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Capítulo 2

Nerme parpadeó levemente, sus ojos estaban cansados y su expresión se tornó rápidamente de disgusto. Su expresión se desvaneció para volverse una relajada por el olor de comida recién hecha, miró en dirección del olor y vio a Ukno comer tranquilamente sobre la gruesa rama de un árbol.

—¡Buenos días! —Ukno saludo bajando de la rama usando sus pies para caer de pie. —Ten, te la estaba guardando —con su brazo inferior izquierdo le dio un plato de comer a Nerme, era algo similar a unos tacos.

—Gracias… ¿Estuviste despierto toda la noche?

—Si.

—¿No deberías dormir un poco?  Aunque sean tres horas —aconsejo comiendo los tacos que Ukno le preparó. —Por experiencia propia, las ojeras son difíciles de quitar —recomendó sin mirar a Ukno directamente, disfrutaba de la comida como si fuera la última en mucho tiempo.

—Cuando pueda dormir lo haré, había muchas bestias en el bosque… Realmente fue complicado eliminar la carne de sus huesos.

Nerme se detuvo de darle otra mordida a uno de sus tacos para rápidamente mirar a Ukno que comía carne sin ninguna preocupación. Nerme volvió a mirar sus tacos de carne, se encogió de hombros y siguió comiendo.

—Ukno… Los tipos de ayer decían que reclamaras tu vida asignada por el Emperador y me preguntó, ¿Vendrán más veces?

—Sin duda alguna, vendrán más veces a por mí… Lamento que hayas sido herido en esa pelea —hizo una pequeña reverencia en señal de lamentarlo.

—No te defenderé si ellos vuelven, ¿Lo entiendes? —dijo mirando a Ukno fijamente, cerro los ojos tratando de no recordar el dolor del día anterior.

—A la perfección… Por cierto, ayer paso algo curioso cuando te dejé aquí. Resulta que la otra alma puede tomar el control total si estás durmiendo —dijo como si fuera algo casual, Nerme lo miró fijamente un momento antes de cerrar los ojos y frotarlos con sus dedos.

—Eso explica porque estoy más cansado de lo normal… Bueno, ¿Alguna cosa más que quieras decirme?

—Tu maldición desaparece a la chica restante si “guardas” al resto antes de dormir… ¿No te parece eso curioso? —dijo viendo como no aparecía nadie a los alrededores de ellos. Nerme miró a todos lados rápidamente para comprobar eso.

—Es… tranquilizante, supongo que así no tengo mucho de lo que preocuparme al dormir —suspiro aliviado mientras terminaba de comer, al terminar de fijo en el plato. —No recuerdo haber llevado uno conmigo, ¿De dónde los sacaste? —volteo a ver a Ukno que estaba escribiendo en su libreta pequeña.

—Ah, bueno, mis tatuajes no son exactamente tatuajes, son realmente sellos que cree con diversas funciones —dijo mirando a Nerme con sus ojos superiores, los ojos que inferiores seguían viendo la libreta y sus brazos superiores escribían tranquilamente. —Una de las funciones me permite guardar cosas pequeñas o grandes hasta cierto límite, muy útil para evitar ser robado —sonrió orgulloso de su creación.

—¿Es magia acaso?

—En efecto, es magia de nivel principiante —aclaró sin dejar el orgullo de haberlo creado. —Me costó un poco, pero ha valido totalmente la pena —cerró la libreta con una mano y puso sus brazos inferiores se apoyaron a los costados de su cadera.

Antes de alguno pudiera continuar la conversación, todo su entorno cambio y ahora se encontraban cayendo desde el techo interior de un edifico. Nerme miró arriba y abajo moviendo su cabeza, Ukno miro en todas direcciones con sus ojos escaneando su alrededor rápidamente.

—¡Hablando de magia! —Nerme grito algo asustado mirando el techo del lugar. Ukno rápidamente golpeo el aire para acercarse a Nerme, lo abrazo con fuerza y chocó contra el suelo.

—¿¡Te encuentras bien!? —grito viendo como lo había protegido totalmente, Ukno simplemente levantó un pulgar con una de sus manos inferiores y mostrando una pequeña sonrisa de alivio al verlo intacto.

Sintió que esa mirada volvió, repentinamente Nerme se tropezó con un pequeño pedazo roto de suelo que había. No dijo nada y se levantó limpiándose un poco, miró su alrededor mientras que a sus espaldas Ukno se levantaba sin problemas.

—Mmmm, te ves diferente a la última vez que nos vimos —al voltear a ver de dónde venía la voz. La mujer del registro estaba de pie de brazos cruzados con una pequeña expresión curiosa en su rostro.

Chasqueo los dedos y una pequeña onda de energía se expandió a su alrededor llegando hasta Nerme y Ukno, abrió los ojos sorprendida, parpadeó mirándolos fijamente mientras sudaba.

—Ya veo… Cuando dijiste que fueron maldecidos fuertemente, no esperaba que fueran tan graves —trago saliva viendo a ambos malditos. —Use un pequeño hechizo para detectar maldiciones… Me asusta el nivel que tienen, nunca había visto algo igual —la mujer retrocedió un poco asustada de ambas maldiciones.

¿Es demasiado grave? Pude identificar que la mía era peligrosa, pero no entiendo del todo su miedo… ¿Acaso hay algo que estoy ignorando?  —Ukno pensó entrecerrando sus ojos. Nerme estaba confundido y detrás de el apareció la mujer araña.

Vestía una camisa sin mangas que daba espacio a sus brazos, que se podía apreciar que estaban ligeramente marcados, un pantalón verde se ajustaba a su cuerpo sin mucho problema y sus zapatos eran parte del pantalón. Su cabello azul oscuro resaltaba un poco.

—… —sin decir palabras, de su boca escupió un líquido blanco y empezó a darle forma con sus seis brazos. La recepcionista y Ukno miraban atentamente mientras Nerme volteó a ver atrás de si por lo que escuchaba.

Un ramo de flores hechas de telaraña fueron acercadas hacía Nerme que las sostuvo nervioso, la mujer araña se puso a bailar frente a Nerme de un lado a otro sin detenerse.

Mi corazón late rápidamente… Espera, no debería sentirme así, es incómodo —Nerme pensó asqueado porque parecía tener síntomas de “enamorado”. —Y tienes razón, no es algo normal… ¿Feromonas? Si eso es lo que te está afectando —Emren le comunicó con de forma algo chistosa metiéndose en los pensamientos de Nerme.

Finalmente, la mujer araña se detuvo jadeando y sudando un poco frente a Nerme para saber si su “rito” era aceptado por el humano. La expresión que vio en Nerme era una de asco, lo miró fijamente durante un poco más de tiempo.

Me mira como si esperaba otra reacción, es mejor retroceder —lentamente dio un paso hacia atrás, al momento de parpadear sintió una mordida en su hombro. La mujer araña lo estaba mordiendo con fuerza.

—¡Ahhh, quítate! —Nerme grito asustado jalando a la mujer de su cuello, su cuello empezó a sangrar para posteriormente correr alrededor de Ukno y la recepcionista.

Ukno rápidamente se acercó y los agarro a los dos, uso sus dos brazos izquierdos para sostener a la mujer araña y con los otros a Nerme empezando a empujar a lados contrario.

—¡Con cuidado, duele!

—¡Claro que duele, por algo estás sangrando!

—¿¡Porque me gritas!?

—¡Porque tú me gritaste! —Ukno hizo un último esfuerzo y con algo de fuerza logró separar a ambos. Nerme se movió hacía la recepcionista, sosteniendo su cuello con dolor y una expresión irritada.

—¿Cómo se ve…? —Nerme dijo algo cansado mostrando su herida a la recepcionista que abrió los ojos.

—… Te estaba inyectando veneno, derritiendo tú interior —dijo mirando la zona mordida, Nerme se puso aún más pálido y miró a Ukno esperando otra respuesta.

—Eh… Si, cuando las mujeres arañas hacen su danza de apareamiento y si son rechazadas llegan a matar al que le bailan —Ukno dijo agitando a la mujer araña.

—Para proteger mi dignidad y no será la última si me seguirás rechazando —le grito a Nerme que seguía pálido por pensar que estuvo cerca de morir.

—¿¡Puedes hablar!? ¡Pensé que eras una salvaje o analfabeta!

—Es muy racista de tú parte pensar que las mujeres bestias son salvajes y analfabetas —la recepcionista cubrió una sonrisa traviesa para empeorar la situación de Nerme.

—No lo empeores —Ukno dijo desde su lugar.

—Supongo que debo contarles sobre sobre el culto, aunque solo lo básico —la recepcionista dijo pensando un poco en como explicar la situación de ambos.

—¿Estamos en problemas? —Nerme dijo molesto con una cicatriz en su cuello por la mordida y el ácido de la mujer araña que no parecía arrepentida de lo que hizo.

—Eh, algo así… Verán, el culto para el cual Nerme trabaja es encargado de mantener a raya la existencia de maldiciones poderosas, bendiciones y en general cualquier cosa que esté relacionada con la bruja —explico viendo fijamente a Nerme y Ukno que prestaban atención.

—Eso incluye a los malditos y benditos, aunque también depende del grado, si es una tercer grado los dejamos por ahí y si es de primer grado los tenemos que mantener vigilado para evitar que revelen más de lo necesario —los apunto a los dos, aunque mantenía su mirada en la mujer araña que le mostró los colmillos y algo de ácido.

