Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Steve

Bucky siempre recordaba a Steve de distintas maneras. Soñaba con el pequeño enfermizo de los años cuarenta, al que siempre cuidó y posteriormente amo con el pasar de los años. Luego estaba el que se convirtió en el Capitán América, aquel que en un principio le costaba seguir por lo diferente que se veía; por el hecho de que ahora las chicas morían por estar con él, y porque Peggy Carter llegó a cambiarlo todo. Pero eso no quito el hecho de que seguiría a Steve Rogers: hasta el final de la línea.

Y no, no odiaba ni sentía celos de la señorita Cárter, muy por el contrario, entendía perfectamente porque se enojaba y preocupaba por Steve cada dos por tres: porque lo amaba. Y ahí lo supo: Peggy era la indicada para Steve, para su Stevie. Porque era la única que le hacía frente y no tenía miedo de poner en su lugar al Capitán América y tampoco a Steve Rogers. Y porque se gano el corazón de su mejor amigo.

Sí, ella lo era...

Pero por alguna extraña razón no entendía porque Steve nunca se le confesó a Peggy, y tampoco recordaba porque él no se había hecho a un lado para que su amigo fuera feliz con ella. Mucho menos porque el rubio siempre se empecinaba a estar con él... Y más cuando intento matarlo varias veces al ser el Soldado del Invierno: Steve siempre estuvo a su lado a pesar de todo. Luego entendió porque lo hacía: lo amaba de igual manera.

Había pasado un buen tiempo de todo el caos de las guerras, y con las victorias, los Vengadores estaban viviendo una merecida paz. O eso creyeron, hasta que llegó el cumpleaños de Steve Rogers. Todos estaban algo ajetreados por la fiesta sorpresa que estaban realizando, y por buscar la forma de mantener al Capitán distraído para que no sospechara y mandara a cancelar todo.

James no sé unió en nada de eso, él tenía sus propios planes para ese día y sabía muy bien cómo ejecutarlos. Sonrió con satisfacción al observar nuevamente la pequeña caja que tenía entre las manos. Ese era el regalo perfecto. Ahora solo tenía que encontrar al capitán en esa enorme instalación, pero se le estaba haciendo un tanto difícil. La inteligencia artificial Viernes le había indicado cada uno de los cinco lugares en donde el capitán Rogers se había encontrado, y cada que llegaba este se encontraba en otro.

—¿Viernes, ahora a dónde?

El capitán Rogers se encuentra de camino al laboratorio del doctor Banner.

—Bueno, que siga la casería...

No quiere que le diga al capitán que lo está buscando para aligerarle todo esto, sargento Barnes.

—Le quitarás el encanto al momento, Viernes. Déjalo así.

Como quiera sargento...

El resto estaba haciendo un buen trabajo por mantenerlo distraído y sin sospechar nada, eso le quitaba tiempo y propósito a lo que él tenía planeado para ese día. Siguió su camino. Esta vez tomaría un atajo, así que sin pensarlo mucho se metió por los ductos de ventilación...

Steve no entendía porque precisamente ese día todos parecían muy necesitados de su ayuda, hasta Tony y Peter lo habían hecho ayudarles con una mejora para un nuevo traje. Él sabía que todo estaba yendo mal, por las sonricitas irónicas que le hacía Tony, pero ellos seguían diciendo que estaba quedando perfecto. Luego fueron Clint y Natasha para entrenar, después Wanda con unas cosas de chicas que no llego a entender del todo, y ahora Bruce. Ese día sí que estaban actuando demasiado extraño, aún así decidió no tomarles mucha importancia. Solo esperaba que terminara el día para irse con Bucky a ver los fuegos artificiales. Actividad que hacían cada 4 de Julio desde que se reencontraron.

Ya estaba por llegar al laboratorio, cuando un estruendoso ruido llamó su atención. Regresó sobre sus pasos y al doblar la esquina vio un par de piernas agitándose tratando de salir del ducto. Reconocería esas piernas donde fuera. Así que sin decir nada jalo de ellas y en sus brazos cayó un Bucky lleno de polvo y manchas de grasa en varias partes del cuerpo.

