Corrí trás él y cuando estuve lo suficientemente cerca lo llamé. Estaba preocupada por ese chico, ayer se había pasado toda la noche fuera de mi casa, lo que me hizo pensar que tal vez no tenía una.

— ¿Tienes familia? — pregunté y él negó con la cabeza y ojos tristes — ¿Por lo menos tienes una casa? — volvió a negar y suspire — Está bien, ven conmigo.

Me di la vuelta y él me siguió en silencio, no sé qué voy a hacer pero esto tiene que parar, ¿por qué me siento así? Siento como si debiera ayudarlo, cuidarlo, por dios una persona que acabo de conocer, es qué, ni siquiera lo conozco.

Llegué a mi trabajo nuevamente y me dirigí hacía la oficina de TaeHyung.

— Necesito un favor — dije al estar frente a él.

— ¿Que favor? — me miró con las cejas levantas.

— Puedes entrar — le indiqué a Jin que podía entrar. De todas maneras íbamos a hablar de él — ¿Crees que se pueda quedar un tiempo contigo, en tu casa?

— ¿Es en serio? — frunció el ceño y yo asentí — ¿Estás loca? ¿Por qué dejaría que tu desconocido novio se quede en mi casa? Además si son novios no entiendo por qué no se pude quedar contigo, digo ya no tienes dieciséis como para eso. Y agregando, puede ser un maldito loco asesino.

—¡Tae ya callate! Y no es mi novio, ¿se puede o no se puede quedar en tu casa?

— ¿Tengo opción? — lo miré molesta.

(...)

— Listo, aquí es — le dije a Jin mientras abría la puerta del departamento de Tae. Hacía mucho tiempo que no estaba aquí, desde la primera vez que llegué y ví a mi mejor amigo en la cama con una chica, me dije a mí misma que no iría a un lugar sin ser invitada antes.

Abrí las ventanas para que la luz del día entrara un poco. Acomodé el sofá que estaba de lado y luego me dirigí a la habitación que estaba vacía.

— ¿Aquí vive tu amigo? — habló por primera vez en un largo rato. La verdad me estaba pareciendo muy incómodo su silencio así que cuando habló sentí un alivio tremendo.

— Sí — me giré hacia él y pude ver que su rostro estaba confuso — No te preocupes, es un buen chico, algo desordenado pero no mucho, además que es muy entretenido, no te aburrirás.

— ¿No puedo vivir contigo? — me miró con ojos adorables — No me gusta este lugar.

— Ese es tu problema, yo solo te estoy ayudando. Ni siquiera debería hacerlo pero como algo en mi no anda bien últimamente, lo estoy haciendo — me acerqué a la puerta — Solo no causes problemas.

Me acerqué a la puerta y me quedé cerca de ella pensando, me volteé hacia él y lo miré, más bien miré su ropa. Si no me equivocaba llevaba la misma ropa de todos los días y, cuando digo todos los días, son todos.

— Tampoco tienes ropa — dije, porque era demasiado obvio como para preguntarlo — Ven, vamos haber que le robamos al loco.

— No me gusta — bufó cuando le enseñé una fea camisa de Tae, pero qué hacer, este es el estilo que le gusta — ¿No hay algo más no sé, menos grande y raro? — alzó sus cejas señalando el armario.

— ¡No! — grité — Y ya me voy, elije tú mismo lo que te quieras poner, cuando venga Tae le dices que yo te mandé, es capaz de matarte por usar su ropa.

Salí de allí apresurada, ya me estaba volviendo loca. Y yo pensé que era tímido, se ha vuelo demasiado preguntón y exigente. Vaya, le estoy dando una casa y ropa y aun así me dice que no le gusta. ¿Quién se cree que es?

(...)

Ya me había duchado y me iba a acostar pero mi celular comenzó a sonar desde abajo ¿Quién podría ser a esta hora?
Bajé las escaleras con calma y cuando lo encontré tenía varias llamadas de Tae. Le iba a marcar pero el volvió a llamar, contesté.

— ¿Que pasó?

— Ese tal Jin... ¿está contigo? — su voz sonó preocupada, nunca había escuchado la voz de preocupación de Tae.

— ¿Que has hecho Kim TaeHyung? ¿Dónde está Jin? — pregunté entre preocupada, molesta y nerviosa.

— Eso me pregunto yo, estaba sentado ahora mismo en él sofá con su cara de tonto y vestido con mi ropa ¿¡Que hacía él con mi ropa!? Después fui al baño un momento y cuando volví ya había desaparecido — explicó mientras yo trataba de buscar alguna solución.

¿Adónde podría haber ido a esta horas de la noche? Colgué el celular con Tae aún hablando y subí para cambiarme de ropa. Estoy en problemas, ¿como se me ocurre dejarlo con Tae? Creo que ese chico tiene algún problema metal y en vez de llevarlo a la policía para que encuentren a su familia lo dejo con TaeHyung, nada mas y nada menos que con TaeHyung. Si le pasa algo seguramente iré a la cárcel. Después de estar lista abrí la puerta y mi corazón volvió a palpitar tranquilo, él estaba aquí frente a mi.

— No puedo quedarme lejos de ti — susurró — ¿Puedo quedarme contigo?

Me quedé en mi lugar estática ante él ¿De dónde había salido? ¿Por qué se empeña en estar junto a mi? ¿Que tengo yo que ver con él? Suspiré cansada de pensar y entré nuevamente a casa seguida de él. Ahora a diferencia de todo este tiempo en su rostro había dibujada una sonrisa.

— Te puedes quedar, está bien — abrí el refri y tomé una botella de agua y me la bebí completa — Pero solo un tiempo.

Solo necesito un tiempo para saber quién eres, para hacerte entender que estás equivocado, que no soy la persona que buscas o al menos para demostrar que hay algo mal en tí.

— ¿Lo encontraste? — Tae casi me gritó al responder la llamada.

— Sí, no tienes que preocuparte, él se quedará aquí — hablé sin agregar nada más.

— No le pasó nada, ¿verdad?

— ¿Hablas de él o de tu ropa?

— Claro que de mi preciosa camisa y mi pantalón — se alteró — Mañana que me lo devuelva — dijo y colgó.