Degel y Camus se conocieron en la biblioteca de la universidad, entre estantes llenos de libros y silencio. Degel, un joven apasionado de la literatura, estaba buscando un libro de poemas raros, mientras que Camus, un estudiante de filosofía, estaba investigando para su tesis.

Sus ojos se encontraron en la sección de clásicos, y Degel sintió un golpe en el corazón al ver a Camus, con su cabello despeinado y sus gafas de lectura. Camus, por su parte, se sorprendió por la sonrisa radiante de Degel.

Comenzaron a hablar sobre libros y autores, y pronto descubrieron que compartían una pasión por la poesía y la filosofía. La conversación fluyó como un río, y antes de darse cuenta, habían pasado horas hablando en la biblioteca.

Degel se enamoró de la inteligencia y la sensibilidad de Camus, mientras que Camus se sintió atraído por la creatividad y la pasión de Degel. A medida que pasaban más tiempo juntos, su conexión crecía.

Un día, mientras estudiaban juntos en la biblioteca, Degel se armó de valor y leyó un poema que había escrito para Camus. La habitación se llenó de emoción, y Camus sintió que su corazón latía con fuerza.

Desde ese momento, Degel y Camus fueron inseparables. La biblioteca se convirtió en su refugio, un lugar donde podían perderse en sus propios mundos y encontrar el uno en el otro.

Y así, entre libros y silencio, Degel y Camus construyeron un amor que duraría toda la vida.