9. Días contados
https://youtu.be/UOWB7KWS9CA
Día — —
—:—
He despertado en este lugar al que no recuerdo haber venido. Hay una cama, un reloj en la pared —que ya no marca la hora— y nada más. Encontré varios papeles tirados por el suelo. Hay varios garabatos en ellos. Algunos son legibles pero hay otras tantas que no puedo leer bien por la caligrafía que tienen.
¿Qué ha pasado aquí? Escribo esto porque no sé qué está sucediendo, tengo la leve sensación que las hojas con garabatos han sido escritas por mí, debo de haberlo hecho por algo. Hay varias cosas que quiero saber, quizá haya algo que me ayude a recordar quién soy y qué hago aquí.
Intentaré leer todas las notas, es mi letra... algo puedo sacar de todas estas notas, son pocas pero me ayudarán. No sé dónde estoy, no sé quién soy, no sé qué hago aquí, no sé nada de nada. Algo tendrán que decirme.
No sé muy bien qué esperar de todas estas notas, quiero pensar que son mías pero no tengo siquiera una vaga idea de mi identidad; si pertenecen a alguien más espero que sepa disculparme pero necesito saber lo que ocurre.
Día 1
00:00 a.m.
¡Malditos! Yo les dije que se acercaba el final, se los dije, yo se los dije. Les quise advertir pero nadie me escuchó, nadie me hizo caso. Me tomaron como a un loco más sin saber que tenía razón. Ahora que todo ha empezado he sido el único que ha perdurado. Esos seres me han traído aquí, a este lugar extraño. Tengo miedo, no sé si me han traído para matarme o solo para observarme.
He llegado a este lugar... Me han traído a este lugar. Hay un reloj en la pared, marca la media noche, también una cama y en una de las esquinas hay un retrete, además de un pequeño escritorio; arriba de esté encontré un bloc de notas. Había una notilla arriba de la libreta: "Úsame, escribe en mí" y justo a un lado un bolígrafo. No sé si esto es algún ejercicio mental de Ellos pero lo mejor será seguir el juego. No quiero morir... todavía.
06:30 a.m.
No he podido pegar ojo en toda la noche. Me recosté e intenté localizar algunas cámaras o algo que me indicara que estoy siendo vigilado pero no encontré nada, mis ojos no pudieron encontrar nada. ¿Estaré seguro en esta habitación? ¿Será seguro cerrar los ojos y dormir? ¿Qué me asegura que nadie o nada entrará aquí cuando duerma? Tengo miedo.
03:43 p.m.
No sé en qué momento me quedé dormido, hasta ahora despierto a causa de un sonido. Hay algo moviéndose afuera de este cuarto. Escuchó un abrir y cerrar de puertas. ¿Habrá más habitaciones como esta? ¿Existirá alguna otra persona?
Los pasos se acercan a mi habitación...
¿Vendrán a hacerme algo?
Será mejor fingir estar dormido y esconder las notas que he hecho.
05:03 p.m.
Ellos me han traído una bandeja con comida, —que no he tocado— una manzana, una gelatina verde y un budín de lo que parece ser chocolate. No pienso comer nada de eso, tendrá algo escondido. O tal vez no tenga nada y solo quieran mantenerme con vida, pero no puedo arriesgarme, no puedo.
Hoy sin duda no comeré nada, espero que no vuelvan a venir a la habitación. No quiero volver a fingir, han estado aquí por lo menos media hora, moviendo cosas con cautela, supongo que no querían "despertarme", seguramente estaban buscando las notas. Esconderé todas las que llegue a escribir, por si acaso me sucede algo.
Día 2
11:50 a.m.
La última vez que vi el reloj antes de cerrar los ojos eran las dieciocho con quince, ahora son las once con cincuenta, he dormido más de doce horas. Mi madre siempre me dijo que dormir era la mejor manera para evitar el hambre, espero que sus palabras tengan algo de razón. A decir verdad, no estoy seguro que haya tenido una madre.
