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capitulo uno;

Horas antes

6:21 pm

Taehyung veía desde el enorme sillón de la sala como sus padres bajaban por las escaleras vestidos muy elegantes. Su madre con un hermoso vestido blanco y el cabello recogido y su padre con un esmoquin azul marino. Ambos muy sonrientes.

"Taehyung, amor." Su madre lo llamo con una sonrisa. "Recuerda cuidar a JiSoo, ahora está durmiendo pero sabes que no le gusta estar sola mucho tiempo cuando despierta."

"No te preocupes mamá, estaré pendiente de ella." Decía el castaño acercándose hasta ellos. "¿Van a casa de la abuela?"

"Así es hijo, dará una cena para los ejecutivos de la empresa." JongHyung le dio una palmada en el hombro mientras TaeHyung lo único que podía hacer era asentir contento "Volvemos algo tarde, no nos esperen despiertos"

JongHyung y TaeYeon eran padres de un hermoso omega Taehyung, un jovencito a días de cumplir dieciséis años, era de estatura promedio, ni muy bajito pero tampoco era alto, tenía cabellos lacios y castaños, de cuerpo delgado sin mucho músculo, un par de avellanas por ojos, y bueno, también era delicado.

Hace cinco meses y dos días que la familia de TaeHyung sabía que pertenecía al género de los omegas, lo aceptaron bien y con calma, no era como que se tendría que armar una revolución, eran sus padres y ellos lo amaba tal y como era.

El instinto maternal de Taeyeon lo sabía desde muy chico que su pequeño Tae sería omega, a ella no le molestaba en absoluto, amaba a su hijo sea el género que sea y JongHyung no se quedaba atrás. Era muy sobreprotector con TaeHyung. Jong se llenaba de orgullo al momento de sentir ese aroma que su hermoso hijo desprendía, una sensación de un pastel de chocolate o caramelo recién horneado. Sabía que muchos alfas de cualquier tipo -vagos, pubertos, ancianos- y demás andarían detrás de su hijo al sentir tan provocador aroma, no quería que su hijo se emparejara pronto, entonces decidió, junto a su omega TaeYeon darle los mejores supresores y disminuir su olor dejando en completo anonimato su género a todos.

Se despidieron de su hijo y emprendieron camino a casa de la madre de Jonghyung.







Al ver a sus padres salir, apagó la televisión de la sala y se encaminó al cuarto de su hermana Jisoo.

Jisoo era una hermosa niña de 11 años. Tenía los más lindos cabellos lacios y azabaches que podían existir, tenía ojos igual a los de su madre, pardos y grandes. La niña era una completa dulzura y por supuesto TaeHyung la amaba muchísimo.

Al llegar al cuarto de su pequeña hermanita tocó la puerta tres veces, sin recibir ningún tipo de respuesta, decidió abrir y ésta estaba dormida, envuelta en sus sábanas rosadas con pequeños castillos y coronitas de princesas impresos. Se acercó y le dio un pequeño beso en la frente y se dispuso a salir nuevamente en total silencio.

Se encaminó a su habitación y se recostó en su amplia cama, no tenía nada que hacer, en la televisión estaban dando pura basura, el último libro que le quedaba lo había terminado esta mañana definitivamente tendría que ir a la librería por más mañana, eso de no tener nada que hacer en fin de semana era demasiado aburrido.

Estaba a días de cumplir dieciséis años, y tan sólo a unas dos semanas como mucho de que su segundo celo llegara, estaba agradecido con su padre por haberle comprado esos supresores, con ellos no sentía tanto dolor, era verdad, su olor disminuyó mucho, por eso no era ningún problema. Aún no estaba listo para emparejarse con alguien y tampoco conocía a algún alfa que le llamara la atención. Sólo sus padres y su hermanita sabían sobre que era omega. Sus padres no habían comentado nada al respecto por privacidad, sabían que una vez a dar a conocer la noticia empezarían a llegarle ofertas de sus amigos que tenían hijos alfas para que sus hijos se conozcan sólo para formar alianzas laborales, y en definitiva, Jong no quería eso.

