Capitulo único
-Estuvo delicioso todo - dijo una pequeña niña castaña de unos 9 años
-Sí! Me gustó mucho el arroz - le contestó su hermana que era un año menor que ella y era igual de parecida a su madre como lo era su hermana mayor
Izuku las vio, sonrió y le dio un último trago a su copa.
-Ame, Hanami... No olviden de cepillar sus dientes - les dijo el peli verde al verlas ir corriendo hacia el segundo piso
Resopló al ver que ni siquiera lo escucharon.
El peli verde comenzó a limpiar la mesa y llevó todos los platos hacia el lavadero para luego lavarlos.
Era Diciembre y hacia algo de frío, de hecho había mucha nieve en las calles, así que con el dolor de sus manos metió las manos hacia el agua helada para comenzar con el lavado de su vajilla.
No tardó mucho y al terminar la limpieza de su cocina sacó la cabeza para ver su sala y pues se desanimó al ver todo el desorden que le habían dejado sus ambas hijas.
-Cielos tienen energía infinita... - dijo el rizado con cansancio al ver todo lo que tenía que ordenar
Terminó muy cansado de recoger, limpiar y ordenar todo. Eso de tener hijas era algo que de verdad era muy agotador.
Pensó muy seriamente que de seguro a sus 28 años parecía un hombre de 50 con todo lo que tenía que hacer por sus dos hijas.
~
Tomó una ducha y al salir fue directo hacia la habitación de sus hijas para ver si estaban arropadas completamente o si por si acaso aún seguían despiertas.
Fue descalzo para no hacer bulla y cuando abrió la puerta las encontró a ambas dormidas en una misma cama.
Está escena le dio tanta ternura que casi se desmaya, así que para que no se despierten, solo las tapó por completo e intentó salir de su habitación. Pero antes de que salga, vio en la mesa de noche de la cama de Ame, una carta en la que ambas escribían lo que querían para navidad, pues ellas solían llevarla al centro comercial y depositarla en una especie de "correo hacia Santa Claus".
Esto le encantó y también le hizo recordar que tenían que ir al centro comercial por las compras que faltaban. También le dio curiosidad, ya que jamás había leído alguna que ellas hayan escrito, así que con mucho cuidado se llevó la carta y fue directo hacia su habitación.
Se acostó y prendió su radio para escuchar algo de música y también agarró su portátil para darle una última revisada a sus cosas. Mientras lo hacía pensó en lo que tenía que comprar esa semana y sobre todo en el nuevo proyecto en el que estaba trabajando.
Su playlist terminó y supuso que ya era momento de dormir. Apagó su portátil y estaba por apagar las luces de su habitación hasta que de pronto se acordó que había robado algo del cuarto de sus hijas.
Cogió la carta que tenía cerca de él y cuando estaba por abrirla se detuvo.
-No creo que esté bien esto... - dijo algo avergonzado al saber que estaba por ser muy indiscreto con la cosas de sus hijas
Lo pensó durante unos segundos más y se convenció por dejar en el misterio lo que sus hijas pedían como deseo en Navidad. Así que dejo la carta en su mesa de noche con la intensión de devolverla al día siguiente a primera hora antes de que sus hijas estén despiertas.
Se tapó bien y apagó las luces de su habitación.
~
Si bien para algunos, el mes de Diciembre era el mejor por los regalos, la familia unida y sobre todo porque había mucha emoción. Para Kyoka no había nada de eso.
Para el mes de Diciembre ella solía tener muchísimo más trabajo del que tenía en todo el año.
Sus cafeterías se llenaban a tope y además que tenía ver todos los gastos y todo lo administrativo que conllevaba sus locales.
Así que desde los inicios de Diciembre ella solía salir muy tarde del trabajo y con suerte dormía unas 6 horas al día.
~Por favor que ya sea 24... ~
Pensó para ella misma, porque ella cerraba su cafeterías el día de la noche buena y no las habría hasta quincena de Enero ya que tomaba sus tan ansiadas vacaciones junto con sus empleados.
Condujo a toda velocidad para llegar rápido a casa y tal ves disfrutar de comida caliente. Pero al estacionarse y ver qué toda su casa estaba con las luces apagadas solo dio un largo suspiro.
Se descalzó y fue directo hacia la cocina y comenzó a revisar las ollas.
Encontró arroz y también algo de pato asado, así que se sirvió en un plato y lo calentó en el microondas, prendió la TV y al momento de que sonó que la comida estaba lista solo se sentó en su mueble y comenzó a comer.
Se distrajo viendo un programa de asesinatos y olvidó por completo que aún tenía que lavar sus dientes, cepillar su cabello y alistarse para dormir.
Subió hacia su habitación y vio a su perrita durmiendo tranquila en medio del pasillo.
-Que vida tan envidiable tienes... - le dijo acariciándola
Entró a su habitación y fue directo hacia su armario donde se iba a poner su pijama.
