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Shego - Kim Possible

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En una noche oscura, una ciudad tranquila parecía ignorar los planes que se tejían en las sombras. Entre las luces intermitentes de los edificios y el murmullo lejano del tráfico, Shego, la infame villana, se movía sigilosa por los rincones de la ciudad. Su trabajo como guardaespaldas del Doctor Drakken, su vida de villana y sus constantes fracasos la habían dejado agotada. Sin embargo, había algo en su corazón que aún la mantenía aferrada a una pequeña chispa de humanidad: T/N.

T/N era una florista de alma pura, ajena a los oscuros entornos en los que Shego se deslizaba. Era amable, cariñosa, y su sonrisa siempre tenía el poder de calmar incluso los momentos más tormentosos de Shego. T/N no conocía el lado oscuro de Shego, ni su historia como miembro del equipo Go, ni su trabajo con Drakken. Ella solo veía a una mujer fuerte, pero profundamente herida por la vida, buscando algo más que poder o venganza.

Cada vez que Shego la visitaba, lo hacía en secreto, con el temor de que sus enemigos pudieran descubrirlo. Pero había algo que la atraía con fuerza hacia esa pequeña tienda de flores, un refugio que la hacía sentir... en paz, aunque solo fuera por unos minutos. T/N siempre la recibía con calidez, sin hacer preguntas, sin juzgar.

Una tarde, después de un día largo de frustraciones con los planes de Drakken, Shego decidió escapar de su mundo de caos y dirigirse hacia la tienda de flores. La puerta de cristal sonó al abrirse y, al instante, la fragancia de las flores invadió sus sentidos. T/N estaba detrás del mostrador, ordenando algunas rosas blancas con cuidado. Al ver a Shego entrar, levantó la vista, sonriendo.

—Shego—Dijo suavemente T/N, sus ojos brillando con una luz que Shego rara vez veía en otras personas—Me alegra verte.

La villana no pudo evitar que una ligera sonrisa asomara en sus labios. A pesar de su reputación, había algo en la dulzura de T/N que la hacía sentir humana de nuevo, algo que ya no recordaba desde sus días de heroína.

—He tenido un día largo—Admitió Shego, caminando hasta el mostrador—Y no quería estar sola.

T/N levantó una ceja, preocupada—¿Algo no va bien? Pareces... cansada.

Shego la miró de reojo, sintiendo la usual resistencia de no compartir demasiado sobre sí misma. Después de todo, T/N era una florista, no una confidente de villanos. Pero algo en su mirada genuina la hizo ceder.

—Es todo tan... frustrante—Dijo Shego, su tono más vulnerable de lo que esperaba—Drakken tiene unos planes ridículos y siempre termino siendo la que hace el trabajo sucio. Y Kim Possible... siempre está ahí para arruinar todo. Estoy tan harta de esto.

T/N la miró en silencio por un momento, luego se acercó y le puso una mano suavemente sobre el brazo—Deberías tomarte un descanso, Shego. Nadie puede estar en guerra todo el tiempo. Incluso los héroes necesitan descansar.

Shego desvió la mirada, tratando de esconder la debilidad que sentía. El contacto de T/N era reconfortante, pero también lo hacía sentir vulnerable, como si pudiera ver a través de su fachada dura y fría. No era algo con lo que estuviera acostumbrada.

—Quizás tienes razón—Murmuró, bajando la mirada—Tal vez necesito un descanso de todo esto... aunque, lo dudo. Mi vida es todo un desastre.

T/N sonrió dulcemente—Te lo prometo, las cosas pueden mejorar. Quizás solo necesitas dar un paso atrás y ver todo desde una nueva perspectiva. A veces las respuestas están en los lugares más tranquilos.

Shego se quedó en silencio, pensando en sus palabras. Nadie había hablado con ella de esa manera en mucho tiempo. De hecho, nadie se había preocupado de esa forma. No podía evitar que su corazón latiera más rápido cuando T/N la miraba con esos ojos llenos de comprensión y sin juicio.

—Te preocupas mucho por mí—Dijo Shego con una ligera sonrisa, casi en tono burlón—¿Sabes que soy una villana, verdad?

T/N se rió suavemente, como si no fuera nada fuera de lo común—¿Eso te impide ser una buena persona, Shego? Porque para mí, todos tienen algo bueno dentro, incluso tú.

Shego parpadeó, sorprendida por la respuesta de T/N. Jamás había conocido a alguien tan... pura. De alguna manera, esa calidez la hacía sentirse incómoda, como si todo lo que ella representaba en su vida se estuviera desmoronando frente a ella.

—¿Tienes algún consejo para una villana como yo?—Dijo Shego con una risa nerviosa, tratando de volver a su postura habitual de sarcasmo.

T/N sonrió con ternura—Mi consejo... es que te permitas ser más que tu trabajo. No tienes que cargar con todo el peso del mundo sola. A veces, solo necesitas un poco de amor y paciencia. Ya sabes, todo tiene su momento.

Shego se quedó quieta, contemplando sus palabras. Sabía que T/N no tenía idea de lo peligrosa que era su vida, pero algo en su simple consejo resonaba dentro de ella. Quizás había algo más que poder y destrucción.

En ese momento, Shego no pudo evitar sentir una oleada de cariño hacia esa joven, esa florista que la había aceptado sin juzgarla. Podía sentir que, por un breve segundo, había encontrado un refugio en su presencia, un refugio que no le ofrecería el mundo de Drakken ni la lucha contra Kim Possible.

—Me haces pensar que hay algo más en la vida—Admitió Shego, sus ojos suavemente brillando bajo la luz cálida de la tienda—Algo más que destruir.

T/N sonrió, acercándose un poco más—Quizás solo necesitas un lugar donde puedas ser tú misma, sin presiones. Y si alguna vez necesitas desconectar, siempre puedes contar conmigo.

Shego suspiró, sintiendo una mezcla de emociones que nunca antes había experimentado. Por primera vez en mucho tiempo, dejó que su corazón hablara, aunque solo fuera en voz baja.

—Gracias, T/N.

Aunque no podía quedarse mucho tiempo, Shego sabía que siempre habría algo especial en sus encuentros secretos. Quizás, algún día, podría encontrar un equilibrio entre la villana que era y la persona que deseaba ser. Pero por ahora, todo lo que necesitaba era estar allí, en ese pequeño refugio de flores, con alguien que la veía más allá de su pasado y sus poderes. Y eso, por un breve momento, era suficiente.