—Ustedes tienen un nuevo tipo de grado, tenemos que mantenerlos aún más vigilados y por eso debemos asignarles misiones diferentes y en solitario de ser necesario… —sudo recordando la presencia de las maldiciones.

—Las que tengo son del nuevo tipo de grado y las de Nerme, una es del nuevo tipo y otra de primer grado —Ukno informó, la recepcionista levantó una ceja confusa.

—No creó lo de Nerme, soy una especialista en grados y la maldición de Nerme es del nuevo tipo —la recepcionista dijo mirando como Ukno se preocupó cambiando su expresión ligeramente.

—¿Podemos dejar de decirle “nuevo tipo”? Les pusimos de nombre “Grado Cero” —dijo Nerme cansado de repetir lo mismo.

—Grado Especial, “Grado Cero” es mal nombre —Ukno dijo tan rápido como pudo, Nerme lo miró de mala manera.

—Grado Especial… Suena bien, pero continuando, si alguien pregunta por las bendiciones, les dicen que nacieron con ellas y que las están aprendiendo a controlar —dijo la recepcionista que simplemente continúo con lo importante.

—Nacer con bendiciones es complicado y casi imposible para la gente común, sin embargo, ustedes dos podrán mantener la creencia de los “benditos de nacimiento” —explico y Ukno entendió rápidamente.

Soy el último de mi especie, podría ser bastante creíble, a excepción de los Demonios que no se tragaran esa mentira —pensó algo satisfecho con la justificación para ser considerado un “bendito”.

—Oye, nací en un pueblo donde la gran mayoría sabía que yo era una flacucho enfermizo… Dudo que se traguen eso… —Nerme dijo con una expresión curiosa por saber cómo justificaría su bendición la recepcionista.

—Al norte del país hay unas ciudades de campeones, una de las mujeres más fuertes tiene un nombre curioso —empezó a contar con calma.

—¿Y eso qué? Una desconocida no me ayuda a justificar la mentira que quieres que diga —Nerme rio ligeramente mostrando sus dientes.

—Su nombre es Zarya —la expresión de Nerme se esfumó al escuchar ese nombre y su cuerpo tembló.

—Ya entendí, solamente mantenla lejos de mí y de cualquier rumor que yo provoque —Nerme suplicó en voz baja, Ukno levantó una ceja al escuchar la súplica.

—Así me gustan, con miedo a conocer a más mujeres —la mujer araña dijo sonriendo orgullosa de Nerme, esté último simplemente puso los ojos en blanco ante lo dicho.

—Dentro de poco, se les asignarán misiones individuales para los dos.

—¿Tan pronto?

—Te mandaron a una tan pronto como pudieron, lo harán más veces —la recepcionista dijo sonriendo para ella misma, Nerme hizo una mueca recordando como le dijeron perro.

—Y creo que eso sería todo, nos vemos en otro momento —la recepcionista dijo mientras se retiraba del lugar. —Ah, se me olvidaba, síganme los dos —recordó haciéndoles una seña con su mano.

Apenas noto que el interior de este edificio está hueco —Nerme pensó apenado al apenas percatarse.

Al seguirla por un poco de tiempo, los dos se fijaron en una puerta, al abrirla se encontraron en un gran callejón oscuro a la luz del día. Avanzaron rápidamente por el callejón hasta llegar a la calle.

Los edificios de concreto y ladrillos oscuros se mantenían firmes, la calle por donde pasaba la gente con diferentes tamaños y formas, conservando su forma humana. Ukno miró a todos lados con su cabeza asomándose desde el callejón, Nerme hizo lo mismo.

—No se queden atrás, aún nos falta que recorrer —la recepcionista les dijo levantando un poco la voz para que la vieran.

—Es bastante grande —la mujer araña dijo asustando a Nerme, quién la sujeto con fuerza y empezó a seguir a la recepcionista. Ukno lo siguió con cautela tratando de no ser visto por algún soldado.

Avanzaron rápidamente, la gran cantidad de gente los ignoraba para fortuna de Ukno quién simplemente miraba todo con sus cuatro ojos. Miro como niños pasaban de él y otros lo usaban para ir por lo alto.

Ukno rápidamente volvió a centrarse y procedió a acercarse nuevamente a Nerme, quién era visto raro por algunos ciudadanos que miraban como cargaba a una mujer bestia.

Finalmente, salieron del distrito residencial para ir a otro distrito.

—Y llegamos a su pequeño hogar mientras estén bajo los servicios del grupo —dijo la recepcionista quién les mostro una casa algo pequeña, hecha de bloques de cemento sin pintura y con ventanas algo sucias.

—Tiene agua potable, baño, regadera y lo indispensable para dos o tres personas —dijo mirando a los dos quienes miraron el resto de edificios, viendo que todos eran negocios.

