccionaba una pequeña herida en el brazo de la pelirroja.
—Lo encontré en un callejón, estaba peleando contra Mónica Evans quien creí estaba aquí hospitalizada... Díganme que ese sujeto no entró aquí a sacarla por la fuerza.
—No lo permitiría nunca. — Jason se puso de pie y se acercó a su sobrina. —¿Te hizo algo?
—Estoy bien, tuvimos un pequeño encuentro a los golpes, intenté someterlo con el fuego pero cuando lancé el ataque él simplemente... — la pelirroja no completó su frase, guardó algo de silencio pues la imagen de aquel enfrentamiento llegó a su mente.
—Lo importante es que estás bien, ¿qué hay de Mónica? — preguntó Isaac mientras dirigía a Arya hacia el asiento más cercano.
—Él se la llevó, quería seguirlos pero apareció una patrulla y tuve que huir de ahí.
—Bueno, parece que el Halloween quedará suspendido este año. Me comprometo a encontrar a ese enmascarado esta noche. — Agnes tomó la delantera, se cruzó de brazos luego de sus palabras.
—Tal vez podamos encontrar algo de cómo opera, algún patrón que este tipo sigue para atacar a sus víctimas y así poder encontrarlo para enfrentarlo. — Eretria también propuso su idea.
—Traeré los viejos periódicos de Arya y mucho café. — Jason salió de la sala rumbo a la cafetería.
La mente de Arya aún estaba en aquella batalla, Isaac colocó su mano sobre el hombro izquierdo de la pelirroja devolviéndola a la realidad.
—Parece que ese sujeto dejó una buena impresión en ti, ni siquiera te vi tan aterrada contra Spooner y Waters.
—Chicos, yo... — la pelirroja se animó a hablar pero en medio de sus palabras se frenó, miró a Eretria, Agnes y por último a Isaac. —Cuándo lancé mi ataque de fuego ese sujeto pudo repelerlo... usando el fuego también.
Los otros tres en la habitación se miraron entre sí hasta que Agnes decidió hablar.
—Yo... ¿Podrías explicarlo mejor?
—Levantó su mano y desvío mi ataque con el fuego que salió de la suya. Además de eso, su forma de pelear y su traje oscuro... Dios, me recuerda tanto a mi padre.
—Vamos, Arya, no insinúas que es mi padrino quien está detrás de esto. — la peliazul saltó en defensa de James.
—Conozco a tu padre, Arya y sé que llevar un traje tan simbolizado no es su estilo, además de que no atacaría a su propia hija. Pero quizá si seguimos por ese camino, tal vez sea alguien que aprendió de él. — Isasc miró a las tres chicas.
—Bueno, la lista es corta, quien aprendió mejor de él fue Ruth y sabemos que ella no es. Claire, Chris y mis otras dos hermanas ni siquiera lo intentaron, Ambrose y yo sabemos muy poco así que...
—O tal vez no sea alguien que aprendió de James si no del hombre del que el tío James aprendió. — todos miraron a Eretria tras sus palabras con semblante confuso.
—Él aprendió de Bach cuando estuvo en Nueva York y el grupo de "Die Musiker" está más que enterrado. — Jason entró a la sala de vuelta con los periódicos en una mano y una taza grande de café en la otra.
—Escuché la mitad pero si no me equivoco alguien mencionó a Bach. — dijo el pelivino al entrar.
—Arya mencionó que el estilo de pelea del enmascarado le recuerda a su padre y sugerimos que tal vez es alguien que aprendió de él o de Bach.
El resto siguió hablando en la sala mientras Jason guardaba silencio, parecía concentrado en sus pensamientos, tras unos segundos decidió interrumpir.
—Un segundo, recuerdo haber escuchado algo hace unos años, cuando los atacaron en Nueva York... — todos voltearon hacía el pelivino prestando atención. — Cuándo volvieron y antes de que se marcharan a donde sea que fueron, escuché una conversación entre James y mi hermana sobre un tipo que les ayudó, lo llamaron "El Nuevo Nómada".
—Espera, ¿James le entregó su manto a otra persona? — preguntó Isaac. —Y no fui yo. — agregó después con un tono burlón, Arya y el resto rieron levemente.
—¿Escuchaste algo más ese día? — Eretria tomó la taza de café de Jason y bebió de ella luego de su pregunta.
—Creo que mencionaron su nombre pero, carajo no recuerdo bien. — el muchacho se esforzaba para recordar aquel nombre. —Creo que era Abdel o Adrián, André, An... — Eretria de inmediato miró a Isaac, el castaño le devolvió la mirada.
—¡Andrew! — exclamaron ambos al mismo tiempo.
—¿Su nombre era Andrew? — preguntó después el castaño.
—¡Si! Creo que era ese.
—Andrew Bettel... — susurró Agnes.
