Era un día bello y normal para todo el mundo.

Mientras, en Sarasaland, La Princesa Daisy, estaba esperando a su querido "novio", Luigi. La princesa se preparaba para su visitante y tal vez salir a algún lugar, dependiendo de cómo serà el día.

Justo en ese momento, alguien tocó la puerta.

Daisy: Adelante.

Eso fue todo lo que dijo la princesa.
Daisy es alguien muy confiada, se siente siempre segura tanto como de sí misma a que nada malo podría pasarle, ya que siempre y normalmente vienen sus amigos a visitarla, y Daisy es una princesa rebelde, ósea, sólo por ser princesa no significa que deba actuar como una.

En fin, nadie entraba al castillo, simplemente se escuchó otro toque en la puerta.

Daisy: Dije que pase.

Daisy no entendía porqué nadie pasaba, una de las cosas más molestas que a alguien le podría pasar, que la persona que està tocando la puerta se haga el sordo y siga insistiendo en que le abran la puerta.

Daisy fue hacia la puerta a ver si era Luigi o alguien más.

Mientras afuera, había cierto chico alto, delgado, bigote fino, morado, y con una L al revés en su gorra.

Waluigi.

Waluigi: Jejeje.

Waluigi ràpidamente dejó un paquete enfrente de la puerta de Daisy y se ocultó ràpidamente en unos arbustos.

Daisy abrió la puerta y miró en el suelo un paquete.
La princesa lo tomó y lo miró con más detalle.

Daisy: ¿Pero quién me habrá enviado esto?

Daisy miró una vez más el paquete antes de cerrar la puerta volviendo adentro.

Daisy se preguntaba quién le habrá enviado el paquete, ya que en la caja no decía nada, no decía de donde venía o de parte de quién era, todo lo que decía era:
Para la Princesa Daisy.

Daisy decidió abrirlo sin preocuparse de lo que habría dentro.

Pero... cuando abrió el paquete, una extraña màquina ató a la princesa,

Daisy: Pero qué!?

Daisy trató de liberarse, pero era muy difícil.

Daisy: Aarrrg, Guardias! Guardias!!!
-: Tus guardias no vendrán a ayudarte, Princesa.

Daisy volteó a ver al dueño de esa voz.
La princesa miró una pila de sus guardias derribados y dèbiles en el suelo, mientras que encima, estaba cierto chico morado, con una sonrisa en su rostro, mientras acariciaba su bigote como todo un villano.

Daisy: Tú!!!
Debí saberlo!!!
Waluigi: ¿Me extrañaste Princesa Daisy?
Daisy: ¡¿Què quieres de mí ahora?!
Ya te he dicho que no me interesas, no eres mi tipo, literalmente.
Waluigi: Bueno, estaba pensando en más o menos en eso al respecto, y me gustaría hacer algo contigo.
Engordarte.
Daisy: ¿¡Què!?
Waluigi: Me gustaría engordarte, subirte mucho de peso, pero tranquila, te amaré mucho así, es más, seré yo el único quien te amará con esa forma. ❤
Daisy: ¡¡¡Estàs loco Waluigi!!!
Tienes a Wario, ¿porqué no lo emgordas a él? Más de lo que ya està.
Waluigi: Oh Daisy, ¿y crees que no lo hice?
Daisy: ¿¡Què!?
Waluigi: Tomé a mi Wario y lo engordé mucho más. Antes era una almohada còmoda en la que descansar, pero ahora es un colchón sólo para mí, waaahhhjajajjjaa.
Y ahora, es hora de que te alimente 😼

Waluigi en un abrir y cerrar de ojos, de alguna forma u otra, consiguió mucha, mucha comida, sólo para Daisy, comida grande, comida grasosa y con mucha azucar.

Waluigi: Muy bien Princesa, ahora, abre la boca.

El chico morado logra su objetivo, logra meterle el primer bocado a Daisy. Ésta por alguna razón u otra, se la comía y se la tragaba, Waluigi metía casi toda la hamburguesa a la boca de la chica, queriendo que se la comiera toda.
Daisy iba comiendo y comiendo por Waluigi, dándole hamburguesas grandes triples.
Daisy comía y comía, que por alguna raZÓn u otra, no sentía dolor de estómago o algo parecido, es más, la chica ya había empezado a ganar beso, una barriga grande ya se notaba en el vestido.

