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Justice League: Barry Allen ABDL

Pov. Narrador.......................

Era otro día más en la Atalaya para la Liga de La Justicia, todo tranquilo y lleno de paz y armonía, y más ya que hace tres días derrotaron a los villanos y los mandaron a prisión nuevamente, por lo que no habría crimen por un tiempo.

Todos estaban en sus asuntos en alguna parte de la Atalaya, en especial cierto chico veloz, rubio y de ojos azules.

Barry Allen.

Barry se encontraba en su habitación teniendo su "tiempo privado", un tiempo que no ha podido tener en su propia casa durante casi un mes, un tiempo que ya necesitaba tenerlo. Ese tiempo era nada más ni nada menos que "ser un abdl".
Sí, Barry Allen, Flash, el hombre más rápido del mundo, es un pequeño bebé grande en secreto.
Barry desde hace un buen tiempo ha sido uno, le parece divertido volver a usar un chupete, jugar con uno que otro juguete y peluche, beber leche de un biberón, volver a los pañales y los mamelucos, entre otras cosas.
Uno pensaría que en el Atalaya no es la más gran buena idea de Barry de hacer esto, pero los únicos lugares donde no hay cámaras de seguridad son las habitaciones, ya que para la Liga, sus habitaciones son un lugar privado, un tiempo para ellos mismos.

Nadie sabe sobre este lado de Barry y el rubio espera que se quede así, ya que no sabría qué hacer si alguien llegara a descubrir esta parte de él, o peor, todo el mundo, sería su fin, nadie lo tomaría enserio, (más de lo que ya lo hacen) recibiría burlas y humillaciones.
Barry sacudió la cabeza, tratando de no pensar en eso y mejor tomó uno de sus mil peluches para abrazarlo mientras tenía el chupete en su boca, algo que suele calmarlo cuando no se siente bien y necesita un abrazo, por suerte su conejito vestido de Flash estaba ahí para consolarlo y aceptar sus abrazos.

Barry decidió dejar de pensar en lo peor y tomó unos crayones y papeles rápidamente para empezar a dibujar o sólo garabatear en la hoja hasta que saliera algo al azar.
Barry estuvo así por un buen rato, llenando hojas de papel de garabatos, fueron muchas hojas de papel que llenó de eso gracias a su super velocidad.
Un rato después, Barry decidió dejar sus crayones y papeles a un lado, esparcidos por el suelo, y decidió jugar con alguno de sus juguetes.

El chico veloz ahora estaba pasándola muy bien con sus juguetes, teniendo la fuerza de la velocidad, llendo de un lado a otro en la habitación, inventando aventuras con sus juguetes, si alguien lo estuviera viendo le resultaría bastante adorale ver a Barry jugar a ser un bebé.
Barry sonreía por estar teniendo su momento de ser su pequeño yo, de poder relajarse y divertirse.

Pero en eso, pasó algo...

Barry escuchó cómo la puerta de su habitación había sido abierta por alguien del otro lado. El chico rubio al ver quién abrió su puerta, se quedó en completo shock.
Una de las últimas personas que quería que se diera cuenta de su pequeño secreto.


Hal Jordan, Linterna Verde, su amigo, su buen amigo.



Hal se quedó casi boquiabierto al ver a su amigo vestido de un bebé, con un chupete en la boca, y teniendo juguetes para bebés en el suelo.

Ambos chicos se quedaron viendo, sin decir nada, un momento bastante incómodo, Hal no sólo invadió la privacidad de Barry, sino que ahora sabía que Barry le gustaba jugar a ser un bebé.
Barry no pudo evitar bajar la mirada, deseando haber sido lo suficienteme rápido para guardar todas sus cosas para bebés y ponerse su traje de Flash y fingir que estaba haciendo otra cosa en su habitación.
Las lágrimas empezaron a hacerse presentes en los ojos del rubio, ¿ahora con qué ojos lo verá Hal? ¿Aún querrá ser su amigo? ¿Le dirá a toda la Liga que el velocista usa pañales y es un bebé grande?
La mente de Barry pasaba lo peor, muchas posibilidades de lo que podría ocurrir en cualquier momento.

Pero en eso, Barry sintió unos brazos rodearlo y siendo pegado al pecho de alguien, de Hal.
Barry no había notado cuando Hal se había acercado hasta él, se preguntó cómo no se dió cuenta.
Hal empezó a acariciar suavemente el cabello de Barry, mientras que el menor sólo se dejó llevar por ese momento.

Hal: Hey, está bien, no hay razón para llorar, todo está bien, no estoy enojado contigo.
Sólo me sorprendiste, no sabía que te gustaba ese juego.

Barry: Y-Yo...
Me hace sentirme bien de alguna forma, me gusta...

Hal: Y no hay nada de malo en eso, amigo.
No te preocupes, no le diré a nadie de esto, tu secreto está a salvo conmigo.

Barry miró a Hal con un ahora alivio en su rostro, agradeciendo que su amigo haya sido tan comprensivo con él por este gusto infantil. Pero aún con eso, no pudo evitar que una que otra lágrima saliera de sus ojos.

Barry: Gracias.

Hal: De nada, amigo.

Hal le limpia las lágrimas de las mejillas a Barry usando sus pulgares, sonriéndole al velocista para que se sienta seguro de alguna manera.

Hal cerró la puerta con llave y se quedó con Barry en la habitación, usando su anillo para crear bloques de construccion para el chico, algo que le gustó a Barry.
Ambos pasaron una linda tarde juntos.

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