—El hombre tras Industrias Becker, ahora tiene sentido. — Isaac cruzó sus brazos y se recostó sobre el respaldar de la silla a su lado, Arya guardaba silencio mientras estaba sentada, luego de algunos segundos se puso de pie y salió de la sala camino a su oficina, todos se miraron extrañados. La pelirroja se acercó a un archivero qué tenía en su lugar de trabajo, comenzó a buscar algo en él y cuando lo encontró se dirigió de nuevo a la sala de reuniones y puso aquel archivo sobre la mesa.
—"El Nuevo Nómada", sabía que había escuchado algo de él, opera en Nueva York, protegía a la ciudad y a las personas de los delincuentes que intentaban hacer algo malo.
—¿"Protegía"? — agregó Eretria a la conversación.
—Desapareció de la ciudad a mediados de mil novecientos ochenta y dos.
—¿Y qué diablos lo habrá traído a Londres? — Isaac se quedó pensativo mientras miraba la fotografía que Arya había traído de aquel justiciero.
—Bueno, busquemos un patrón como dijo Eretria y con suerte encontraremos a su próxima víctima primero que él, cuando lo hagamos podremos preguntarle nosotros mismos.
Andrew seguía en la habitación donde tenía a Mónica atada, el hombre se había acercado a la pelinegra pues el tiempo se le estaba agotando.
—Vamos Mónica, habla ahora, sabes que no voy a hacerte daño.
—Aunque lo hagas, no hablaré.
—¿A qué le temes? ¿No quieres decirme nada porque podrías salir manchada? Vamos, lo único que quiero es restablecer la paz en este lugar y lo sabes.
—No Andrew, no lo sé. La última vez que hablé contigo hiciste lo que nunca creí que podrías hacer, asesinaste a Bushida.
—Él lo merecía, era la única forma de sacarlo del camino.
—¿Y para qué, para hacerte con el poder que dejaría? No sirve de nada, esta organización ya murió, esta "Disidencia" caducó. — Mónica liberó algo de estrés tras sus palabras, luego de eso se hizo un silencio.
—¿A qué te refieres? — preguntó el pelinegro mientras miraba a la chica.
—¿De qué estás hablando?
—Dijiste "Esta Disidencia caducó"... — Mónica tragó grueso, cerró sus ojos al percatarse de su error, luego lanzó su cabeza hacia atrás.
—El grupo que tú derrotaste junto a Diggory y el resto, el que formó Bushida luego de eso, el que tu lideras ahora... sólo son plagios de la verdadera organización. No tengo más información que eso, Andrew.
—Sacaste esa información de algún lugar, dime un nombre, alguien que sepa la verdad. — el pelinegro se acercó más a la chica.
—Priest, Flavius Priest... es a quien escogieron para encargarse de que lleguen aquí sin sospechas. — Andrew se colocó aquella máscara tras las palabras de Mónica. —Escuchame, si logran aterrizar en Londres intentarán deshacerse de ti, Andrew... por favor ten cuidado.
—Gracias, Mónica, te debo mucho.
—Sí, bueno, podrías comenzar por desatarme. — el enmascarado soltó una risa y luego habló.
—¿Y arriesgarme a qué me detengas? Lo siento, no puedo hacerlo ahora. — Tras sus palabras, Andrew salió de aquella habitación rumbo a su próximo objetivo.
[Westminster, Londres]
El enmascarado de negro había llegado a una vivienda de planta baja, condicionada para ser un taller mecánico, dentro del lugar habían algunos hombres armados hasta los dientes y en la única habitación estaba un sujeto de cabello negro y largo, de tez blanca y con tatuajes en sus brazos y cuello.
—¡Señor, hay alguien afuera! — uno de sus hombres gritó desde la parte externa de la habitación, el sujeto se puso alerta al escuchar un fuerte golpe después de aquellas palabras.
El hombre de máscara derribó la puerta de la habitación de una patada y fue recibido por una ráfaga de balas de una pequeña pistola que empuñaba el tipo tatuado, sin embargo los proyectiles no fueron de importancia para el enmascarado quién dio unos pasos acercándose al sujeto.
—Flavius Priest, tenemos que hablar. — el hombre de cabello largo sacó una cuchilla e intentó atacar al enmascarado pero fue sometido muy fácilmente por él. —No te conviene hacer eso.
—Mierda, ellos dijeron que aparecerías pero no creí que sería tan pronto. — dijo el tatuado entre quejidos por el dolor en su mano.
—¿Quienes? — preguntó el enmascarado.
—Así que él es el nuevo huésped del Engendro Disidente... — un hombre entró a la habitación con las manos en sus bolsillos, detrás de él venían un par de sujetos más, el de negro soltó al otro sujeto y se puso en guardia.
—¿Quiénes son ustedes?
—Ah mierda... — la voz tenebrosa en la cabeza de Andrew se hizo presente.
—Es un placer conocerlo por fin, he escuchado de usted y sus hazañas desde Nueva York, señor Prince. — el hombre frente al grupo dio un par de pasos, sacó la mano derecha de su bolsillo y la estiró.
Andrew estaba extrañado por la situación, miraba a todos lados apreciando como la sala se llenaba de más y más hombres.
—Seguramente esa cosa lo está controlando o hablándole en su interior... — uno de los tipos de más atrás se acercó tras sus palabras, el otro hombre al frente bajó su mano y luego habló.