—¿Qué hacías ahí? —. Pregunto apreciando con detenimiento el nuevo corte que Bucky tenía. Si que extrañaría su bonito cabello largo.

—Trataba de llegar a ti, y lo conseguí —sonrió con sorna y se zafó de los brazos de Steve, cayendo magistralmente de pie.

—¿A qué se debe está repentina casería? —le sonrió de igual forma y Bucky se cruzó de brazos.

—Digamos que alguien me dijo que iríamos a ver los fuegos artificiales, y sabiendo el tiempo que nos llevará llegar ahí, pues, vine a buscarlo para llegar a tiempo. Pero por lo visto parece muy ocupado en otras cosas... Así que, ¿debería llevármelo de todas formas o dejarlo que sigo con lo suyo?

—Lo siento tanto, Bucky. Sabía que esta cita es importante para ambos pero...

—Oh no, está bien. Solo iríamos a ver los fuegos artificiales, no era ninguna cita ni nada por el estilo. Así que no te preocupes. Seguí con lo tuyo Steve. —Se giró y apenas avanzó dos pasos cuando de un jalón terminó en los brazos del capitán.

—Sabes que me enoja mucho que te pongas en esa actitud altanera, ¿verdad?

—No lo sabía mi capitán. Qué hará ahora, ¿castigarme? —Steve frunció más el ceño y Bucky sonrió con ironía.

Nunca pensó que Steve, su Stevie, le quitara todas sus amadas ciruelas por retarlo de aquella manera. Pudo castigarlo de otra forma pero no, sé metió de frente con sus ciruelas y ahora estaba ahí, con el gesto serio mirando como las personas se terminaban de acomodar en sus lugares para ver el espectáculo con las fantásticas luces. Agradecía que por lo menos estaban en un lugar apartado, porque sino todos los presentes estarían aterrados al verlo así: con cara de quererlos matar a todos.

Anunciaron que el espectáculo empezaría en minutos, suspiró relajándose un poco. Giró para ver a Steve, y este también estaba serio con la vista al frente. Volvió a suspirar. Él no sería quien se disculpara esta vez.

Ya llevaban un buen rato mirando en completo silencio las hermosas formas de colores que se plasmaban en el cielo. Sonrió con cierta nostalgia cuando de repente un recuerdo muy vívido del 4 de julio de 1940 deslumbró su mente como una vieja película que uno anhela ver después de años. Era una situación casi similar, pero con un Steve más pequeño y delgado: la pelea que habían tenido fue porque él le había comprado un pastel por su cumpleaños.

Habían discutido de camino a su casa luego de ver el espectáculo; y al ver que se había calmado un poco la riña se acercó abrazarlo, todo delante de un grupo de gente que se les quedó mirando como si fueran unos locos. Sí, eso había sido vergonzoso, pero no le importó en lo absoluto. Y mucho menos el que irían a decir cuando los vieran pasar por ahí nuevamente.

Al igual que no le importaba ahora el que le fueran a decir si los veían.

—¿Sabes que me gusta más de este día? —Soltó al aire, sabiendo muy bien que Steve le tomaba atención desde que comenzó a llorar al recordar otros de los cumpleaños que vivieron juntos—. Que no solo celebramos el día a la patria o tu cumpleaños. Sino también el aniversario de nuestra boda.

Steve volteó a verlo con sorpresa y Bucky dejó de abrazar sus piernas y se enderezó para verlo mejor.

—Sí, lo recordé hace un par de días. Todo me pareció un sueño muy loco. Hasta Peggy estaba ahí como nuestra madrina y testigo. Te lo pensaba preguntar pero lo averigüé por mí mismo, ¿y que crees? —Steve negó con un leve movimiento de cabeza—. No encontré nada, salvo una placa militar muy bien guardado en un estuche entre tus cosas. Tenía tu nombre y mi apellido en el. Y ni hablar de la fecha —sonrió con gracia —, 4 de julio del 43. ¿Cuándo pensabas decirme que estamos casados?