-¿Kyoka? - dijo Izuku al escuchar como es que se abría el armario de su esposa
Kyoka se maldijo por no haber sido lo suficientemente silenciosa.
-Hola amor... ¿Te desperté? - le dijo la chica colocándose su pijama
-¿Recién llegas? ¿Qué hora es? - respondió el rizado en un bostezo
-No lo sé, pero supongo que es algo tarde - le dijo la peli corta acercándose hacia la cama donde dormía con Izuku desde que contrajeron nupcias
-Te extrañé en al cena, las niñas igual - murmuró el oji esmeralda haciéndole un gesto para que entre en sus brazos
Si bien Kyoka trabajaba todo el día y venía muy cansada de este. Uno de sus momentos favoritos del día era cuando compartía la cama con su esposo, el amor de su vida.
-Yo también mi amor... Ya falta poco... En 3 días estaré libre - respondió la oji violeta en un beso por el cual anheló durante todo el día
-Está bien... Por cierto ¿Necesitas algo? Mañana iré al centro comercial con las niñas porque hay muchas cosas que faltan en la casa y además que tenemos que llevar los regalos a tus padres y a los míos - le dijo el chico abrazándola y haciendo que ella entre en su calor
Kyoka a penas lo escuchó, porque el aroma de su esposo la envolvió al instante y no quería ni siquiera salir de sus brazos.
-¿Amor? - preguntó Izuku al no escuchar palabras de su amada peli corta
-Eh sí... Lo siento... Te juro que ni siquiera me e fijado si aún me queda desodorante o shampoo... - dijo la chica algo nerviosa
-Descuida yo me fijo eso mañana...
-Ya sé! Mi vino favorito... Eso si sé que se me está por terminar...
Izuku sonrió al recordar lo graciosa que era su esposa cuando se ponía algo ebria.
-Oh buena idea... La verdad es que yo tampoco no me e dado ni cuenta de que es lo que falta en el mini bar
-¿Te fijaste si aún tenemos bebidas enlatadas y agua embotellada? - preguntó la chica peli corta
-Tampoco... - dijo el chico algo nervioso
-Creo que mejor mañana le das una revisada a toda la cocina y el almacén
-Lo haré... Bueno supongo que ya debemos dormír... Mañana será un día muy agotador con esas demonios que tengo por hijas - dijo el rizado en un gran bostezo
Kyoka rió al escuchar a su esposo hablar así de sus propias hijas.
-Está bien amor... Por cierto dile a las niñas que ya en 3 días estaré con ellas - dijo la chica besando por última vez los labios de su amado rizado
-Lo haré... - Izuku ya no daba para mas
Kyoka se dio cuenta del cansancio de su esposo y ya no dijo nada.
Se acomodó bien y al hacerlo sintió un pequeño tirón en su oreja derecha y recordó que aún no se había quitado ni los pendientes, ni su aro de matrimonio.
Se sentó, se los quitó y los dejo en su mesa de noche.
Pero al hacerlo sintió un papel y pensó que tal vez era alguna factura de su casa, así que la iba a dejar ahí. Sin embargo la curiosidad le ganó, prendió su lámpara y vio eso que solo había visto 3 veces en toda su vida.
Era la carta de las niñas por quien ella daría la vida de ser necesario.
Ella sabía que ellas solían llevar eso al centro comercial porque desde siempre ella las había acompañado junto con su esposo. Pero tal parece que este año ella no podría hacerlo, así que sin siquiera pensarlo bien las abrió y comenzó a leer.
~
Querido Santa Claus este año mi hermana y yo, nos hemos portado excelente y no hemos roto nada en la casa ni en la escuela, así que te pido que por favor nos mandes un buen celular para ambas ya que el iPhone que nos dio papá se descarga muy rápido y no podemos usarlo todo el día, muchas gracias.
No sé si se pueda pedir dos regalos por navidad pero la verdad es que Hanami y yo te queremos pedir que para nada del mundo nos alejes de nuestra mami Kyoka. Tal vez al principio no la quisimos y te pedimos en el pasado que nos regreses a mami Ochako y que te lleves a mami Kyoka lejos, pero ahora ya no la queremos lejos de nosotras. Ella hace muy feliz a papá y sabemos que es gracias a ella que papá ya no llora hasta quedarse dormido. Papá es un buen papá y lo queremos mucho, además la comida que cocina es muy rica y creemos que es gracias a ella que papá engordó un poco, porque antes papá estaba demasiado delgado y parecía un esqueleto.
Además que creemos que es gracias a ella que ahora vivimos en esta bonita casa que tiene piscina, una televisión grande y mucha comida.
Solo queremos que mami Kyoka esté con nosotros siempre y no se vaya como mami Ochako, solo te pedimos eso Santa Claus y espero que nos lo puedas cumplir.
Ame y Hanami.
~
Kyoka al terminar de leer no pudo creer las lágrimas que era capaz de botar sin darse cuenta.
