O3
JungKook se quedó mirando la bandera por años, o así fue como lo sintió.
El color rojo, naranjo, amarillo, verde, azul y morado destacaban entre todas las cosas que el castaño tenía desparramadas.
—Bien — JiMin le hizo dar un salto, pero seguía sin inmutarse de sus reacciones. — Tienes suerte de que hace mucho estudié la historia de Irlanda...
—Y que eres bueno en el español...
—Sí, bueno, mi madre era profesora de español y me enseñó desde pequeño. Supongo que es una ventaja.
JiMin se sentó en la cama y sacó el papel que el profesor Suk les había entregado. Se fijó en los nombres que estaban escritos debajo del título, y se sonrojó al pensar que "JungKook" y "JiMin" se veían bien juntos
— ¿Qué dice? —JungKook preguntó todavía con los ojos puestos en la foto que lo tenía hipnotizado.
—Que tenemos que colocar todo en español... no podemos usar traductor y los dos debemos hacerlo, juntos. También nos pide que el resumen tenga el día en que se celebra, de qué trata, cuáles ropas se usan, las actividades que se realizan... en fin, miles de cosas que ya me las sé pero igual averiguaremos para estar seguros.
JiMin tomó su ordenador del escritorio y se prendió de inmediato.
—Oye... —dijo el pelinegro — Sobre lo de antes, no era necesario que...
— ¿Quién es él? —interrumpió JungKook, ya sabiendo de lo que JiMin iba a hablar.
El castaño guardó silencio al ver la foto que el chico apuntaba. Pasó una mano por sus ojos, recordando todo lo que pasó ese día y suspiró.
—Mi ex... —murmuró.
Luego de eso, JungKook no volvió a tocar el tema. Algo en los ojos del castaño le indicaba que la pregunta que había hecho no era la mejor, y que de algún modo, él todavía se sentía mal por lo que pudo haber pasado con su ex. Algo se removió en su estómago y negó con la cabeza, sabiendo que le tenía un poco de celos al chico que se encontraba en la foto.
—Y ese novio tuyo, el que nos encontramos en la salida... ¿siempre ha sido así contigo? —preguntó JungKook por curiosidad, luego de cuestionarse por qué el castaño andaba con un chico tan idiota.
—Jackson no es mi novio. —contestó y miró sus uñas — Creo que quiere matarme.
—Estupideces. —murmuró en respuesta JungKook.
—Es verdad... —dejó salir un suspiro, y por primera vez en tanto tiempo, JiMin creyó que JungKook podría convertirse en su amigo. —Es homofóbico al igual que todos en la escuela, y bueno...
Se calló. No quería que JungKook supiera que Jackson le golpeaba en todas las salidas y cuando nadie estaba presente por los pasillos. Probablemente JungKook sentiría pena por él, y eso era lo que menos quería provocar en él.
—Entonces deberías ocultarlo. —respondió el azabache luego de unos segundos de silencio.
— ¿El qué?
—Ya sabes, lo de ser gay... —abrió un libro con el título 'St. Patrick's Day' —Es muy predecible con la ropa que usas.
—No todos los que usan ropa rosa son homosexuales, JungKook. —replicó un poco molesto.
JungKook levantó la mirada del libro que tenía en las manos y miró al castaño, quien se encontraba buscando información en su ordenador.
—De hecho... — Prosiguió JiMin. —Hasta tú podrías ser gay y no porque uses ropa negra podrás ocultarlo por mucho tiempo.
Vale, JiMin no solía ser así.
De hecho, nunca le había hablado así a alguien, pero si algo le molestaba, era que lo llamaran gay solamente por vestir de rosa. Tenía un primo con el que compartía los mismos gustos y usaba todo de color rosa, pero eso no significaba que fuera gay. Hace unos años ese primo se había casado con una chica muy linda y estaban viviendo felices cual perdices en Australia, y a la chica no le importaba ni un poco que su marido usara color rosa para salir por las calles.
—Lo siento. —murmuró el castaño después de un rato.
JungKook no dijo nada. Se quedó callado tanto tiempo que JiMin tuvo que verlo a los ojos para saber si se encontraba bien, pero cuando lo vio con la mirada pegada en un punto fijo sin ni siquiera pestañear, se apresuró a preguntar.
— ¿Estás bien?
—Sí, sí, sólo necesito tomar un poco de agua, ¿dónde está el baño? — respondió rápidamente.
JiMin lo miró extrañado, pero se levantó de su cama para luego abrir una puerta en la misma habitación.
—Aquí... —susurró.
JungKook tan rápido como un rayo, se adentró al baño y cerró la puerta de inmediato. Sus manos sudaban mucho, por lo que se las limpió en una toalla colgada detrás de la puerta. Se miró al espejo y no alcanzó a verse lo suficiente como para fijarse en el estado que se encontraba, ya que apartó la vista de su rostro y se lavó la cara.
—Joder... —murmuró.
Miles de recuerdos abarcaban su mente, de esos cuando era un chico feliz que no le importaba nada. Cuando tenía amigos de verdad, cuando su madre estaba bien y cuando su padre lo visitaba todos los días a su casa con la excusa de "querer azúcar" y finalmente se quedaban jugando hasta tarde en la consola.
Pasó sus manos por su cabello desordenado.
—No sabes nada, JiMin... —susurró inaudible —No sabes absolutamente nada.
Decidieron parar cuando el reloj dio las ocho de la noche. Era increíble como JungKook había llegado justo ese día a la escuela y ya le habían puesto trabajos que realizar. Seguramente su madre estaría preocupada por la hora de llegada del chico, pero él no le dio importancia.
Pasaron todo el día encerrados en la habitación, y la única vez que comieron fue cuando Nayeon entró con una copa de helado sabor chocolate, y luego cuando Eunha les trajo algunos dulces que siempre guardaban.
JiMin comió todo con suma delicadeza, y sonrió al ver que nada en su cama había quedado manchado o con restos de comida. Odiaba comer en su habitación, pero si era por JungKook, estaba dispuesto a todo.
—Hey, JungKook... —murmuró JiMin, luego de guardar todas las cosas — ¿Seguro que estás bien?
Luego de que este se fuera al baño, salió como si nada hubiera pasado, cosa que extrañó a JiMin por la forma en la que actuaba. No preguntó nada, porque realmente no debería importarle JungKook.
Solo son compañeros de trabajo. O eso quiere creer.
—Sí, estoy bien. No te preocupes.
Bajaron las escaleras, con dos pares de ojos espiándolos desde la segunda planta. JiMin se acomodó un suéter de lana color rojo oscuro, y salió detrás de JungKook, quien lo veía con las cejas juntas.
—Puedo irme solo.
—Está bien, estas calles son seguras por la noche. —intentó cerrar la puerta de entrada pero un brazo lo detuvo.
—Sí, pero las mías no lo son... —murmuró el azabache, demasiado cerca su rostro.
La respiración de JiMin se volvió irregular e intentó todo para que no se notara.
—B-bueno... entonces tampoco es justo... —respondió —Te irás de aquí solo y cuando llegues a tus calles te podrían hacer algo.
—No lo harán. Me conocen. —JungKook abrió la puerta de entrada y le dio un leve empujón a JiMin. —Además, si te ven, probablemente te hagan algo cuando estés solo.
El pequeño se estremeció. No era la primera vez que alguien le advertía de las personas malas en la noche, y aunque nunca le hayan hecho nada, algunas veces en las que salió solo, los chicos "rudos" siempre le seguían y le lanzaban piropos subidos de tono.
—P-pero...
—Te veré mañana, JiMin. —sonó más como una orden.
— ¿Me hablarás? ¿No me tienes asco por ser quién soy? —preguntó un poco tímido el castaño.
—Tenemos que hacer el trabajo. —Aclaró —Además... no te puedo tener asco. Eres adorable.
Y así fue como Park JiMin murió en la puerta de su casa.
—Gracias. —se afirmó de la puerta, con las mejillas totalmente rojas.
JungKook sonrió al verlo. Luego su sonrisa se borró al notar que seguramente el sonrojo de JiMin se debía al frío que hacía.
—Ten cuidado —murmuró JiMin, y luego cerró la puerta de entrada.
—Es lindo que traigas amigos a la casa —dijo su padre cuando el castaño entró a la cocina.
—No somos amigos.
"Todavía"
JiMin ignoró ese pensamiento y le ayudó a su padre con la cena. Pasaron alrededor de treinta minutos terminando la comida, y cuando todos se sentaron en la mesa, el pequeño no pudo evitar rezar a que JungKook le hablase el próximo día.
Simplemente no quería pasar su último año como los otros tres, donde no tenía a nadie que podría defenderlo o acompañarlo en esos momentos.
—Hijo, ¿estás bien? —le preguntó su padre.
—Sí, solo que tengo muchos pensamientos en la cabeza. No te preocupes.
Siguió comiendo, con el leve recuerdo de los ojos de JungKook, mirándolo con un brillo extraño que nunca había percibido por nadie.
I'M NOT FINE
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro