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Putting You In My Hands For One Night.

La noche había llegado con rapidez en la casa abandonada donde Mikaela y Yuichiro se refugiaban.

Aún si no lo querían admitir, era difícil dormir con el inminente peligro que eran los vampiros y el escuadrón cazavampiros queriendo matarlos a ambos.

Por fortuna, la casa que encontraron estaba decente. Apenas Yuu comió la poca comida enlatada que había en la cocina, no tardó en irse al único cuarto con cama para acostarse junto con Mika en su forma tangible.

La plática sin sentido los llevó a un tema particular.

— Entonces, dices que no puedes sentir nada.

— No es algo a lo que le preste mucha atención.

Yuu miraba con cierta apatía al rostro inexpresivo de Mika.

Cierto, puede que ahora su mejor amigo se haya vuelto un demonio, después de morir como vampiro, pero era exagerado pensar que había perdido por completo cualquier sensación en su cuerpo.

— ¿Y que hay de las veces con la que peleamos? Estoy seguro de haber escuchado que los ataques te siguen doliendo.

— Déjame replantearlo. Mi sensibilidad se ha vuelto casi nula. — Mika explicó viendo el techo del cuarto. — Claro, cuando me arrojan contra un edificio y pedazos de concreto me caen encima, puedo sentirlo. Pero cosas banales como el calor de una taza caliente, son cosas que no puedo sentir.

— En pocas palabras... – Yuu se llevó una mano al mentón, como si estuviera exprimiendo sus últimas neuronas. — A menos que sea algo absurdamente intenso, no puedes sentirlo.

— Exacto. — Mika suspiró, abriendo su mano y cerrándola en un puño. — Aunque si me preguntas, tiene sus ventajas. Puedo pelear con más eficiencia si no siento nada.

— ¡No deja de sonar horrible! – Yuu se levantó de la cama. — ¿Qué pasa si vuelves a ser humano y pierdes tus sentidos?

Mika miró a Yuu con algo de sorpresa, dejando el techo por un segundo.

— Suponiendo que es algo posible... Siento que podría vivir con eso. No sería lo peor que me haya pasado.

Yuu cerró su boca, apretando la tela de su uniforme. Mika pudo sentir la ira creciendo en su mejor amigo.

— Si vivir sin sentir nada significa que puedo seguir a tu lado, entonces me da igual.

— Mika...

La voz de Yuu pareció querer regañarlo por su falta de interés en sí mismo.

Dando pasos firmes, se enfrentó al demonio en pie y tomó la cara del rubio colocando una mano en su mejilla. La piel se sintió fría aún con los guantes encima.

— Juro que recuperaré tu humanidad. Con todo y sensibilidad.

La voz decidida de Yuu hizo a Mika sonreír. Inclinó su cabeza contra la mano que lo sujetaba.

Yuu sonrió de vuelta, con una sonrisa algo fanfarrona.

— Sentiste eso ¿No?

Algo en el interior de Mika hizo que casi se atragantara con su saliva.

— Eso no cuenta.

— ¡Lo sentiste! – Yuu gritó emocionado, colocando otra palma en la mejilla libre de Mika, aplastandolas suavemente y acariciando con la punta de sus pulgares la piel ajena. — Sigues siendo suave en el fondo, Mika.

— Sólo es porque eres tú, Yuu. – Mika trató de mirar a otro lado, aún siendo atrapado bajo las manos del pelinegro.

Yuu resopló sin quitar su sonrisa. Quería molestar a Mika aprovechando que estaba de buen humor.

— Vamos, mírame Mika. – Yuu se acercó más al rostro del demonio y frotó gentilmente su nariz contra la de Mika.

— Yuu... – Mika sintió algo dentro de él acelerarse. El aliento cálido de Yuu y su tacto eran como pequeños choques eléctricos recorriendo su cuerpo.

Ni siquiera notó el pequeño temblar de su voz cuando nombró al pelinegro.

— ¿Pudiste sentir eso?

— ¿Qué...? – El rostro de Mika se calentó. Al estar conectado con el alma de Yuu pudo sentir un deseo destellando en la mente de su amigo.

Y no era algo tan inocente.

— Perdón, Mika. ¿Me pasé? – Yuu cayó en cuenta en la incomodidad del demonio.

Antes de que sus manos se separaran del rostro de Mika, un agarre las detuvo.

Yuu sintió sus muñecas siendo tomadas con fuerza por el rubio.

— Nada en tí podría ser demasiado, Yuu. – Mika suavizó su agarre. — Bueno, quizás tu estupidez pueda molestarme, pero incluso con eso...

Las palabras de Mika se quedaron atrapadas en su garganta cuando Yuu besó sus labios pálidos.

Mika extendió sus párpados hasta donde pudo por la sorpresa. Debía estar soñando.

Yuu no se detuvo en esperar su respuesta. Apenas se separó, volvió a atacar los labios de Mika mordiendo los belfos para que abriera la boca y dejara saborear su lengua.

Mika gimió ante el calor natural de Yuu, tratando de seguir el ritmo y meneando sus caderas hacia adelante para chocar contra la entrepierna del pelinegro.

Un cosquilleo húmedo se quedó en la cavidad bucal del demonio cuando Yuu lo dejó libre para respirar.

