VII
Pasamos aproximadamente cuatro horas conversando y mostrandole el interior de la casa, hablamos sobre los ingresos económicos y de la estabilidad emocional que teníamos con nuestra familia, afortunadamente todo salió bien aunque eso también se le debe atribuir al hecho de que el critico era una persona muy dulce y cálida, nada que ver con los trabajadores que nos habían atendido el día de la adopción de Myeong.
—Usted dijo que los niños que no logran superar sus enfermedades o problemas físicos y mentales, no pueden ser dados en adopción, también dijo que eran minoría ya que muy pocos no mejoraban con el nivel de tecnología que tenemos...ahora, mi pregunta es ¿qué hacen con los niños que no pueden ser adoptados? Se que no los mandan a la calle, ya no hay niños fuera pero, si no los dan en adopción ni los sacan...¿a dónde los envían?—fue la primera vez que lo vi ponerse nervioso, después de decirle mi pregunta, se mantuvo callado por varios segundos.
—Es información confidencial —mencionó dándonos una "sonrisa" que más bien parecía una mueca al intentar ocultar sus nervios—Y si me disculpan, ya es momento de que me retire, volveré la próxima semana
Se levantó del sillón dejando la taza de Té sobre la mesa. Cuando iba detenerlo para pedirle una respuesta más concreta, Jyhion negó y me tranquilizó colocando una de sus manos sobre mi muslo. Ambos nos levantamos y llamamos a Myeong para que viniera a despedirse.
—Adiós pequeñín, fue un gusto conocerlos, me agrada que le den un buen ambiente, es un niño de gran corazón —fue lo último que dijo antes de que lo despidiéramos y saliera del departamento, Jyhion cargó a Myeong y ambos regresaron a la cocina.
— ¡Amor! Más te vale estar en la cama en menos de tres segundos, ya vamos para allá—Escuché las risas de Myeong y de Jyhion después de que éste me mandara a la habitación.
Salí corriendo hacia la cama y me tiré sobre el colchón enrollarme entre las sabanas justo antes de que Jyhion entrara con Myeong en sus hombros y el desayuno en sus brazos.
—Por dios...¡lo puedes tirar cariño!—reí mientras tapaba mi boca enternecido con la situación. Cada momento a su lado me hacía olvidar todos mis problemas. Lo ayudé colocando el desayuno en la cama mientras Jyhion bajaba al bebé.
—Este bebito ayudó muchísimo, si sabe rico, es por él—Mi esposo se sentó a mi lado y juntos vimos como Myeong se ponía completamente rojo de sus mejillitas y sin que ambos lo esperáramos, se tapó su carita con la manita de su brazo sano.
Lo cargué con cuidado dejándolo sobre mis piernas y acaricié su bracito. Mordí mi labio inferior pensando tan solo por unos segundos en como pudo llegar a ser su vida siendo aún pequeño. Suspiré besando su frente y sus mejillas.
—Si es así, el desayuno-comida será sumamente delicioso—dije con una sonrisa. A pesar de que ya había probado horas antes el desayuno, no pude comer más de un bocado gracias a la llegada del trabajador.
Jyhion había agregado pasta a la comida para que fuera más pesada que el desayuno. Myeong se quedó observando como ambos comíamos mientras de momento a momento le daba papilla ya que tardaba mucho en comerme solo una cucharadita.
Las horas pasaron, terminamos de comer y Myeong se quedó dormido entre mis brazos. Jyhion se encargó de limpiarlo todo y justo cuando se iba a recostar con nosotros, recibió una llamada. Caminó alrededor de la cama mientras yo vendaba con cuidado el bracito de Myeong.
—Osito, se que te dije que tendría todos estos días libres pero mi jefe volvió a descomponer las computadoras...tengo que ir—hizo un pequeño puchero guardando su celular y acercándose a ambos. Dejó un beso en mi frente y otro en la del bebé— Vuelvo en la noche amorcitos, no me esperes despierto si? Llegaré algo tarde.
Asentí sonriendo de lado— Está bien cariño, te amamos —él sonrió y tomó su caja de herramientas y la minimizó del tamaño de un llavero para cargarla más fácilmente. Salió del departamento dejándonos a Myeong y a mi en el departamento.
— En verdad estoy muy feliz, nuestro hijo vino a darnos luz cuando no sabía que la necesitábamos—respondí mientras acercaba a ella un vaso con agua. Me senté en frente mientras la miraba.
—Es tan bonito escucharte decir eso, mi esposo y yo queremos adoptar para el próximo año, aún no nos sentimos preparados—dijo antes de darle un trago al agua mientras suspiraba. Soomin siempre fue una mujer enfocada en su trabajo al igual que su esposo y el hecho de que quisieran adoptar a un bebé, es asombroso.
—¿Y prefieren adoptar a procrear? Es tan lindo de su parte —Soomin levantó la mirada de sus manos y me miró tímidamente.
—Si...lo hablé con mi esposo y ambos estuvimos de acuerdo con eso, ninguno está dispuesto a pasar por todo lo que conlleva un embarazo—asentí dándole la razón. Muchas personas por esa misma razón comenzaban a optar por la adopción en vez de tener hijos propios—Y ahorita que mencionamos a los bebés, por eso es que vine a visitarte, ¿Aún tienes ese cuadro de un bebé sobre las sabanas de seda? Creo que lo titulaste "Pequeño ángel"
Sonreí rascando mi nuca al escuchar sobre mi cuadro— Lo lamento pero no está en venta.
—No te preocupes, solo muestramelo, realmente quedé maravillada con el sentimiento que expresaste en ese cuadro—me enorgullecí inmediatamente y me levanté de la silla.
—Acompáñame, te mostraré ese cuadro y muchos más que sí están a la venta
Ambos fuimos a mi cuarto de arte y le mostré cada cuadro dejando para el final el que había estado esperando.
—¿Estás seguro de que no está a la venta? En verdad te darían mucho dinero por este cuadro
Observé detalladamente el cuadro y una sensación hogareñas recorrió mi cuerpo.
—Lo sé, pero si lo vendo, sería como ponerle un precio a mi alma
Al final, se llevó un cuadro en donde había trazado la silueta de dos almas gemelas que estaban unidas por el destino representando todos los caminos que tuvieron que cruzarse para que estuvieran juntos.
—Escogiste uno muy bueno
—A mi esposo le encantará, ahora ya no hay nadie que guste del arte ni la lectura, es bueno saber que personas como tú aún mantienen esos buenos hábitos—coloqué en el cuadro una etiqueta con la dirección de su departamento y di una leve reverencia ante su cumplido.
—Muchas gracias por tus palabras y por siempre gustar de mi arte, su cuadro le llegará en unos momentos a su domicilio—ambos sonreímos y nos despedimos el uno del otro, preparé el paquete y coloqué la dirección en el drón antes de enviarlo.
Una vez todo estuvo listo, fui a la cocina para comenzar a prepararle le cena a Jyhion, seguro llegaría cansado y con hambre. Eran las once de la noche cuando finalmente terminé y dejé la mesa servida para cuando él llegara.
Una notificación en mi reloj me sacó del sueño en el que estaba a punto de caer y bufé. Expandí el holograma en una gran pantalla para que pudiera ver con claridad el correo.
"Deja de buscar problemas en donde no los hay chico, confórmate con tu familia y tu trabajo, pueden salir las cosas mal si te involucras con la gente incorrecta, vivimos en un mundo aparentemente perfecto, mantenido con mentiras y manipulaciones, no te dejes engañar"
Sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo mientras escuchaba como Myeong comenzaba a llorar en su habitación. Seguramente era otra pesadilla.
Cerré el correo y apagué el holograma con mi corazón latiendo rápidamente. Me acerqué a Myeong y lo cargué mientras el perrito se recostaba sobre mis pies. Poco a poco su llanto fui disminuyendo dejándome en claro que nuevamente había tenido una pesadilla. ¿Qué clases de cosas malas puedes soñar un pequeño de tan solo un año de edad?
—Ya bebé, tranquilo, aquí estoy, todo está bien
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