La bandeja con comida sigue allí, no la he tocado. Sigue en el escritorio, fue allí donde Ellos la pusieron y seguirá allí cuando vengan otra vez. Espero que no intenten alimentarme a la fuerza, no quiero verles los rostros, son horribles. Ayer los pude ver, el día en que me encerraron aquí los vi, parecen ser normales pero si los ves de cerca son horribles.
Estaré pendiente a cualquier sonido que escuche, quizá eso sea la clave para salir de aquí, si es que puedo salir.
06:08 p.m.
Han venido a la misma hora que ayer, llegadas las cuatro abrieron la puerta y han dejado otra bandeja de comida. Se han llevado la de ayer. También han buscado nuevamente las notas pero justo como ayer las escondí. Tardaron menos que ayer para irse de aquí. Hoy, a diferencia de ayer, me han traído agua; la he probado, tenía la boca seca y se veía muy apetecible. Para mi suerte no noté nada diferente de lo usual. Espero que no me haga daño.
Después de un tiempo me he dispuesto a dormir, porque el hambre empezaba a atacarme lentamente, pero no pude conseguirlo. Cuando me recosté en la cama un grito hizo que me levantara. Había alguien gritando desesperadamente.
"¿Qué es este lugar? ¿Dónde estoy? ¿Alguien puede escucharme? ¡Auxilio!" Por unos momentos pensé que le estaban haciendo algo malo a esa persona pero después de un tiempo me di cuenta que gritaba a la nada. ¿Estará en una habitación igual que la mía? Supongo que es así. No he tenido el valor para contestarle... Tal vez se trate de una trampa.
No puedo confiar en nadie, absolutamente nadie.
Día 3
8:54 a.m.
He escuchado los gritos de aquella persona desde que empezó ayer por la tarde; aunque sinceramente no sé si es día, tarde o noche, siempre pueden mentirme con la hora de este reloj.
No se ha callado desde que comenzó a hablar. Grita cosas sin sentido, está desesperado, parece que no le importa desgarrarse las cuerdas bucales. Cada grito que da hace que un escalofrío corra por mi cuerpo.
Quiero hablar con él, contestarle algo pero sé que es una trampa, yo lo sé. Es algo que Ellos han planeado, algo que han hecho para hacerme sentir un poco de esperanza. Todo es un plan, Ellos son más inteligentes que nosotros, más inteligentes que yo. Es todo una trampa.
6:34 p.m.
Alrededor de las once de la mañana los gritos han parado y los golpes han venido para reemplazarlos. Los golpes eran fuertes y contundentes pero ahora ya no se escucha absolutamente nada. Hace dos horas que no se escucha nada. Hace aproximadamente media hora escuché el abrir y cerrar de una puerta, también tengo la leve sensación de que escuché el arrastrar de algo, como un saco de patatas o quizá... un cuerpo humano.
Quizá solo se trataba de una persona tal como yo, tal vez soy muy paranoico. Hoy no han venido a dejarme comida, solo he escuchado los gritos de ese pobre hombre quien, quizá y con un poco de suerte, pudo haber sido mi amigo. Pero no hay lugar en el "hubiera" cuando se trata de tu propia seguridad. Yo solo tuve cuidado, no hay necesidad de culparme por algo que ni siquiera hice. ¿No debo hacerlo, verdad? ¿Por qué yo no hice nada malo, verdad? ¿Si hubiese hablado con ese hombre las cosas no cambiarían, verdad? Si le hubiese hablado su destino hubiese sido lo mismo... ¿Verdad? Nada hubiese cambiado, absolutamente nada.
Quiero descansar, mi mente ya no puede más. El tema me está matando, no sé si pude haberle causado un mal a ese hombre o simplemente el destino ya estaba escrito. Mi madre me dijo que todo está escrito, que todo sucede porque ya está previsto. ¿Será que es cierto o alguien puede cambiar eso?
Debo dormir. Dormiré y espero despertar en mi cuarto. Quiero que todo sea una pesadilla.
Día 5
10:13 a.m.
Desperté y una nueva bandeja de comida se encontraba en el escritorio y la nota que escribí ayer desapareció, no pude esconderla y Ellos se la llevaron. Afortunadamente no había nada de relevancia en ella, solo había puesto información vital de mi persona, cosas que he empezado a recordar poco a poco sobre mí mismo. Escribí mi nombre y otros detalles que vinieron a mi memoria, asi que podría decirse que no perdí mucha información.
En lo que llevó despierto no ha pasado nada nuevo y dudo mucho que pase algo en las siguientes horas. Hoy parece que será un día tranquilo, tranquilo y sin nada que decir. Hoy ya han venido y no vendrán de nuevo... espero.
11:20 a.m.
Luego de meditarlo mucho he comido lo que me traen. Moría de hambre y ya no podía dormir más, mi cintura me está matando por dormir tanto y sinceramente disfruté mucho masticar la comida. El agua que bebí hace unos días no me ha hecho nada malo, espero que la comida tampoco lo haga, no volveré a comer ningún bocado dentro de dos días, no me arriesgaré.
Iré a dormir ya y también esconderé la nota, no quiero que suceda nuevamente lo que sucedió hoy.
Día 6
11:47 p.m.
Hoy no ha pasado absolutamente nada. He escuchado algunos pasos en el corredor pero ninguno especialmente cerca de mi habitación. No vinieron a dejar comida pero cuando desperté había una botella de agua. Creo que entiendo de qué va esto; un día comida, otro día agua, otro comida y al día siguiente agua. ¿Por qué me las dan separadas? ¿Será que quieren que provisione la comida? O quizá simplemente sea un poco paranoico, quizá Ellos no sepan que la comida se acompaña con agua.
No tengo nada que anotar, nada acerca del día de hoy. He pensado que lo mejor sería hacer una nota como la que Ellos se llevaron. Saber quién soy me ayudará en el futuro, antes de que todo esto pasara escuché que cuando una persona está recluida, con el tiempo va perdiendo la humanidad, va perdiendo el sentido de las cosas así que lo mejor sería hacer una nota donde diga quién soy, por si acaso. Si alguna vez llego a sentirme perdido siempre puedo releer las notas y saber quién soy.
Mi nombre es Jean Kindell, tengo 32 años, soy hombre (lo escribiré aunque suene estúpido, si pierdo la cordura quiero saber cada detalle de mí), mido 1.80 cm, la última vez que me pesé estaba alrededor de 75kg aunque ahora no sé si he perdido o ganado peso. Tengo el cabello castaño y los ojos color verde, tengo diez dedos en mis dos manos y otros diez en mis pies. Ahora tengo una barba y me apesta el hocico. No sé qué más poner pero por ahora me siento satisfecho. De algo me servirá esta información.
Día 7
11:11 a.m.
Son las once con once... ¿Si pido un deseo, se cumplirá? No lo sé pero nada pierdo con intentarlo. Hoy al despertar he encontrado otra bandeja con alimento: como ya se hizo costumbre, la bandeja trae una manzana, una gelatina —que ahora es de color azul— y puré de papa.
Me siento un poco intranquilo al saber que Ellos vienen cuando yo estoy dormido, no puedo imaginar las cosas que hacen mientras estoy inconsciente. Quizá tomen muestras de mi sangre, tomen cabello de mi cabeza, hurguen en mi nariz... no lo sé, hay varias cosas que imagino y sinceramente no me agrada mucho hacerlo. He buscado las notas apenas abrí los ojos, afortunadamente estaban en el mismo sitio de siempre.
08:45 p.m.
Hace una media hora aproximadamente escuché unos pasos fuera de mi habitación, me acerqué un poco a la puerta para escuchar mejor: eran varias personas, varios de Ellos. Cuando los pasos hubieron cesado pude escuchar que abrían una puerta y luego de un pequeño momento de silencio, un grito desgarrador llegó a mis oídos. Fue tal el impacto que solo corrí a refugiarme detrás de la cama, temblando de miedo. Al final de unos dos minutos los gritos desaparecieron conforme las pisadas se oían cada vez más lejos. No creo que ese pobre hombre regrese.
Prefiero pasar de aquel accidente, hacerme de la vista gorda e intentar olvidar los alaridos que aclamaban piedad. He recordado que yo trabajaba en un periódico, era un trabajo que me daba para comer y darle un poco de dinero a mi madre, si es que tuve una, así que me bastaba. No tenía novia y nunca sentí la necesidad de tener una, aunque tuve una esposa.
Creo que lo mejor será ir dando pequeños datos sobre mí, así si una nota se pierde no perderé mucha información. Es un buen plan. Ir poco a poco, despacio y sin prisa aunque hay una duda que asalta mi mente.
¿Cuánto tiempo más pasará hasta que Ellos vengan por mí como lo hicieron con el otro hombre? ¿Cuánto tiempo más he de esperar mi muerte? ¿Por qué simplemente no me matan y acaban con este estrés que me mata lentamente? Quiero saber las respuestas pero a la vez no ansío mucho escucharlas. Me mantendré firme hasta mi final y espero que cuando llegue mi hora de morir, lo haga con dignidad, con un poco de orgullo y mucha humanidad. No sé lo que Ellos son capaces de hacer y al igual que las preguntas que he hecho antes; temo saber la respuesta que me darán.
Beberé un poco de agua e iré a la cama, pensé en poner una barranquilla en la puerta para saber en qué momento entran a mi habitación pero luego recapacité, me siento incómodo al saber que están aquí mientras duermo pero es mejor que esté dormido a confrontarlos cara a cara. Me quedaré dormido hoy también e intentaré hacer contacto con Ellos, sé que no tienen planes diferentes para mí, seré uno más del grupo de humanos que cazaron, solo uno más. Un bichito más en el parabrisas. Simplemente eso.
Día 8
09:02 p.m.
Ya ha pasado una semana desde que estoy en este lugar, no sé el día que es, quizá sea viernes o sábado, y tal vez estemos todavía en Marzo o quizá ya hayamos pasado a Abril. Sinceramente nunca fui un hombre que controlara su tiempo y que viese cada cinco minutos el reloj o que se despertara cada día sabiendo que día era con exactitud. Yo siempre fui un vago, sin más, un vago tal cual. Preguntaba el día si me era de importancia, si no lo era simplemente dejaba que ese día transcurriera sin problema. Ahora no puedo, me muero por saber qué día es, volteo cada dos minutos al reloj y ruego para que avance más rápido o quizá más lento, ya ni siquiera sé lo que quiero.
No he escuchado mi voz en una semana, me escucho en los pensamientos pero... ¿Cómo era el sonido de mi voz? Ya no puedo recordarlo, quiero hablar pero tengo miedo a que Ellos me escuchen y vengan para interrogarme. Mejor hacerles creer que soy mudo y así evitarme problemas.
No he estado comiendo bien últimamente y estoy deshidratado. La comida me ha hecho daño y ahora voy cada diez minutos al baño. No sé si es a causa de la comida o simplemente mi cuerpo no se ha adaptado a este modo de vivir. Alzo mis brazos y apestan un poco, no es como si me hubiese ejercitado y estuviera bañado en sudor, pero se siente ese olor desagradable, característico de la mugre. La boca me apesta, mi cabello está seboso, mis uñas están largas y creo que si no me baño pronto tendré una infección allá abajo.
Ya ha pasado toda una semana... ¡Una jodida semana! Estoy feliz por seguir vivo, pero todavía no sé difinir si se le puede llamar "vivo" a mi condición. Sigo siendo un prisionero incomunicado, alimentado, cuidado y mimado por los enemigos. Me siento enfermo, he caído muy bajo. Ya dignidad no me queda, nada de ella me acompaña ahora. ¡Mierda! Quisiera salir de aquí, golpearlos a todos ellos y salir victorioso en esta batalla, pero se de antemano que son demasiados y enfrentarse cara a cara sería un suicidio. Uno con mucha valentía y estilo pero suicidio después de todo. No me permitiré dejar esta vida de esa manera tan cómoda. Lucharé y veré hasta dónde puedo llegar.
Sinceramente no creo que nada malo pase ya, estoy completamente seguro que esta semana que sigue sobreviviré, nadie vendrá por mí y mucho menos saldré a buscarlos. Será lo mismo que estos días pasados; gritos, pasos, engranes abriendo, el tic tac del reloj. Espero que sea así, espero con todo el corazón que sea así.
Dato de mi vida: Tengo una hija, una pequeña de seis años de edad, se llama Leila —o se llamaba, no me agrada pensar en lo que le ha pasado—. Ruego a Dios porque se encuentre bien, esta con su madre; estoy divorciado de ella, las cosas simplemente no funcionaron y ella, Margaret, decidió que lo "mejor" sería llevar a la pequeña Leila hasta la otra esquina del país.
La última vez que la vi fue en su cumpleaños, en su sexto aniversario, se veía radiante con el vestido de princesa. Los niños crecen tan rápido. Es hermosa, muy bella. Haría lo que fuera por sentir un abrazo de Leila ahora mismo, solo uno pequeño, una simple muestra de afecto que me haga ver que sigo vivo, que me diga que sigo sintiendo y que no he muerto por dentro. Que me haga ver que no soy solo un recipiente vacío. Solo necesito eso.
Día 9
04:20 a.m.
Han venido a las cuatro en punto para sacarme de la habitación y llevarme a una con regaderas. Apenas les he visto los rostros, estaba todavía dormido. Me ha sacado bruscamente de la cama y me han llevado arrastrándome a las regaderas —casi igual que cuando me trajeron—, me han puesto bajo la ducha y la han abierto. He despertado de golpe, el agua estaba muy fría, con el tiempo se ha templado pero los escalofríos me siguen recorriendo el cuerpo. Apenas me han dado tiempo para bañarme como es debido pero lo he conseguido; me quité de encima ese desagradable hedor. Cuando me regresaron a mi habitación me dieron nuevas prendas. Me he vestido al instante, estar desnudo enfrente de la gente nunca me agradó y es mucho peor cuando se trata de Ellos —ni siquiera puedo estar totalmente seguro de que se traten de humanos—.
08:13 a.m.
No he podido pegar ojos desde que me bañé, poco a poco mis parpados se están haciendo pesados. Ahora pienso que quizá el agua de aquellas regaderas tenía un veneno, yo que sé. Me he mantenido muy activo y ahora decaigo brutalmente, quizá simplemente sea cansancio pero no sé qué pensar realmente. Si es que muero no habrá sido la muerte que yo he pensado para mí pero no está mal. Ya luego veremos qué pasa...
Día 10
03:56 p.m.
Estoy mareado y la habitación da vueltas. Escucho pasos y gritos a lo lejos. Alguien me susurra por debajo de la puerta y veo unas manos moviéndose en el techo. ¿Será que todo está pasando o simplemente estoy delirando?... Quizá los malditos solo me drogaron en algún momento. Si es algún tipo de droga debo admitir que es genial, fuerte y directa, no pierden el tiempo...
[El resto es ilegible, simples garabatos y dibujos sin sentido.]
Día 11
—:—
No puedo distinguir muy bien los números del reloj, me duele el cuello y la espalda me está matando. Cuando desperté estaba dormido en el suelo en una posición terriblemente incomoda. No recuerdo que pasó aunque por la nota anterior me doy una idea. Después de todo la ducha quizá tenía alguna droga o qué sé yo.
Debo admitir en todo caso que ha sido una experiencia interesante, me asusté al comienzo pero no he sufrido daños y no hay signos de que alguno de esos seres haya entrado a la habitación mientras estaba en ese estado. Dormiré un poco más pero ahora será en la cama. Necesito un poco de fuerzas.
Dato: Tenía un gato negro, Lully, pero se murió de hambre antes de que todo comenzara.
08:23 p.m.
Me han despertado los gritos de alguien más, aclamaban desesperadamente atención. Escuché más voces, decían que se desangraba, que moría. Que ya nada se podía hacer por él. Estoy asustado... ¿Ellos lo han hecho, han matado a ese hombre?
Día 12
06:50 p.m.
Hoy he mandado todo a la mierda. Que se jodan Ellos y su comida, su agua, sus drogas, sus cuidados y todo lo demás. No sé qué me ha pasado. He releído las notas que he escrito.
¡Parezco tan jodidamente a gusto en este lugar que me aterra! El que ha escrito las notas no he sido yo, ni en un millón de años llamaría esta celda "mi habitación" y mucho menos le pondría el prefijo "mi". No es mía, es de Ellos, no quiero estar aquí. Todo lo que hago no es por gusto, me han obligado. ¿Cuándo fue que escuchar gritos se hizo algo habitual?
Debí ayudar a ese hombre cuando pedía ayuda, debí de gritar al otro hombre cuando me enteré de que había más. Debí de haber estado feliz al escuchar voces humanas a mí alrededor. ¿Por qué solo me quedé sentado y escribiendo? No lo entiendo.
Intento articular palabra pero no sale nada, ¿será que se me ha olvidado hablar? No lo creo. ¿El miedo no me dejará hablar? Debe ser eso, eso y nada más que eso. Tal vez me han cortado las cuerdas vocales pero eso es una estupidez, no siento nada diferente en mi cuerpo.
Estoy alterado, éste no soy yo. Éste ni el que escribía las notas anteriores, estoy cambiando, estar recluido me ha cambiado. He sido yo solo el primer día, luego de eso todo se jodió, lo acepté, acepté que este era mi confinamiento y no saldría de aquí. Me di por vencido tan fácilmente, me doy asco.
¡Me enfermo!
08:00 p.m.
Me he volteado a ver el reloj y ha pasado más de una hora. Me sorprende que sea así. No me he alejado del papel y mi mano ha temblado con la pluma en mano todo este tiempo. Tengo miedo y lo acepto, lo acepto. Quiero que todo esto acabe. Simplemente quiero eso. Despertar de esta pesadilla interminable, curar esta enfermedad mortal, salir de este congelador para que los rayos del sol me abracen. Quiero tantas cosas pero sé que ninguna de ellas se hará realidad.
Día 13
09:38 p.m.
Nada que escribir... He comido y no escuché ningún ruido raro.
Día 14
11:06 p.m.
Ha pasado lo mismo que ayer, me han traído agua, he bebido agua y dejado un poco para mañana, y he comido lo que ayer reserve de comida para hoy. No escuché nada y no quiero escucharlo.
Día 15
—:—
[Solo hay una cara feliz dibujada en toda la hoja. Una con una sonrisa realmente grande.]
Día 16
(¿A quién le importa la hora?)
Hoy estoy feliz, realmente feliz. ¿Por qué? Porque tu puta madre vino y me besó el culo. Por eso. ¿Por qué más estaría así de feliz?
¿Estaría feliz por estar encerrado en un lugar que no sé dónde putas queda o qué mierda hago aquí? Aunque ahora que lo pienso es una muy buena razón de ser feliz. Soy inmensamente, jodidamente, putamente feliz porque estoy en este lugar por donde la mirada de Dios no ha pasado en siglos. Le ha dado la espalda y de seguro justo ahora le dispara algún regalo con su gran trasero.
Idiota...
Día 17
—:—
Siendo honestos —si es que alguien alguna vez leerá esto o si en todo caso yo leo esto— no sé porque sigo escribiendo. Creo que ya está claro que vivo en el infierno y que jamás podré salir. Tengo una leve esperanza de que quizá salga con vida de aquí, un poco magullado pero con vida. Quizá sin memoria pero con vida. Me pregunto si eso podrá ser una realidad. Hoy me he dado un baño, creo que ha aclarado mis ideas.
Dato personal: Ahora recuerdo que Lully no murió de hambre, lo atropellaron.
Día 18
5:47 a.m.
He escuchado pasos detrás de la puerta toda la noche. Me he levantado pero no se han detenido, no están interesados en mí de eso estoy seguro, escucho los gritos de alguien más, quizá sea la habitación de enfrente, los escucho muy cerca.
Me he levantado porque con los gritos es imposible dormir, pero ha estado bien quitarme el sueño. Me he puesto a dialogar conmigo mismo, a meditar, a hablar con mi yo interno, como quieras llamarlo, esta mierda tiene varios nombres.
