Una explosión se había oído, y el Hitman fue el que salió a averiguar qué es lo que sucedía... el polvo que se había causado debido a la explosión no dejaba ver que es lo que había allí, pero el Sicario haciendo uso de su oido disparo en un intento de atinar a aquel que había interrumpido el interrogatorio.

Repentinamente desde dentro de la nube de polvo se pudo observar como una llama se encendía... la llama de la última voluntad, con suma rapidez esta persona se lanzó al ataque en un intento de dañar al azabache.

Aquel que se encontraba allí frente al Hitman era nada más ni nada menos que Sawada Iemitsu, con una expresión de enojo el Sicario comenzó a contraatacar, siempre le había caído mal ese hombre y el que se notara que intentaba ayudar a Fon aumentaba su enojo aún más.

-¿que demonios haces aquí Iemitsu?- mencionó con enfado el Hitman mientras que disparaba con intención de matar.

-he venido por mi compañero... y en verdad espero que dejes de meterte en mi camino- dijo el rubio lanzando una mirada de muerte.

Golpes y disparos se podían oír, ambos eran fuertes... pero Reborn lo era aún más, de un disparo en la pierna inmovilizo al rubio, y al acercarse disparo a la otra pierna para que no pudiera escapar.

-ahora si... ¿que es lo que haces aquí, y qué relación tienes con Fon?...- dijo fríamente el azabache preparado para disparar en cualquier momento.

-Tal parece que esos engendros que tienes por hijos siguen vivos, así que vine a por Fon ya que necesito que complete bien su trabajo- dijo con veneno en sus palabras el rubio.

-Desgraciado, son tus nietos de los que hablas- el enojo de Reborn había aumentado, y si aún no le metia una bala entre ceja y ceja era porque aún necesitaba preguntarle algunas cosas.

-Esas cosas no son mi nietos, son unos malditos monstruos, al igual que el estúpido de mi hijo... ese dame no debería haber nacido, es simplemente un error- dijo ya enojado, Iemitsu demostraba el odio y asco que sentía... y eso solo enfureció al Hitman.

-El único monstruo aquí eres tu...- un disparo se pudo oír, el azabache había dado un certero dispara acabando con la vida de ese engendro... nadie hablaba mal de su familia y continuaba con vida, esta vez no iba a permitir que nadie lo separara de sus hijos y de su hermoso Tsuna.

Con la frialdad típica en el tomo una de las piernas del ahora muerto y lo arrastró hasta donde se encontraba Fon.

-Aquí tienes a tu amiguito...- dijo con odio en sus palabras el Sicario.

El soldado rubio y el chino lo miraron sorprendidos, al que traía muerto era al jefe del CEDEF y el Hitman se expresaba como si de cualquier otro se tratara.

-Sabes que el que acabas de matar es mi jefe y abuelo de tus hijos- mencionó con incredulidad el rubio, él también había notado lo despreciable que era Iemitsu pero nunca pensó que alguien se atreviera a matarlo.

-Eso de ahí simplemente es basura muerta... y no es abuelo de mis hijos y nunca lo será, alguien que se exprese así de mi familia solo debería morir...- Los ojos de reborn parecen no mostrar señales de vida, casi parecía vacío.

-Eres un maldito monstruo... no mereces que Tsunayoshi este contigo...- mencionó el chino, lo único que podía hacer era sentir odio por ese ser que le había arrebatado todo, si tan solo no existiera, Tsunayoshi sería suyo y podría tener unos hermosos pequeños... y esos asquerosos engendros no existirían.

-No estas en posicion de decir estupideces, es mejor que simplemente respondas antes de que me harte de ti y termines como el estúpido rubio que se encuentra allí muerto... como notaras no soy alguien paciente- La voz del azabache era profunda y se podría decir que causaba terror... Tsuna era el único que podía hacer que ese monstruo se volviera humano.

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Tsuna había despertado y rápidamente se puso en pie para buscar a sus hijos, no sabía con seguridad cuando se había dormido pero necesitaba verlos, y abrazarlos... necesitaba saber que estos se encontraban bien.

Los pequeños al notar el ruido se acercaron a ver qué es lo que sucedía, y sintieron como su madre los abrazaba con fuerza... tal parecía ser que ya había despertado.

-Mis niños, estoy tan feliz de que estén bien... donde se encuentra Reb... digo, su padre- un tono un tanto rojizo se mostró en las mejillas del castaño al decir eso.

No es que todavía aceptara en su totalidad al azabache, pero no había dejado de quererlo... y quería que sus hijos comenzaran a llamar de esa forma al Hitman, no quería que perdieran más años de felicidad por su culpa.

Por otra parte los pequeños más que estar felices se sentían enojados, ya que su madre se había sonrojado por ese Hitman... osea si era su padre, pero de todas formas aún no aceptaba que su madre quisiera a algún hombre, los niños habían sacado los celos de su padre. 

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Bueno y eso fue todo por ahora, después de casi 500 años eh vuelto a publicar algo, se que es corto pero por fin me prestaron una computadora y quise escribir algo.

Perdon por la tardanza y mil gracias por los votos, comentarios y lecturas.

Bye~   >w<

Nadii1827