Romance (12) - Bajo el columpio
Bajo el columpio (01)
Era catorce de junio y estaba lloviendo a cantaros.
Corriendo sin paraguas, busqué un lugar para refugiarme. Sin mucho en que pensar, vislumbré un gran columpio a lo lejos, y me cobijé bajo su cúpula.
Mientras suspiraba por mi mala suerte, el trepidante bramido de un trueno explotó en el cielo. No lloré, tenía nueve, sin embargo, un llanto ajeno atrajo mi atención.
Al girar pude verla, una niña tiritaba sin control. Tenía largo cabello negro y unos ojos esmeraldas que parecían joyas preciosas.
Noqueado por la escena, traté de decir algo. Desgraciadamente, las palabras no salían; en su lugar, un trueno rugió a la distancia y ella se aferró a mí.
Congelados como efigies de hielo, una sonata rimbombante bramó sin piedad. Sombras y luces refulgían en la superficie, mientras que —aferrándose a mí—, la chica susurraba “perdón” y yo murmuraba “no es nada”.
El tiempo pasó de esa forma.
Ataviando un silencio extraño que parecía eterno.
Al amainar, ella liberó mi espalda. Ahora que la veía… era hermosa.
Con una sonrisa medio forzada, profirió un leve “gracias” y partió sin mirar atrás.
No tuve el valor de decir nada.
Seis años pasaron y aún la recordaba. En los días lluviosos recordaba su sonrisa, en los días nublados me perdía en otro mundo, al pasar por ese parque la esperanza revivía. Lo sabía, se trató de un evento fortuito, no obstante…
Jamás pude olvidarla.
Es más, la busqué reiteradas veces. Había perdido la cuenta. Sin embargo, seguía buscándola.
Caminando por la misma calle, decidí parar con esta locura. Seguir con esto era estúpido. Suspiré pesadamente.
—Bien, esta será la última visita… —esbocé una sonrisa irónica—, disfrútala, perdedor.
Luego de contemplar el paisaje por un largo rato, compré una soda de limón. Tenía sueño. Decidí acercarme al viejo columpio.
Aunque fue reparado muchas veces, el columpio seguía siendo el mismo de siempre. Su forma de tortuga en la base y su larga resbaladilla lo demostraban. Me acerqué a la base, luego ingresé a la cúpula. La brisa se sentía demasiado bien.
—No está aquí, ehh…
Caí dormido luego de algunos minutos. Un joven de quince años durmiendo en un columpio. Sí, desastroso, aun así, no me importaba… tenía sueño.
Al despertar por completo —minutos después—, sentí algo suave en mi nuca, se trataba de algo realmente blando. ¿Qué era esto?
De repente, oí una risilla. Parpadeé repetidas veces y entonces, vislumbré a una chica de cabello negro y ojos esmeraldas reírse de mí. Ella esbozaba una bella sonrisa, asimismo, sostenía mi cabeza entre sus muslos, como un tipo de almohada improvisada.
Me observó, sonrió y dijo:
—Eres un acosador persistente, ehh…
Continuará...
Otro más XD. Este relato tiene dos partes. La próxima semana publicó la continuación. Bye.
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