Corres y corres por el pasillo. No quieres mirar atrás, no quieres saber si te persiguen o no. Sientes tus pulmones arder. No estás acostumbrada a correr, para nada.

¿Cuánto hace que no corres durante 4 minutos seguidos?

Demasiado tiempo. Te cansas y frenas tu paso, pero cuando miras atrás, no ves nada. Te sientes aliviada, pero deja que te dé un consejo. No te fíes.

Caminas por el interminable camino, hasta que, cuando piensas que aquello no tiene fin, ves una gran sala. Te adentras en ella tras confirmar que no había allí ningún calamar.

Sin embargo, había dos jaulas blancas. Dentro de ellas, dos personas te observaba con los ojos abiertos de par en par. Incluso parecía que se les saldrían del globo ocular.

—¿Quién eres? —cuestionó la mujer. Su voz parecía decirte que estaba muy borracha.

—Calla, no hables con ella, quizá sea un alien disfrazado de humano —habló esta vez el hombre.

Te acercaste a ellos y los miraste con curiosidad de arriba a abajo. Tenían un camisón blanco, sucio y desgastado.

No te dijeron nada más. Continuaste mirando la sala y viste un panel de control. En él,  había un círculo y una cruz.

—Da-Dale al botón. Así nos libe-liberarás.

Miraste de reojo a la mujer borracha, quien había dicho tales palabras.

—No, no la hagas caso, ni siquiera sabemos para qué son esos botones —agregó el hombre.

—Sí. Cuando te llevaron a mear apretaron el botón con forma de círculo.

—¿Pero qué dices? Nunca me han llevado al baño.

La mujer sacó la lengua al otro encarcelado.

¿A quién harás caso Andrea? 

✔Aprietas el botón con forma de círculo (Decisión 12)

✔Aprietas el botón con forma de X (Decisión 16)

✔ No aprietas ningún botón y sigues investigando por la sala. (Decisión 13)