23
La mañana del día lunes había sido extraña y linda para JiMin y JungKook.
Tal como lo habían dicho, el Domingo por la tarde, no ocultaron su relación a los estudiantes y profesores de la escuela, por lo que recibieron miradas sorprendidas, sonrisas, muecas de disgusto y algún que otro rostro de indiferencia.
Seulgi, quien los había visto al entrar en el establecimiento, les sonrió orgullosa. El resto los miró sorprendido al ver a los dos chicos pasar por los pasillos. Y Jackson les mandó una mueca de disgusto, diciéndoles "maricones" al pasar por su lado, pero nada que ellos no hayan escuchado antes.
No les importaba lo que los demás dijeran. Eran solo ellos en esa relación, y nadie podía decirles qué hacer en público.
Ese día se sintieron felices. Les encantaba besarse donde se les diera la gana, tomarse de las manos y mirarse como enamorados. Y eso que apenas era el primer día oficial como novios.
Cuando regresaron de la escuela, a JiMin se le ocurrió la idea de invitar al azabache a su casa, ya que últimamente iban mucho a la de JungKook y era bueno cambiar la rutina de vez en cuando, o eso fue lo que le había dicho a su novio cuando se desviaron del camino. Su hermana Yuju se encontraba en ella, seguramente estudiando para la universidad. Ellos la saludaron al pasar diciéndole que estarían en el segundo piso, y luego subieron las escaleras.
La habitación de JiMin seguía igual que antes.
El olor dulce que en un principio a JungKook le había dado como resultado un mareo, lo recibió y el azabache no hizo más que sonreír.
Amaba como era su JiMin; femenino, con todos esos peluches agrupados en una estantería y el maquillaje disperso en la mesita de noche y su escritorio.
—Tienes más, ¿no? —preguntó JungKook al ver nuevos artículos de maquillaje. Tomó un labial que en la etiqueta decía "fresa" entre sus manos.
—Sí, mi padre trajo de su viaje a Busan para mis hermanas y yo — Explicó JiMin dejando sus cosas en una silla, y luego caminando hacia su novio.
— ¿En serio sabe a fresa? — JungKook miró el labial nuevamente.
—Sí, me lo puse esta mañana.
—No lo noté —mintió el azabache.
— ¿Ah, no? — JiMin juntó las cejas.
—Deberías, no sé, aplicarlo de nuevo y yo lo podré comprobar. — Dijo con una mirada pícara en su rostro.
El rubio entrecerró los ojos, viéndose como un niño pequeño, y le quitó el labial a JungKook.
—Mientes — Murmuró con una sonrisa, dejando el maquillaje en su mesita de noche.
—Tal vez.
El rubio volvió a moverse por la habitación, buscando entre sus cajones una de las remeras que se había comprado hace días, y luego se detuvo por completo al mirar su maquillaje encima del mueble. Miró a JungKook disimuladamente y sonrió.
—Hey, Kookie —lo llamó inocente — ¿Alguna vez te has maquillado?
—No — Negó el azabache sin darse cuenta de lo que JiMin tramaba — ¿Por qué?
—Oh, bueno, verás... —se acercó a JungKook y puso las manos del más alto en su cintura —Me gustaría probar mi maquillaje, porque todavía no lo hago conmigo...
— ¿Y...?
—Y me gustaría saber si tú quieres ser maquillado, por mí — JiMin sonrió, cerrando sus ojitos en el proceso.
JungKook subió las cejas, sorprendido.
— ¿Y yo qué ganaría con eso?
—Un beso.
—Eso lo puedo hacer cuando quiera —besó los labios del rubio por un segundo y lo apretó contra él.
—Sexo. — Volvió a ofrecer otra cosa.
— ¿Qué? ¿A dónde ha ido tu inocencia? — JungKook abrió los ojos.
—Eso no importa. —Sonrió — ¿Aceptas?
—Pero lo hicimos ayer —el azabache más o menos protestó —Además, está tu hermana en la casa y no tienes condón.
—Déjame recordarte que ayer lo hicimos con tu madre a dos habitaciones, y lo del condón no es problema; tengo unos en mis pantalones.
JiMin siempre había querido maquillar a alguien, y lo había intentado en el pasado con exnovio, pero el muy pesado nunca le dejó. Por eso, ahora que estaba con JungKook, quería intentarlo con él y cumplir su sueño de maquillar a alguien.
—Por favor — El rubio rogó. — No es necesario que lo tengas el resto del día, es solo para probar.
Empezó a repartir besos por toda la cara de JungKook, haciendo lo posible para convencerlo. El azabache se encontraba con los ojos cerrados, disfrutando del cariño que su novio le estaba dando, pero con una sonrisa que lo delataba.
—Está bien, de acuerdo. — JungKook aceptó. — Pero tengo que quedar bonito.
JiMin chilló de alegría y dio un saltito para abrazar a su novio con sus piernas, quedando más alto que él. JungKook, un poco asombrado por lo que el rubio acababa de hacer, perdió el equilibrio y cayó en la cama, con JiMin encima suyo.
—Gracias, gracias, gracias — Agradeció el pequeño —Te quiero.
JungKook dejó de reír y miró al chico sentado en su regazo. Sus ojos se iluminaron y sonrió, mostrando sus perfectos dientes.
—Yo también, bebé. — Respondió.
Los dos sonrieron y JiMin se inclinó para besar los labios del azabache, lento y suave. JungKook puso una de sus manos libre en la nuca ajena, tirando de su cabello y gimiendo en su boca.
—Bueno, bueno. —El rubio se separó de su boca. — No me distraigas. Después tendrás tu premio por ser mi modelo.
JungKook hizo un puchero pero dejó ir a su novio. Lo vio buscando cosas en su escritorio y mesita de noche, dejando todo sobre la cama. Cuando ya estuvo listo, se sentó en la cama de rodillas, en frente del azabache. JungKook, desanimado por la distancia que tenían sus cuerpos, tomó a JiMin y lo acercó a él, pasando las piernas por su cintura.
—Bien. — Murmuró el rubio poniéndose cómodo — ¿Cómo quieres quedar?
—Como Cara Delevingne.
—De acuerdo.
—No, no. — JungKook rio —Es broma. Quiero quedar como Ariana Grande.
—Está bien. — Dijo antes de tomar la base entre sus manos.
Después de eso, JiMin se dedicó a maquillar a JungKook, teniendo cuidado en no dañar su rostro con alguno de los instrumentos que usaba. De vez en cuando el azabache le robaba besos y JiMin le reclamaba, diciendo que se mantuviera quieto. Pero, ¿qué podía hacer? El rubio se veía tan perfecto de esa forma, concentrado en lo que hacía.
Yuju pasó unas dos veces por afuera de la habitación, echando un vistazo a lo que estaba adentro. La primera vez que pasó, se quedó mirando una sonrisa lo que ellos hacían. Estaba feliz por su hermano por encontrar a JungKook; se notaba el cambio en la actitud del más pequeño.
JiMin se demoró alrededor de media hora en hacer un maquillaje perfecto, después de varios besos que JungKook le daba y regaños por parte de él. Se encontraba dando los últimos retoques, bajo la atenta mirada del azabache en sus labios.
—Realmente quiero besarte. — Murmuró JungKook, intentando no moverse.
JiMin se mordió el labio y rio nervioso, provocando que el azabache soltase un jadeo.
—Lo haces a propósito. —gruñó.
—Lo siento. — Se disculpó. — Pero antes de que me beses, tengo que pintarte los labios.
JungKook se quejó, haciendo un puchero nuevamente.
— ¡Yuju! —Gritó el rubio, para que segundos después la figura de su hermana apareciera en la puerta — ¿Me podrías prestar tu lápiz labial?
— ¿Cuál?
—El que te dio Nayeon como regalo de cumpleaños.
— El que es de color...
—Shh... — La cortó el rubio, con una sonrisa malvada en el rostro — ¿Puedes?
—De acuerdo — Accedió la chica confundida.
JungKook le envió una mirada a JiMin que no fue correspondida, pero no se preocupó por eso, ya que segundos después Yuju llegó con un labial de color indefinido.
—Gracias — Murmuró.
Su hermana le sonrió y salió de la habitación cerrando la puerta detrás de ella, todavía bastante confundida por la elección de JiMin.
— ¿Qué color es? — Preguntó el azabache analizando el objeto en las manos de su novio.
—Rojo — Murmuró destapando el lápiz labial y revelando el color.
JungKook abrió los ojos y negó con la cabeza repetidas veces.
—No — Se negó.
—Sí — JiMin se inclinó hacia el azabache, suspirando cuando este se hizo para atrás.
—No —volvió a negarse tomando las manos del rubio.
—Un poco.
—No quiero.
JiMin hizo un puchero pero inmediatamente lo borró de su rostro. Si JungKook no quería pintarse los labios lo tendría que persuadir, ¿no?
—Por favor — Se acercó a su rostro, tomando desprevenido al azabache—Por favor, Kookie.
—Sé lo que intentas hacer, cariño. — JungKook se rió en su cara.
JiMin decidió ignorarlo.
Rozó sus labios con los suyos, provocando al azabache. JungKook suspiró perdiendo casi por completo el control. Tenía una mínima idea de lo que JiMin intentaba hacer, pero no entendía por qué se rendía tan fácilmente.
Inclinó su cabeza para acortar la distancia que los separaba, sintiendo un escalofrío pasar por su espalda. JiMin, creyendo que había caído en su trampa, empezó a subir lentamente su brazo con el labial en su mano, pero fue interrumpido por los brazos del azabache, los cuales devolvieron el labial a su antiguo sitio; la cama.
JiMin no pudo evitar gruñir, separándose de JungKook.
—Idiota. — Masculló haciendo una mueca.
—Bebé, no te enojes. — El azabache abrazó el pequeño cuerpo de JiMin y repartió besos por su cara. — Dejaré que me pintes, pero luego me lo quitaré.
— ¡Bien! — Celebró el pequeño chico.
Segundos después, JungKook lucía completamente como una chica, o por lo menos en el rostro.
Sus pestañas que antes eran largas, ahora estaban mucho más largas que de costumbre; sus ojos estaban pintados de un color entre dorado y café; sus labios de rojo pasión; y pómulos marcados por el maquillaje. JiMin había hecho un buen trabajo considerando que había practicado una vez con su hermana menor.
—Te quedó lindo. —JungKook halagó.
—Lo sé — El rubio asintió orgulloso.
—Bien, ahora debes cumplir tu parte del trato... — El azabache comenzó a subir la remera de su novio, pero fue cortado a mitad de camino.
—Antes, debo quitarte el maquillaje.
— ¿Qué? —JungKook protestó.
—Luces como una chica. No quiero tener sexo con una chica, Kookie —contestó obvio.
El azabache gruñó pero no dijo nada más. Después de todo, tendría su premio bien merecido cuando JiMin terminase.
Se puede decir que JungKook volvió a su casa cerca de las una de la mañana, luego de dos rondas exhaustivas para ambos chicos.
Los edits de los chicos me tienen modo gei MARICA SE VEN HERMOSOS HAAAAA ME LOS QUIERO COMER A TODOS pero más a Nam ayyyyy son tan HAAAAA
Pelona quedé, Nam no fue mujer porque el mundo no lo soportaría, honestly no estamos preparados
JM
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