—Señor Prince, este grupo que ve acá es solo una pequeña, pequeñísima diría yo... Pero parte de nuestra organización, la que ha sido motivadora de muchas otras falsas qué se han armado bajo nuestro nombre, aunque más que una organización nos consideramos más una especie de secta.
—¿Qué quieren aquí? — El hombre de máscara comenzó a caminar de un lado a otro, aún con la guardia alta.
—Vinimos a recuperar lo que dejamos atrás hace muchos años, nuestro plan era deshacernos de todo lo que tenía que ver con las antiguas organizaciones, incluido usted.
—¿Sí? Bueno, suerte con eso. — Tras la respuesta del enmascarado, el hombre frente a él comenzó a reír.
—Escuche lo que tengo que decir, señor Prince. Lo último lo reconsideramos al darnos cuenta que usted fue parte importante para que estos grupos dejaran de existir. — Se hizo un silencio de algunos segundos, el hombre que tenía la palabra dio otro par de pasos al frente. —Ahora usted formará parte de nosotros, esa será la oportunidad que le daremos por ayudarnos a sacar a Bushida y al resto del medio, en cambio los hombres que le sirven a usted nos servirán para una última misión.
—¿De qué diablos está hablando? — preguntó el enmascarado, luego el resto de hombres comenzaron a salir de la habitación por la única puerta.
—Discutiremos su posición luego, ahora es libre de marcharse. — el líder del grupo dio media vuelta y se marchó también, dejando en el lugar únicamente a Andrew y al otro sujeto de cabello negro y largo, ambos se miraron entre sí y luego el de negro soltó un golpe a la cara del tipo frente a él dejándolo inconsciente, seguidamente salió de aquel edificio.
—¿Ven? Les dije que resultaría. — el enmascarado se frenó al escuchar aquella voz, frente a él estaba Isaac Thargot y Eretria Potter.
—¿Qué hay, señor Bettel, todo bien en su fábrica militar? — la rubia soltó una sonrisa sarcástica tras sus palabras.
—Háganse a un lado o lo lamentaran. — soltó Andrew con algo de enojo.
—Sí los tocas, tú serás quien lo lamentará. — Arya se acercó seguida de Agnes y Jason.
—Es peligroso que estén acá, si quieren hablar lo haremos en otro lado. — el de negro dio un par de pasos e intentó pasar en medio de Isaac y Eretria pero Jason se puso frente a él y lo frenó colocando una mano sobre su pecho.
—Si das un solo paso más en serio te irá mal. — el pelivino miraba fijamente a los ojos de la máscara de aquel sujeto.
—Vamos, te reto a intentarlo. — Andrew amenazó con aquellas palabras a Jason, el pelivino intentó meterse a su mente con los viejos trucos de Elías Prewett, logró ver pocas cosas en sus pensamientos.
—Jason, basta... dijo que quería hablar. ¿Por qué este lugar es peligroso? — Isaac se metió entre ambos, separándolos.
—Carajo... Imagino que conocen a Mónica Evans, probablemente les contó todo sobre La Disidencia. Bueno déjenme decirles que ahora aparecieron unos idiotas que creen que ellos son la verdadera organización.
—Escucha, hombre de negro, has estado atacando a personas los últimos dos meses, no solo a muggles, necesitaras más que eso para creerte. — Eretria se unió a la conversación con aquellas palabras, algo agresiva.
—Averigua lo que esos magos y muggles han estado haciendo a escondidas de todos y sabrás porqué lo hice. La única razón por la que decidí estar al frente de esta gente es para mantener a raya a los demás delincuentes, si puedo controlar todo el crimen de esta ciudad entonces no habrá crimen que detener.
—Qué patético... — susurró la voz del Engendro Disidente dentro de Andrew.
—Eso tiene sentido viéndolo de esa forma, pero no quita que atacaste a Evans en ese callejón. — Agnes se cruzó de brazos tras sus palabras.
—Mónica sabía sobre las personas que están acá, venía rastreando a este grupo desde hace unas semanas pero son buenos para esconderse, por alguna razón ella los encontró con facilidad, solo quería la información que tenía, nunca le haría daño a ella.
Se hizo un silencio, todos se miraron entre sí tras las palabras del enmascarado, Isaac decidió hablar.
—Parece que nos equivocamos contigo...
—No me importa lo que piensen de mí, las personas que se ocultan ahí quizá estén escuchando todo esto, es mejor que cada quien siga su camino. — el enmascarado subió con agilidad por la escalera de incendios más cercana. —Evans está en Greenwich, un edificio modificado con magia para hacerlo lucir viejo por fuera. — sin más, el de negro huyó por los edificios dejando al grupo en aquel callejón.
—¿Cómo subió así de rápido? — preguntó Jason, sorprendido.
—Da igual, deberíamos ir por Mónica y luego intentar hallar más información sobre esta gente... — Isaac fue el primero en salir del callejón después de sus palabras, acto seguido los demás lo siguieron rumbo a Greenwich.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro