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Detective

Felix siente que va a enloquecer, eran exactamente cuatro semanas desde que huyeron de Yellow Wood tras caer su fachada de falsa bondad. Cuatro semanas en las que se vieron obligados a rentar un departamento en una zona tan peligrosa qué incluso Jeongin titubea de salir durante la noche, pero está bien, después de todo ninguno tiene permitido hacerlo ni siquiera en el día.

«Será mejor que permanezcan en total aislamiento seis o siete semanas, para asegurarnos que no los buscan» Dijo Chan. Desde entonces se ha visto cautivo con ese par que parecía estar de vacaciones. Dos veces a la semana Chan y Minho iban a darles actualización del exterior y les dejaban la despensa. Pero el poco tiempo que permanecen ahí no le basta para sentirse menos sofocado, no puede reprocharle nada, sus amigos han sido muy amables en permanecer a su lado a pesar de todo y sabe que se quedan poco tiempo no por él, sino por el par de locos con los que ahora vive.

Felix lleva sus manos hacia sus cabellos, ni siquiera ha podido dormir bien porqué se ven forzados a compartir una cama y está lo suficientemente incómodo para relajarse. Lo peor es que ese par actúa como si estuvieran de vacaciones más que ocultos por sus propias vidas, está seguro que en dos ocasiones mínimo los ha escuchado hablar sobre lo aburrido que era estar ahí y qué de haber tenido más cuidado podrían seguir en su rutina más divertida. Esa noche acabaron discutiendo cuando Felix cuestionó cómo podían llamar divertido a perseguir inocentes, en respuesta Hyunjin se quejó diciendo que aunque quisiera sentirse diferente a ellos, el resultado era el mismo, ocasionando la pelea más grande que habían tenido, recuerda haber golpeado al más alto en la mejilla y que éste en algún momento jaló su cabello diciéndole qué debía dejar de hacer estupideces.

Por un momento pensó que lo mataría hasta que el inoportuno, aunque tal vez no tanto, Jeongin, acabó preguntando si solo él encontraba excitante eso, causando qué ambos se separen al momento.

Ahora, sentado en un viejo sofá individual puede escuchar el agua de la regadera mientras Hyunjin toma una ducha, o bueno, eso quiere creer, pues hace unos diez minutos qué Jeongin ingreso diciendo que iba a cepillar sus dientes antes de dormir y desde entonces no sabe nada de él.
Nuevamente lleva sus manos hacia sus cabellos antes de suspirar, no quiere pensar demasiado en eso pero preferiría qué esperen al menos hasta que él esté afuera. Aunque es humillante salir a despejar la disque despejar la mente pero solo les da oportunidad de intimar.

El agua deja de caer, pero nadie sale en los siguientes diez minutos. Incluso Felix empieza a preocuparse un poco hasta que la puerta se abre y el único en salir es Jeongin, que aunque está vestido, luce mojado. El rubio hace una mueca mientras lleva sus manos hacia su cara, necesita un descanso de todo eso o terminaría enloqueciendo.

Y la gota qué derrama el vaso es cuando la música vuelve a sonar fuerte. A Felix no le molestaría usualmente, pero está harto qué siempre es más fuerte cuando empieza el anochecer y cuando es hora de despertar. El lugar es tan pequeño y descuidado qué las delgadas paredes permiten qué la música de aquel ruidoso vecino con el que intentaron razonar días atrás, tocaron su puerta para pedir qué baje el volumen y el hombre de unos cincuenta años, cabello largo y completamente vestido a mezclilla solo dijo que los clásicos deben escucharse alto o no se disfrutan.

— Te dije que podía encargarme de él y no me dejaste.

Escucha la voz de Hyunjin, levanta la cabeza y lo ve salir de la ducha usando solo un pantalón de pijama de las que  Chan les llevó, pero su cabello seguía goteando.

— No quiero más muertes, mucho menos tan cerca.

— Que aburrido eres.

— Cínico de mierda.

— Ya tuvimos esta discusión antes, Felix, no eres mejor.

Dice Hyunjin con cansancio notorio mientras se dirige al pequeño refrigerador para sacar una botella de agua.

— Pero tampoco soy un asco como ustedes —responde Felix, poniéndose de pie—. Acepto que no soy bueno, acepta que no importa cuánto lo intentes, jamás estaremos al mismo nivel.

Hyunjin da un trago a la botella antes de reír intentando no derramar el agua. Al calmarse, da otro sorbo de agua.