Después de cuarenta minutos más o menos se quedó dormido, pensando que era un chico muy afortunado, era un omega querido, no muchos tenían esa oportunidad pero él la tenía. Su familia lo amaba como era.










Hora actual.

"Pero mi, mi TaeHyung es-es un omega"

"Bien, muy bien Taeyeon" aplaudió cínicamente "Nuestro querido hijo es un omega, ¿Tienes idea qué haré al respecto?" Esta negó, todo lo que sentía a través del lazo era odio y venganza.

"Jong tu-tu no eres así, por favor" rogó, tenía tanto miedo por su hijo Taehyung, sabía que su marido podía hacer cualquier cosa.

"No voy a matarlo Taeyeon" ésta dio un pequeño brinco al escuchar esas palabras "Hablaré con WooJin y nos iremos a Seúl lo más rápido posible, TaeHyung necesita ver un doctor"

Es último colmó la paciencia de Taeyeon "¡Mi hijo no necesita ningún maldito doctor!" Alzó la voz sin titubeos "Mi hijo es un omega y un omega será para toda su vida, conseguirá un alfa que lo ame y prote..."

"¡CIERRA LA MALDITA BOCA" Sintió el escozor en su mejilla izquierda, después de veinte años juntos, por primera vez Jong le había pegado "¡Escuchame Taeyeon! Escúchame muy bien, haremos esto a mi puta manera, ¿entendido?" Asintió con mucho dolor en su mejilla izquierda "Nos iremos a Seúl y se hará todo lo que se tenga que hacer"

Tenía que parar esto, tenía que hacerlo por el bienestar de su hijo. WooJin era un reconocido doctor de omegas en Seúl, él era la persona que le proporcionaba los mejores supresores para TaeHyung, pero sin embargo se estaba saliendo de control.

No iba a permitir que su hijo volara hasta Seúl para saber Dios lo que harían con él, no lo iba a permitir.









Tres días después, el ambiente de la casa Kim no era agradable, Taeyeon tenía un moretón verdusco en su mejilla izquierda producto del golpe ocasionado por su amado alfa, tuvo que cubrirlo con maquillaje para no tener interrogatorio por parte de sus hijos.

Estaba sufriendo, desde aquella noche él no había llegado a dormir, únicamente había recibido una llamada para decirle que en una semana estarían tomando un vuelo a Seúl, no aparecía hasta que ese día llegara, su omega interior lo lloraba.

Aún no tenía el valor para platicar con TaeHyung lo que estaba tratando su adorado padre y lo que planeaba hacer por él.

Mientra ella ya tenía todo preparado, tenía que poner manos a la obra, sin perder ningún detalle, sus sentimientos y pensamientos deberían de estar al margen, si no JongHyung sabría lo que estaba apunto de hacer...

Se adentró en la habitación de su hijo, eran las 2:24 de la madrugada, TaeHyung dormía plácidamente, más la tristeza se apoderó nuevamente de Sun Hee al ver a su hijo tan tranquilo dormir, se acercó, le besó la frente susurrándole un "Todo estará bien cariño, lo prometo"

Se apresuró a tomar un bolso mediano del ropero de su hijo, y sin importarle hacer ruido empezó a empacar ropa de TaeHyung, abría cajones, gavetas y demás logrando despertar al castaño.

"¿Ma-Mamá?" Aclaró su garganta "¿Qué sucede?"

Al escuchar a su hijo corrió a su lado y se sentó en la orilla de la cama, este se sentó con algo de torpeza y esperó a que su madre le dijera qué estaba ocurriendo.

"Tae, amor..." susurraba entre lágrimas "Necesito que te vayas Tae"

Tragó saliva sin entender del todo a su mamá, ¿A dónde tenía que irse? ¿Porqué y con quién?

"No te entiendo mamá" Le contestó tranquilo. No tendría porqué estar alterado ¿No?

"Cosas muy feas pasarán si continúas en esta casa hijo, sólo..." Le costaba mucho trabajo hablar, el sentimiento de pérdida era impresionante "Sólo confía en mi cielo, ¿De a-acuerdo?" Este asintió aún sin entender "En-En el bolso que te he preparado tienes ropa, zapatos y-y todo lo necesario que vayas a-a utilizar amor, también puse mis ahorros que conservo desde antes de conocer a tu padre, jamás los ocupé y ahora son tuyos, tienes que irte Tae, lo más pronto posible..."

"¿Tu vendrás conmigo?" Preguntó inocentemente. Confiaba plenamente en su mamá, si esta decía vamos, era porque era lo correcto, su mamá jamás buscaría su mal.

"No, no cielo. Tengo que quedarme con Jisoo, Soo-Young irá contigo" Soo-Young era su ama de llaves, una mujer Beta de aproximadamente 45 años, había crecido junto Taeyeon, culminaron la escuela juntas pero por asares del destino y género, Soo-Young no logró obtener una buena vida, Taeyeon para no dejar a su amiga atrás pidió que viniera con ella como su ama de llaves.

"¿Papá, entonces?" Joder, era díficil de explicar, no era fácil decir que era de él que estaba huyendo.

"No, mi amor. Soo-Young estará contigo. He metido un celular de repuesto en el bolso, soy la única que tiene el número, no contestes otra llamada que no sea la mía, tu móvil se quedará conmigo" Dijo tomándolo de la mesita de noche y metiéndolo en una de las bolsas de su pantalón de dormir. "Nadie TaeHyung, escúchame... Nadie debe saber sobre tu paradero. Únicamente Soo-Young, tú, y yo"

Unos golpecitos en la puerta los hicieron salir de su burbuja ocasionando que ambos dieran un pequeño brinco del susto.

"TaeYeon ya es hora" Dijo Soo-Young desde el umbral de la puerta con un pequeño bolso entre sus manos.

Con rapidez ayudó a TaeHyung a pararse de la cama, logrando que el frío piso acalambrara directamente sus plantas de sus pies, se cambió rápidamente sus pijamas por ropa cómoda, se puso sus vans de la suerte y se encaminó a la puerta con el bolso que su madre le había hecho.

Caminaron los tres en dirección a la puerta principal y Taeyeon le dio un fuerte abrazo.

"No tengas miedo corazón, recuerda que todo tiene una explicación y tarde o temprano se te dará, puedes platicarlo con Soo Young" Esta asintió cuando TaeHyung la miró, el castaño tenía mucho aprecio por la ama de llaves, la conocía de toda su vida y también confiaba mucho en ella "Ella podrá resolverte algunas pero todo será cuando ya estén muy lejos de aquí amor, yo te llamaré, lo prometo."

Sin más, se despidieron entre lágrimas y besos. TaeHyung lloraba porque no sabía lo que sucedía pero confiaba en su madre y Soo Young y Taeyeon lloraba porque sabía que era lo mejor que pudo hacer por su hijo, aunque viniera fuera lo peor, sabía que TaeHyung estará mil veces mejor estando lejos que cerca de su padre.

Se quedó parada en la puerta hasta que ver desaparecer el cuerpo de su hijo y amiga.

Subió corriendo las escaleras nuevamente al cuarto de TaeHyung, abrió una ventana lateral al cuarto, amarró como pudo una soga al mueble y la tiro por la ventana. Haría todo lo necesario para aparentar que TaeHyung había escapado, tiro algunas cosas de su hijo por todo el cuarto, papeles de colegio, las sábanas de la cama, revolvió cajones y zapatos.

Esperó alrededor de dos horas, esperando que TaeHyung y Soo Young ya hayan tomado el tren que los llevaría a Seúl.

Tomo su móvil y marcó el número que desde hace veinte años seguía siendo el mismo, tragó con dificultad cuando al tercer tono fue contestado.

"¿Hola?" La voz somnolienta de su alfa se hizo presente.

Entre lágrimas e hipidos logró articular "J-Jong, TaeHyung, TaeHyung se ha ido..."

































Que no se note que después de dos años actualizo y tengo el descaro de no tener un separador, concluyendo que, "necesito un separador, ¿quien sabe hacerlos?" xdxdx

¿Cómo están?
-HTS_

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