Epílogo
🏀🐣
JiMin miraba a JooYeon en su ensayo, su pequeño parecía frustrado por no conseguir la fluidez en el movimiento, quizás estaba estresado y no ayuda su mal humor al momento de bailar.
- Quizás sea mejor que descanse...- YoonGi dice a su lado, ambos estan dentro de la academia, la encargada se acerca para decirles que debe cerrar, que el tiempo se ha terminado. JiMin asiente y YoonGi deja que sea él quien tranquilece a su hijo.
- Yeoni...- llama suavemente, y nota los ojos llorosos de su niño.- Mi amor... ¿qué pasa?- pregunta, tiene una idea pero quiere que su pequeño pueda expresarlo.
- No puedo, papi... no puedo...- y comienza a llorar, está frustrado, cansado y hambriento. Su padre lo abraza y lo carga, él se aferra con sus bracitos buscando contención.
- Esta bien, cielo... esta bien...- JiMin se acerca y le pide con la mirada a la encargada que les dé solo unos minutos más, la mujer entiende y los deja solos.
- Hey, campeón, ¿por qué lloras?- YoonGi trata de ver su carita y el niño siente vergüenza- Llorar esta bien, Yeonie, papá y yo lloramos también, y a veces nos sentimos frustrados y cansados, lo que sientes es normal...- le dice y el niño sale de su escondite para ver los ojos de su padre YoonGi.
- No soy campeón, papi... no puedo...- y el llanto vuelve con más fuerza, luego de unos minutos de arrullo y caricias, JooYeon logra calmarse.
- Esta bien, cielo, te han dado los pasos hoy, tienes dos meses para ensayar... no te apures...- JiMin le dice- ¿Recuerdas a las orugas?- JooYeon asiente- Ellas deben esperar mucho tiempo para volverse mariposas, los pollitos también deben esperar para crecer... solo debes tener paciencia, podemos hacer un espacio en casa para que ensayes, nos tienes a nosotros, somos tu equipo, Yeonie...
- Tu padre tiene razón...- YoonGi le dice y toma su mano, JooYeon lo mira con tristeza y YoonGi mira a JiMin.- Esta bien si no sale a la primera, si te equivocas, todo esta bien... debes disfrutarlo, Yeonie, ¿quieres ir por un helado?
El pequeño asintió, pero no quiso soltar a JiMin, cuando salieron, ambos adultos agradecieron a la mujer que también ya estaba lista para irse.
- Ven, Yeonie, papá debe manejar- YoonGi subió a la parte tarsera del auto y el niño se sentó en su regazo, YoonGi lo abrazó y recordó todas las veces que JiMin lo contuvo, esa vez donde su madre lo abrazó, ahora entendía porque se calmaba cada vez que su madre lo abrazaba, su mamá que siempre le dio sonrisas aunque reconoce haberla herido por su distancia, por las decisiones que tomó.
JiMin empredió la marcha y se detuvieron en un parque cercano a su casa. Al bajar, JooYeon iba tomado de sus manos y ya no lloraba pero su semblante era triste. Cuando pidieron los helados en un kiosko pequeño, los tres se sentaron en una banca.
- ¿Cómo te sientes, bonito?- JiMin aparta su cabello con cuidado, el pequeño suspira y mira su vasito, juega con la cuchara en su helado.
- Gracias, papás...- susurra. Ser contenido por ambos hombres le dio calma y la seguridad de llorar tranquilo, de expresar como se sentía.
- Somos tus papás, Yeonie, vamos a estar a tu lado...- YoonGi le dice y un poco mas animado comienzan a comer el helado. JiMin entonces sabe que deberá dar más que solo palabras de consuelo.
.
El siguiente fin de semana, JiMin regresó a ese lugar.
- ¿JiMin?- la voz de la mujer lo sorprende.
- Señora Hang, que gusto volver a verla...- saluda con una reverencia, es una mujer mayor que ha respetado toda su vida.
- Muchacho malcriado, ¿por qué nunca volviste?- aunque parezca pesado la mujer con poca fuerza zarandea a JiMin a modo de reclamo.- Siempre fuiste mi bailarín estrella...
- Tenía miedo... no fue lo mismo después del accidente...- dice con vergüenza. La mujer lo abraza con cariño.
- Solo recuerda que esta siempre será tu casa...- le dice con afecto en su voz, lo mira.- Has crecido mucho, recuerdo cuando apenas alcanzabas mi hombro... cuando venían con las mejillas pintadas...
JiMin se sonroja.
- Vine para recordar viejos tiempo...- susurra.- Mi hijo necesita que su padre le de confianza al bailar... creo...
- ¿Te casaste?- la mujer esta sorprendida.
- Aun no- ríe tímido- Mi pareja y yo, adoptamos a un niño de siete años, pronto serán ocho, parece que le gusta bailar...
- Bien, tengo la última pista de tu ensayo, solo ten cuidado...- la mujer lo deja dentro del salón que usaba cuando bailaba en su adolescencia. Había hablado con NamJoon, quería que le hicieran una revisión completa sobre el estado de sus músculos y tendones, incluso consultaron con otro terapeuta, que dio la aprobación con la restricción de no hacer movimiento tan complejos, al menos hasta que su cuerpo vuelva a adaptarse.
Pero JiMin sabe que su cuerpo nunca olvidó bailar...
La música empezó a sonar por cada parlante de esquina, se miró frente al espejo y pudo ver al JiMin joven riendo esa tarde sin imaginar lo que pasaría después de eso.
Sus movimiento fueron fluidos y delicados, nunca olvidó al cisne negro... JiMin no pudo convertirse en su versión limpia... porque un cisne no bastaba para representarlo, él fue un ave fénix, tuvo que renacer de aquel accidente, tuvo que renacer cuando JooYeon se vio frustrado, cuando el dolor físico aumento el dolor emocional...
En medio de sus lágrimas, cada movimiento fue hecho con verdadera elegancia, con la pasión de aquel momento, recordó cuando le dieron el estelar, fue indescriptible su emoción...
Y justo en el último movimiento, abrió sus ojos para verse como ese JiMin adulto y maduro, su rostro empapado de las lágrimas que dejó caer y su respiración agitada...
El aplauso hizo eco en el espacio, miró a la mujer que le enseñó todos los movimientos que su cuerpo reconocía como propios.
- Allí estuvo siempre... es el mejor color que vi de un cisne negro...- dice sonriendo.
-Bueno, quizás porque soy un fénix...- JiMin dice para sí mismo, sonríe.- Muchas gracias, por el espacio y todo lo que me enseñó, señora Hang...
JiMin se retira y va directo a su hogar, YoonGi mira televisión con JooYeon, ambos estan viendo un concierto.
- Ya llegue...- anuncia y ambos lo miran, van a abrazarlo.- Iré por una ducha, y cocinamos...
- Ya hicimos la cena papi- JooYeon dice y deja un beso en su mejilla.
- ¡Oh!- JiMin mira a YoonGi, quien se encoge de hombros.- Entiendo, entonces seré rápido...
YoonGi lo notaba diferente y solo miró a JooYeon.
- Papi se ve más feliz...- dice de repente el menor.
- Así es, mi niño...- YoonGi acaricia su cabello- Vamos a servir ya...
.
JooYeon no sabía porque su papá lo había llevado esa tarde a un lugr nuevo.
- ¿Dónde estamos papi?- preguntó.
- Ah, antes de vivir con tu padre YoonGi, vivía solo en este edificio...- le explica- Este lugar fue mi hogar antes de que vivieramos juntos...- JiMin presiona el botón correspondiente.
- ¿Papi te traía serenatas?- pregunta. Y JiMin ríe y niega. La imaginación de su hijo es muy grande.
- No, nos conocimos en el hospital donde trabajo, mi amor...- JooYeon asintió en comprensión.- Llegamos, vamos...
Caminaron el espacio que los separaba de una de las puertas y JiMin abrió. Realmente su apartamento nunca lo ocupó tanto, pasaba la mayor parte del tiempo en el hospital, dormía, se duchaba, comía y estudiaba en el hospital.
Al entrar suspiró, todo seguía limpio y en orden, una vez a la semana pedía que lo limpiaban.
- Te ayudaré con tu baile, Yeonie...- JiMin le dice a su hijo, el pequeño lo mira sorprendido.- Antes yo bailaba... aquí...- abrió una puerta y dejó ver los grandes espejos que decoraban las paredes.- Este es mi espacio, Yeonie, lo estoy compartiendo contigo porque deseo que estes tranquilo para tu presentación.
- ¿Te sabes los pasos?- preguntó. JiMin asintió.
- Te he visto varias veces, ahora, vamos a estirarnos...- JiMin le dijo y ambos se sentaron en el piso de madera, JooYeon imitaba lo mejor que podía a su padre. JiMin hacía cada movimiento despacio, y lo felicitaba.
Cuando la música empezó a sonar, notó que JooYeon se enredaba con sus piernas al dar un salto.
- Bien, cariño, ya sé que pasa...- le dice- Te atrasas con la coreografía pero es por la posición de tus piernas, te ayudaré a colocarlas mejor...
JooYeon asintió y se dejó hacer.
- Si la posición te duele, debes decirme...- JiMin le dice, JooYeon se deja hacer- Intenta saltar varias veces...
JiMin se paraba frente a él, hacían la coreografía una y otra vez con y sin música.
Los ensayos fueron comunes hasta podían ver a JooYeon más relajado.
YoonGi se acercó a JiMincon curiosidad.
- Entre bailarines nos entendemos...- le dijo con una sonrisa.
YoonGi no dijo más, y el día de la presentación, JooYeon fue el bailarín mas destacado por su estilo.
JiMin lo miraba con una sonrisa y supo que él sabía algo, no fue hasta que JooYeon al momento de arroparlo esa noche lo dijo al abrazar a JiMin...
- Gracias, papi, por enseñarme a bailar...
Después de todo, JiMin sí era un fénix, al igual que él...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro