Cap. 1
Llevo tiempo intentado razonar el porqué, el porqué de todo aquello que sucede... ¿Por qué tenemos que sentir?, ¿Por qué hacerlo nos daña?, ¿Por qué es tan difícil el día a día pasar ocultando gran parte de lo que sentimos?, ¿Por qué nos preguntamos cosas?... ¿Por qué?
Mi nombre es Sawada Tsunayoshi, tengo 23 años y dos hijos, los tres vivimos en Estados Unidos, y mi historia es un tanto difícil de contar.
Todo esto comenzó el día en que conocí a Reborn, el simplemente se presentó en mi casa diciendo que me iba a volver un jefe de la mafia italiana, yo como toda persona no le creí, pero no hizo falta mucho esfuerzo para notar que no mentía... el comenzó a entrenarme y por sobre todo a torturarme, con el tiempo llegue a tomarle un poco de cariño a pesar de ser como es... mi peor error.
Un tiempo después de haberme declarado el decidió aceptar, y comenzamos a salir... todo iba bien realmente eran los momentos más felices de mi vida, fue así... hasta que me entere de que todo esto era una farsa, un día había ido a buscarlo por sorpresa, para ello debí de ocultar mi presencia como él me había enseñado hacía ya un tiempo, una vez estuve a punto de ir a darle la sorpresa simplemente me quede atónito frente a la puerta, al acercarme a la puerta escuche la voz de Colonello.
-¿Por cuánto más planeas seguir con esta farsa?... debes de estar consiente que esto lo va a dañar mucho- El tono de voz del soldado denotaba un poco de preocupación por el tema del que hablaban.
-seguiré el tiempo que tenga que seguir, hasta que no acepte el puesto de decimo Vongola, no puedo dejarlo... no importa si eso lo daña- Se escuchó decir al Hitman con una voz fría y sin sentimientos.
Tsuna al escuchar eso se alejó sin hacer ruido alguno saliendo de allí, y una vez lejos por fin libero todo lo que sentía, lloro como nunca antes lo había hecho... camino hasta la casa que compartía con Reborn, y tomo el dinero que tenía guardado y sus documentos, visa y pasaporte... tomo unas pocas ropas y las guardo en una mochila para salir lo más rápido posible de allí.
Se apresuró para dirigirse al aeropuerto y tomar el primer vuelo a donde sea, por suerte había aprendido casi todos los idiomas del mundo, así que ello no le preocupaba... el vuelo se dirigía a Alemania, no le pareció mal... en realidad cualquier lugar estaba bien para él.
El tiempo fue pasando y él viajaba de un lugar a otro ocultándose de los Vongola que por obvias razones lo buscaban, había sido ya un tiempo desde que había devuelto el anillo junto con una carta que explicaba que rechazaba el puesto de decimo.
En ese tiempo, Tsuna fue notando como algo raro le estaba sucediendo, en los últimos meses había tenido nauseas, dolores de cabeza, mareos, antojos de comer cosas raras, era bastante raro... un día no aguanto más y decidió ir al hospital para que lo revisen, allí se encontró con un doctor que le comento que si él sabía que era un doncel... Tsuna obviamente respondió que no, y que era la primera vez que escuchaba esa palabra. Así es como el doctor comenzó a explicarle que estos eran hombres con la capacidad de concebir vida en su vientre, el cual claramente tenían... así es como a continuación le explico que él era un doncel y que llevaba cuatro meses y medio de embarazo, le explico que debía hacerse una ecografía para ver el estado de su bebe. Durante el examen el doctor se llevó una sorpresa ya que no era uno, sino dos varoncitos.
Antes de irse le explico los cuidados que debía tener y las comidas que harían bien al desarrollo de estos dos pequeños, también le comento que debía hacerse atender una vez al mes para saber el estado del embarazo.
Tsuna no sabía qué hacer, como podía estar embarazado... ¿ahora que iba a hacer?, a partir de ese momento debía tener más cuidado, y tampoco podría viajar tanto, tendría que encontrar un lugar seguro en donde no lo encontrarían, el castaño tomo una dura decisión, llamo a Enma, Byakuran y a Yuni para pedir por ayuda, estos lo ayudaron a buscar un lugar en donde Vongola no lo encontraría, y también entorpecieron la búsqueda sin levantar sospechas, la única condición que estos le pusieron fue el ayudarlo con sus pequeños y estar con el cuándo los valla a tener.
En ese tiempo Tsuna se estableció permanentemente en Estados Unidos, allí paso los duros meses de embarazo, tuvo una depresión muy grande pero Enma y Yuni casi siempre estaban allí para ayudarlo, de vez en cuando Byakuran iba pero no lo hacía muy seguido para no levantar sospechas, no es normal que él se mueva tanto por nada, y eso todos lo sabían.
El parto fue duro, al ser hombre se complicó, y más ya que eran mellizos, a pesar de eso ambos pequeños nacieron, al principio casi no se notaba pero al tiempo se comenzaron a ver las características de sus padres, el mayor aunque por unos minutos era Brayden este tenía el pelo negro azabache y sus ojos eran color caramelo como los de Tsuna, por otra parte el menor se llamaba Derek y tenía su cabello castaño y un tanto incontrolable junto con un par de perlas negras como ojos... tanto Yuni como Enma al principio pensaron que los nombres eran un tanto raros, pero no es como si los suyos no los fueran, Byakuran por su parte simplemente lo felicito le habían agradado bastante los nombres, digamos que pensaba que no era justo ser el único con un nombre raro.
Los meses pasaban realmente rápido, y los pequeños ya habían crecido bastante, la personalidad de estos le hacía acordar a Reborn en todo sentido, al principio pensaba que el castañito iba a ser más calmado pero en verdad, parecía que la genética era más fuerte.
La fiesta del primer año de los gemelos fue un tanto rara, ya que ese día apareció nana repentinamente, estaba emocionada por conocer a sus nietos y feliz de volver a ver a su hijo... ella prometió no decir nada ni a su esposo ni a nadie, pero a cambio iría a visitarlos cada cierto tiempo.
Al año y medio ambos pequeños eran realmente difíciles de controlar, más con esa personalidad sádica y manipuladora que tenían... ambos ya podían caminar, escribir y hablar un poco, eran casi unos prodigios... bueno casi, ya que Reborn había conseguido hacerlo antes. Las veces que Tsuna los llevaba al parque para que jugaran con otros niños siempre terminaban peleando por el dominio del parque de juegos entero, y siempre causaban que los demás niños se fueran a causa de eso, el castaño al final se terminó por rendir con hacer que no hagan esas cosas, a pesar de que eran muy obedientes cuando de dominar a otros se trataba no hacían caso a nadie.
Su abuela iba a visitarlos a veces, extrañamente parecían un par de angelitos, no se peleaban y se comportaban... ese comportamiento le hacía recordar a alguien en quien no quería ni pensar.
A sus dos añitos comenzaron a estudiar artes marciales con Fon el cual fue a verlos luego de seguir a Yuni, este obviamente no diría nada y había prometido ayudarlos en lo que necesitaran, ahora los pequeños eran más peligrosos que antes, Fon a veces le contaba a Tsuna como es que Reborn se la pasaba buscándolo por todas partes, y como sus guardianes también lo hacían, en esos momentos el castaño sentía una gran opresión en el pecho, pero a pesar de eso le mostraba una sonrisa y agradecía el que le contara esas cosas... al chino esa situación le rompía el alma y le daban ganas de ir a buscar a Reborn y hacerle pagar, pero se tranquilizaba o lo intentaba por la promesa que le había hecho a Tsunayoshi el día que este le conto la razón de su desaparición.
A los dos años y medio los mellizos comenzaron a ir a la guardería, aunque iban con un sombrero el cual habían casi obligado a su padre a comprar ya que les había llamado la atención, Brayden tenía uno negro con un listón amarillo, y Derek uno con un listón naranja, casi nunca se lo sacaban... por otra parte Tsuna había comenzado a trabajar a medio tiempo en una de las empresas de Byakuran, allí trabajaba de secretario o cosas así, en realidad no planeaba trabajar allí, pero cuando este se enteró de que planeaba trabajar lo obligo a que al menos lo hiciera en donde el pudiera saber lo que hacía, no confiaba en nadie... para el Tsuna era como un hermanito así que todos lo trataban con cuidado ya que el jefe se podría enfadar.
Luego de eso no cambio mucho, los pequeños comenzaron el jardín de infantes y Tsuna continuo trabajando... ya habían pasado 5 años desde eso y ahora tenía 23, sus pequeños tenían 4 añitos, para el todo había sucedido tan rápido, que no podía explicarlo, por suerte en ese tiempo con el trabajo y los niños había logrado olvidar un poco el dolor que sentía por la traición de la persona que amaba... que aun a pesar de todo puede que ame.
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Bueno eso fue todo por ahora, estaba escribiendo una capítulo de una de las novelas de R27 cuando de repente se me vino esto a la cabeza, espero que les allá gustado a pesar de que el primer capítulo va un poco rápido.
A todos los que leen, comentan y votan Mille Grazie.
Nadii1827
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