Regalo
Supuestamente ya todo lo tenía planeado, y el que Tony se ofreciera ayudarlo en la organización, entendiendo el costoso trabajo que tenía por hacer: aceptó la ayuda sin más. Total, cuatro pares de manos trabajan mejor que dos, ¿no? Solo no contó con que Tony cambiaría todo lo que él había elegido y que para colmo, aumentara cosas que no estaban en su lista. Suspiro resignado al ver cómo ingresaba la escultura de hielo y un par de adornos florales a su casa.
Su sencilla idea desde un comienzo había sido organizarle una fiesta sorpresa a Steve aprovechando que estaba en una misión. Y todo tenía que quedar como él lo había predicho: el capitán llegaría y se deslumbraría al ver su hogar con unos cuantos globos, serpentinas colgando por varios lados, un cartel enorme en el que dijera Feliz Cumpleaños y su bonito pastel en forma de escudo. Todo para hacerlo sentir como en sus cumpleaños de los años cuarenta. Claro que esta vez su hogar estaría lleno de gente, más de la que a él le hubiese gustado invitar, pero con tal de verlo emocionarse hasta las lágrimas por algo tan emotivo, significativo y bello, valía la pena.
Pero no. Ahora todo el lugar se veía demasiado elegante y con tantas cosas innecesarias que Steve agradecería el gesto, y puede que no estaría del todo feliz por ello. Maldita sea la hora que le acepto la ayuda a Tony, y maldito el malestar que sentía esos días. Volvió a suspirar al ver el enorme pastel de tres pisos que armaban en el centro de la mesa.
—¿Y el pastel en forma de escudo que pedí?
—Oh Barnes, eso era muy simple y anticuado. El capipaleta se merece algo como esto —dijo señalando el paste. Nuevamente suspiro, tratando de calmarse y no ahorcar a Tony con su brazo metálico. El no tenía la culpa de su malestar. El no tenía la culpa de ser el jodido exagerado y compulsivo Tony Stark.
—Está bien Stark, te dejaré todo a cargo. Me iré a recostar un rato. La cabeza me está matando —susurro lo último caminando hacia su habitación.
—Yo me encargo de todo, James. No pudiste dejar esto en mejores manos —sonrió con superioridad, apreciando lo bonito que había quedado su elección del pastel.
—Si, si. Solo no ocasiones un desastre. —Apenas cerró la puerta, se sintió ligeramente mareado. Y sin darle mucha importancia se recostó a descasar un rato.
Su celular repiqueteaba con molestia al lado de su cara. No recordaba haberse acostado con él entre las manos.
—¿Sí? —murmuró adormilado, estirándose.
—Steve ya está en camino.
Solo le bastó escuchar eso para que estuviera de pie fuera de la cama. Al hacer el movimiento tan rápido, nuevamente regresó el mareo y hasta le dieron náuseas. Sin prestarle mucha importancia camino hacia la puerta, pero antes de que saliera, regresó sobre sus pasos y con rapidez se dirigió hacia el baño. Si que se tomaría su tiempo ahí.
Tony veía con cierta exasperación hacia la habitación que compartían Steve y Bucky, y se preguntaba porque tardaba tanto en salir el sargento zombie. Natasha les había llamado a ambos avisándoles que estaba en camino hacia la casa, con un Capitán America algo cansado y preocupado por su esposo. Todo estaba quedando tal cual lo planearon desde un principio, pero Bucky tenía que estar ahí sino no tendría el mismo efecto sobre Steve si no lo veía presente.
—Tranquilo, Tony. De seguro se está poniendo presentable para la ocasión. —Trato de aliviarlo Bruce, mientras bebía de su té.
—Ha tenido más de tres horas para eso. ¿Por qué recién hacerlo ahora? —Reclamo caminando de un alado a otro.
—Cálmate, y no alces demasiado la voz, que despertarás a Peter. ¿Sabes lo que me costo hacerlo dormir? —Susurro, moviendo levemente la carriola en la que dormía un pequeño bebé vestido de rojo.
—Lo siento mucho Brucie. Es que el comportamiento desesperante de Barnes me puso nervioso toda la tarde —suspiro sentándose al lado de su esposo.
—¿Entonces por qué lo ayudaste en primer lugar?
—Porque Natasha me hizo prometerle que mientras Bucky solicitara ayuda no podía dejarlo solo —soltó cabizbajo.