Se sintió muy feliz y sobre todo se sintió la mujer más afortunada del mundo al saber que las hijas del hombre de sus sueños la querían y sobre todo que le decían Mami Kyoka.
Pero no todo fue color de rosa para la chica violeta, ya que al leer la carta recordó lo que su ahora esposo pasó y como lo conoció.
~
Izuku desde la universidad siempre fue un soñador en toda la expresión de la palabra.
Conoció a Ochako en su sexto ciclo de la universidad. Ella estudiaba física y el ciencias de la comunicación. Ambos eran el uno para el otro y no pasó mucho tiempo para que se dieran cuenta de aquello y formen una relación y una unión que pocas veces se había visto.
Ambos terminaron su carreras y con toda la ilusión y esperanza del mundo se fueron a vivir juntos e intentar tener éxito en sus campos.
Pero lo que no sabían la pareja, era que a veces para llegar a la cima tienes que caerte mucha veces y sobre todo entender que la vida jamás te va a dejar escalarla tan fácil.
Luego de un año de convivencia y de trabajos muy mal pagados por ambos, Ochako salió embarazada.
Esto fue un golpe duro para la decreciente economía de la joven pareja, ya que con suerte llegaban a fin de mes y ahora que se sumaba una bebé todo iba en picada.
Pero ambos llenos de amor que se sentían el uno por el otro, decidieron que tal vez la vida solo los estaba probando y que solo necesitaban ser más fuertes para poder afrontarla sin miedo.
Decidieron llamar Ame a su hija y criarla como la niña mas hermosa del mundo.
Fueron unos meses duros para ambos.
Izuku cogía cualquier trabajo que le ingresaba así sea mal pagado y gracias a eso ni siquiera podía dormir bien.
Ochako dejó de ejercer por el embarazo y cuando nació Ame pensó que tal vez podría regresar a hacerlo pero eso no pasó.
Ame nació como una niña sana, pero con forme pasaban los meses ella solía enfermar mucho y por cuidarla Ochako dejó de trabajar muchos más meses de lo previsto.
Hasta ese entonces las cosas se pusieron un poco tensas. Izuku y Ochako comenzaron a tener pequeñas discusiones con respecto a la económico porque con suerte ahora llegaban a fin de mes y ni siquiera podía ahorrar algo.
Pero al final del día siempre solían arreglarlo y disculparse entre los dos.
Porque si bien ambos estaban bien nerviosos por su situación financiera, ellos se amaban.
O eso creyeron cuando luego de un año del nacimiento de Ame y que sus finanzas subieran un poco, el anticonceptivo falló y Ochako salió de nuevo embarazada.
Esto sacó de quicio a Ochako, que con toda la cólera del mundo dejo de nuevo de ejercer por su nuevo embarazo.
Si bien a Izuku también lo sorprendió y lo bateó.
No renegó jamás de su nueva hija que venía en camino.
Ochako quien comenzó a tener un embarazo riesgoso, no podía tolerar ver ni a su hija, que sin hacer nada se estaba llevando toda la frustración de su madre por el embarazo de su nueva hermanita.
Y pues para su mala suerte Ame de nuevo comenzó a enfermarse seguido.
La economía de la joven pareja estaba en picada de nuevo y cuando pensaron que ya nada podía salir peor, Hanami exigió nacer mucho antes de lo previsto.
Hanami nació con los 7 meses recién cumplidos y si bien no nació enferma, nació bien débil.
Los doctores dijeron que era casi un milagro que la niña haya nacido sana con ese tiempo de embarazo y sobre todo por lo pequeña que era.
Luego del nacimiento de Hanami, Ochako por fin pudo regresar a trabajar e Izuku al verla feliz trató de siempre estar pendiente de sus mujeres favoritas en todo el mundo.
Pasaron unos 4 años en los que todo estaba ocurriendo con normalidad.
O eso pensó Izuku.
Porque si bien durante 4 años no ocurrió nada malo para esa recién formada familia. Ochako se estaba cansando de que Izuku no escale a como el pensó y le dijo en la universidad que sería.
Ya que a pesar que ahora no vivían tan ajustados no lograban nada en absoluto.
Solo vivían y ya.
Y eso poco a poco fue carcomiendo a Ochako, que poco a poco fue perdiendo el amor y el gusto hacia su amado peli verde.
Si bien siempre solían tener problemas, Ochako comenzó de nuevo a sentir resentimiento hacia sus hijas y eso era algo que molestaba mucho a Izuku, que solía discutir con ella muy a menudo por eso.
A pesar que Izuku parecía un hombre distraído, se dio cuenta al instante que Ochako buscaba que el fuese el hombre que le dijo que él sería cuando estaban en la universidad.
Así que lo intentó tratando muchísimas veces de ingresar a trabajar en algún periódico o algún canal de televisión pero jamás lo llamaban y solo obtenía trabajos de profesor muy mal pagados.
Durante ese año todo fue excesivamente tenso. Ochako ya ni siquiera quería tener intimidad con Izuku y eso era una alarma muy fuerte.
