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Beret Girl - Goofy

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Era una noche fresca en el campus, la brisa suave acariciaba los rostros de aquellos que se encontraban en el corazón del lugar, la cafetería Bean Scene. Aquella noche, como siempre, había una atmósfera peculiar en el aire, el tipo de energía que se siente cuando el arte, la juventud y la creatividad se dan la mano. Los estudiantes se apretujaban alrededor de las mesas, sus conversaciones intercaladas con risas y el sonido de las tazas de café chocando suavemente. Entre ellos, una figura destacaba con elegancia y misterio. Era Beret Girl.

La cafetería se llenaba cada noche de admiradores que esperaban ansiosos su actuación. Su figura alta y esbelta, con una silueta de reloj de arena, era imposible de ignorar. Su boina negra, su maquillaje marcado con sombra de ojos violeta claro y sus labios rojos oscuros destacaban entre la multitud. Su largo cabello granate, perfectamente cuidado, caía sobre su rostro, cubriendo su ojo izquierdo, un detalle que le daba un aire de misterio aún más intenso. Ella no solo era hermosa, sino que emanaba una energía única, como si su presencia se fundiera con la poesía misma.

Aquel día, la pequeña cafetería se convirtió en su escenario, y como siempre, Beret subió al pequeño escenario con la gracia de una diva, ajustándose la boina y sonriendo con una tranquilidad que parecía desafiar el caos del mundo que la rodeaba. En cuanto comenzó su recital poético, las palabras fluían de sus labios con la precisión y belleza de un río que, aunque turbulento, ofrecía paz en su transitar. Los asistentes se sumieron en un silencio respetuoso, atrapados por cada palabra, cada giro que tomaba su poesía. Su voz vibraba con una cadencia que hipnotizaba.

Entre los espectadores, Max, Bobby y PJ no podían apartar la vista de ella. A pesar de que cada uno estaba absorbido en su propio mundo, todos se sentían de alguna manera conectados por la magia que Beret había creado en el escenario. Max observaba en silencio, con la mirada fija en el escenario, su expresión una mezcla de fascinación y respeto. Bobby, siempre un poco más atrevido, intentó disimular el hecho de que le había llegado al corazón, mientras que PJ, su amigo más reservado, no pudo evitar sentirse ligeramente abrumado por la intensidad de la escena.

Al finalizar su actuación, el aplauso resonó en la cafetería, pero antes de que pudiera retirarse, ambos, Bobby y PJ, se encontraron inmersos en un dilema interno ¿Es posible sentir una atracción tan fuerte por alguien que acaba de conocer? Sin embargo, lo que ninguno de los dos sabía era que Beret, aunque cautivadora, no se sentía atraída por ellos de la manera que imaginaban. De hecho, ella ya estaba comprometida con alguien a quien apreciaba profundamente T/N.

Más tarde esa misma noche, en medio de una discusión acalorada entre Max y Bradley, la atmósfera en Bean Scene se tornó tensa. Bradley, conocido por su arrogancia y actitud prepotente, había comenzado a insultar a Max con comentarios afilados y humillantes. Sin embargo, pronto se desvió hacia Beret. Sintiendo que podía obtener algún tipo de ventaja o entretenimiento de la situación, Bradley comenzó a hacer comentarios crueles sobre ella. Le lanzó una burla a su manera de vestir, a su estilo, y hasta la ridiculizó por su arte.

—Vaya ¿Quién pensaría que una chica como tú, vestida como un personaje de los años 50, podría pensar que algo tan simple como la poesía tiene algún valor?—Dijo Bradley con una risa burlona.

El aire se volvió pesado, y un silencio incómodo siguió sus palabras. Sin embargo, lo que Bradley no esperaba era la reacción de Beret. Su mirada se endureció, y sin perder su compostura, levantó la mano, haciendo un gesto para que todos la escucharan. Tomó una respiración profunda, su voz suave pero cortante, y comenzó a responder con un verso que parecía salirse de su alma.

"Tú, que te crees gran cosa, un rey sin corona,

eras la pestaña en mi ojo, pero ahora,desapareces bajo la rima, esa que te dejo perdida."

Las palabras fluyeron de sus labios como una ola, y antes de que Bradley pudiera responder, el resto de los clientes en la cafetería comenzaron a chasquear los dedos al ritmo de su poesía. Cada golpe de los dedos marcaba el pulso de la indignación, creando un eco en la habitación. Beret no necesitaba gritar; su presencia y sus palabras se bastaban para hacer que todos la siguieran. La risa de Bradley se desvaneció cuando se dio cuenta de que no podía desestabilizarla.

Pero lo peor para él estaba por llegar. En ese momento, la puerta de Bean Scene se abrió bruscamente, y T/N entró. Su presencia, tan imponente como la de Beret, no pasó desapercibida. T/N caminó directamente hacia Bradley,  en un abrir y cerrar de ojos, lo golpeó con fuerza en el brazo, dejándolo sin aliento. La cafetería se sumió en un silencio total mientras ella se agachaba y lo miraba fijamente.

—Repítele eso, Bradley—Dijo T/N con una calma tensa, su voz resonando como un trueno bajo—Hazlo y te prometo que te arrepentirás de cada palabra.

La tensión era palpable. Bradley, confundido y claramente asustado por la amenaza de violencia, titubeó—No... No lo dije en serio—Tartamudeó, intentando justificar sus palabras.

—Repítele lo que dijiste sobre ella, o sufrirás las consecuencias—Insistió T/N, el brillo desafiante en sus ojos nunca vacilando.

Bradley, incapaz de hacer frente a la furia de T/N, intentó retroceder. Sin embargo, el resto de los clientes se unieron al espectáculo, algunos aún chasqueando los dedos en apoyo a Beret. T/N lo miró por última vez y luego con un rápido gesto, lo empujó suavemente hacia la salida, obligándolo a abandonar la cafetería con el rabo entre las piernas.

Mientras la calma regresaba a Bean Scene, Beret sonrió con orgullo hacia T/N, su pareja. A pesar de la tensión, sabía que, sin importar lo que dijeran o hicieran los demás, siempre estarían ahí el uno para el otro, defendiendo no solo su amor, sino también su dignidad. La noche continuó con más poesía, más chasquidos de dedos y la promesa de que nadie, ni siquiera un arrogante como Bradley, podría destruir la paz que habían construido juntos.

Y mientras la cafetería se llenaba de conversaciones nuevamente, Beret, con una sonrisa discreta, miraba a T/N con admiración. Sabía que esa noche había sido más que una simple actuación había sido una declaración de lo que eran juntas.