—¿Por qué Nat te pediría algo como eso?
—Es que James...
El sonido de un portazo hizo que ambos se giraran para ver cómo Bucky salía vistiendo un elegante traje para la ocasión; y cómo el naciente lloriqueo del bebé comenzaba a dejarse escuchar.
—Lo que me faltaba. —El doctor Banner tomando al bebé entre sus brazos.
—¿Ya llegaron? —Bucky apreció cómo Bruce acunaba al pequeño Peter para darle de la mamila—. No fue mi intención despertar a su hijo —se disculpó con cierta vergüenza.
—No hay problema. A Peter le gusta hacerse el dormido y luego lloriquear para que su papi le dé de comer. ¿No es así pequeño bandido? —tomó entre sus dedos una de las pequeñas manitas, y el bebé no tardó en agarrarse de ellas.
—Peter es todo un caso.—Confirmó Bruce, acariciando y acomodando a la vez el pequeño cabello castaño de su hijo. Bucky sonrió con cierta ternura al ver esa hermosa escena.
Quien diría que el mujeriego de Tony Stark se casaría y tendría un hijo. Nadie lo hubiese dado por hecho (bueno, salvo Natasha que ganó la apuesta), de no ser porque el Doctor Bruce Banner llegó para cambiar su vida. Y ahora mírenlos, tres años después, casados, con dos hijos creados a modo artificial y un pequeño bebé. Nada mejor se les podía desear a ambos.
—Chicos será mejor que se apresuren a salir. Nat está doblando la esquina. —Aviso Clint, asomando solo la cabeza por la puerta que daba al jardín. Y ahí fue cuando Bucky se dio cuenta que no había nada dentro de la casa. Y como si Tony hubiese leído su mente, se apresuró a explicar:
—Nada cabía aquí, así que tuve que improvisar —se defendió arrebatándole a Bruce al pequeño Peter y saliendo de la casa apresurado.
—¿Cómo es que lo aguantas? —le pregunto a Bruce cuando este se puso a su lado.
—El amor hace maravillas, James. —Le palmó el hombro y salió de la casa.
Volvió a soltar otro suspiro y se preguntó: ¿por qué nada salía como él quería? Pero al salir al jardín debía dar crédito a que Stark se había lucido en todo.
Ya había pasado dos horas desde que Steve había llegado, y tal como había predicho Bucky, agradeció por la sorpresa, por el hecho de que todos estuvieran ahí, y por lo bonito que había quedado todo.
—No se hubiesen molestado en hacer algo tan ostentoso.
Tony había replicado diciendo que así se celebraban las verdaderas fiestas, y nadie se atrevió a decir más. La celebración continuó.
En todo el transcurso del saludo a los invitados, los buenos deseos para la prosperidad y la entrega de regalos, Bucky no había sabido disimular bien su malestar. Y ahí estaba Steve, sentado a su lado analizándolo con la mirada y preguntándole si se encontraba bien cada cinco minutos.
—Solo es dolor de cabeza, Steve. Estoy bien —había dicho luego de beber el champán que se sirvió para el brindis y de salir corriendo directo al baño.
—Nat me ha comentado que estos días haz estado un tanto raro.
—No es nada —replico con cierto nerviosismo. Steve lo noto, y con la mirada le demandaba explicaciones.
Nuevamente suspiro. Ya no sabía qué número de suspiro era ese, así que sin darle muchas vueltas al asunto, le pidió que fueran a su habitación. Apenas cerraron la puerta, Steve lo acorraló en esta, y comenzó a besarle con vehemencia, mientras lo apresaba entre sus brazos.
—Steve —jadeó al sentir los labios de su esposo descender de su barbilla a cuello con cada beso—. Espera un poco. Afuera nos esperan los invitados. Ni podemos hacer esto —susurro al sentir como el saco que traía puesto caía al piso y los botones de su camisa eran abiertos.
—No lo notarán. Sam se encargará de la distracción —dijo bajito, cerca a su piel causándole un leve escalofrío—. Además, extrañe tenerte entre mis brazos, Buck. —Y volvió a besarlo mientras lo guiaba hacia la cama.
—S-Steve. Sabes... sabes lo ruidoso que soy. Lo notarán —suplicó entre jadeos, y más al sentir como los labios de Steve descendías sobre su pecho, y su pantalón era arrojado al piso.
—No te preocupes. Nunca te escucharán —garantizo alejándose un poco de Bucky y comenzándose a desvestir.
—¿Cómo puedes estar tan seguro? —Intento regularizar su respiración, y apreciando el fornido cuerpo de su esposo.
—Ya te lo dije, amor: Sam se encargará de la distracción. —Y volvió a besarlo apasionadamente, siendo correspondido con la misma intensidad, comenzando a abrazarse de brazos y piernas al cuerpo de Steve. Mientras se comenzó a escuchar por toda la casa All out of love a fuerte volumen. Y no supo muy bien si a eso se refería el rubio al decir que Sam tenía un plan de distracción. Pero tampoco le intereso, y más al sentir el roce de la erección de su esposo sobre la suya.
No supo cuántas canciones entre románticas y tristes sonaron a lo largo de la tarde. Y tampoco llegaba a entender porque Sam elegiría ese género en especial. ¿Acaso estaba pasando por un mal de amor? Luego lo averiguaría. Por el momento estaba muy a gusto recibiendo los cálidos besos de Steve, mientras lo embestía con lentitud. Soltó otro gemido, pero este fue opacado con la aguda voz del vocalista de AC/DC. Al parecer ahora era Tony quien tenía el control de lo que se escucharía en la fiesta.
—Me preguntaba cuánto tardaría Tony en sacar a Sam del reproductor —dijo muy cerca de su oído, comenzando a embestirlo más rápido.
—Se tardó demasiado esta vez —intento reír, su risa fue opacada con otro gemido.
—De la misma forma me pregunto cuánto tardarás en decirme que es lo que te pasa —mencionó, causándole cierto nerviosismo.
—No pasa nada —musitó desviando la mirada. Steve detuvo el movimiento de sus caderas y le quedó mirando.
—Te conozco, Bucky. Se que me ocultas algo. —Comenzó a embestirlo nuevamente—. Y no solo lo digo por el cambio de tu comportamiento, sino también por el de tu salud —el castaño se aferró con fuerza a él y comenzó a gemir más alto—. Lo curioso es que aún no se deducir a qué se deba eso — dijo comenzando a mordisquear levemente su lóbulo izquierdo, mientras hacía más profundas las penetraciones.
—Yo... —articulo como pudo, entre tanto ajetreo—. Yo estoy...
—¿Si? —Steve comenzó a masturbarlo, sintiendo que el climax estaba cerca. El castaño negó, su respiración se agitaba cada vez más y no podía articular palabras coherentes. —¿Si? —volvió a preguntar acelerando sus movimientos. Y en un grito desesperado por terminar esa pequeña tortura, Bucky anunció:
—¡Estoy esperando un bebé!
Solo se escuchaba Thunderstruck en todo el sitio, y Steve observaba con asombro a un Bucky sonrojado tratando de regularizar su respiración.
—¿Qué? —indago con cierto entusiasmo en la voz.
—Vamos a tener un bebé, Steve —dijo con alegría. Comenzando a derramar lágrimas con una enorme sonrisa en el rostro. Steve no supo en qué momento comenzó a llorar, pero lo que sí supo es que en ese momento iba a comenzar otra hermosa etapa de su vida junto a Bucky.
Odiaba a Nicky Fury por mandarlo a él a esa misión, odiaba a los agentes de Hydra que justo en esas fechas se les ocurría desplazar su operación al norte de Hamburgo, y se odió mucho más por confundir los días. Hace como 6 horas Bucky le había llamado justo cuando estaba en plena batalla para decirle que el bebé estaba en camino. Luego hablo con Natasha y Tony que se estaban haciendo cargo de toda la situación. Pero ese no era el punto. Él debía estar ahí para James, para darle la bienvenida a su bebé. Sin embargo el destino no lo quiso así.
Ya se encontraba de regreso en la cuidad, y lo único que quería saber era el estado de su esposo. Llamo a Tony, Natasha o alguno de los otros vengadores que sabía se encontraban en el hospital: nadie contestó. Fue al décimo quinto intento que Natasha dio señales de vida:
—Es una niña —gritó con emoción mientras de fondo se escuchaba el llorar de la bebe—. No te preocupes, Steve. Lo tengo todo grabado. —Confirmó la agente para luego sin más colgarle la llamada. Ni siquiera le había dejado preguntar por el estado de su esposo o por la bebe; al menos sabía que ella estaba bien, y ¿Bucky?. Luego hablaría seriamente de ese comportamiento con la pelirroja.
Apenas el quinjet piso tierra salió disparado hacia el hospital donde sabía estaban su esposo y su hija recién nacida. Al llegar al lugar Sam lo guió a la habitación donde lo esperaba su familia, y apenas cruzó la puerta, se deslumbró con la bonita imagen de Bucky cargando un pequeño bulto envuelto en una manta amarilla.
—Hola Steve. Dile hola a papá, pequeña.
Steve se acercó a paso lento, y apenas estuvo al lado del castaño, este le acercó a la bebé para que la cargara. El capitán con cierto temor y cuidado la sostuvo, y al fin pudo apreciar a la hermosa y sana bebé que habían hecho juntos. Con el cabello rubio como el de él y esperaba que cuando abriera los ojos estos reflejaran los mismos que los de James.
—Steve, dile hola a Carol. —Y cómo si la bebé hubiese entendido que la nombraban, abrió los ojos dejando ver dos hermosas gotas de agua cristalizadas, muy parecidas a las de Bucky, que lo miraban con curiosidad.
—Hola Carol, bienvenida a la familia Rogers Barnes — dijo dándole un beso en la frente, el cual fue inmortalizado por la foto que tomo Tony al ingresar por accidente a la habitación.
Ya habían pasado tres años, y su pequeña Carol los seguía sorprendiendo cada vez más. Al nacer de dos padres alterados por el suero del súper soldado, ella había mutado sus habilidades a una escala mucho mayor. Que con apenas dos años fue capaz de destruir el complejo de los vengadores a causa de que Peter y Cassie la habían estado fastidiando. Luego de eso casi mata a Peter, cuando le lanzó una enorme roca, el día que se fueron de paseo con la familia Stark. Pero al menos a causa de eso Tony y Bruce descubrieron que su hijo poseía poderes de araña.
Tony le tenía mucho que explicar a Bruce de ha qué lugares del complejo había dejado ingresar a Peter a jugar.
Después del incidente ambos decidieron que ya era hora de enseñarle a su hija a controlar sus poderes. Y con sus tres cortos años de vida ya sabía controlarlos bastante bien.
Y ahí estaban, en aquel día de campo organizado por Bruce. Los niños correteando por todos lados, siguiendo las figuras luminosas que eran creadas por Wanda y Loki, para que estos jugaran. Siendo supervisados por Sam, que fue obligado por Steve a que asistiera ese día.
Visón y Natasha platicaban sobre que pañal sería mejor para sus bebés. La agente recientemente había dado a luz al pequeño fruto de amor que clandestinamente, y era bien sabido por todos, tenia con Clint.
Wanda y Visión habían sorprendido a todos al aparecerse luego de unas largas vacaciones con unos pequeños gemelos.
Otras de las visitas inesperadas habían sido Thor y Loki, que al fin habían arreglado su eterna pelea familiar, y fruto de la reconciliación el Dios del Engaño estaba en la dulce espera.
¿Qué más se le podría pedir al destino que ese hermoso momento? ¡Ah si! Que Tony quería tener otro bebé, pero Bruce no se decidía del todo; y que nuevamente, como regalo de cumpleaños, Bucky le había anunciado a Steve que tendrían otro hijo.
Nada más feliz que eso.
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He aquí el segundo one-shot con temática m-preg.
Y algunas imagencitas que me sirvieron de inspiración. (Crédito a sus autores).
Algo así me los imagino con su segundo hijo 💗
Notas de autor...
En un principio pensaba hacer la historia omegaverse, pero aún no me siento capaz de escribir ese género. Siento que debo aprender más sobre el tema.
Y para los que se estén preguntando: ¿Qué se fumo esta loca para poner a Carol como hija de Steve y Bucky?
Pues, como todos bien sabemos la pequeña actriz Mckenna Grace le dará vida a Carol Danvers de niña, y cómo también sabemos ella a trabajado con Sebastian y Chris, así que, la idea surgió y ya.
Bueno también ayudo estas fotos que vi y la idea no me pareció tan mala...
También debo aclarar que hacer mención de Stanner, Clintasha, Thorki y Scarletvision (no sé si ese sea el nombre real de la pareja), surgieron de la nada. Pero me sentí bien de al menos mencionarlos en una situación feliz.
Bueno, eso es todo.
Kely fuera.
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