08
No. Eso no puede ser posible ¿Cómo es que no pudieron encontrar a Kim SeokJin? ¿Siquiera es posible que no haya nada de él?
¿Tienes siquiera la noción de que es como si no existiera?
Claro que sí, pero aún así. Él está allí, sentado, respirando. Estoy segura de que debe haber una explicación para todo esto. Algo debe de haber pasado para que no haya rastro de su nombre o pasado.
— ¿Pasa algo? — lo escuché hablar detrás de mí y me giré hacia él. Viéndolo directamente a los ojos.
¿Quién eres? ¿Hasta cuando vas a seguir haciéndome esto? Aunque sea por favor, sé sincero esta vez, porque no te daré otra oportunidad.
— Estoy bien — respondí sonriendo, guardé mi celular en mi bolsa y volví a mirarlo. Su rostro parecía preocupado. Como si supiera lo que yo estaba pensando — Vámonos, tenemos que hablar.
Dije y comencé a caminar. Durante el camino me la pasé en silencio, decidida a descubrir de una vez por todas el pasado de SeokJin y qué tenía eso que ver conmigo. Deseando que fuera una estupidez, tal vez algo que ni siquiera tiene sentido. Porque me dolería mucho darme cuenta de que en realidad, Jin no pasaba de ser un mentiroso acosador. Porque a decir verdad, en este último tiempo, he llegado a tener sentimientos por él.
— Sientate — le indiqué al llegar a un parque que se encontraba cerca del centro, dónde lo veía todos los días.
Él se sentó mirándome sin alejar su vista de mi un segundo. Suspiré y me senté a su lado, mirando hacía el suelo.
— Quieres saber quien soy, ¿verdad? — su voz se sintió rota, lo cual hizo que lo mirara y al ver una lágrima correr por su mejilla sentí como mi corazón se estremecía — Está bien, te lo diré. Pero antes por favor, quiero pedirte que no te vayas sin oírme completamente.
— Lo prometo, prometo oírte hasta el final, ni siquiera hablaré. Así qué, por favor, dime de una vez, ¿quién eres tú? — sentí mi corazón palpitar fuertemente.
— ¿Crees en la línea de tiempo? ¿En que el pasado, presente y futuro están conectados? Y qué, todo lo que pasa es porque era lo que estaba destinado — miró hacia el cielo y luego fijó sus oscuros ojos en los míos — ¿Crees que todo eso es verdad?
Su pregunta me dejó pensando. En verdad no sabía que responder. Mi cerebro no hacía más que pensar en qué tenía eso que ver con quién era él o que estaba haciendo a mi lado.
— No lo sé — respondí en un hilo de voz — Dejé de creer en historias desde pequeña — una lágrima salió de mis ojos.
Era verdad, hacía mucho tiempo que había dejado de creer tontamente en las historias y sus finales felices. Porque la mía no era una de esas historias, mi madre murió cuando era pequeña, dejándome sola con un padre que nunca podía estar junto a mi. Y así he vivido toda mi vida. Sola.
— Pues yo tampoco, creo que por eso me tocó vivir algo así — se levantó y se paró frente a mi — Me metí con el destino, por así decirlo — rió angustiado — No permití que siguiera su curso como así estaba destinado ser — hizo una pausa — Por esa persona, por su bien. Porque la quiero tanto que fui y soy capaz de todo. Hasta de cambiar el transcurso del destino.
Alcé mi rostro para mirarlo. Y noté que me sonreía nuevamente con sus ojos llenos de lágrimas. Me tomó por los hombros y me levantó atrayéndome hacia él. Quedé rodeada completamente por un cálido abrazo, mi rostro quedó en su pecho mientras él acariciaba mi cabello.
— Todo eso... tiene que ver conmigo, ¿verdad? — pregunté mientras nos separábamos — ¿Todo es mi culpa?
No dijo nada, solo bajó la cabeza en silencio.
— Entonces, ¿eres real? — todo mi cuerpo tembló al terminar la pregunta. Iba a creerlo, cualquier cosas que me dijera yo iba a creerlo. Porque mis sentimientos eran demasiado extraños, las cosas que estaban pasando también eran demasiado inexplicables, así qué, en este momento creo que todo puede ser real.
— Lo soy — tomó mi mano y la colocó en su pecho. Podía sentir su corazón palpitar como loco — O lo soy ahora, soy real, solo que, ¿como explicarlo? — llevó su mano a su cabeza — Fui real en un futuro pero después elegí borrarlo y volver hacía un pasado en donde yo aún no existía.
— ¿Por qué?
— Por la persona que amo.
— ¿Quién... quién es esa persona?
— Tú.
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