Los jadeos suspirantes que soltaba Mika, dejando su rostro rojo, era un gran contraste a su semblante neutral.

Yuu jadeó a la par de Mika, tomando su mano para entrelazarla. El demonio no tardó en acurrucar sus dedos contra los del pelinegro.

— Sentiste mi deseo más oscuro con ese beso, ¿No? – Yuu encaró a Mika, mostrando preocupación. — No tengo pensado hacer nada si no quieres.

— ¿En serio dices eso luego de besarme así...? – Mika cubrió sus labios hinchados con su mano libre, tocando con cierta emoción sus pequeñas mordidas.

— Lo siento, Mika. Se que no estuvo... – Ahora fue Yuu quien se quedó sin palabras.

Mika le regresó el beso, juntando sus cuerpos sin pudor.

— Yuu. – Mika relamió sus labios viendo con anhelo a su compañero. — Pude sentir eso.

Los latidos en el corazón de Yuu eran tan fuertes que Mika juraba poder escucharlos.

— Te amo.

La simple oración dejó descolocado al pobre demonio.

Sintió que estaba viviendo un sueño.

— ¡Yuu! – Mika exclamó rojo. El pelinegro llevó las manos enguantadas a sus muslos y lo cargó sin mucho esfuerzo.

El demonio no tuvo que ser un genio para descifrar la mirada lujuriosa de su compañero.

— Ya sé dónde comenzar para recuperar tu sensibilidad.

Los ojos de Mika fueron de inmediato a la entrepierna de Yuu.

Definitivamente había un bulto ahí.

— ¡Yuu! – Mika no paraba de jadear en voz alta.

Su cuerpo desnudo estaba contra el colchón, siendo aprisionado por el cuerpo de Yuu y sus embistes hambrientos. La polla del pelinegro estaba bien dotada y parecía no querer bajar su fuerte erección luego de ronda tras ronda.

El demonio tenía mordidas adornando su piel. Saliva derramada en su barbilla. Sudor por la excitación recorriendo su piel por cada orgasmo que el miembro de Yuu le otorgaba.

Estaba seguro que el verdadero cielo era el éxtasis que sólo Yuu podía darle.

— Mika... Mika. – Yuu no paraba de repetir, besando cada vez que podía el rostro de su querido demonio.

Mika se sintió la persona (demonio) más afortunada del mundo. La voz que lo llamaba estaba llena de amor puro. Aún si seguía siendo follado hasta hacerlo enloquecer.

— Yuu... Úsame. – Mika se abrazó a las sábanas esparcidas en la cama, babeando al sentir una tensión repentina en la polla de Yuu. — Déjame sentirlo adentro...

— No lo desperdicies... – Yuu gruñó, tomando los glúteos gordos del demonio y arañando la carne mientras se azotaba con desespero.

— ¡Yuu! – La voz y mente de Mika se derretían repitiendo ese nombre. No había nada más que su amado Yuu llenando su cabeza. — ¡Por favor, por favor, Yuu...!

El pelinegro compartía el sentimiento asfixiante mientras más pegaba su pelvis contra el culo que no paraba de succionarlo.

— ¡Mika! – Yuu jadeó tembloroso, dejando salir su semilla espesa en la cavidad golosa.

Mika no guardó sus gritos placenteros.
Su piel se sentía hirviendo, en su interior burbujeaba el semen que no paraba de rellenar su vientre plano. Y su propia polla había eyaculado sin necesidad de tocarse.

Era un desastre por dentro y fuera. Todo gracias a Yuu.

— Hah... Eres hermoso. – Soltó Yuu, llamando la atención de Mika.

Cuando la mano del pelinegro alcanzó los mechones de Mika para quitarlos del rostro, una sonrisa cansada adornó los labios del demonio.

— Tu también lo eres, Yuu. – La mano de Mika alcanzó los dedos de su compañero. — Te amo.

La sonrisa confiada de Yuu tambaleó al escuchar la declaración de Mika. No merecía a alguien tan bello.

— Yo te amo más.

— Eso no es posible. – Mika jadeó con más calma. — Yo te amo más.

— No pienso perder, Mika. – Yuu rió, acercando sus labios al oido del demonio para murmurar en su punto débil. — Yo te amo más.

Mika gimió en silencio por el escalofrío recorriendo su cuerpo.

— Tramposo.

— ¡Aprende a perder!

— Nunca.

Luego de esa apasionada noche, Yuu pensó que tendría que esperar a un nuevo apocalipsis para que Mika se sintiera cómodo en tener otra noche de sexo.

Lo que no esperó, fue que para medio día, Mika le estuviera rogando de manera indirecta para follar.

— Prometiste devolverle la sensación física a mi cuerpo. – Mika comentó en su tono serio, tratando de simular su mirada lujuriosa hacia la entrepierna de Yuu. — Sólo digo que te hagas responsable y no sueltes promesas al aire.

Yuu sonrió mientras negaba con la cabeza.

El demonio se había vuelto un adicto por su culpa.

El manga es un desmadre argumental interminable.

Sólo entendí que Mika y Yuu son canónicamente soulmates.
Gracias por leer.

NSFW VERSION:

https://x.com/nsfstoryboard?t=gA9ToCCJ9RP4J2f8gFe6sg&s=09

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