— Pero eso no necesitas aclararlo, es obvio que jamás estaremos al mismo nivel —dice, acercándose hasta el chico mientras su mano libre simula un arma qué acerca hasta la frente del menor—. Yo no dudé en jalar del gatillo cuando fue necesario, ¿Y tú? ¿Lo harías? ¿Tendrías el valor de disparar?

Felix se queda en silencio pero no deja de mirar con enojo al más alto. La mirada de Hyunjin es pesada, no lo era antes, sabe que es así desde que huyeron de Yellow Wood cuando algo en él cambió. Pero no se deja intimidar, si desvía la mirada le daría lo que busca: miedo. Así que se mantiene en ese desafío de miradas qué parecía no tener fin hasta que Hyunjin aplasta la botella frente al rostro de Felix.

El rubio retrocede unos pasos, consternado antes de mirar con sorpresa a Hyunjin qué había empezado a carcajear.

— Debiste ver tu rostro.

Pero para Felix fue el pretexto perfecto. Se acercó de nuevo y le dió un puñetazo a Hyunjin, que se sorprende cuando siente el sabor de la sangre en su boca y termina acercándose hasta el menor para darle un golpe en el estómago. Felix retrocede un par de pasos y Hyunjin aprovecha en acercarse y darle otro puñetazo en la cara, a lo que el rubio se molesta mientras camina con fuerza hacia él en un intento por tirarlo. El mayor solo retrocede un poco antes de tomar a Felix por el cabello queriendo someterlo pero éste giró a morder su antebrazo haciendo que Hyunjin grite mientras lo suelta.

Jeongin permanece sentado en la cama, mirando con una sonrisa mientras siente una emoción extraña en su abdomen. Pero no dice nada, sabe que lo necesitan. Así que los deja pelear hasta que se cansan a los quince minutos. El labio de Hyunjin sigue sangrando, pero lo reconforta ver la sangre en la nariz del otro. El más alto permanece sentado en el suelo, con su espalda pegada al mueble de la cocina, es la primera vez que siente el lugar tan pequeño, solo una habitación para cocina, sala y cama. En medio de estas, haciendo un intento de división, la pequeña mesa con cuatro sillas. Suelta un suspiro cansado, que mierda de vida.

Felix se sienta de nuevo en el sofá, su respiración apenas se está regulando de nuevo cuando puede ver a Jeongin levantarse al fin, y cuando nota que se acerca a él se frustra en pensar que apenas se liberó de uno. Pero se sorprende cuando ve al menor quitarse la camiseta y dejarla en algún lugar del suelo.

— Creo que nunca le agradecí habernos salvado, detective.

Estúpidamente, por un momento el mencionado cree que el chico le dará algún objeto de agradecimiento, pero Jeongin se agacha hasta quedar frente a él. Decir que estaba sorprendido ahora parece poco, Felix sigue en shock por el cambio drástico de ambiente, lo suficiente ajeno a su realidad para darse cuenta que Jeongin ya está estirando el resorte de su pantalón de la pijama, lo suficiente para bajarlo hasta donde la postura sentada de Felix lo permite.

Hyunjin eleva su ceja izquierda, sorprendido también pero manteniendo cierta tranquilidad. Se encuentra más curioso de lo que pueda pasar qué otra cosa, incluso si lo piensa mejor, es algo divertido de ver.

— ¿Qué mierda haces?

Pregunta Felix, su voz se quiebra en la última palabra y carraspea intentado aclarar su garganta mientras intenta retroceder un poco en su asiento.

Jeongin no responde, su mano se posa sobre el miembro bajo la tela y empieza a hacer pequeños movimientos de arriba hacia abajo qué estremece al rubio en su asiento. Suelta un suspiro que marca un camino sin retorno, Jeongin sonríe no solo por escucharlo, nota las piernas de Felix en una pequeña batalla personal, queriendo cerrarse pero al mismo tiempo abrirse. El rubio mira hacia la puerta, no dice nada y no se opone al ritmo qué el menor mantiene con su mano, pero no se atreve a voltear.

Jeongin baja el resorte del bóxer, Felix levanta otro poco su cadera y el menor aprovecha en bajar las prendas hasta los tobillos para que no lo molesten. Entonces, se acerca a morder con suavidad la pierna del rubio que da un pequeño salto en su asiento, el menor ríe.

— Tranquilo, detective. Planeo comerlo, pero no de una forma qué deba asustarlo.

