Esta mañana hice algo malo.

Por momentos siento una culpa enorme, una sensación aplastante de querer limpiar mis manos con ácido, sin embargo, no puedo.

Asqueado de mí mismo voy al lavadero, tomo grandes cantidades de jabón y lavo entre mis dedos; entre mis uñas, en medio de cualquier arruga, incluso sujeto la escobilla y refriego desenfrenadamente. Debo extirpar "eso" a como dé lugar.

No obstante, el ojo sigue ahí. Abriendo y cerrando su único párpado de manera grotesca. Lo miro, él me observa. Y luego...

-Hahahah... ahora le toca a tu madre, ¿no es así?

Simplemente empiezo a llorar.

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Numero de palabras: 100.

Relato ganador del desafío de Halloween 2017 del apartado "Relatos Espeluznantes" de la cuenta "Terror en español".

Publicó uno de mis relatos antiguos. Espero les guste.