10
Decidimos volver a mi casa. En todo el camino no habíamos vuelto a hablar, necesitaba un tiempo para poder pensar en las cosas que había acabado de escuchar.
Necesitaba poder organizar las ideas y hacerle entender a mi cerebro que todo esto era real y no cualquier sueño. Era verdad, todo lo que él me había dicho era verdad, estaba segura. Mis sentimientos me decían que debía y podía confiar en él.
Como en el principio y desde el principio. Mis sentimientos son los que me han echo reaccionar ante todo lo que me estaba sucediendo.
El taxi se detuvo y me bajé, cerrando la puerta detrás de mi y por primera vez en todo el trayecto, miré a Jin a los ojos. Estaba parado al otro lado de la calle, con sus manos en los bolsillos y mirándome con una media sonrisa. Yo lo observé, de pies a cabeza, y volví a sentir esa opresión en mi pecho. Deseaba tanto poder recordar lo que había pasados entre nosotros, se que es imposible, que no puedo recordar algo que especialmente no pasó, porque todo había vuelto hacia atrás y en realidad, nada entre nosotros había sucedido aún. Solo él recordaba todo, solo él tenia la noción de un recuerdo que ni siquiera sé si lo puedo llamar así.
- Puedes entrar... - habló al fin - Creo que es mejor que te quedes sola, así podrás pensar en todo lo que pasó hoy.
Sus palabras sonaron tan suaves y por un segundo pensé en tomarle la palabra. Estaba tan cansada, física y mentalmente que en verdad me haría mucha falta quedarme sola. Pero no, no iba a dejar a Jin. Ni siquiera tiene adónde ir.
- No hace falta - mis palabras salieron sin fuerza, casi en un susurro. Él volvió a mirarme con esos hermosos ojos comprensibles y apreté mis puños, necesitaba ser fuerte en este momento - De verdad, puedes quedarte en casa. No tengo ningún problema en ello, creo que si es así me sentiré mucho mejor.
- Está bien, pero solo quiero que sepas que estoy aquí para ayudarte - dió unos pasos y se detuvo frente a mi, tomando mis manos entre las de él - Si por alguna razón, sientes que mi presencia te hace daño, por favor, solo dímelo. Lo entenderé.
Asentí con una sonrisa más segura dibujada en mi rostro. Y al sentir mis manos liberadas me dispuse a caminar hacia la casa.
- Me voy directo a dormir, estoy muy cansada - avisé y me fui a mi cuarto dando rápidos y largos pasos.
Al fin llegué y cerré la puerta. Mi respiración estaba algo agitada, me resbalé por la puerta y quedé sentada en el suelo, con la espalda pegada a la madera y las manos en mi cabeza.
Respira, solo respira. Intentaba calmarme. Todo esto me había dejado un poco asfixiada, quería hacerme la fuerte delante de Jin, pero eso no cambia que sienta miedo.
Esto es tan raro, ¿que voy a hacer ahora?
Jin, mi novio. Vivíamos juntos ¿Juntos? ¿¡Juntos!? Que no, que en fin eso ni a sucedido, lo cual no significa que pase o también significa que no pueda pasar.
¡Ah, que me voy a volver loca!
(...)
Desperté en la mañana con un poco de dolor de cabeza.
Me miré al espejo con el ceño fruncido. Estaba echa un asco, mi cabello estaba todo enredado, mis ojos hinchados y parte de mi boca estaba blanca, se me había salido la baba mientras dormía.
Después de darme una ducha y arreglarme bajé con la sonrisa más realista que pude simular frente al espejo.
- Buenos días... - llegué a la cocina donde se encontraba Jin y mi amigo TaeHyung - ¿Que haces aquí a esta hora? ¿No tendrías que estar de camino hacia nuestro trabajo? Y, ¿que es esa bolsa que traes contigo?
- Primero dejame responder a la primera pregunta y después a las demás, que no soy mago - alzó sus cejas - Estoy aquí para darle esto a nuestro raro amigo.
Mira quién habla de raro.
Alzó la bolsa y me crucé de brazos sin entender.
- Me a traído ropa nueva - dijo Jin, ahora si me había quedado helada.
TaeHyung, el mismo Tae de siempre, le había traído ropa a SeokJin. No, aquí hay algo que no me cuadra.
- Y - alargó - Hoy tenemos todos el día libre en el trabajo y la última pregunta viene respondiendo la primera así que no hay necesidad de repetirla.
- Ajá - asentí con la cabeza - Y, ¿por qué la amabilidad de traer ropa? ¿Que quieres Tae?
- Pero por dios, que no se puede hacer una buena acción. Que nadie te agradece nada - ironizó fingiendo indignación.
- Que te conozco Tae - lo miré seria y él hizo lo mismo. Hasta que se dió por vencido y habló.
- Está bien, necesito un favor y además quería que se quitara mi ropa - miró a Jin de arriba a abajo - Que no te queda bien.
Jin se miró también. Sin entender por qué Tae decía que no le quedaba bien, en realidad si le queda bien, pero para Tae su ropa solo es para él y toda su tontería.
Suspire.
- ¿Que pasó?
- Hoy habrá una fiesta - comenzó a explicar y ya sabía por donde iba - Ya sabes, irá Yuri, sus amigas y toda la gente que le dé por ir a la fiesta.
- Y quieres que vaya contigo para darle celos a Yuri
- Exacto.
- ¡No!
Los dos miramos a Jin perplejos quien había soltado un rotundo "No" el cual resonó en toda la casa.
- Digo - aclaró su garganta - Que esa no es manera de tratar a la chica que te gusta. Si quieres salir con ella tratala bien, no tienes que darle celos ¡Estamos en pleno sigo XXI! - chasqueo sus dedos - Yo tengo algunas ideas, puedo ayudarte, si quieres.
Tae se había quedado mirando a Jin como si fuera un extraterrestre. Luego me miró y se acercó a mi.
- Que raro es - negó - Y bien, ¿me ayudas?
Su pregunta me había hecho dudar. En cualquier otro momento habría dicho Si o simplemente si no quería diría No. Pero ahora en lo que pensaba era en Jin y su expresión.
¿Que debería hacer?
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