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Cuphead: Mugman (Weight Gain)

Era un día bello y tranquilo para la isla Inkwell, para las 3 islas todo era paz y tranquilidad, no habían problemas, la gente reía y se divertía.

En el bosque, se encontraba Mugman paseando, dando saltitos con una sonrisa alegre como de costumbre.

La taza azul daba y daba brincos en su camino con alegría en camino recto, hasta que algo lo detuvo.

Mugman se había detenido ya que sintió algo de repente.
Era su estómago, que gruñía fuerte, tanto que era perfectamente audible para los oídos de cualquiera, incluso para el mismo Mugman.

Mugman: Oh vaya, mi estómago me gruñe como un león.


El estómago de Mugman gruñó aún más, haciendo que la taza azul se sonrojara de pena.
Mugman acarició su barriga, tratando de calmar sus tripas por un momento.

Mugman: Está bien, podemos ir a casa a comer algo, de todas formas, Cuphead me dijo que hoy va a prepararme algo delicioso, sólo espero que no queme nada.

Y así, Mugman fue directo a casa, pensando qué habrá cocinado su hermano hoy.
Pero sea lo que sea que haya hecho, Mugman con gusto se lo comerá.

Mugman llegó a casa, abriendo la puerta, sintiendo en su nariz el olor de la comida, deliciosa comida.

Mugman: Mmmm, huele delicioso.

Mugman entró a la casa y cerró la puerta, llendo directo a la cocina, encontrándose 2 cosas:

A su hermano Cuphead cocinando y en la mesa llena de platillos realmente buenos.
Postres y postres se podían ver enfrente de Mugman.
Habían cupcakes, galletas, brownies, uno que otro pastel, pies, etc.

Cuphead: Hey Mugsy, ¿cómo estás?
Llegas justo a tiempo para probar los postres que he hecho.

Mugman: Todo esto se ve realmente delicioso hermano.

Cuphead: Créeme, te van a encantar cuando los tengas en la boca.

Mugman se sentó en la mesa mientras que Cuphead le pasaba el primer postre.
La taza azul empezó a comer, sintiendo el delicioso sabor dulce y empalagoso del postre, su sabor era increíble, era buenísimo, realmente Cuphead aprendió muy bien.

Mugman comía ferozmente los postres, su hambre era grande y amaba mucho comer dulces.
¿Qué mejor combinación para eso?

Cuphead: Jeje, realmente se ve que te gustaron mis postres Mugman.
No comas tan rápido, no quiero que mi hermanito tenga un dolor de pancita después.

Mugman asintió con la cabeza mientras se metía en la boca uno de los cupcakes.
Mugman comió y comió hasta el último postre, lamiendolo todo sin dejar absolutamente nada.

Al final, Mugman se recostó en la silla con una pancita llena, teniendo ahora una barriguita hinchada.
El menor se acariciaba la barriga, satisfecho por los postres que acaba de comer.

Cuphead: Jaja, se ve que te gustaron mucho mis postres hermano.
Me alegra que te lo hayas comido todo.
Ahora, vamos a llevarte a la cama, debes estar algo cansado.

Cuphead ayudó a Mugman a levantarse de la silla, llevandolo a la habitación a la cama.

Ya en la habitación, Cuphead acostó a Mugman en la cama, cubriendolo con la sábana, dándole un besito en la frente y dejando que su hermano menor descansara.






Pasaron los días, 2 semanas para ser precisos.
Cuphead le daba postres a Mugman, mimandolo un poco con esas golosinas, dándole uno que otro dulce en el día, una barra de chocolate, dulces, cupcakes, una que otra rebanada de pie o pastel, y galletas.
Mugman comía todo lo que su hermano le daba sin dudarlo, sólo pensando en la delicia de los dulces, sin pensar que después tendría ciertos cambios en su cuerpo.

Un día, en una mañana, Mugman se encontraba vistiendose para empezar el día, sin embargo, notó algo extraño.
Al ponerse su camisa negra, notó que no cubría su barriga.
Mugman trató de bajar su camisa lo más posible para cubrir su carne ahora hinchada y notoria, pero fue en vano.

Mugman: Cielos, ¿cuándo se encogió esta camisa?

Justo en ese momento, alguien toca la puerta de la habitación.

Cuphead: Mugsy, soy yo, Cuphead, ¿puedo entrar?

Mugman al oír la voz de su hermano al otro lado de la puerta, rápidamente fue a la cama, cubriendose con la sábana, no quería que Cuphead lo viera así, no quería preocupar a su hermano mayor.

Mugman: Em... Sí, sí, pasa hermano.

La puerta fue abierta por Cuphead, el cual entró en la habitación y fue directo a la cama de su hermano menor.

Cuphead: ¿Cómo estás hermano?
¿Listo para empezar el día?

Mugman: Em... Sí, ya casi estoy listo.

Cuphead: Excelente. Porque hoy te tengo unos ricos panqueques grandes para el desayuno, con miel, azúcar, crema batida, helado y jugo de naranja.

Mugman: Wow, eso suena realmente delicioso hermano.

Cuphead: Y todo está hecho con amor para ti y sólo para ti, Mugsy.
Bueno, te espero en la cocina.

Mugman: Muy bien.

Y con eso, Cuphead salió de la habitación, dejando a la taza azul solo otra vez.

Mugman se quitó las sábanas y se levantó de su cama, buscando una camisa holgada o una más grande para usar.

Al final Mugman, decidió usar una sudadera grande color negro con capucha para el día.
Y así, Mugman fue a la cocina a desayunar con Cuphead, comiendo todas las golosinas que le daba su hermano mayor, empezando a ganar más peso.



Los días pasaron, las semanas pasaron, 1 mes inmedio pasó después.

En una mañana tranquila, Mugman despertó y se levantó de la cama con algo de dificultad, ya que se sentía pesado al tratar de moverse, haciendo que su cama rechinara por su peso.

Mugman estiró los brazos mientras abría los ojos poco a poco.

La taza azul se miró en el espejo, notando justo en ese momento su nuevo cuerpo.

Mugman abrió los ojos al verse así mismo, al ver su cuerpo ahora....
Grande.....

Su barriga había crecido más definitivamente, como si estuviera embarazado de 8 meses.
Sus piernas y trasero eran gruesos y grandes ahora, haciendo ver claramente que la ropa interior era muy pequeña y probablemente esté apunto de romperse.
Ahora tenía unos pechos de mujer notorios, descansando en su barriga.
Sus brazos eran gruesos, y sus manos también, teniendo ahora dedos de salchicha.
Incluso su rostro cambió un poco, notándose en sus mejillas algo gruesas.

Todo el cuerpo de Mugman ahora era grande y suave, ahora tenía una carne blandita y adorable.
Era tan grande que incluso alguien podría decir que entre él y Cuphead, Mugman es el hermano mayor.

Mugman: ¿¿¿Cómo pasó esto???

Mugman se preguntaba eso mientras se daba un ligero pellizco uno de sus rollitos, sintiendo la suavidad y lo blando que era ahora su cuerpo.

Esta era su consecuencia por ser tan glotón, su mayor debilidad siendo los postres y dulces, en especial el azúcar.

Cuphead le había dado muchas golosinas, muchos postres, muchos dulces.

Justo en ese momento, Cuphead tocó la puerta de su habitación.

Cuphead: Oh Mugsy ~❤️.

Mugman al oír a su hermano, rápidamente fue a su cama, tratando de cubrir todo su cuerpo con las sábanas.
Sin embargo, le fue en vano, ya que en las sábanas se notaba el cuerpo gordo de la taza azul.

Justo en ese momento, la puerta se abrió por la taza roja, con una dulce sonrisa.

Cuphead: El desayuno aún no está listo, pero, puedes comer unas galletas que preparé con amor y mucha azúcar y unos pequeños brownies.

Cuphead se acercó a la cama de Mugman con las galletas y brownies, mientras que el menor estaba aterrado de su hermano, temiendo en que el mayor le diera más y más dulces.

Cuphead se sentó en la orilla de la cama, quitándole la sábana de la cara a Mugman y mirándolo con ternura.
No necesitaba ver todo su cuerpo para saber que en verdad Mugman ha engordado, ya que sus mejillas gorditas lo delataban.

Cuphead: Abre la boca y deja que tu hermano mayor te dé de comer Mugsy ~❤️.

Cuphead tomó una galleta llena de azúcar, acercandola a la boca de Mugman, quien al principio no quería comérsela, pero ese pensamiento cambió rápido al oler el postre.

Mugman lentamente abrió la boca y dejó que Cuphead le diera de comer.

Cuphead: Eso es Mugsy, buen chico.
Los chicos buenos siempre comen todo lo que uno les da y son taaan obedientes.
Eres un chico muy obediente Mugsy.
Eres mi buen chico.

Y así, Cuphead le dió las golosinas a Mugman mientras que éste no protestó, sólo comía y comía, sólo queriendo comer más.

Mugman: (Tal vez, esto no sea tan malo después de todo...)

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