Ay mi pobre Andrea... No sabes la que te espera. Quiero jugar un poco contigo. ¿Te apetece a ti?

Te encuentras mareada, con tu cabeza palpitando como si no hubiese un mañana. Ya sabes, como esas migrañas que a veces te atacan cuando menos lo necesitas. Abres tus ojos, secos y doloridos, y te das cuenta de que no ves absolutamente nada. Parpadeas un par de veces con la esperanza de poder aclarar tu visión, pero no lo consigues. Tranquila, temes la oscuridad, pero no hay nada que temer.

Te percatas entonces de que estás tumbada en una estrecha y fría camilla. Tus manos están atadas y apenas puedes moverte. Entras en pánico. ¿Estás soñando? No, ya quisieras. ¿Es que te han secuestrado? No... mucho mejor...

Te han abducido.

Sí mi querida amiga, los extraterrestres existen y han venido a por ti.

Bueno, a por ti y a por unos cuantos sujetos más.

Pero tranquila, solo eres su conejillo de indias. Si eres lista y eliges el camino correcto, podrás salir de esta.

Voy a ayudarte un poquito. Voy a encender una luz verde que parpadeará de vez en cuando, y de paso, soltaré un poco tus agarres. Por cierto, también te avisaré de que tus hospedadores vendrán a visitarte en muy poco tiempo. Tienes cinco minutos. Cuenta bien tu tiempo.

¿Qué te parece? Para que luego me llames cruel...

Gracias a la luz puedes ver, cada diez segundos, un poco de lo que te rodea. Pasado un minuto ya tienes una imagen mental de tu alrededor. Estás rodeada de maquinaria, instrumental muy extraño,  y vísceras, aunque para suerte tuya, no huelen.

Ahora ya no podré hacer nada más por ti, la decisión es tuya. ¿Qué camino quieres tomar?

✔ Esperas a que vengan los alienígenas a verte. (Decisión 10)

✔Intentas escapar del agarre. (Decisión 9)