Me di cuenta de que por más siniestro, jodido, deprimente, espeluznante que parezca, me he acostumbrado a esto; a este lugar, a estos sonidos, a estas cuatro paredes que nunca cambian y a Ellos. No los he visto cara a cara aún pero ya no les tengo miedo, ahora simplemente es respeto, acepto que me han ganado y ahora no hay porque temer. Sé que tarde o temprano vendrán por mí como lo hacen con los demás. Cuando acepté eso me he puesto mucho más relajado, más feliz, más despreocupado.
08:45 p.m.
¿Me pregunto cuándo comencé a decir "mi habitación" a esta celda? ¿Cuándo comencé a sentirme tan cómodo entre estas cuatro paredes? ¿Cuándo el olor a mierda que expulsa el retrete dejó de molestar?... Aunque me pregunto si alguna vez me molestó ese olor. He vivido en la mierda siempre, olerla más no cambia mucho las cosas.
Pero lo que me pregunto es... ¿Cuándo comencé a ver este lugar como mi hogar? Quizá simplemente sea una sensación pasajera y mañana vuelva a odiar estar aquí, quiera salir de aquí, salir e incendiar todo el maldito lugar. Puede que sea eso o solo sea porque me voy acostumbrando, me siento cómodo aquí porque así he vivido toda mi vida. Sin compañía y entre cuatro paredes.
Día 19
6:33 p.m.
Hoy me han traído una botella de agua y también un vaso con agua... de color verde. No sé qué sea, tiene mal aspecto y también mal olor pero ¿qué más da?, ya me he resignado por completo. Mejor cooperar que resistir. Ser uno más del ganado que la oveja negra que todos odian.
Ahora que probé la bebida no esta tan mal. Tiene sabor a medicamentos.
Día 20
—:—
Mi reloj ha dejado de funcionar. Ha parado justo en el medio día. Creo que por lo menos han pasado ya cinco horas desde que paró, extraño su tic tac incesante que mantenía mis nervios de punta y extraño la exactitud que tenía. Lo extraño...
Las dudas me han invadido cuando su corazón cronometrado se ha detenido, ha sido un golpe duro para mí. Miles de preguntas han venido como estrellas fugaces a mi pensamiento, ninguna de esas preguntas tiene respuesta y ninguna de ellas es buena.
¿Será que mi tiempo de vida se ha detenido? ¿El reloj marcaba cuanto me quedaba de existencia? ¿Las demás habitaciones tendrán un reloj? ¿Los gritos se escuchan cuando los relojes se detienen? No sé qué pensar.
Día 21
—:—
Me llevé una gran decepción al despertar esta mañana. Mi movimiento que se ha hecho habitual desde que llegué aquí me dio la mala noticia —nuevamente— de que mi reloj ya no daba su tic tac. Volteé a verlo apenas abrir los ojos, una ira me ha invadido por no ver sus manecillas moverse. Hay una bandeja con agua y medicamentos en el escritorio.
Los tomé sin prestar mucha atención a lo que decían las envolturas, drogarme será la mejor manera de olvidar mis desgracias, dejar mi ira enterrada y reír por una felicidad espontanea. Todo será mucho peor cuando los efectos de los sedantes pasen pero no me importa, eso es un problema para mi "yo" del mañana.
Día 22
—:—
Hoy he recordado algo muy gracioso. Lully, el gatillo no murió de hambre ni lo atropellaron. Me ha recordado un chiste muy malo: «Llega un señor con un gatito bajo el brazo a un banco y grita "arriba las manos o aprieto el gatillo"» Es el chiste preferido de Leila, siempre se lo cuento cada vez que la veo. Ríe a carcajadas sin parar.
Regresando con lo del gato... A Leila le encantaba jugar con Lully, recuerdo que lloró mucho cuando éste murió; fue una pena pero le mentí diciéndole que murió de hambre y a Margaret le dije que lo atropellaron. La verdad es que se ahogó, así como lo lees. Se ahogó, yo lo vi, al parecer no podía salir del agua porque dos manos lo sostenían bajo ésta. Pobrecillo, de seguro sufrió. Curiosamente las manos que recuerdo que lo asfixiaban eran muy parecidas a las mías... ¿Gracioso, no crees?
Me parece que es muy gracioso. A Lully siempre le gustó el agua pero sus instintos felinos lo mantenían lejos de ella, yo simplemente le hice un favor. Como el favor que le hice a uno de Ellos, estaba claro que quería estar lejos de aquí. Su rostro mostraba miedo, yo simplemente lo alivié. No son tan feos después de todo, hasta parecen... "humanos".
Día, no sé qué día.
—:—
Pasó un tiempo desde que hice aquel favor, no tardaron mucho en venir a la celda por mí. Me cambiaron de habitación. Ahora es una mucho más bonita, las paredes son blancas y acolchonadas, puedo golpear con ellas y no me sucede nada. Intentaron ponerme un abrigo pero les he dicho que no tenía frio así que al final no me lo han puesto. Es muy bonita esta nueva habitación.
También me dieron más medicamentos. Una inyección y otro de esos licuados verdes. Tantas atenciones me ruborizan, ya se los agradeceré... algún día. Les seguiré haciendo más favores.
Epílogo
Experimento: Notas
El paciente mostraba una conducta alterada al principio. Escondía sus notas con recelo y escribía a diario. No tocaba la comida o el agua que le llevábamos, dejaba restos de ella y permanecía dormido la mayoría del tiempo. Se apegaba a la puerta para escuchar mejor y se sobresaltaba cuando escuchaba nuestros pasos. Había otra cosa: gritos. Su mente hacía que escuchase gritos, cada grito que escuchaba daba un pequeño brinco.
Conforme el tiempo iba pasando se fue mostrando un poco más abierto al estudio, escribía cosas de mayor importancia y ya no intentaba esconderlas tanto como antes. Su estado iba mejorando, ya no estaba catatónico todo el tiempo, iba por buen camino. Pasados algunos días, él mismo tomaba sus medicamentos, no había porque escondérselos más en la comida. La tomaba tal cual y esos "gritos" que tanto le atormentaban parecían no estar más allí. Estaba tranquilo y manso la gran parte del tiempo. Drogado pero tranquilo.
Su comportamiento iba mejorando, lastimosamente decayó, no sé sabe porque con exactitud pero atacó violentamente a los enfermeros cuando estos fueron a sacarle de su habitación para su ducha. Los atacó a tal punto que uno de los enfermeros fue llevado a emergencias y otro de ellos, lamentablemente, ha perdido la vida. Al parecer el paciente no recuerda nada de esto. Me sorprende que tenga tanta fuerza cuando no come casi nada.
Lo hemos confinado en una habitación retirada en el pabellón del sur, es lo mejor para todos. Sus gritos atormentaban a los demás internos por la noche. Allí estará tranquilo. Le hemos encerrado con sus notas para ver su reacción.
Nota: Estoy decepcionado, este paciente no ha durado ni siquiera un mes. Se ha quebrado antes de cumplir veinticinco días. Necesito buscar conejillos de indias más resistentes para la próxima. No puedo arriesgarme a perder más apoyo de mis superiores, están dando mucho auge a mi proyecto y debo demostrar que vale la pena.
Dialogar los problemas con uno mismo, escribirlos, externarlos en papel, es una buena manera de aliviar los males, una buena manera de rehabilitación para los enfermos mentales. Compañeros míos me han dicho: "Si no eres loco, terminas siéndolo. Hablar con el papel no solucionará nada". Pero estoy tan seguro de que esto funcionará que he comenzado mi propio "diario", les demostraré que no sucede nada.
Día 0
06:33 a.m.
Mi nombre es Jean Kindell, tengo 32 años y me haré pasar por un loco. Mi investigación me consume tanto que estoy dispuesto a hacerlo, seguiré los mismos patrones de conducta de los que han hecho esta prueba y haré que me borren la memoria por un corto plazo para hacerlo más realista.
Mañana empezaré como un loco, me encerrarán en una habitación y estoy ansioso por ver los resultados que obtenga. Quizá gané un premio o quizá una indemnización por si me hago un daño o algo parecido. Estoy ansioso por comenzar esta prueba.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro