ᴘʀᴇᴛᴛʏ ʙᴏʏ.
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🍒Kazutora top ¦¦ Baji bottom🍒
✹Travestismo✹
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La relación de ambos adolescentes era complicada, ambos se sentían cómodos con la presencia del otro que experimentaron muchas cosas juntos, realizando hasta sus primeras veces, lo veían tan normal el abrazarse o besar que no les importaba hacerlo en público, desde niños siguieron con la maña de tomarse de las manos al caminar por las calles, siempre cuidando el bienestar del otro. Baji quiere a sus amigos, pero no podría compararlos con Kazutora porque lo prefería más a él, si el de lunar lo llamaba aunque estuviera ocupado, el pelinegro era capaz de dejar todo para ir donde el mayor y estar a su lado, tampoco entendía las preguntas de los demás respecto a que tipo de relación tenía con Kazutora, eran amigos, pero al parecer esa respuesta no los satisfacía, tampoco iba a negar cuando le preguntaba sobre que pensaba de su apariencia, obviamente es un chico muy atractivo, con un cuerpo delgado pero fuerte, de lindos ojos color ámbar y bellos lunares esparcidos por toda su piel.
Pero si había situaciones que no podía decir, como lo sexualmente activo que se volvió y que intentaba propasarse, Kazutora llevo a varias chicas a su habitación que ya no gustaba de ir a visitarlo. Había momentos en los cuales mientras entrenaba, Kazutora iba a molestarlo, pero de una forma que lo avergonzaba, el de lunar tocaba su cuerpo como si no fuera nada malo, así lo creyó, pero comenzaba a darse cuenta que su pecho y trasero eran los más manoseados, no quería pensar otra cosa, solo suponía que Kazutora quería sentir como era un cuerpo con músculo ya que él no lograba tener su cuerpo así. Pero todos esos pensamientos dejaron de ser así cuando Kazutora rozó su entrepierna contra su trasero, esta vez no fue un error, fue intencional y al intentar pedir una explicación el de mechones rubios se escapaba.
En cambio, Kazutora solo sufría, porque todos sus intentos de "coqueteo" eran en vano, los abrazos y besos estaban tan normalizados entre él y Baji que el menor no captaba sus muestras de afecto, besar su mejilla y decirle cuanto lo quiere no era recibido como esperaba, amaba ver la sonrisa del pelinegro, pero cuando decia las palabras "Yo igual" lo decía en un tono como si no fuera nada especial. Son adolescentes, no sabía cómo consolar sus deseos por lo que experimentaba teniendo relaciones sexuales con algunas chicas y ver cuan diferente es hacerlo con una mujer que con un hombre, y sin duda confirmó que no deseaba abrazar a una mujer, quería abrazar íntimamente a Baji. Quería masajear por horas el pecho blando al igual que sus glúteos redondos y piernas entrenadas, quería dejar la marca de sus manos en su piel al igual que dejar un recorrido de chupetones por su cuello, pero por más intentos que realizara, Baji seguía viéndolo como un amigo. Hasta que se arriesgó a rozarse contra él, al hacerlo sintió un escalofrió, ganas no le faltaban de hacer más, pero temía a la reacción del pelinegro por lo que solo escapó de la situación, estuvieron casi una semana sin hablar hasta que llegó el festival.
En el salón de Kazutora los varones tendrían que vestir de mujer; usar vestidos y maquillaje para atender las ordenes de los clientes, lo demás se encargarían las mujeres como cocinar, no era nada difícil por lo que nadie se negó, pero no esperaban que sus compañeras fueran exigentes, casi siendo obligados a usar vestidos cortos de colores pastel y tacones, esa misma mañana fueron maquillados, querían que su salón destacara por lo que se esforzaron en arreglar a los hombres, desde usar pestañas postizas y hasta pintar las uñas de la mano. A pesar de vestir como mujer, se podía notar que no lo eran, sus cuerpos y rostros no encajaban, pero en Kazutora era otro tema, todos sabían que era un chico lindo, pero no esperaban que al travestirlo podría ser confundido con una mujer. Esto solo le recordaba a cuando Baji mencionaba su belleza, el cómo los labiales y rubor lo haría ver más hermoso como una delicada mujer.