—¿No había en el distrito residencial?

—Están caras las casas, solo tienen que pagar una moneda de gloro por semana, lo cual es una ganga —dijo con una sonrisa mientras procedía a retirarse, dejando al trío afuera de la casa.

—Al menos tiene un patio delantero y trasero —la mujer araña dijo mientras se tiraba sobre la hierba alta del patio y ocultándose entre ella, perdiéndose de vista para Nerme y Ukno.

—Me pido la cama más grande —Ukno entró tan rápido como pudo, Nerme miró la hierba alta y pudo ver el reflejo de los ojos de la mujer araña, se estremeció y procedió a entrar.

Pudo ver como por dentro todo estaba lleno de polvo, Ukno sostenía una escoba algo pequeña. Al costado de su compañero había una escoba grande y un recogedor de madera.

—Tú el techo y yo el suelo, es justo —Nerme fue rápido en agarrar la escoba grande, miro el suelo y suspiro para empezar a barrer alguno de los cuartos. Ukno fue a otro cuarto y miró si en las esquinas había alguna araña.

—No hay, mejor —con un rápido movimiento empezó a limpiar el techo levantando mucho polvo en el proceso.

—¿Por qué el techo se ve más limpio que el piso? —Nerme pregunta sin esperar respuesta, su expresión con el ceño ligeramente fruncido y un tono de voz incrédulo.

—Soy bueno en las tareas domésticas, se cocinar, lavar ropa, platos, pisos, techos… —empezó a enumerar y a partir de la siguiente palabra Nerme había desaparecido del lugar.

Nerme entró al baño, observó una especie de lavamanos sorprendentemente similar a los de su mundo original, podría decir lo mismo del baño y de la gran bañera.

Hasta Ukno podría entrar sin problemas, es colosal —pensó mirando la bañera para posteriormente suspirar y abrir la regadera para que se llenará la bañera. El ruido hizo que dejará de escuchar a Ukno de fondo que seguía hablando con el aire.

—Debo buscar más ropa, no traje demasiada y ya estoy empezando a apestar… —entro en la bañera ya desnudo, esperando a que se llenara de lo suficiente como para bañarse cómodamente.

—… Ah… Mí  mochila —recordó cómo sus pertenece se habían quedado en el lugar donde momentos después fueron transportados instantáneamente. Se frotó el rostro y se hundió bajo el agua con el fin de no enojarse.

Nerme miró la ventana que había en el baño, que permitía la entrada de luz y evitaba que alguien pudiera ver al otro lado de ellas. Pensó en la mujer araña, sonrió con un plan en mente.

Nerme miró al frente suya como las cuatro de las cinco chicas lo miraban fijamente, una de ellas miraba al suelo. Nerme solamente llevaba una toalla que usaba para cubrirse de la cintura hasta abajo, mostrando el cuerpo tonificado obtenido por la bendición.

—No nos hemos presentado apropiadamente, así que vengo a presentarnos —sonrió un poco y puso una mano sobre su pecho y se inclinó hacía al frente realizando una leve reverencia.

—Me llamó Nerme Bayiki, tengo veinte años y estoy soltero.

La mujer espadachín dio un paso al frente, bajo su cabeza para mirar a Nerme a los ojos de forma directa. —Me llamo Lima Erú, pertenezco a un linaje de maestros en el uso de la espada y debido a ciertos factores fui la más fuerte de mi generación —se presentó mirándolo fijamente con una sonrisa en su rostro.

—… Lima… —Nerme se cubrió la boca con la mano repentinamente.

Se está sonrojando —Lima pensó completamente segura de lo que veía.

—No creó que sea lo que estás pensando, Lima —Ukno dijo desde el techo de la casa, con los brazos superiores cruzados apoyándose en su pecho y sus brazos inferiores en su propia cadera, denotando una aura de burla.

—Vuelve a llamarme así y juró que un día de estos te encontrarán suicidado con veinte espadas en tú espalda.

—Como digas, Erú —se encogió de hombros y le saco la lengua burlándose de ella, rápidamente fue tacleado por Lima.

Lima Erú —Nerme estaba cubriendo su sonrisa y aguantando una fuerte carcajada. Se quitó la mano de la boca, aún con una pequeña sonrisa.

—Un gusto conocerte, ah… no me di cuenta que se fue Lima, bien, ahora tú… —Nerme apunto a la monja que se puso algo nerviosa por la mirada “demandante” de Nerme, empezó a mover la tierra debajo su pie con vergüenza.

—Me… llamo Luce, luz en italiano…

Aguarda, aguarda. ¿El italiano existe en éste mundo? —Nerme abrió los ojos sorprendido por eso. —Cierto que el español es un idioma derivado del Latín, no es descabellado que existan más —miro a la monja de pies a cabeza, ciertamente era linda, un poco.

—Tengo entendido que eres una monja, ¿Que puedes hacer? ¿Algún tipo de exorcismo? Recuerdo que me potenciaste ayer.

Nerme la miró esperando una respuesta, a sus espaldas estaban Ukno y Lima peleando en una pequeña bola de polvo donde solo podían ver los brazos de ambos y la espada de Lima que intentaba cortar a Ukno. Luce se golpeó las mejillas para no complicarse la explicación de sus habilidades.

—Soy una monja amplificadora, mediante un hechizo puedo mejorar las capacidades físicas de una persona a excepción de la inteligencia y con mis movimientos hago que la filtración de Mafilos sea mayor para posteriormente mejorar las capacidades físicas de mis compañeros, aunque admito que fue complicado hacerlo contigo, tienes la apertura demasiado cerrada —explico rápidamente a Nerme, quién parpadeó logrando entender la mayoría.

—Mafilos… ¿Es el nombre de la magia? —Nerme no esperaba una respuesta, la monja de acercó y lo miró a los ojos.

—El Mafilos es el nombre, sí, pero también se le llamada Mafilos al estudio de la energía y sus capacidades, ¿Por qué preguntas? ¿Te interesa? Yo puedo enseñarte aunque sea lo básico si quieres —empezó a tocar las manos de Nerme con fuerza, esté último simplemente sonrió cerrado los ojos mientras escuchaba como continuaba hablando.

—Mejor otro día, cuando ambos tengamos tiempo —la interrumpió sujetando suavemente sus manos, a diferencia de ella.

—S-sí, perdón, por lo general me gusta compartir mi conocimiento de Mafilos —se alejó avergonzada, al mismo tiempo, ella empezó a murmurar cosas mirando al suelo.

—¡Me llamo Erya, tengo veintidós años y me gusta mucho lanzar telaraña! —de su boca salió un disparo de telaraña al rostro de Nerme quién lo recibió completamente, rápidamente la mujer araña lo sujeto y procedió a correr con Nerme en brazos sobre su cabeza.

Lima y Ukno dejaron de revolcarse en el suelo y vieron como Nerme era secuestrado, rápidamente Ukno lanzó a la mujer tiburón sujetándola de la cola.

—¡Ay! —la mujer araña cayó al suelo por el cabezazo a su cabeza dejando caer a Nerme al suelo. Se levanto y se quitó la telaraña con algo de esfuerzo y procedió a escupir la que estaba en su boca.

—Tienes muchos problemas, primero el veneno y ahora esto… Te quiero afuera de la casa —se levantó sin problemas, sacudiendo en el proceso su toalla y suspiro algo cansado.

—Quedan dos… La mujer tiburón y… —antes de terminar, sintió como su hombro fue apretado con fuerza desde su espalda, una ligera sensación de peligro recorrió su espalda y una gota de sudor bajo por su mejilla.

—Un gusto, me llamo Calendra y soy parcialmente ciega —dijo con tranquilidad la mujer, emitiendo una sensación de peligro alrededor de ella. Nerme volteó a verla tratando de ocultar su temor.

—El gusto es mío, Calendra. ¿Qué tan ciega estás? —Nerme preguntó con ligera curiosidad, mientras giraba su cuerpo en dirección de la mujer. Calendra sonrió ligeramente al notar el temor que generó en Nerme.

—Puedo notar tú silueta y movimientos —su sonrisa desapareció por un momento antes de continuar. —Ojala pudiera ver de forma normal, para verte, guapo —le guiño un ojo mientras su mano se movió a la barbilla de Nerme, subiendo a sus mejillas para apretarlas ligeramente.

—Me halagas y todo, pero creo que los coqueteos van en privado —Nerme se soltó del agarré quitando la mano de Calendra de sus mejillas, usando algo de fuerza.

—¿Podrías dejar de apuntar a mí espalda? Limón —Calendra dijo al aire, su pregunta llego a oídos de Lima quién se había desplazado desde el lado de Ukno hasta la espalda de Calendra, quién miraba el intento de apuñalamiento con ligero desdén.

Eso fue fascinante, pude verla moverse sin ningún problema —Nerme pensó asombrado de su capacidad de verla recorrer esa poca distancia en tan poco tiempo.

—¿De qué hablas? Solamente intentaba cortar la basura.

—Pues el resto de ellas y tú se ven muy intactas —señaló Calendra para después apuntar a las mujeres con su dedo, Erya entrecerró los ojos amenazadoramente, Luce hizo una mueca mirando a otro lado, la mujer tiburón mostro sus dientes con una sonrisa que no lograba esconder su molestia.

Esto se está por descontrolar, no sé que hacer para evitarlo —Nerme pensó mientras sudaba por la tensión en el aire, trago saliva con nerviosismo. Lima rápidamente empujó su espada para clavarla en Calendra, está última alegró su expresión y relajó su cuerpo ante el desafío casi inminente.

—Niñas, niñas… —Ukno habló con un tono firme, mostrando autoridad y Lima se detuvo en seco tocando a Calendra con el filo de su espada sin llegar a cortarla. —Cálmense —finalizo su orden, Lima miró a Calendra antes de morderse la lengua.

Guardó su espada con un movimiento lento, miró a Ukno mientras la guardaba y sus miradas se encontraron durante un solo segundo. Lima apretaba la funda de su espada con fuerza el mango de su espada, lista para desenvainar y apuntar al cuello o torso de Ukno.

—Para tener cuatro ojos eres bastante despistado, te perdiste la oportunidad de apreciar la diferencia entre el fuerte y los débiles —se señaló al momento de decir fuerte y señaló al resto de mujeres al pronunciar débiles y cubrió su boca para ocultar sin éxito una sonrisa, Ukno la miró con sus ojos inferiores brevemente, antes de sonreír y mirarla con todos sus ojos.

—¿Entonces te consideras fuerte? ¿La más fuerte de ellas?

—Claro, la primera vez que nos enfrentamos no pude mostrarte de lo que estaba hecha —Calendra recordó como terminó después de su enfrentamiento con Ukno, sujetada por uno de sus brazos.

—No hay nada que demostrar si para empezar nunca hubo nada que ver —Ukno mencionó tranquilamente, Calendra sonrió lateralmente durante un instante antes de volver a su expresión inicial.

—Se molestó, eso es seguro —Luce le murmuró a Erya quién sonrió y asintió ante la declaración de la monja. La mujer tiburón también sonrió mostrando sus dientes.

—Tú ganas, ahg —se quejó al escuchar a él murmuró y le saco la lengua a Ukno de forma rebelde, esté último simplemente miró a la chica tiburón quién estaba flotando en el aire.

—Si que sabes manejarlas, eres casi como un líder —dijo Nerme, quién había estado observando todo sin decir nada.

—Solo es cuestión de mostrar autoridad y porque yo marque la diferencia en nuestro primer enfrentamiento, eventualmente tú podrías hacer lo mismo… Aunque seguramente te respeten más que a mí —aseguro mientras las chicas estaban algo dudosas de esas palabras.

Lima ladeaba la cabeza de un lado a otro mientras se rascaba el costado de su cabeza pensando en lo dicho, Luce simplemente asintió confirmando lo dicho al menos para ella, Erya se sujetó la barbilla entrecerrando sus ojos, Calendra negó con dudas.

—¿Ya me puedo prestar? —la chica tiburón preguntó mientras seguía flotando en el aire, mirando al cielo con sus ojos y viendo al sol directamente.

—¿Ves? Hasta ya te están pidiendo permiso para hacer algo —felicita Ukno mientras con su brazo inferior izquierdo abraza a Nerme para después despeinarlo con su brazo superior derecho.

—¡Suéltame! —gritó sintiendo la electricidad estática en su ser,  Ukno no se detuvo y siguió con su acción mientras lloraba falsamente.

—¿Vuelas o algo así? —Nerme preguntó al verla flotar, se sobaba la cabeza por lo que hizo Ukno, quién estaba emanando un aura divertida. La mujer tiburón desapareció, sumergiéndose en el aire como si bajará a bajo el agua.

—No —respondió la mujer tiburón saliendo al lado de Nerme, quién saltó al lado contrario donde apareció la mujer. —Es una característica común entre los hombres pez, anfibio y etcétera, podemos “nadar” en el aire como lo hacemos en el agua solo que sin cansarnos tanto —agrego mientras Nerme la miraba quitándose el susto que recibió.

—Pero eso no te interesa ahora, ¿O sí? —reía entre sus dientes afilados, moviendo su cuerpo de un lado a otro similar a los movimientos de una serpiente deslizándose, sus brazos extendidos con los codos doblados ligeramente en dirección de Nerme y listos para capturar algo.

Su cola se movía de forma oscilante, su mirada enfocada por completo en Nerme. —Me llamo Uro, desconozco mí edad y me gusta comer cualquier tipo de carne —se presentó nadando en el aire alrededor de Nerme, analizando su cuerpo desde diferentes ángulos.

—¿Uro? Hmmm —Nerme se quedó pensativo sujetando su barbilla, con la mirada en el suelo. —Me recuerda al nombre de un personaje de una serie —pensó tratando de pensar en aquel personaje femenino que por motivos desconocidos estaba desnuda la mayor parte del tiempo.

—Por cierto, mis padres están muertos…

—Oh, supongo que es una pena —Nerme se rascó la nuca con su otra mano sin saber que decir sobre eso.

—¡Porque me los comí! —rápidamente se abalanzó sobre Nerme a punto de sujetarlo con lo que sería un abrazo. Nerme se tensó brevemente y se preparó para actuar, podía verla moverse ella era… muy lenta a sus ojos.

Se movió ligeramente a un costado y Uro consiguió tener la mano izquierda  de Nerme en su rostro, para que Nerme posteriormente pusiera su otra mano en su estómago y la volteara como si estuviera colgada de un techo invisible detrás de Nerme quién la miraba.

Ukno miraba curioso, sin embargo, no dijo nada y simplemente sonrió divertido por lo quieta que quedó Uro en el aire. Lima simplemente miro todo expectante con su mano en el mango de su espada, Erya simplemente recordó los movimientos y los replicó en Calendra quién en vez de flotar cayó de pie con los brazos levantados en señal de victoria,  Luce miró confundida a Uro quién seguía quieta.

—La inmovilidad tónica es divertida de ver, pero la necesito atenta —Nerme suspiró y con su mano movió la mejilla de Uro logrando que cambiará de posición para que recupere su estado normal.

—¿¡Qué fue eso!? ¡Quiero hacerlo otra vez! —Uro gritó emocionada mientras nadaba rápidamente en el aire mientras su rostro tenía una expresión de enorme satisfacción.

Para ella fue como entrar en una especie de estado donde se había librado de cualquier tipo de lazo con el mundo, fue hermoso y satisfactorio. —¡Otra, otra, otra! —rápidamente sujetó a Nerme y procedió a agitarlo varías veces de un lado a otro.

—¡Suficiente! —gritó para alejar a Uro de su espacio personal, Nerme suspiro y miró a las cinco mujeres que lo miraban atentamente. —Cuando fuimos traídos aquí por la recepcionista, olvidó transportar mí mochila, es por eso que les pido si podrían ir a buscarla por mí —Nerme hizo que sus dedos de sus manos se tocarán entre sí, esperando una respuesta con nervios.

—Estoy dudosa, no sé porque nos pediría algo así —Calendra dijo en un círculo formado entre las cinco, todas usando sus brazos para tocar los hombros de las otras.

—No me convence, creó que se quiere deshacer de nosotras y le hacemos un favor de paso —Erya dijo entrecerrando sus ojos en dirección de Nerme, quién miró a otro lado, sus brazos inferiores se apoyaron en sus caderas, el brazo central derecho tocaba su mentón y el izquierdo rascaba su barbilla.

—Mmmm, es denigrante que me pida buscar algo…. Soy más combatiente que exploradora —Lima dijo mientras hacía muecas de disgusto ante la idea de usar más el cerebro que la espada.

—¿No nos estamos precipitando al ser algo negativas? Tal vez recompense a quién le traiga la mochila —Luce habló en voz alta, para que Nerme escuchará a propósito. Nerme suspiro y lanzó un mapa dado por Ukno a Luce, quién atrapó el mapa.

—La qué me traiga mí mochila se gana un día conmigo.

—Okey, lo vale —Uro habló por todas y se lanzó sobre Luce abrazándola con uno de sus brazos y procediendo a nadar con ella dejando atrás al restó quienes empezaron a perseguirlas.

—¿Eso querías pedirles? —Ukno preguntó sonriendo viendo a Luce montar la espada de Uro.

—Desde el inicio, en mí mochila tengo ropa y algunas cosas personales —dijo mientras se preparaba para entrar a la casa.

—¡Oigan, se me había olvidado transportar tú mochila! —la recepcionista había regresado con la mochila de Nerme en una mano, tanto Nerme y Ukno quedaron con una expresión en blanco.

Uh, bueno, al menos así no tengo que pasar el tiempo con una de las chicas —Nerme suspiro aliviado mientras veía como la recepcionista le daba su mochila.

—Ponte algo de ropa, exhibicionista —la mujer dijo mientras se preparaba para irse de nuevo por donde vino. Ukno tomo su hombro rápidamente, la mujer volteo a verlo completamente confundida por su toque.

—¿Qué quieres?

—Te ganaste un día entero con Nerme.

—¿Qué? —dijeron al mismo tiempo Nerme y la recepcionista que miraron a Ukno simultáneamente.

—Dijiste que le darías un día contigo a quien trajera tú mochila y ves a la ganadora frente a ti —le respondió a Nerme quién se talló los ojos con sus dedos, Ukno sonrió con gracia para molestar a Nerme.

—Eso lo dije como incentivo.

—¿Entonces no pasarás un día conmigo? —la recepcionista le siguió el juego a Ukno, su voz sonaba decepcionada mientras finja llorar. —¿Dónde quejó el hombre que me prometió hacerme ver estrellas? —lo miró con lágrimas falsas mientras se limpiaba.

—¿Te vas a detener si acepto? —Nerme preguntó, queriendo terminar con esto lo más rápido posible. La recepcionista se detuvo de fingir tristeza y lo miró fijamente.

—Si, simplemente te voy a acompañar el resto del día y mañana al amanecer regresaré para terminar el día —dijo mientras se encogía de hombros con una pequeña sonrisa.

—Ukno, no voy a olvidar esto que me hiciste —dijo Nerme con una expresión ligeramente molesta, Ukno sonrió.

—Me llamo Dominika, un placer Nerme Bayiki —saludó la mujer a Nerme, quién saludo apretando sus manos ligeramente. Nerme no esperaba nada de ella, sin saberlo el sentimiento era compartido con Dominika.

Nerme la miró de pies a cabeza, era una mujer de cabello amarillo como el sol al medio día, su pelo estaba suelto y colgaba hasta la parte superior de su espalda, ojos de color azul como el zafiro, en general un rostro bonito y delicado.

Su cuerpo estaba bien proporcionado por el rápido vistazo que había dado para evitar sospechas, su ropa consistía en una camisa blanca de manga larga de botones y arremangada, sobre la camisa usaba un suéter que usualmente se usaba bajo los sacos.

Su pantalón era marrón, ajustado ligeramente a su trasero y ayudaba a mantener fajada su camisa y sus zapatos eran de tacón bajo.

—El gusta es mío —respondió Nerme mientras daba la vuelta para ir a arreglarse por la inesperada cita con la recepcionista, miró a Ukno quién emitía una pequeña aura divertida.

Recordaré esto, Ukno —pensó Nerme antes de entrar a la casa.

—Qué empiece, que empiece, brum brum brum —dijo una mujer que estaba en un carruaje tirado por grejos de gran tamaño. Ella estaba jugando con unos carruajes en miniatura del tamaño de sus dedos.

—¡Ahí va! —los lanzó con fuerza y ambos carruajes en una pequeña pista dentro del carruaje, vio con emoción como los carruajes se detuvieron a medio camino y con ellos su emoción.

—¡¡Que aburrido!! —grito con fuerza, quería llegar rápido y acabar con la selección que tenía en una academia que no era de su interés. Se sentó en el asiento y se dejó caer, mirando la ventana del carruaje.

—Me mandan a escoger a un alumno a una escuela llena de mocosos y gente aburrida, desearía desaparecer del mundo… Ser transportada a otro mundo y vivir aventuras mientras muero y vuelvo desde cero, no suena mal, lamentablemente así de simple no es —hablaba consigo misma, quería morirse.

Se acomodó correctamente y miró por la ventana del carruaje, a lo lejos logro ver con claridad el reino principal, la capital del país donde se encontraba el castillo de la familia real.

—Oigan, ¿Cuánto falta para llegar si mantenemos la velocidad? —pregunto a los grejos que tiraban del carruaje. Una de ellos la miró y alrededor de su boca salió un círculo formado de mafilos.

—Tres días —dijo secamente el animal con una tono femenino , cuando termino de hablar el círculo alrededor de su hocico desapareció.

—… ¡Al diablo, iré de una vez y mañana terminaré la selección! —salió disparada por la ventana del carruaje, destruyendo el mismo colateralmente. Al salir se pudo ver mejor su apariencia, estiró su cuerpo en el aire mientras flotaba tranquilamente.

Su calzado consistía en unos elegantes zapatos negros con una suela de color café, sus pantalones ajustados perfectamente a su cuerpo eran de un profundo color negro que resaltaba los músculos atléticos de sus piernas. Su torso estaba cubierto por una camisa sin mangas de color verde menta dejando ver sus brazos con músculos refinados.

Sus manos cubiertas por guantes sin dedos de un color blanco excepcional, su piel era de un rico color chocolate que contrastaba con sus guantes, mientras que su figura destacaba notablemente su trasero sobre el tamaño de sus senos.

Finalmente, su rostro ovalado emana una mezcla de autoridad y sabiduría. Sus ojos, de un brillante amarillo similar a las margaritas, tienen una mirada afilada que parece atravesar todo a su alrededor. Su cabello lavanda cae hasta los hombros, pero la parte trasera se extiende más allá, terminando en una punta que recuerda la forma de una espada.

—Adiós, nos veremos en otro momento porque no aguanto un minuto más dentro del maldito carruaje —levanto su mano y un pequeño círculo se formó en la palma y al desaparecer una cúpula rodeo el carruaje y a los grejos siendo transportados instantáneamente a otra dirección.

—Ahora, con esto resuelto… Quiero un helado de vainilla —empezó a volar en dirección del Reino.

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