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EPÍLOGO

Nueve años después

(27 años)

La canción "Isn't she lovely" comenzó a sonar en la radio, y JiMin soltó un grito de emoción en el asiento del copiloto, subiéndole el volumen al recordar lo que hace muchos años, JungKook se la había dedicado cambiando algunas partes de la canción.

Sus vidas estaban bastante bien en ese momento.

Después de salir de la escuela, cada uno fue a la universidad a estudiar lo que querían, manteniendo una relación a distancia, hasta que terminaron de sacar su carrera y se fueron a vivir juntos.

Obviamente, como en todas las relaciones, ocurrieron situaciones que casi los llevan a terminar, pero gracias a ello aprendieron a ser la relación más fuerte de todas. También, se encontraban los dos trabajando en el lugar donde siempre quisieron, y viviendo en la casa que siempre habían soñado.

Era como una película donde todo era perfecto.

JungKook, quien conducía el auto en dirección a su vivienda, sonrió al escuchar la emoción de su novio. Y eso eran; novios, todavía no se casaban, aunque tampoco estaba esa idea en sus planes.

— ¿Te acuerdas, JungKook? ¡Eras tan lindo en ese momento! — Dijo el ahora peli rosa, y cantó la canción que se reproducía.

— ¿Era? — Respondió JungKook; quien había dejado crecer su cabello, con falsa indignación.

JiMin sonrió al escuchar su voz y volvió a prestar atención a las calles por donde pasaban. Luego abrió los ojos al recordar algo y se giró hacia JungKook, nuevamente.

—JungKook, la habitación que adorné no tiene un color...

—Oh, sí — El tatuado también abrió los ojos y miró por el espejo retrovisor, para después hablar en un susurro. — ¿Qué haremos?

—Le podemos decir la verdad, ya sabes. — Contestó JiMin.

—Supongo. — JungKook suspiró y luego volvió a sonreír. — Nada de mentiras.

—Nada de mentiras. — Repitió el peli rosa.

Los dos se miraron unos segundos, para decidir quién iba a comunicar la situación, hasta que JiMin se dio la vuelta hacia los asientos traseros y sonrió amablemente.

—Hey, TaeHyung... — Habló, a lo que el nombrado dejó de mirar por la ventana y fijó sus ojos miel en los suyos. — Tenemos un problema con tu habitación, pero no te asustes, la arreglaremos en cuanto podamos. — TaeHyung frunció el ceño, confundido.

— ¿Qué problema?

—Bueno...

Miró a JungKook en busca de ayuda.

—Íbamos en busca de una niña. — Habló JungKook. — Pero nos enamoramos de ti en el primer momento que te vimos. Así que puede que tu habitación esté de otro color que no te guste.

—Está bien, en cuanto haya una cama... — Respondió el niño y les mostro una tierna sonrisa cuadrada.

Exactamente eso era lo que los había enamorado a los dos.

Habían estado todo ese último mes viendo la posibilidad de adoptar una niña, y al final dieron con TaeHyung, el cual tenía siete años y con solo hablar ya tenía encantados a JungKook y a JiMin.

TaeHyung había estado tan feliz al recibir la noticia que no solo tendría un papá, sino dos, que casi se pone a llorar en ese mismo instante.

Pero tal y como ellos habían dicho, iban a adoptar a una niña.

Así que toda la habitación que le pertenecía a TaeHyung, estaba completamente rosa, con peluches, olor a rosas, y todas esas cosas que se supone que representan a una niña, aunque ni a JungKook o JiMin les guste dar un color a los sexos ni definir cosas como de niñas o niños.

— ¿Iré a la escuela? — Preguntó el niño, acomodando su cabello castaño.

—Por supuesto que sí, Tae. — Respondió JungKook. — Y te presentaremos a Eunbi y JiHoon, los hijos de unos amigos...

A diferencia de TaeHyung, Eunbi era cuatro años menor que él, y era la hija adoptada de Jackson y Jaebum, desde hace tres años. La niña era un amor de persona, y aunque solo tenía tres años, tenía encantados a todos. Ni Hablar de JiHoon, él pequeño de siete años los tenía enamorados a todos con su deslumbrante personalidad.

— ¿Y van a haber más niños? Quiero muchos amigos.

—Claro, los puedes hacer en la escuela.

—Ustedes son muy guapos. — Habló TaeHyung, cambiando de tema completamente.

— ¿Quién?

—Usted y su novio.

—Nos puedes llamar papás, ¿sabes? — JiMin sonrió divertido.

— ¿En serio?

—Sí, y nosotros te llamaremos hijo o TaeHyung — Respondió el tatuado.

— ¿Y cómo los diferenciaré?

—Yo soy Papá JiMin y él es Papá JungKook.

— ¡Me encanta tener dos papás! Cuando los quiera llamar a los dos les diré Papás al cuadrado. — Seguido de decir esto, los dos hombres en la parte delantera se rieron.

JungKook siguió conduciendo hasta llegar al barrio donde vivían. Una vez allí, todos se bajaron y JungKook fue en busca de las maletas de TaeHyung. JiMin abrió la puerta de entrada, dejando pasar primero al niño, y dejó las llaves colgadas para ver la reacción del niño.

— ¿Qué te parece? — Preguntó, con una sonrisa.

Sintió la mano de JungKook en su cintura y recargó su cabeza en su hombro.

—Es gigante — Dijo TaeHyung asombrado, y movió sus pies por todo el lugar. — ¿Dónde está mi cuarto?

—Sígueme.

El niño hizo lo que JiMin dijo, y subió las escaleras al segundo piso. Caminaron por un largo pasillo hasta llegar al final, donde una puerta cerrada los esperaba. JungKook sonrió nervioso y tomó la mano de su novio, dándole un apretón.

—Si deseas cambiar alguna cosa, nos lo dices y nosotros lo haremos de inmediato, ¿vale?

TaeHyung asintió con la cabeza y dejó que el peli rosa abriera la puerta. Dio un paso dentro de la habitación, y miró todo lo que esta tenía.

Era una habitación bastante grande, y todo era del mismo color; rosa pálido.

JiMin se había entusiasmado tanto con la idea que no pudo evitar comprar todo lo que fuera rosa, esponjoso y suave.

También utilizó algunos de sus peluches que tenía cuando era un adolescente, y unas sábanas. La cama era rosa, para una persona; había estanterías con miles de peluches en ellas; cortinas rosadas; un televisor; corazones por todas partes, y una alfombra blanca. Realmente, JiMin le puso mucho trabajo y dedicación a su cuarto.

JungKook y el peli rosa observaron las reacciones que tenía TaeHyung, quien tomaba algunas cosas de los muebles y las apretujaba, entre otras cosas. Ninguno de los dos quiso preguntar algo hasta que se dieron cuenta que TaeHyung no iba a hablar por un buen rato.

— ¿Qué te gustaría cambiar, TaeHyung? — Preguntó JiMin. — ¿Las paredes, las cortinas, los peluches? ¿Todo?

—No quiero cambiar nada. El rosado es mi color favorito.

JungKook sonrió y besó la cabeza de su novio. JiMin no podía hablar; pensaba que TaeHyung odiaría su cuarto.

— ¿Es en serio?

—Sí, me encanta. Pero los niños del orfanato decían que era un color de niña.

—No es un color de niña, ¿bien? No les hagas caso. — Dijo. — Posiblemente, el que te guste el color rosado te hace diferente a los demás, y eso está muy bien. Es aburrido siempre ver lo mismo.

JiMin sonrió al igual que JungKook, y atravesó la habitación para abrazar a TaeHyung. El niño lo observó confundido, pero le respondió el abrazo.

—Entonces, ¿puedo vestir de rosado? ¿Y conservar la habitación?

—Claro que sí, TaeHyung. Yo no te detendré, tampoco JungKook.

El azabache avanzó hasta llegar donde JiMin y TaeHyung estaban. Le sonrió al más pequeño, comunicando que estaba de acuerdo con su novio, y TaeHyung sonrió, para después abrazar a los dos.

—Muchas gracias, papás al cuadrado.

Al final se dieron cuenta de que ser "Femenino" no tenía nada de malo.

La feminidad es solo un estigma, y si eres feliz, que el mundo ruede.

(🍰)

Ya acabe we jsjsj, estoy feliz y triste, termino otra historia y termino muchas cosas. Fue bonito y aprendí mucho.

Me gustan mucho sus comentarios y como son, espero nunca cambien y podamos seguir leyendonos en el futuro.

Yo soy HeeYoonSuk y esto fue "Femeninie" muchas gracias.

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