—Hanemiya-kun tiene rasgos muy lindos.~ — Halago una de sus compañeras, la voz de ella hizo que dejara de pensar.
Kazutora se veía en el espejo, estaba usando tacones como todos sus compañeros, el talón comenzaba a doler y no sabía cómo haría para atender hasta la tarde, también estaba vistiendo medias blancas junto a un vestido rosado, sus uñas también fueron pintadas del mismo color, a diferencia de los demás era el único usando un collar de perlas, según sus compañeras era el único que tenían y querían que él lo reluciera, no le gustaba ser el centro de atención. El maquillaje no fue tan cargado, solo pintaron sus labios de un rojo suave y le colocaron pestañas falsas, además de agregar a sus pómulos un poco de rubor. Y como si no fuera suficiente, estaba usando una peluca, esto también todos los hombres lo usaban, la peluca rubia y larga con ondas, dejando solo dos mechones en su frente, estaba seguro que si se mantenía callado podría ser confundido con una chica.
—Siento que me aprieta en la cintura...
—¡Eso es para definirla! Tienes una bonita cintura que debe brillar.
No pudo decir más, todos ya estaban listos y solo faltaba medio hora para que comenzara el festival.
Mientras tanto Baji iba a directo al colegio de Kazutora, si el mayor no lo buscaba él iba hacerlo, tenían que aclarar lo que sucedió la otra vez, el pelinegro desconocía sobre el festival y si no fuera por Mikey no sabría que Kazutora se tendría que travestir, no quería creer que iban a distanciarse, siempre tuvieron comunicación y se contaban de todo, pero esta era la primera vez que Kazutora lo evitaba, intentaba consolar sus pensamientos negativos con que tal vez sintió vergüenza de que lo viera usando un vestido, tal vez solo fue eso. ¿Verdad?
Al llegar a la institución, Baji se separó de sus amigos para ir directo al salón de Kazutora, mientras más se alejaba poco a poco la voz de Manjiro que se burlaba de su situación iba desvaneciéndose, "Pelea de pareja" ni siquiera estaban en una relación, solo tuvieron malentendidos y la indiferencia del mayor lo hería, nada más. Al llegar al aula, vio a todos los varones de esa sección usando vestidos, junto con tacones y pelucas, como lo dijo Emma era cierto que estaban travestidos atendiendo a los clientes, las prendas eran tan cortas que eran molestados por los mismos clientes. Decidió sentarse en una de las mesas y esperar a que apareciera Kazutora porque no podía hallarlo, decidió pasar el rato viendo la carta de menú.
—¡Hanemiya-kun, atiende la otra mesa!
Dejo de ver la carta al escuchar la voz femenina que gritaba el nombre del mayor, al comienzo no pudo verlo, eran varios varones usando vestido caminando por el aula, ni siquiera podía encontrarlo a través de sus mechones rubios, hasta que su mirada se detuvo en una persona que permanecía de espaldas atendiendo otra mesa a lo lejos, su figura simulaba el de una mujer, hombros no tan anchos, una cintura delgada que era ajustada por el vestido rosa y la falda circular aparentaba caderas anchas, no podía apartar la vista, tenía curiosidad de que hombre tenía características tan femeninas, esperó a que esa persona se diera la vuelta y mostrara su rostro. De todas las personas que pudo imaginar, fue Kazutora al que estuvo observando. Si se ponía un rato a pensar, Kazutora siempre uso ropas anchas que ocultaba su cuerpo, las pocas veces que lo vio desnudo vagaban en su cabeza, eran casi borrosas que no recordaba con exactitud, cada que iban a tomar un baño no prestaba atención a su cuerpo, solo veía su rostro.
Baji por un momento confundió a Kazutora con una mujer, verlo lleno de prendas femeninas hizo que fuera consiente de su belleza andrógina, comenzó a sentirse pequeño al ser visto por Kazutora, ver como esos redondos ojos ámbar no veían nada más que su persona provocó que su corazón se acelerada, como si un depredador hubiera encontrado una presa, Kazutora dejo todo y fue hacia Baji.
—¿Qué haces aquí?
La pregunta y el tono hizo que doliera su pecho, comenzó a dudar en si era correcto sacar el tema, no quería volver a ser evitado y que se distanciaran. —Mikey vino a ver a Shitty-Michi.— Fue lo único que se le ocurrió decir, extrañamente estaba nervioso. —Como tu salón estaba cerca vine un momento.— Sin que el otro lo viera, se mordió la lengua, Kazutora es un grado mayor que Takemichi, por lo que no era nada cerca, tuvo que subir un piso. —Eh, quiero un flan de café.
Kazutora no dijo nada, solo anotó la orden y cuando estaba por irse, Baji volvió a hablar.
—Te ves bien, muy bonito.
Aunque el menor no lo viera, Kazutora estaba ruborizado, no importaba que otras personas recalcaran su apariencia, si era Baji el que decía que era lindo causaba que su corazón latiera a tal punto que su pecho duela, sin voltear fue hacia sus compañeras para pedir el postre y entregarlo, sus compañeros no preguntaron nada, solo le dieron el flan y nuevamente el de tatuaje regresó donde Baji. Odiaba que el pelinegro fuera lerdo, no le gustaba ser el único que tuviera reacciones así por lo que creyó que seria buena idea si intentaba avergonzarlo. Agarró una de las sillas libres y la colocó al lado del azabache, para luego sentarse en ésta y acercar el postre junto con el utensilio, tomó una pequeña porción y la acercó a los labios del menor.
—¿Esto viene incluido?— Desconcertado, veía la cuchara que estaba cerca de su boca, ni su madre lo alimentaba de esa forma.
—Servicio especial.— Con una sonrisa, rozaba el utensilio contra los labios del menor, y sin pedir permiso, empujó la cuchara dentro de su boca, hizo que lo comiera para repetir la acción hasta que el postre se acabara.
Baji intentaba seguir el ritmo, masticando para no atorarse, no le importaba si estaban siendo observados por los demás, ambos eran capaces de besar el rostro del otro disfrutando de incomodar a los demás o por simple cariño, pero era la primera vez que era alimentado de esa forma por parte de Kazutora, todos sus pensamientos negativos desaparecían y disfrutaba del momento. Estaba pasando todo lo contrario que quería el mayor, Kazutora quería que Baji estuviera rojo de la vergüenza, que su corazón palpite con tanta fuerza para que sienta lo que últimamente estuvo soportando, para nada contento, decidió hacer otro movimiento, con su mano libre comenzó a acariciar uno de sus muslos, hasta ahora Baji no se alertó, pero el de ojos ámbar llevó sus dedos a su entrepierna, cerca de su genital.
Fue suficiente para que Baji se ruborizara y se atragantara al punto de toser.
—¿Sensible?
—¡¿Que mierda, Kazutora?!— Agarró la bebida de otra mesa para calmar su garganta. —Últimamente actúas raro. ¿Qué te sucede?
—¿Lo odias?
—¡No! Pero, no sé qué es lo que piensas, no entiendo tu comportamiento.
Por el alboroto, ambos estaban siendo vistos por sus compañeros y clientes, no era un lugar en donde pudieran hablar, Kazutora agarró la mano de Baji y salió del aula mientras sus compañeros intentaban calmar el ambiente, el mayor arrastró al pelinegro hacia la enfermería, los profesores estaban ocupados por lo que no había nadie en esa habitación, se aseguró de cerrar la puerta con seguro y tiró a Baji a una de las camas.
—¡Agh, suficiente! ¿¡Qué es lo que te sucede!? ¿Por qué actúas así?
Al comienzo Kazutora no quería hablar, estuvo en silencio viendo el suelo, el de lunar estuvo pensando en cómo empezar, sus acciones para demostrar que gustaba del pelinegro fueron en vano, tal vez con palabras sean más claras sus intenciones. —Pubertad.— Se acercó a la cama en donde permanecía Baji y se subió al borde. —No me gusta ser el único que se sienta así... ya no te veo de la misma forma Baji. ¿Comprendes?
Baji había logrado acomodarse en la cama, su espalda chocaba contra la cabecera y para no lastimar su espalda puso una almohada, en cambio Kazutora estaba recostado entrelazado con sus piernas, casi abrazando uno de sus muslos, estaba de lado mostrando uno de sus ojos y su lindo lunar, verlo de esa forma era como si una mujer estuviera entre sus piernas, nuevamente estaba nervioso. —No...
—Idiota.
El de lunar llevo sus manos hacia las mejillas del azabache y sin miedo unió ambos labios, al principio solo era un suave beso entre labios luego como si fuera uno de sus sueños húmedos no se contuvo, ingresó su lengua a invadir la cavidad bucal del menor, ambas salivas se mezclaban y ambas lenguas se entrelazaban, el mayor hizo tan profundo el beso casi robándose el aliento del contrario sin importar si la saliva desbordaba de sus bocas, después de tanto por fin estaba besando esos labios suaves que ansiaba probar desde hace mucho.
Baji solo se sujetó de los brazos del contrario, no podía seguir la corriente del mayor por lo que se dejó manipular a su antojo, su mente estaba nublada, sintiendo como sus labios hervían y se hinchaban. Cada que abría sus ojos con cansancio, veía el rostro de Kazutora sonrojado, sus pestañas junto a las postizas lo hacía ver encantador, la forma en como su rostro era sujetado por las manos de él no lo asustaba, si era Kazutora el que lo hacía no veía ningún problema.
Al romper el beso, Kazutora lo abrazó y acercó su rostro al cuello del menor, ambos estaban avergonzados con rubor en sus rostros, el de lunar había conseguido una erección y este hincaba una de sus piernas, el mayor no podía ver el rostro de Baji por la vergüenza.
—Baji, no puedo soportarlo teniéndote enfrente mío...
—¿Qué es lo que planeas?— Comentó mientras intentaba regular su respiración, sentía cosquilleos en sus labios.
Kazutora comenzó a desvestirlo comenzando por su camisa, desabotono la prenda y la tiró algún lado de la habitación, sus labios no tardaron en invadir el cuello desnudo del pelinegro, dejando rastros del labial en su piel, actuando con cuidado mordía levemente sus clavículas, no quería espantarlo por lo que todos sus movimientos eran lentos, la lentitud hacía estremecer a Baji, soltaba suspiros cada que Kazutora succionaba su piel y dejaba marcas de chupetones, el mayor con sus manos acariciaba su abdomen y con sus labios besaba su quijada hasta llegar a su rostro y besar dulcemente sus mejillas,
—Kazutora.— Su cuerpo estaba un poco tenso, con cada roce de los dedos en su piel lo erizaba, no quería apartarlo pero tampoco sabía qué hacer. —Esto no es divertido...
—No estoy jugando. —Estando cerca del pelinegro, se acomodó entre sus piernas y mientras con una mano lo mantenía cerca de su cuerpo con la otra comenzaba a desabotonar su pantalón. —¿Cómo me veo Baji? ¿No te da curiosidad sobre la ropa interior que uso? ¿Me crees capaz de usar ropa interior femenina?— Sus dientes se clavaron en el cuello del contrario dejando marca, luego para aliviar el dolor comenzó a lamerlo.
El tinte de sus labios poco a poco iba dejando de manchar, si se detenía un momento para observar al menor, se deleitaba notando como en los labios de Baji tenía manchas de labial, al igual que en su cuello y pecho, una obra de arte que disfrutaba de alborotar. En cambio, el de ojos cafés apretaba las sábanas, una parte de su cuello palpitaba, su calor corporal aumentó y su cuerpo ansiaba más caricias por parte del contrario, sus delicados besos en sus mejillas lo ponían algo tímido, ya no lo sentía como antes, cuando Kazutora solía besar su rostro en público ahora que lo hacía en privado y en una situación distinta, estaba cohibido. Cuando comenzó a procesar la pregunta, la sangre hervía en sus mejillas y solo apartó la mirada, ni siquiera esa duda paso por sus pensamientos antes.
—Yo... n-no lo se.— Nunca antes estuvo tan nervioso y mucho menos llegó a tartamudear, se sentía como un idiota, solo mordió sus labios de la vergüenza, era un lado que ni el mismo conocía.
Kazutora sonrió soltando una risilla, ver a Baji de esa forma solo provocaba el querer molestarlo, pero no quería perder esta oportunidad, el ambiente estaba caliente y no quería arruinarlo, Baji estaba dócil. Comenzó a meter sus manos por debajo del pantalón del pelinegro, inició acariciando encima de la ropa interior los glúteos del menor, tan suaves y al apretarlos podía sentir su músculo, estaba agradecido de poder tocar tal jugosa carne. Sus torsos estaban juntos, Kazutora estaba cerca del oído de Baji y con voz baja susurró.
—Permíteme penetrarte mientras uso este vestido, déjame estar dentro tuyo y sentir como tu interior me exprime.
Kazutora llevo una de sus manos a su boca y lubrico sus dedos para luego regresar a los glúteos del menor y rozar su entrada con sus yemas, con su mano limpia separaba sus nalgas y con la ensalivada comenzaba a ingresarlo por su orificio. Baji clavo sus dedos en los hombros del mayor, no podía controlar su voz, estaba sintiendo dos intrusos entrar por un lugar que no imaginó que podía usarse de esa forma, sentía que ya no podría estar más avergonzada, una voz que nunca antes hizo salía de su garganta y lo peor es que estaba cerca del oído de Kazutora, si otra cosa lo llegaba abochornar, lloraría. El de lunar volvió a besarlo, esta vez se tomó su tiempo para disfrutar del beso, movía su quijada a un ritmo lento, no debían de hacer tanto ruido porque estaban en el colegio, mientras continuaba devorando sus labios, sus dedos agrandaban las paredes internas de Baji, dos de sus dedos los tenía dentro del menor, los movía con cuidado de no rasgarlo, pero lo suficiente como para dilatarlo.
—Kazutora...— Alejó sus labios con la respiración agitada, sus piernas tenían vagos temblores y no podía soportar la erección que era apretada por su pantalón. —El pantalón...— Trago la saliva que estuvo reteniendo. —Me aprieta el pantalón.— Gimoteo mientras dejaba caer su frente en el hombro del contrario, adelante sentía presión y por atrás cosquilleos.
El mencionado sacó sus dedos del interior de Baji, el pelinegro sintió un vacío y luego fue echado con cuidado para poder quitar con facilidad su pantalón y ropa interior, al ya no tener ninguna prenda era visible su erección. No era la primera vez que Baji estaba desnudo frente a Kazutora, pero esta vez tenía el privilegio de tocarlo. El de lunar con sus manos separó las piernas del de grandes colmillos, las sostenía para que no las cerrara y así poder molestarlo un poco, estaba feliz de que Baji consiguiera una erección por sus caricias, solo pensaba en que era agradable para el menor, con una de sus manos comenzó a tocarlo, sentía como se estremecía el contrario, el roce de sus dedos y palma provocaban que Baji tuviera algunos temblores en sus piernas o que arqueara su espalda, le gustaba.
—Que lascivo te ves ahora mismo.
Baji estaba aturdido, agarró la mano del mayor y la acercó a su rostro, Kazutora sintió el calor de sus mejillas, el de ojos cafés suspiraba en la palma del otro, cada que el mayor tocaba su miembro el aliento caliente chocaba contra la palma de Kazutora. Era tan excitante que comenzó a masturbarlo para continuar viendo esas nuevas expresiones en el rostro de Baji. El de tatuaje con toda su palma envolvió el falo del azabache, inició con un lento vaivén de arriba hacia abajo, poco a poco aumentaba el ritmo y con su pulgar estimulaba el glande. Con su mano libre que era sujetada por el menor comenzó a rozar sus dedos contra los labios de Baji, estaban algo rojos de tanto besarlo y en su comisura tenía leves manchas de labial, todo su cuerpo era un desastre con marcas de chupones y manchas de labial, con mordidas mezclados de sudor y saliva, aunque no quiera alejar su mano del rostro de su amado, tuvo que hacerlo para continuar aflojando su interior, ingresó sus dedos en la boca del pelinegro y los envolvió en saliva, luego los sacó y los llevó hacia su trasero, esta vez fue fácil entrar, ahora aumentó dos dedos más, con ellos agrandaba su entrada y con su otra mano seguía masturbándolo.
—¡Ah!~— Gimió al arquear su espalda por el estímulo que sintió, en su interior un lugar sensible fue tocado y el placer subió de golpe por todo su cuerpo. Sus manos ansiosas solo apretaban la sábana.
De golpe Kazutora quitó sus dedos del interior de Baji, algo brusco agarró las piernas del contrario y las subió a sus hombros, el de lunar dejo de masturbarlo para ahora hacerle una felación, Baji intentó alejarlo empujando su cabeza para atrás, pero sus piernas estaban débiles que era imposible apartarlo, Kazutora metió todo el genital del azabache dentro de su boca, el de lunar soportó las arcadas, su nariz tocaba la pelvis del pelinegro sintiendo cosquillas por sus vellos, el olor era fuerte que solo aumentaba el deseo de penetrarlo, con una mano sostenía la cadera de Baji y con la otra volvió a penetrar su interior con sus dedos. Kazutora comenzó a meter y sacar el falo del pelinegro de su boca, saboreando todo el tronco con su lengua y succionando el glande. Baji comenzó a lagrimear, no podía creer que Kazutora tuviera su pene en su boca, no estaba limpio y solo le provocaba ganas de escapar.
—¡Kazutora! ¡Ahg!— Gimió mientras jalaba un mechón de la peluca.
Kazutora dejó el pene de Baji para ahora lamer su entrada, los lloriqueos del azabache eran más audibles, pero por el calor del momento Kazutora no se detuvo e ingresó su lengua en aquel orificio, se aseguró de lubricarlo con su saliva, dejarlo tan resbaladizo para que Baji no llegara a rasgarse, una vez que lo sintió tan húmedo, bajó su cadera sobre el colchón. Y siendo visto por el pelinegro, levantó la falda mostrando su ropa interior masculina en la cual había un bulto notorio.
—No soy tan pervertido como para usar ropa interior femenina, Keisuke.
Sin vergüenza, Kazutora liberó su erección y se acercó a la entrada del otro, con sus manos sobre cada pierna separándolas para que no se cerraran rozaba su pene contra el trasero de Baji, lentamente ingresaba dentro de él, el interior lo abrazó, lo succiono hasta el punto de ser apretado, ambos suspiraron, se sentía bien estar entre el calor de sus paredes internas y se mantuvo quieto por un momento para que Baji se acostumbrara.
—Ugh... se siente extraño, como si mi estómago estuviera lleno.— Se quejó intentando buscar consuelo, quería que Kazutora lo abrazara.
La vista de Baji era extraña, tenía a Kazutora entre sus piernas usando un vestido y peluca, se sentía como si una mujer estuviera penetrando sus entrañas, pero al escuchar su voz esa idea desapareció, la grave voz de Kazutora resonaba en sus oídos recordándole que no era una mujer, solo era tan hermoso que mantenía la belleza de ambos géneros. Gimoteo buscando más caricias.