Con forme pasaban el tiempo todo empeoraba.
Ame enfermó y Hanami se rompió un brazo jugando en el parque.
Todo iba de mal en peor.
Una noche mientras Izuku trataba de dormir escuchó a Ochako llorar y escuchó como es que se lamentaba haber sido tan ingenua y haberse metido con él.
Eso le rompió el corazón.
A pesar que Ochako trataba con desprecio a sus hijas por "arruinarle la vida" como ella solía decirle a sus amigas, ambas niñas la adoraban.
Ambas niñas eran su vivo retrato de ella y a pesar que Ochako les solía gritar muy a menudo, para Ame y Hanami, Ochako era su religión.
O lo fue hasta que una noche mientras Izuku las llevó a comer algo simple, regresaron y no la encontraron.
Izuku pensó que tal vez salió de fiesta o a alguna reunión con sus amigas o algún familiar, ya que todas sus cosas estaban en su pequeño apartamento. Pero luego de 2 días trato de buscarla y ella simplemente no apareció.
No sé despidió, no se llevó sus cosas, no dijo ni una palabra, Ochako simplemente despareció.
Izuku la buscó durante semanas y no la encontró por ningún lado.
Sus hijas solían preguntar mucho por su mamá y el no sabía que decirles.
Mintió diciendo que se había ido a un viaje de negocios, pero la verdad es que ni siquiera el sabía dónde estaba su amada castaña.
Cansado de la situación llamó a quien el había jurado jamás pedir ayuda. Sus suegros.
Los llamó y se dio con la grata sorpresa de que ellos si sabían que Ochako había desaparecido.
Le dijeron por teléfono que ellos le compraron un boleto a Italia y que era lo mejor para su vida, ya que él y sus hijas habían sido un error.
Izuku colgó al instante que escuchó eso y no pudo creer como es que el "amor de su vida" pudo haberle hecho algo así.
Fue directo hacia su casa y sabía que no podía mentirle a sus hijas.
Les contó la verdad, sin embargo omitió que sus abuelos dijeron que su madre los consideraba un error.
Sus hijas lloraron durante meses. Ellas extrañaban mucho a su madre y a pesar que Izuku estaba muy al pendiente de ellas, sus amadas hijas lo culparon de la partida de Ochako.
Izuku cargó con eso durante meses y a pesar que seguía con sus finanzas hasta el suelo. Día a día se levantaba para poder darle lo mejor a sus hijas.
Pasaron unos meses en los cuales fue un infierno para Izuku. Sus hijas en pleno crecimiento sin su madre y el aún sin siquiera comer o dormir bien podía hacer algo al respecto.
Si bien la vida lo estaba tratando de la peor manera a Izuku, él aún no estaba preparado para ver cómo su hija mayor fue arrollada por un auto en su delante.
Fue un día mientras ellas estaban en el parque junto con él y cuando era momento de irse, Ame corrió con la intensión de que Izuku la persiga, pero en un descuido y sin siquiera poder evitarlo, Ame fue arrollada por un auto que al verla lo que había ocasionado se dio a la fuga.
Izuku con el dolor de su alma la cargó y la llevó directo hacia el hospital.
Hanami quien había presenciado todo no pudo creer lo que había pasado.
Pero por suerte no fue grave. Si bien se rompió el brazo y una pierna, no hubo contusiones en la cabeza.
Izuku quien estuvo pendiente de su hija mayor todo el día y la noche, fue a dejar a su hija menor a su madre para que la pueda cuidar mientras el estaba con Ame.
Inko aceptó sin dudarlo y de regreso al hospital sabía que en cualquier momento iba a caer dormido, así que se metió a una cafetería que estaba cerca de este.
Pidió un americano cargado para poder aguantar y la chica quien lo atendió se percató que el hombre estaba por caerse en su local y le preguntó al hombre si estaba bien.
Izuku quien dijo que estaba totalmente bien, al levantar el rostro y ver a esa peli corta no pudo evitar ponerse de colores.
La mujer lo vio en seguida y se dio cuenta de que a pesar que el hombre estaba algo desaliñado, era muy apuesto.
Al momento de servirle su café, Kyoka le dio un vaso extra y Izuku algo extrañado dijo que había pagado solo por uno y Kyoka fiel a su estilo le dijo que ese invitaba la casa.
Izuku tomó eso por coqueteo y no pudo evitar sentirse muy nervioso.
Luego de salir de la cafetería fue directo a ver a su hija.
Los doctores le dijeron que iba a tener que usar yeso por su brazo y su pierna rota y a pesar que Ame estuvo muy disgustada tuvo que aceptar.
Izuku no tuvo la intención de volver a regresar a ese café donde la atendió aquella mujer tan hermosa de cabello corto.
Sin embargo lo que el no sabía era que cuando menos lo esperas, sucede.
Rumbo a una entrevista de trabajo en dónde estaba postulando para hacer reportajes para un canal de televisión.
Se dio cuenta que mientras esperaba en recepción, alguien lo estaba mirando.
Con miedo volteó y vio que era aquella mujer de la cafetería.
Habían pasado meses de aquello y no supo ni siquiera si estaba bien saludarla.
O al menos eso pensó hasta que la mujer se acercó a dónde estaba él.
Izuku entró en pánico y no supo ni siquiera si respirar era lo adecuado.
-Hola soy Kyoka... La chica del café - le dijo la peli violeta muy amable
Izuku abrió muy grande los ojos y balbuceó cualquier cosa excepto un saludo.
A Kyoka esto le dio mucha gracia y supo que el hombre no era mucho de hablar con mujeres.
Hablaron sobre lo que ambos hacían ahí y ella le dijo que estaba por hablar con el dueño del edificio para ver si se concretaba el trato de que habrán una cafetería en aquel edificio.
El solo le dijo que estaba ahí por una entrevista de trabajo y que esperaba que se lo den porque la modalidad de trabajo y la paga era buena.
Cuando estaban por continuar su conversación, Izuku fue llamado hacia su entrevista y lamentablemente tuvo que terminar todo ahí.
-Suerte... - fue lo único que le dijo la chica al verlo partir nervioso
Izuku le sonrió y le agradeció.
Cuando salió de la entrevista Izuku fue directo hacia el baño. Sabía que no iba a aguantarse hasta su casa y ni bien entro y se dio cuenta que estaba solo, dio un grito interno y festejó que lo hayan aceptado.
Fue directo hacia la salida y pensó que tal vez vería a la chica del café en recepción o la sala de espera pero eso no pasó.
Ella ya no estaba y algo decepcionado se regresó a casa.
Pero ni bien salió del edificio alguien lo tomó por sorpresa.
La chica del café estaba esperándolo en su moto y al verlo le gritó, e Izuku por ser Izuku se asustó al instante.
Ella lo vio nervioso y le invitó a tomar un café.
Izuku con mucho nerviosismo aceptó y se subió a la motocicleta de ella.
Manejaron por toda la ciudad y Kyoka lo llevo a su sucursal central.
Lo hizo pasar a su oficina y ahí pidió a uno de sus empleados que les traiga dos frappuccinos.
-¿Pues toca celebrar no? - preguntó la chica
Izuku le preguntó cómo es que sabía que lo habían aceptado en el empleo y Kyoka simplemente le dijo que de no ser así, el estaría totalmente cabizbajo.
Luego de aquella tarde tan tranquila que pasó Izuku con Kyoka, intercambiaron números y sin darse cuenta de su atrevimiento Izuku la invitó a comer.
Kyoka con un leve carmín en sus mejillas aceptó.
Los meses pasaron y las salidas que ellos tuvieron no pararon jamás
Poco a poco Izuku sin darse cuenta de ganó el corazón de la Kyoka y en viceversa pasó también lo mismo en Kyoka.
Al poco tiempo de que ambos descubrieran que se gustaban, hubo muchos momentos en dónde la situación ameritaba que al menos se den un beso.
Pero Izuku por miedo de sus hijas lo evitaba.
Kyoka al principio pensó que tal vez el chico era demasiado tímido para aquello, pero conforme pasaba el tiempo y al ver que ningún intento de ella daba frutos, simplemente se lo preguntó directamente.
La cara de asombro que puso Kyoka cuando Izuku le contó que tenía dos hijas no tenía comparación.
Si bien Izuku pensó que tal vez ahí iba a quedar todo, Kyoka lo sorprendió al decirle que aún con todo e hijas ella quería algo con el.
Y luego de aquellas palabras por fin Izuku le dio el beso tan ansiado que esperaba la peli corta.
Cuando la relación de Izuku y Kyoka avanzó, el rizado supo que era momento de presentarla a sus hijas.
Si bien las niñas no la trataron mal a Kyoka, no la aceptaban para nada.
Para ellas su mamá Ochako lo era todo y Kyoka era una mujer que no querían en su vida.
Izuku habló con ellas y les dijo que Kyoka era una gran chica y que solo quería conocerlas, pero para Ame y Hanami eso era imposible.
Cuando Izuku le propuso a Kyoka vivir juntos y que así la relación entre ella y sus hijas fuese mejorando, Kyoka no pudo estar mucho más feliz.
Porque si bien las hijas de Izuku eran un problema, ella estaba totalmente enamorada de ese hombre que a pesar que era sumamente nervioso. En los momentos donde tenía que comportarse como hombre, lo hacía sin siquiera dudar.
El primer día que llegó Kyoka a su pequeño apartamento que Izuku ahora podía rentar, el rizado le contó toda la verdad a Kyoka.
Le contó sobre su pasado, sobre Ochako y todo lo mal que la pasó en su ausencia.
Si bien Kyoka era ajena a esas situaciones, entendió que Izuku estaba totalmente roto y que a pesar que parecía que no le sucedía nada, estaba cansado.
Así que sin siquiera pedirlo Kyoka le dijo que vaya a descansar y que ella se encargará de su apartamento que ahora también era su casa.
Izuku a duras penas aceptó y fue directo hacia su cama para poder descansar al menos un momento, ya que aunque pocos lo sabían el se exigía muchísimo al hacerse cargo de sus dos hijas, trabajar, cocinar y ordenar su apartamento.
Cuando se despertó y trató de levantarse para poder ir a lavar su rostro, olió algo que lo atrapó al instante. Salió y al ver su sala vio que Kyoka había cocinado y había limpiado todo el desorden de las niñas.
A los ojos de Izuku fue algo que jamás esperó de nadie.
El tiempo pasó y cuando llegó la época navideña por pedido de Izuku, Kyoka llevó a sus hijas al centro comercial de compras y de paso para que lleven su carta al buzón de Santa Claus.
Si bien a Kyoka le dio ternura lo último, no sabía que las niñas pedían que ella se fuese y regrese su mamá.
El trato con las niñas no fue tan fácil como creyó Kyoka.
Ella leyó muchísimos libros y además que conversó mucho con sus amigas que ya eran madres para ver si podía hacer algo para que las niñas la aceptaran, porque las niñas a pesar que no eran malcriadas, no la aceptaban y para nada le dirigían la palabra.
Pero conforme fue pasando el tiempo eso cambió y poco a poco más niñas se le volvieron más íntimas.
Solían preguntarle cosas de maquillaje al verla como se arreglaba para las cenas que tenía con su papá y además que adoraban ir las sucursales de Kyoka a ver cómo preparaban café.
Kyoka poco a poco sin darse cuenta se estaba ganando el cariño de las hija del rizado y eso era algo que la emocionaba muchísimo.
O eso pensó hasta que al año de estar junto con su amado rizado, el le contó que le habían ofrecido un puesto de directivo en el canal más visto de Japón y además que dada las circunstancias tenía que hacerla su esposa así ella no quiera.
Kyoka al principio lo tomó como una broma pero luego al ver cómo es que Izuku sacaba un anillo de su traje, la emoción le ganó y derramó muchas lágrimas.
-¿Kyoka te casa...
-Sí!
-Tienes que dejar que termine primero...
-Sí!
Izuku al verla solo sonrió y la besó.
Su boda fue celebrada entre solo personas muy cercanas a ambos y a pesar que las niñas no entendían para que se estaban casando, ellas estaban felices porque había mucha gente y además que había mucha comida.
Cuando la familia Midoriya luego de la fiesta de la boda subió a su auto y regresó a su casa. Kyoka se dio cuenta que estaban yendo en una dirección diferente.
Ella preguntó y el simplemente le dijo que ahora era momento de un cambio.
La llevó a una casa muchísimo más grande que su pequeño apartamento y las niñas y Kyoka no pudieron sonreír más porque era imposible.
El tiempo pasó y confirme este pasaba las niñas y Kyoka se hicieron muy buenas amigas.
Además de las niñas adoraban la comida de Kyoka y también amaban el negocio de su nueva madre.
Incluso una vez ambas llegaron a la sucursal central de las cafeterías de su madre vestidas de traje solo para decirle a los empleados de su mamá que ahora ellas eran jefas absolutas al igual que Kyoka.
Todos los empleados rieron divertidos al verlas vestidas así y hablar así.
Pero las sonrisa se les fue cuando Kyoka les dijo que tenían razón y que ahora lo que ellas digan son órdenes.
Los empleados, administradores y directivos de la cadena de cafeterías de Kyoka palidecieron.
Si bien Kyoka tuvo que hacer algunos cambios en su vida desde que Izuku ingresó en ella.
Ella jamás renegó o maldijo eso.
Ella amaba Izuku y ella podía hacer cualquier cosa con tal de estar a su lado.
~
Izuku despertó y no encontró a su esposa.
Pensó que tal vez tenía que salir muy temprano ya que eran los últimos días que tenía de trabajo, así que solo se levantó se dio una ducha, se cambió y fue a dejar la carta de sus hijas a su habitación para que luego ellas no lo mataran.
-Niñas ya despierten... Tenemos que ir de compras...
-...
-Niñas...
-...
-Compraré dulces y galletas...
-...
-Bueno... Tan bien estará Santa en el centro comercial...
Ambas niñas se despertaron como si fuesen un resorte.
-Ahora nos cambiamos - dijeron ambas al unísono
Izuku salió y fue directo hacia su cocina y su almacén.
Anotó que es lo que iba a necesitar comprar y luego fue directo hacia su cochera a encender su camioneta.
Mientras lo revisaba, sus hijas aparecieron y ambas al verlo lo abrazaron.
-Te queremos papi - dijeron las dos
-Ay no... ¿Qué rompieron? - dijo Izuku algo extrañado
-Nada...
El rizado resopló y se dio por vencido.
La familia se subió e Izuku emprendió el camino hacia el centro comercial.
No tardó mucho por el hecho que vivían muy cerca y relativamente podían hasta ir caminando, pero esta vez Izuku necesitaba llevar su camioneta por el hecho que iba a cargar muchísimos bultos.
Llegaron y empezó la tortura de Izuku.
Ya que la primera tienda con la cual se cruzaron fue la tienda de ropa de niñas.
-Papá papá ahí! Vamos ahí! - dijeron ambas niñas
Izuku suspiró y con pereza aceptó.
Pasaron al rededor de unos 45 minutos escogiendo vestidos, pantalones, blusas y algunos polos para sus niñas.
Luego salieron y tal parece que la vida odiaba a Izuku porque había olvidado que al lado de la tienda donde compraba la ropa para sus demonios, estaba la tienda de zapatos para niñas.
Ya sin siquiera preguntar las niñas entraron.
Fue una media hora de tortura para Izuku al ver cómo es que Ame no se decidía por el color de unos tenis.
-Por el amor a los mas sagrado mejor deme los dos - dijo el rizado a la vendedora
Sus hijas voltearon a verlo y sonrieron.
-Papá siempre sabe cómo hacernos feliz ¿Verdad Hanami? - dijo la mayor a su hermana pequeña
Luego de eso entraron al super mercado y Izuku sacó la lista que tenía por comprar.
Sus hijas agarraron un carrito y comenzaron a meter cosas a lo loco.
Sí bien Izuku le daba igual que es lo que estaban metiendo sus hijas.
Se preguntó si de verdad tomaban tanto yogurth como llevar unos 6 galones.
Le restó importancia y fue directo hacia el área de bebidas.
Metió 4 vinos de la marca favorita de su esposa y también metió unos paquetes de cervezas para él. También metió unos 10 paquetes de agua embotellada porque era de lo que mas se tomaba en su casa. También metió un paquete de Monster y uno de Red Bull ya que a pesar que no lo bebían tan seguido, si que en ocasiones lo necesitaban él y su esposa cuando tenían la casa libre y podían dar riendas sueltas a toda la pasión que sentían el uno por el otro.
Luego se metieron al área de comestibles y compró arroz y demás cosas que necesitaba.
Al momento de pagar habló con un empleado y le dijo que si podía llevar sus cosas a su auto.
El empleado aceptó y Izuku le dio unos billetes en agradecimiento. Salió del lugar y fue en busca del regalo de sus suegros y de su madre.
Para sus suegros entró a la tienda de música y a Mika le compró un álbum de su banda favorita que era Nirvana y a Kyotuko le compró una camisa que tenía el logo de Judas Priest.
Para su madre entró a una tienda de zapatos y busco unos tacos pequeños que ella casi siempre solía usar.
Cuando por fin habían terminado de hacer sus compras, el hambre llamó a los 3.
-Tomemos desayuno papá... - dijo la menor
-Sí... Quiero un croissant de mantequilla... - también hablo Ame, la mayor, sujetando su estómago
-Está bien vamos a comer... - dijo Izuku y las llevó al área de comidas
Comieron relativamente bien y en medio de su desayuno las niñas le mostraron algo a su papá.
-Papá! Hemos traído nuestra carta para mandarla a Santa Claus - dijeron ambas niñas mostrando su carta
Izuku sonrió y acarició el cabello de ambas niñas recordando como en el pasado a pesar de todo lo malo que sufrieron, ellas aún tenían aquella sonrisa que llenaba el corazón de felicidad al rizado.
-Claro... Terminando de comer vamos hacia allá - les respondió su papá
Los tres disfrutaron su comida y al terminar fueron directamente hacia el "buzón a Santa Claus"
Antes que las niñas depositaran su carta alguien las detuvo.
-Esperen niñas...
Ame y Hanami voltearon en seguida y al hacerlo se llevaron la grata sorpresa que estaba Kyoka acercándose hacia ellos.
-Mami Kyoka! - dijeron ambas al unísono y Kyoka sintió como es que su corazón se había detenido por un segundo
Si bien ya había leído que la llamaban así en secreto por la carta que leyó.
Escucharlo de sus bocas tal vez fue su regalo de navidad por parte de ambas niñas.
-Hola mis amores... - dijo la peli corta yendo casi corriendo a abrazar a las niñas que se habían robado su corazón
-Kyoka amor... Pensé que estarías trabajando - dijo Izuku al ver cómo apachurraba a su hijas
-No podía perderme este día tan especial de las niñas - dijo la chica yendo hacia su esposo y besando su mejilla
-Menos mal estás aquí - le dijo el rizado y luego la sujetó por la cintura para luego besarla
-Iughhhh - dijeron ambas niñas al verlos en beso
-Bueno bueno... Les voy a tomar una foto antes de hacerlo ¿Si? - dijo la señora Midoriya sacando su celular
-Sí!! - gritaron ambas
Kyoka tomó la foto y luego fue a cargar a ambas y las trajo junto a su esposo para tomarse una foto todos juntos.
Ellos eran felices juntos e Izuku estaba tan feliz que su sonrisa fácil podía dejar ciego a casi todos.
Pasaron el día en la calle y a pesar que algunos administradores de las cafeterías de Kyoka la estaban llamando.
Ella solo contestaba y les decía que hoy era su día libre y que cualquier cosa que ellos mismos lo resuelvan.
Porque ese día era especial, ese día era único, ese día tenía que estar con su familia. Familia a la que ella se unió y por nada del mundo se quería ir.
~
Llegaron noche a su casa y al entrar decidieron que mañana iban a desempacar todas las cosas.
Todos estaban cansados y lo único que querían era dormir.
-Buenas noches papá... Mamá... - dijo Ame mientras se acostaba en su cama
-Mami mañana quédate también, te extraño... - dijo la menor casi durmiendo
Kyoka quiso llorar pero se aguantó y además decidió que mañana las llevaría a su sucursal central para pasar el día con ambas.
La pareja de esposo llegó a su habitación completamente cansados.
Si bien el día fue muy agotador, eso le importó poco a Izuku porque al instante que Kyoka entró a su habitación, la arrinconó contra la pared y comenzó a besarla y a tocarla como un desquiciado.
-Amor... - dijo la peli corta ahogando gemidos por todo el placer que sentía al ver cómo es que Izuku le estaba dejando marcas en el cuello
-No hables... - le respondió el oji esmeralda mientras la desvestía y buscaba desesperadamente acariciar los pezones de su esposa
-Amor no... - le dijo ella sonriendo por lo feliz que estaba al ser tocada por su esposo
Cuando Izuku metió su mano entre las piernas de su mujer Kyoka sabía que ya nada lo iba a parar.
-Mi amor ahora no... - le dijo ella sonriendo al sentir como es que un dedo estaba por ingresar en ella
Izuku ni la escuchó. El estaba muy excitado para oír lo que su esposa decía.
Hasta que su esposa lo empujó con fuerza y le cortó la excitación.
-¿Kyoka?... - preguntó algo confundido
-Amor te dije que no... - le dijo la chica respirando con dificultad por lo excitada que también se encontraba
-Oh... Bueno... Iré por una ducha - dijo el chico yendo hacia su baño
Kyoka lo sujetó del brazo y lo besó de manera muy sensual.
-No te confundas... Quiero hacerlo... Te necesito también, pero antes de eso quiero decirte algo - le dijo la chica separándose de su esposo
-No me beses así si quieres que sigamos hablando - le dijo el chico abriendo los ojos luego de ese beso que le plantó su esposa
-Siéntate primero... - le dijo la chica quitándose toda su ropa y quedándose en ropa interior
-Ok está bien... - dijo Izuku algo excitado al verla así
-Ahora cierra los ojos - dijo la chica y cubrió sus ojos con una pequeña camiseta que usaba ella para dormir
Izuku se imaginó que Kyoka lo iba a sorprender con lencería o con algo por el estilo cuando escuchó que abría su bolso.
Sintió una caja que Kyoka puso en sus piernas y deseó muchísimo que fuese lencería.
-Ahora sí. Abre los ojos mi amor... - dijo la chica algo nerviosa
Izuku se quitó la venda y vio una cajita de color marrón en sus piernas.
Pensó que tal vez que era una nueva billetera o algo por el estilo. Pero cuando lo abrió casi le da un infarto.
-F-feliz navidad... - dijo la chica muy nerviosa y algo asustada
Izuku la miró con los ojos bien abiertos y recordó que si no estaban sus hijas probablemente habría gritado como un loco.
-¿E-e-e-esto.... E-es lo que parece? - preguntó el chico tartamudeando
-Sí... V-vas a ser papá de nuevo... - le dijo la peli corta y agarró la prueba de embarazo que le había puesto en aquella pequeña caja
Izuku la abrazó como si su vida dependiera de ella y botó una que otra lágrima.
-Te amo... Te amo mucho Kyoka - le dijo como si se tratara de una súplica
-Y yo a tí... - le dijo la chica y lo besó
Si bien Izuku tuvo una vida completamente de mierda. Ahora la vida por fin le daba algo bueno. Iba a tener su tercer hijo y iba a hacerlo con la mujer con que de verdad lo ayudó a salir del agujero de dónde se encontraba.
Izuku acostó a Kyoka y comenzó a acariciar el vientre de ella.
Porque a pesar que todavía era muy pequeño para entender, Izuku ya le estaba hablando.
Porque para él, aquel bebé que venía en camino iba a nacer en un ambiente mucho mejor que sus dos primeras hijas y además que aquel bebé que venía en camino era el fruto del amor que sentía por su esposa.
-Te amo... - dijo el rizado mientras la acogía entre sus brazos
-Y yo a ti - le respondió la chica en un sonrojo fuerte que se le formó al sentir todo el cariño de su esposo
Fin.
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