Felix siente un extraño escalofrío recorrer su espalda hasta perderse en su nuca. Entonces comete el error de mirar al chico y siente el cuerpo frío. Hay una mirada en Jeongin, una que nunca había visto. Hay deseo en sus ojos y como un imán, ahora no puede dejar de verlo.

Jeongin tampoco corta el contacto visual mientras se acerca a lamer con el ápice de su lengua, la punta de la erección y sonríe antes de rodear el glande con sus labios. Succiona con suavidad antes de introducirlo a su boca, subiendo y bajando en un ritmo inicialmente lento, pero Jeongin sabía que Felix no estaba para esos juegos. No después de todo ese tiempo encerrados, no con tantas emociones en él esperando ser desgarradas hasta acariciar el exterior, así que empieza a ser más rápido mientras el chico empieza a quejarse en suaves gemidos qué intenta retener.

Su cabeza da vueltas, todo seguía pareciendo un sueño muy extraño pero aún así consigue llevar sus manos hacia los cabellos de Jeongin para poder acariciar estos, consiguiendo suspiros por parte del menor en medio de sus movimientos. Pudo ver de reojo a Hyunjin aún sentado en el suelo pero ahora con el pantalón abajo, lo suficiente para liberar su propia erección qué ahora acaricia su mano mientras los observa.

Jeongin se levanta y termina por bajarse su propio pantalón y ropa interior antes de acomodarse sobre Felix, colocando ambas rodillas a los costados de éste.

— Ah, por favor, detective...

Pidió mientras lleva la diestra del mencionado hasta su propio miembro. El rubio empieza a masturbarlo mientras Jeongin jadea, sus brazos rodean el cuello del chico mientras intenta buscar sus labios, Felix parece negarse en un inicio pero cuando Jeongin lo consigue, puede sentir un hambre impaciente en él.
Muerde con suavidad los labios de Jeongin en medio del beso y aprovecha un gemido para introducir su lengua, el menor se estremece entre sus brazos.

Hyunjin finalmente decide sumarse a la diversión y se levanta hasta quedar detrás de Jeongin, que no se percata hasta que Hyunjin toma su cadera para guiarlo en una posición donde debe levantarse un poco. Termina el beso con el rubio pero lo mira aún cuando Hyunjin lleva dos de sus dedos hasta su cavidad y los introduce.
Jeongin gime satisfecho mientras tiembla.

— ¿No te bastó con lo del baño? —pregunta Hyunjin.

Jeongin niega con una sonrisa, que corresponde el más alto. Felix aún masturba al menor mientras éste gime por el doble estímulo. Pero acaba frustrado cuando Hyunjin retira sus dedos.

— Es una posición un poco incómoda para Felix, vamos a un lugar más amplio.

Felix suelta a Jeongin y éste obedece mientras se dirige a la cama. El rubio permanece un momento en el sofá hasta que Hyunjin le extiende la mano con una sonrisa que reavivaron las ganas de darle otro golpe.

— Vamos, es muy tarde para decir que no. Además, ¿Cómo vas a dejar solo a Jeongin?

El chico suspiró con resignación mientras toma la mano para ayudarse a levantar pues siente que en ese momento todo le da vueltas, como si su cabeza y mente no fueran realmente suyas. Observa hacia la cama y puede ver a Jeongin sentado en medio, pero con las piernas abiertas en una posición demasiado sugerente. Felix esta cansado de pensar de más, de intentar ser la voz de la razón en un lugar donde jamás habría cabida para eso. Camina hasta donde Jeongin y se coloca encima suyo, reparte pequeños besos por sus hombros y pecho mientras toma su miembro para empezar a pasar el glande entre los glúteos del menor, presionando con suavidad en la entrada de éste. Jeongin empezó a mover su cadera un poco en un intento de sentirlo más adentro.

Entonces Felix se introdujo en él. Jeongin gimió mientras su cuerpo tiembla, pero la sonrisa en su rostro no desaparece, sus brazos rodean de nuevo el cuello de Felix mientras lo mira.

— Está bien, me gusta duro.

Las piernas del menor se flexionan, el rubio se mueve hacia atrás antes de embestir de nuevo con fuerza. El movimiento hace que Jeongin salte un poco pero esto no le disgusta, al contrario, su espalda se arquea en goce cuando Felix empieza a moverse rápido en su interior. Jeongin acaricia su espalda, enterrando un poco sus uñas, lo que solo motiva al rubio a golpear en él hasta sentir sus testículos contra sus glúteos.