Kazutora metió todo su miembro dentro de Baji, luego envolvió sus brazos en la cintura de su amado para estar cerca de su rostro y besarlo, le dio ternura que el menor rodeara sus brazos en su cuello acercando sus torsos, sin duda amaba a Baji. El de lunar comenzaba a mover su pelvis contra el trasero del menor, su miembro ingresaba y regresaba sin salir de su entrada dilatada, Kazutora lo besó para callar sus gemidos, no querían ser descubiertos por los demás por lo que debían mantenerse en silencio. Sus manos apretaron la cintura del azabache y hacía que ambas pieles chocaran, el sudor recorría en su cuello pues la ropa ajustada y peluca comenzaba a acalorarlo.
Baji embriagado por el placer, encarnó sus uñas en los hombros del menor, apretando las tiras del vestido y parte de su piel expuesta. Kazutora sintió la gloria al estar dentro de Baji, sentía que en cualquier momento terminaría por correrse, pero estaba soportándolo porque quería disfrutar del momento. Al cortar el beso, el de tatuaje reincorporó su espalda y aceleró las embestidas mientras sujetaba la cintura de su amado.
—¡Ah!~ ¡Kazutora, ugh!
Los gemidos de Baji eran más altos, eso era un problema, Kazutora agarró la prenda que estaba más cerca y lo metió a la boca del pelinegro. Baji estaba ahogando sus gemidos teniendo su propia ropa interior en su boca, lo que realmente no importaba porque estaba tan caliente que solo quería continuar sintiendo el placer que le proporcionaba Kazutora. Las estocadas eran tan satisfactorias que rozaban su punto sensible, las lágrimas desbordaban junto con el sudor, los fluidos en su recto causaban que sus pieles hicieran un chapoteo lúbrico que aumentaba la excitación.
Baji observaba a Kazutora, sus mejillas estaban sonrosadas, el vestido estaba arrugado y la peluca debido a las fuertes embestidas amenazaba con caerse de su cabeza, los únicos sonidos en la habitación eran los suspiros y gemidos bajos de Kazutora, el cascabel en su oreja y el choque de fluidos al ser penetrado, junto a sus débiles gemidos ahogados, pero aunque Kazutora intentara gemir de forma baja debido a que estaban en el colegio, Baji lo escuchaba muy bien, se podía oír que lo estaba disfrutando, ambos estaban disfrutando del sexo.
—Baji... Baji, se siente tan bien dentro tuyo, tan caliente...~— Suspiró continuando con las penetraciones, no podía controlar su emoción por lo que mordió sus labios.
La peluca no tardo en caer, Kazutora abrió sus ojos y observó a Baji, quería besarlo, alejó la ropa interior de su boca y besó sus labios, las estocadas eran más fuertes e intensas por lo que el pelinegro no se contuvo y gimió entre en el beso, sus gimoteos eran audibles durante el beso, Kazutora jugueteaba con su lengua y no se detenía con las embestidas, estaba cerca de terminar, mientras tanto con una de sus manos sostenía a su amado y con la otra presionaba con su dedo su uretra para que no se corriera, iba a retenerlo. Esto no le gusto al pelinegro por lo que mordió su lengua, no soportaba más, quería terminar.
—¡No! ¡Ugh!~ ¡Suelta!
Nuevamente lo recostó en la camilla y con su mano libre tapo su boca, lo que menos querían era hacer ruido, continuó penetrándolo y bloqueando su uretra, Baji ya estaba por correrse, Kazutora podía sentirlo debido a que su interior lo apretaba más que antes, siguió chocando su pelvis contra su trasero durante unos minutos más y dejó de bloquear su uretra, Baji expulsó su esperma mientras arañaba la mano que cubría su boca, las lágrimas no dejaban de bajar, estaba en el máximo éxtasis, al haberse corrido estaba sensible y debido al placer que sentía las lágrimas no paraban, el pene de Kazutora estaba clavando profundamente su punto débil, cada vez más intenso debido a que su interior lo apretaba.
—¡Ah! ¡Keisuke!— No logro retener su voz, aunque estuviera callando los gemidos del pelinegro, no tardó en correrse en el interior del menor.
Kazutora dejo salir todo su fluido blanco en el interior de Baji, dejando toda su semilla en lo profundo de sus entrañas, del cansancio se recostó en el pecho del menor y aflojó su agarre que callaba la voz del contrario, ambos estaban agotados y con fluidos en sus cuerpos. La primera vez de Baji estuvo bien, no tuvo miedo en nada porque fue con Kazutora.
—Kazutora...
El pelinegro llevo su mano a la cabellera del nombrado, pequeños mechones con sudor estaban pegados en su rostro y comenzó a despejar su frente, las pestañas postizas durante el acto se perdieron, pero aún mantenía su belleza, sus verdaderas pestañas eran suficiente para sus bellos ojos ámbar, besó su frente esperando a que recobrara la compostura.
—¿Si, Keisuke?— Una vez que su respiración se reguló, salió con cuidado de su interior y besó su rostro.
—Vamos a mi casa, quiero tomar un baño.— Dejó que Kazutora besara sus mejillas, sus besos eran sus favoritos.
Kazutora asintió a su petición y primero fue a buscar algo para limpiarlo, como estaban en la enfermería fue fácil buscar agua y una toalla, estuvo medio hora para limpiar su cuerpo sudoroso, pero no limpió su interior, seria divertido observar cómo su esperma escurría de su entrada. La ropa de Baji estaba arruinada por lo que Kazutora le ofreció uno de los vestidos que sobró en su salón, y planeando una coartada, hizo que el pelinegro usara el vestido que era de color rojo.
—Tu ropa interior esta sucia, no tienes más opción que ir así a casa.— Besó su frente para que su enojo no fuera grande.
—Ugh.— Gruñó.
Ambos estaban por salir de la enfermería, pero al abrir la puerta vieron a Mikey junto a los demás enfrente suyo, Baji recién se acordó que había llegado con ellos, pero no pensó que terminarían esperándolo. Kazutora como la peor mierda, comenzó a molestarlo mientras estaban siendo observados, los demás no podían ver lo que la mano de Kazutora hacia al trasero del pelinegro, la falda lo escondía.
El de mechones rubios metía dos de sus dedos en el agujero de Keisuke, después de la cogida estaba lubricada y el esperma del mayor comenzaba a gotear por sus nalgas, lentamente bajando por sus muslos. Nadie podía verlo, solo Kazutora y Baji que lo sentía, el pelinegro jalaba el vestido hacia abajo y mantenía la mirada hacia el suelo mientras apretaba su quijada para no soltar algún sonido indebido.
—Ya es tarde y Keisuke tiene que regresar a casa.— Con dulzura e inocencia besó la mejilla de su amado.
—Parece que arreglaron su discusión.— Con intenciones de molestarlos, comentó Manjiro.
Pero Kazutora no tenía intenciones de seguirle la corriente, no era tan bastardo como para hacer llorar a Baji enfrente de ellos, dejo de manosear el culo de Baji para ir hacia la camilla y tomar la sábana, con ella cubrió el cuerpo del azabache y lo cargó en sus brazos. Ahora solo quería volver a follarlo mientras usaba ese vestido rojo.
—Nos iremos a casa.
Despidiéndose de sus amigos, ambos tortolos se retiraron.
Baji quería golpear a Kazutora, pero éste solo besaba su mejilla intentando calmar su ira.
☁️☁️☀️☁️☁️
Espero que les haya gustado. ^^
Tenía esto en borrador y me dieron ganas de publicarlo en esta semana nsfw. 😼
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