—El proceso de tu recuperación fue duro, Buck. Y no pensaba obligarte a que me amaras. Si nunca recordabas lo nuestro, no me importaba, con tal de que fueras feliz —sonrió—. Para mí lo más importante es tu felicidad.

—Si que es un poco egoísta Señor Barnes, pero también debe importarle su felicidad —Bucky se acercó un poco más a Steve y le tomó de la mano—. Aquel día en presencia de Peggy, y de ese amigo suyo que nos caso, escondidos en lo profundo de los bosques de Italia, te jure que nunca volverías a estar solo. A donde quiera que fueras yo iría siempre contigo. Si tú corrías, yo igual. Si tú peleabas... yo pelearía a tu lado. Y si morías antes que yo Steve Grant Rogers, yo moriría contigo. Siempre juntos hasta el final de la línea. Sin importarnos nada.

—Siempre he respetado mis votos, Bucky. El estar siempre a tu lado. El velar por tu felicidad y seguridad más que la mía. Y que nunca permitiría que nadie te hiciera ningún daño. Tú eres lo más preciado para mi James Buchanan Barnes. Mi corazón te pertenece al igual que mi voluntad. Y tampoco estarías solo, porque yo estaré ahí para ti: hasta el final de la línea.

Bucky limpio con delicadeza la pequeña lagrima que caía por la mejilla derecha de Steve, y se aproximó a darle un beso. Uno lento y pausado, que era olímpicamente ignorado por todos los presentes del lugar.

—Te amo Bucky Rogers —susurro en su oído, al darle un abrazo.

—Yo igual Steve Barnes. Te tengo un regalo —se alejó un poco y de la chaqueta que llevaba puesta, saco la pequeña caja que con recelo guardo antes de salir del complejo—. Feliz cumple-aniversario.

Steve la sostuvo con delicadeza, y al abrirla, creyó que nuevamente se encontraba en los bosques profundos de Italia, junto a Peggy que lo animaba a seguir con esa clandestina boda en el día de su cumpleaños.

Esas placas militares eran idénticas a las que ella mandó hacer para ese día especial. Hasta el grabado y el tipo de letra eran exactos. Claro que este tenía una pequeña variación, no solo estaba sus nombres con el apellido del otro y la fecha, sino que también tenía la frase que los caracterizaba: Juntos hasta el final de la línea, escrito en una perfecta letra cursiva. Y que el material del que estaban hechas las placas era vibranium.

—Le pedí el favor a Stark de que las hiciera. Al principio se negó, pero Parker ayudó mucho para convencerlo. Ahora le debo unas clases de pelea al chico, pero el precio lo vale.

—Son idénticas a las que Peggy nos dio —dijo conteniendo las lágrimas.

—Me hubiese gustado encontrar la mía, pero quién sabe qué habrá hecho Hydra con ella. Al menos tenías la tuya. Esa sirvió de modelo.

—Gracias, Buck —se pasó el antebrazo derecho por los ojos—. Pero sabes que ambas no me pertenecen, ¿cierto? —tomó la que le pertenecía al sargento.

—Steve Grant Rogers, ¿quisieras reanudar nuestros votos matrimoniales?

—Si quiero James, claro que quiero.

Al regresar al complejo todos lo recibieron con un sonoro Sorpresa apenas cruzaron las puertas, siendo ellos los sorprendidos al ver como Steve y Bucky ingresaban tomados de la mano, muy sonrientes.

Todos sabían de la relación que ese par tenía, recatado a la hora de demostrarse cariño en público, pero ese día desbordaban amor por donde se les viese. Siempre juntos, acaramelados, tomados de la mano y dándose uno que otro beso.

Cuando Tony comenzó hacer bromas sarcásticas sobre su comportamiento, Steve decidió dar un anuncio importante a todos los presentes.

—Buenas noches a todos. Quisiera agradecerles por venir hoy a celebrar no solo el día a la patria...

—También tu cumpleaños, Capitán —Grito uno de los invitados y todos aplaudieron con fuertes y hurras para Steve.

