/Narra Garu/

No recuerdo nada, no se lo que es lo que pasó después de la cena en el restaurante.

Solo, recuerdo haber ido a casa de Ching junto a los chicos para tomar un poco de alcohol y pasar un rato.

Pero no recuerdo que paso después, y lo más frustrante...

Es que no pude decirle la verdad a Pucca. No pude invitarla a una cita de verdad, no pude...agh!!

Solo, no pude.

~flashback~

Como era de esperarse, los tres famosos chefs de la aldea de Sooga habían planeado hacer una cena, en compañía de todos sus vecinos, con la intención de darle la bienvenida al nuevo año.

Y como era de costumbre, Pucca continuaba persiguiendo al típico chico que le gustaba, solo que ahora, él no hacía nada por hacerla a un lado.
Cuando corría abrazarlo, él no hacía nada por quitársela de encima, cuando le daba un beso en sus mejillas, él no hacía la típica reacción de limpiarse, sin embargo, pudo ver que más de una vez se sonrojo. Incluso, disfruto el comer a su lado junto a sus amigos.

La hora llegó, todos levantaron sus copas, gritando de emoción, los fuegos artificiales que explotaban en el aire hicieron que la gente se emocionara aún más.

Algunos de ellos se dieron un abrazo, festejando esta noche y deseando lo mejor.

Después de un rato, los cuatro chicos se dirigieron a casa de Ching, donde podrían ver mejor los fuegos artificiales y pasar un rato entre amigos.

El problema era que Abyo, fue quien llevó algunas botellas de alcohol.
Una botella tras otra, los juegos no paraban y las risas seguían, hasta que todos cayeron dormidos.

~fin de flashback~

No recuerdo que paso, solo se que esta mañana tuve un fuerte dolor de cabeza por beber tanto.

Y lo peor, es que Pucca esta muy distante de mi. Talvez hice el ridículo anoche, o quizá dije algo que no debía.

/Fin de narración/

Garu se encontraba de camino a su casa, mirando únicamente como sus pies pasaban por aquel camino de tierra.
Para cuando estaba a solo unos metros de su puerta, pudo ver que en los escalones estaba esperándolo Pucca.

Sin esperar más, camino hasta estar frente de ella. En cambio, Pucca bajó hasta el primer escalón, para poder estar a la altura de Garu. Ya que había una diferencia de centímetros entre ellos.

-Pucca, ¿Que haces aquí?.

-tu me lo pediste.

-¿Que?.

Ahora si estaba confundido, no sabía en qué momento o en que estado se lo dijo.
Al parecer ella se dio cuenta, dándose la tarea de explicarle.

-bueno, es lo poco que recuerdo, me habías dicho que, querías decirme algo.

No tenía palabras, por primera vez en su vida, estaba nervioso. Su cuerpo comenzó a tener un extraño cosquilleo, y sus manos comenzaron a temblar.

-cierra los ojos.

Con algo de duda, hizo lo que le pidió.
Al principio creía que se trataría de un regalo, talvez quería hacerlo sorpresa.
Pero fue más su sorpresa, al sentir en la orilla de sus labios; justo donde estos terminaban. Una sensación cálida y suave. Le estaba dando un beso.
Eso fue lo suficiente para que su corazón se acelerara, tal y como lo hacía cada vez que lo veía.

Con cuidado, deslizó sus manos hasta estar sobre los hombros de Garu y paso a rozar sus labios con los de él.
Sin separarse, sintió como su cintura era rodeada por sus fuertes brazos, haciendo que se acercara aún más a su cuerpo, apresando aquel roce, en un verdadero beso.

Sin tener que deshacer el abrazo, ambos solo se separaron uniendo solo sus frentes, a la espera de que alguien dijera algo.

-me gustas.

Dijo el chico, casi en susurro. Como si tuviese miedo de que alguien lo escuchara, alguien que no fuese Pucca.
Ella sin embargo, no dijo nada. Sabia lo tímido que era para estas cosas, así que lo único que hizo fue darle otro beso, demostrándole lo mismo.