Corréis hacia la salida del cuarto, ni siquiera miráis atrás. Había otro largo pasillo. Era eterno. La duda asaltaba tu mente. ¿Y si aparecía otro alien?

Bueno, era muy probable, pero lo mejor era seguir.

-Oye... gracias por ayudarme -dijo el chico de pronto-. Yo... no recuerdo cómo llegué aquí. Estaba en una expo de Naruro y... Bueno... no sé. Lo siguiente que recuerdo es estar tendido en una camilla casi a oscuras y luego... caíste del cielo.

Tras aquella breve explicación, te sentiste algo más tranquila. Vamos, le gustaba Madara. Tenía que ser un buen tipo. ¿No?

Llegasteis a una gran sala blanca cuando pensabais que estabais perdidos. En cuanto entrasteis se cerró una puerta detrás de vosotros.

Tranquilidad, que no cunda el pánico. Podeis salir.

Pero no será fácil.

-¡Mira! -El chico apuntó con su mano a la puerta que había en el otro extremo. Encima de ella había unos extraños dibujos-. ¿Qué significarán?

Como si la propia sala le hubiera escuchado, una mesa se alzó en el centro de la misma. Ahora lo entendías todo.

Teniendo en cuenta que había una gota dibujada encima de la puerta, y un símbolo más junto a un cubo, pensaste que había que llenar el recipiente que formaba parte de la mesa con medio litro de algún líquido.

Quizá por ello había un cuchillo en la mesa.

En cuanto le explicaste tus suposiciones al chico, se quedó congelado. Ninguno de los dos teníais ni pizca de ganas de orinar, y a escupitajos no llenaríais ni una cuarta parte, porque siendo sinceros, el alien estaría al caer.

-E-Esta bien... Yo me haré un cortecito en el brazo... Si quieres puedes hacerlo tú también y será menos riesgoso...

He aquí tu decisión. ¿Ayudarías al pobre chico?

✔ Pues claro que no, mejor que sufra uno a que lo hagan dos. (Decision 28)

✔ Sí, entre los dos lo lograremos y así no será tan arriesgado. (Decision 24)

✔ No, no, no. Aquí nadie se corta nada, debe de haber otra forma de salir. (Decisión 25)