Waluigi al notar esto, acarició el estómago creciente de Daisy con una mano mientras que con la otra le daba otra hamburguesa grande.

Waluigi: Come linda, necesitas comer para crecer.

Y con eso, la hamburguesa fue metida en la boca de la Princesa de las flores.

Después de las hamburguesas, lo siguiente fue pizza, pizza tamaño grande, con peperoni, jamón, carne, etc. Waluigi le metió 2 rebanadas de pizza a la boca de Daisy, haciendo que ella se las comiera y las tragara.
El estómago de Daisy se hacía cada vez más y más notable por cada bocado que daba.
Waluigi la alimentaba sin parar, sin dejarla tomar un respiro.

Poco a poco, Daisy empezó a ganar más y más peso, empezando a engordar sus piernas, caderas, cintura y trasero.
El vestido era cada vez más y más apretado para Daisy, notando que empezaba a ganar mucho peso.

Waluigi por otro lado, simplemente le daba más comida a la chica, dándole unas donas cubiertas de chocolate, se las metía en la boca y hacía que se las comiera hasta estar ya dentro de su estómago.
Por cada minuto, Daisy engordaba más y más por tanta comida chatarra, sus brazos empezaron a ponerse gruesos, sus pechos se hicieron algo grandes, su cuello se hizo más ancho, y sus mejillas se volvían más regordetas.

El siguiente platillo fueron grandes trozos de pastel de chocolate, llenos con crema.
Waluigi alimentaba a Daisy, haciendola comer cada vez más, platillos más grandes y pesados.

Daisy estaba cansada, ya se sentía bastante llena, quería tomar un gran descanso.

Waluigi: No no Princesa, no es hora de descansar, debes terminar de comer toda tu comida, y te falta mucho.

Waluigi sin dejar descansar a Daisy, la siguió forzando a comer, haciendo que la chica sólo comiera y tragara, comiera y tragara, comiera y tragara. Daisy se sentía toda una cerda con esto, al sólo comer, comer y comer, nada más en ese momento.

La princesa se volvía cada vez más y más y aún más pesada, ganaba libras bastante rápido.

Al final, la silla no la aguantó más, haciendo que Daisy callera al suelo, causando una grieta algo grande y estar encima de la silla destruida.

Waluigi: Oh vaya, te volviste realmente grande eh?
No te preocupes preciosa, tengo algo más para ti.

Waluigi le metió un tubo en la boca a Daisy y encendió una máquina.
Esta màquina era de soda, así que ahora, Daisy tenía que tomar toda una máquina de soda tamaño gigante ella sola.
Daisy sólo deseaba parar, que ya terminara esto, pero no podía, no podía hacer nada ahora.

Daisy tomaba la soda, bebía y bebía, mientras se volvía más y más grande, rompiendo su vestido poco a poco, hasta lo último.

Daisy engordaba rápido, con cada trago que daba, una libra más obtenía.
Su estómago crecía, al igual que sus piernas, brazos, trasero, pechos, todo su cuerpo se volvía muy pero muy grande, bastante grande.

Ella no sabe cuánto tiempo pasó, pero finalmente, ya todo había terminado.
Daisy ahora era casi del tamaño de la gran sala de su castillo, pero no podría caber por la puerta.
Imposible.

Waluigi estaba bastante feliz de haber logrado su objetivo.
Éste, se subió en Daisy, recostandose en su gran barriga linda, abrazandola con cariño y amor.

Waluigi: Aaawww pero qué linda te ves Daisy, tan suavecita, tan rechoncha, tan gordita y adorable ❤.

Waluigi acariciaba la gran barriga de Daisy, jugando también con sus 2 enormes montañas que tenía.

La princesa sólo deseaba poder mover los brazos para así ahorcar a Waluigi, pero no podía hacerlo para nada, estaba completamente inmóvil.