Detiene un poco la velocidad cuando siente el índice de Hyunjin acariciar desde su espalda hasta su cadera, terminando por acariciar entre sus glúteos. Felix se sonroja mientras aprovecha el rimo en moverse dentro de Jeongin con lentitud, dejando que lo sienta por completo y que el sonido húmedo se mezcle con la ruidosa música del vecino.

Hyunjin introduce dos dedos en él, Felix gime mientras sus piernas tiemblan. Continúan con ese estímulo y ritmo lento qué no molesta a ninguno mientras el tercer dedo entra y cuando considera al rubio lo suficientemente dilatado, Hyunjin sonríe mientras se posiciona acomodando su miembro en su entrada. Sí, en definitiva es gracioso.

— Puede gemir mi nombre, detective, no me molesta.

— Vete a la mierda.

Hyunjin se introduce de una forma tan lenta qué se vuelve tortuoso para el rubio, que había dejado de embestir mientras sus manos se aferran a las sábanas a los costados de Jeongin, quien solo disfruta del espectáculo sin dejar las caricias en su espalda. Hyunjin suspira al ser recibido por el cálido interior del rubio y sonríe mientras se limita a sentir las contracciones en su miembro.

— Que boca tan sucia, detective —dice Hyunjin cuando esta por completo adentro. Toma a Felix del cabello y jala con firmeza mientras se agacha un poco para ver su expresión de dolor y placer—, tendremos que limpiarla.

Manteniendo su agarre en el cabello del rubio, Hyunjin se incorpora solo para embestirlo de nuevo, haciendo que se mueva dentro de Jeongin, que jadea ante la sorpresa.

— ¿Quién lo pensaría de usted? —habla de nuevo.

— Mierda, Hyunjin, ngh. Cállate.

— ¿Por qué? ¿Por qué me odia pero disfruta mi pene dentro suyo?

El rubio no dice nada mientras retoma sus movimientos en Jeongin, causando al mismo tiempo que pueda sentir más de la erección del mayor dentro suyo. Su mente divaga en algún lado, como si todas las vueltas qué dió ahora lo hubieran dejado casi drogado.

— Responda, detective —dice Hyunjin mientras toma la cadera del rubio—. Puede hablar, no lo metí en su boca. Aunque si sigue así, tendré que hacerlo para darle motivos.

Jeongin lleva sus manos hacia el pecho del rubio, acariciando desde su abdomen hasta jugar un poco con los pezones. Felix se rinde y deja de retener los sonidos de su boca, gime complacido mientras sonríe y eso basta para Hyunjin. Jeongin ahora separa sus piernas ayudándose de sus manos para sujetar firme bajo sus rodillas, Felix se apoya con ambas palmas a los costados del rostro del menor para poder mantener su ritmo rápido mientras que Hyunjin imita éste ritmo.

La música es ruidosa, pero en su habitación habían dejado de escuchar You Spind me Round y ahora era una canción apenas audible entre el sonido de los gemidos y cuerpos chocando.

Felix siente sus piernas temblar cuando alcanza de forma repentina el orgasmo, al qué le secunda Jeongin manchando su abdomen y el del rubio, que sale de su interior y se deja caer encima suyo mientras intenta mantener su cadera elevada, sintiendo a Hyunjin entrar y salir de él.
Las embestidas son lentas pero profundas, Jeongin ha empezado a acariciar su cabello mientras Felix jadea pues tras terminar, siente el cuerpo más sensible, su mente da vueltas mientras su interior siente un cosquilleo cada que Hyunjin llega profundo en él. El mayor golpea en su interior con más fuerza antes de terminar también con un gemido ronco.

Felix se estremece cuando Hyunjin sale casi al momento de terminar y finalmente, se gira hasta que su espalda toca con el colchón. Mira el techo pero en realidad no le presta atención, sus pensamientos están perdidos en tantas cosas que ni siquiera sabe a cuál prestarle atención. Hyunjin se acerca hasta Jeongin y le da un beso en los labios, después uno en la frente mientras le dice lo sexy qué se vió. Ambos se empiezan a halagar mientras Felix, más aterrizado a su realidad solo puede pensar... ¿Qué carajos había hecho?

Observó de reojo a la pareja qué en algún momento había empezado a besarse de nuevo, como si nada hubiese pasado y entonces regresa su mirada vacía al techo.

Solo deseaba poder salir pronto.

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