—Sí es cierto, también mi cumpleaños —sonrió agradeciendo nuevamente los hurras y aplausos de todos—, pero no solo celebramos eso...

De pronto todos guardaron silencio y Bucky sabía que varios ahí se infartarían cuando supieran que...

—Sino también mi septuagésimo quinto aniversario de casado con mi amado Bucky.

No supo en qué momento la luz que estaba sobre Steve ahora lo alumbraba a él, y mucho menos cuando el lugar quedó en completo silencio. Hasta la suave música de fondo se detuvo.

—Ja ja ja. Lo sabía, maldita sea. Ahora páguenme, desgraciados. —Grito Natasha haciendo eco en el lugar, mientras Bucky trataba de apartarse de la incómoda luz.

—No se porque se sorprenden. Deberían estar felices de saber que Bucky y yo reanudaremos nuestros votos. Y si, todos están invitados a la celebración.

Y nuevamente los hurras se volvieron a escuchar con los Steve y Bucky o Que vivan los novios, y entre otras frases más que la pareja decidió ignorar al salir de ahí.

—¿Enserio quieres que todo esa gente vaya a nuestra boda? —indagó con angustia, mientras caminaban a su habitación.

—No exactamente, solo irán nuestros amigos. ¿Sabes quien si me hubiese gustado que estuviera ahí?

—Peggy, ¿cierto?

—Así es. ¡Ay Bucky! Si tan solo la hubieses visto —suspiro—. Ella hubiese estado muy feliz por nosotros, nuevamente.

—¿Lo que no entiendo es cómo dejó que te casaras conmigo si ella te amaba? —ingresaron a la habitación, dejando su chaqueta sobre la cama.

—Ella sospechaba lo nuestro, y lo termino de confirmar cuando me arriesgue al ir a rescatarte en fronteras enemigas.

—¿Tan obvios fuimos?

—Tanto que ella terminó sugiriendo que nos casáramos.

Steve sonrió y Bucky al fin comprendió las palabras que Peggy le dijo cuando volvieron de una misión victoriosos, días antes de su boda:

Si que es afortunado al tener al Capitán Rogers de su lado, Sargento.

Somos amigos. Siempre estamos ahí para apoyarnos el uno al otro, Agente Carter.

En lo personal, James, creo que ambos están ahí más para protegerse el uno al otro, que solo apoyarse como amigos... Así que más te vale no hacerlo sufrir. O yo me encargaré de hacer tus días miserables. A quedado claro, Sargento.

Como el agua, Margaret.

Ahora todo encajaba con el  actuar de Peggy después de eso. Y de la ayuda clandestina que les ofreció para que se casaran. O de la forma que apoyo a Steve para que este se vengara de Hydra al creerlo muerto.

No le hubiese sorprendido si era ella quien fuese junto a Steve por él al enterarse que estaba vivo y al control de Hydra en años recientes. Y claro que le dolió mucho saber de su muerte: ella era la indicada, otra persona que amo a Steve por lo que realmente valía y no por lo que él resto creía que era. Ella se merecía todo su respeto. Y por eso y otras cosas más que supo que hizo por Steve, siempre le estaría eternamente agradecido.


***********************************************************************************************

Hasta aquí este hermoso one-shot T-T 

Lo siento, pero no me resiste el mencionar a Peggy en todo esto. Ella es parte importante en la vida de Steve, al igual que Bucky, y se merece el merecido respeto por todo lo que hizo y por ganarse nuestros corazones.

Y aquí unas imagencitas que me hacen apreciarla mucho mas... (Crédito a sus autores)

Enserio que este trio me puede... Aun no entiendo porque Marvel no hizo que aparecieran mas en pantalla haciendo equipo. Yo hubiese pagado lo que fuera por verlos.

Apostaría lo que fuera a que Peggy los apoyaría en su relación.

Bueno, hasta aquí estos three-shot. Espero les haya gustado.

Ya nos estaremos leyendo en la próxima. Gracias por leer.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro