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– ¿Como te sientes en este gran día? —(Preguntó la joven de ojos grandes)— Tienes los ojos muy rojos, ya has llorado mucho en la boda ¿No crees? Ya no llores más –

– No puedo evitarlo Dolores, me siento tan feliz por este maravilloso día lleno de alegría  —(Sonreí mientras limpiaba varias lágrimas de mi cara)— Solo no puedo evitarlo –

La joven solo sonrió asintiendo la cabeza alejándose acercándose a su hermano que estaba riendo con otros invitados.

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Paso un año de amistad con Camilo, al principio el siempre me esperaba en la plaza con una sonrisa mientras solo me decía «Ya llegaste, te estaba esperando» ver su sonrisa en ese momento fue lo único que me hizo volar pero no podía decir nada, soy la cara de mi familia, mamá está enferma y debo cuidar de mi hermana, así que no podré quererte, solo amistad tener.

Me encontraba en mi casa haciendo ofició mientras Camilo se encontraba sentado mirándose en el espejo cambiando de forma constantemente.