❝ Pregúntame por qué mi corazón
está dentro de mi garganta
Nunca he estado en el amor, he estado sola
Siento que he estado viviendo la vida dormida
Amor tan fuerte que me hace sentir tan débil ❞.

Ya habían pasado un par de horas desde el incidente, los de la Clase 1-A habían vuelto a sus dormitorios, menos Bakugo, Midoriya, Todoroki y Akimaya. Los tres masculinos estaban acompañando a la última mencionada mientras le hacían el chequeo general. Los héroes y periodistas rodeaban todo el perímetro, mientras los policías sacaban la evidencia del lugar.

—Al parecer estás completamente bien. —Sonrió Recovery Girl—. Tu padre hizo un buen trabajo, por algo es el mejor de Japón.

La pelirosa apretó su labios y habló, dudosa e insegura.

—¿Cómo está él?

—Pues... —La anciana suspiró, tomándola del hombro—. Tal parece que lo lograron reanimar, pero tiene signos vitales muy débiles, si no fuera por lo poco que le queda de su Quirk...

La estudiando asintió, demostrando que no quería seguir escuchando. Dió una reverencia y se levantó, caminando a donde Nejire y Tamaki. Los tres varones solo la miraban curiosamente, había vuelto de la muerte y aún así era tan... Distante.

—Hey. —Los llamó—. ¿Cómo están?

Nejire se encogió en su lugar, la verdad es que le incomodaba algo el nuevo ojo de su amiga. Luego de unos segundos, se lanzó a abrazarla, apretándola contra ella. Tamaki se acercó tímidamente, extendiendo sus brazos. Akimaya rió y lo jaló a ellas, metiéndolo al apretado abrazo. Mas sin embargo, este afecto no duró mucho, ya que por una de las puertas del gimnasio entró un gritón chico rubio a gran velocidad.

—¡RYOKAAAAAAAAAA!

La mencionada no pudo ni reaccionar cuando ya tenía a Mirio sobre ella, abrazándola mientras soltaba débiles lágrimas. Todoroki suspiró, cosa que Izuku notó. Lo miró curioso.

—¿Te molesta?

Shoto volteó a verlo confundido, también Bakugo.

—¿Te molesta que abracen a Ryoka?

Aquella pregunta dejó atónito a ambos chicos, a Katsuki por lo directo que podía ser aveces Deku y el albirrojo por la vergüenza. No es como si le molestara eso en general... Solo, habían ocasiones en las que se sentía un cero a la izquierda en la vida de Ryoka. El heterocromático cerró sus ojos, pensativo.

—No me molesta, solo estoy cansado. Hubieron muchas emociones hoy y estoy seguro de que Ryo lo único que quiere ahora es irse y no levantarse de su cama por dos días seguidos.

—Ya cállate, maldito nerd, ¿no ves que el ambiente pesa cuando hablas? —Demandó raramente calmado el rubio. El peliverde solo asintió en respuesta—. Cambiando de tema, ¿como se sienten al respecto de todo esto? No es que me preocupe por ustedes ni nada por el estilo pero... casi perdemos a Ryoka y tanto Kayn como Shigaraki siguen libres. Siendo yo, no puedo dejar de pensar en las posibilidades.

—Creo que no es momento para hablar de eso. —Cortó Shoto—. Aizawa y los superiores sabrán que hacer.

—Ja, bastardo mitad-mitad. —Burló Katsuki—. ¿Y que harán ellos? ¿Ponernos de carnada otra vez? Ya viste como salieron las cosas por seguir este estúpido plan. No ganamos absolutamente nada aquí, al contrario, casi perdemos a nuestro mejor pieza.

Tanto Todoroki como Midoriya quedaron en silencio. Tenía razón, Kacchan tenía toda la maldita razón. Ahora los héroes japoneses no eran mas que una burla internacional.

(...)

—¿Están todos? —Pasó lista, Aizawa, contando a sus estudiantes en el salón—.

Unos pasos apresurados se escucharon al otro lado de la pared, luego un cuerpo femenino abrió la puerta de golpe. Su cabello rosado se movió con brusquedad, hizo una rápida reverencia a su padrino y se acomodó su peinado.
A Shoto casi se le salen los ojos de su lugar cuando vió el nuevo corte de Ryoka. Su novia ahora tenía el pelo sobre los hombros, con un flaco partido que cubría su ojo izquierdo.

—Te la perdono por hoy, que no se vuelva a repetir. —Habló Shota, dándole pasada a su alumna—. Ahora sí... Pesaba darles el día libre por todo lo qué pasó ayer, pero el director negó la petición. Así que, el día de hoy solo recibirán clases particulares, no tendrán su tarde de entrenamiento. Además, también queríamos darles una noticia.

Todoroki tocó la espalda de su novia, llamando su atención mientras algunos de sus compañeros le preguntaban a su profesor sobre las materias.

—¿mmh? —Volteó a verlo sobre su hombro, dejando su ojo izquierdo destapado por la posición en la que su cabeza se encontraba—. ¿Pasa algo?

—Te vez preciosa con ese nuevo estilo. — Sonrió, acariciando su cabeza—. Aunque, te verías mejor si dejaras tu ojo al descubierto. Es una cicatriz de lo fuerte y valiente que eres, cariño, no debes porque esconderla. —Ryoka se revolcó en su lugar, haciendo una cara de desagrado y volteando al frente—.

—Gracias, Shoto. ¿Te parece acompañarme en la tarde a la clínica de Keiji? Quisiera ir a verlo.

—Emmh, está bien. —Asintió, aunque no pudiera verlo—.

—Ryoka. —Llamó Aizawa—. ¿Por qué no les cuentas tú sobre la noticia?

Cuando escucho eso, la mencionada tragó fuerte. Demonios, si ya había tenido problemas por el mismo tema hace un par de días...
Sostuvo aire, lo dejó salir con fuerza y habló.

—Yo... Me iré a Estados Unidos dentro de una semana.

Esos míseros segundos fueron los más incómodos de su vida. Todos la veían callados, asombrados.

—El director planeaba mandarme cuando terminara el curso, pero por todos los problemas que tuvimos últimamente, me ha encargado el caso de Kayn.

—¿Por qué a U.S.A? —Le preguntó Iida, cabizbajo—. Se supone que Kayn está aquí, en Japón.

Era mentira si dijera que no estaba triste por la partida de Ryoka, ella era una inspiración para seguir adelante. Literalmente la vió morir y revivir solo por protegerlos, la vió peleando innumerables veces solo por ellos. Era como tener a su hermano mayor de vuelva en la sociedad de héroes.

—Ayer en la noche comenzaron la búsqueda a nivel internacional y al parecer lo entraron en Estados Unidos. —Explicó Aizawa—. En el registro sale que es nativo de E.E.U.U. Además, Kayn es actualmente una de las amenazas mas grandes a la humanidad y su objetivo principal es Ryoka. Ella misma debe detenerlo o incluso matarlo, si es lo que debe cumplir. Regresará cuando ustedes estén graduados, ya unos profesionales.

Shoto permanecía callado, con sus ojos cerrados. Yaoyorozu fue la única que notó eso. También fue testigo de cuando susurro permiso de ir al baño y salió del aula. Pudo ver apenas como sus ojos se cristalizaban, así que decidió ir a buscarlo.

—Aizawa-sensei, iré al baño, no tardaré.

Luego de ver como su maestro asintió, fue en busca de su amigo. Corrió por los pasillos, buscando en todos los baños de hombre. Tuvo que ir hasta el último piso, al fondo, donde estaba Todoroki sentado en una banca con sus codos recostados a sus rodillas y su pelo tapando su cara.

—T-Todoroki-san... —Llamó, tocando su hombro—. ¿Está bien? ¿Quiere algo?

—Solo la quiero a ella, Momo. —Su voz salió tan seca, tan rasposa. Incluso grosera. Se le había olvidado decir el honorífico, pero no lo valía en esos momentos—.

La femenina se sentó a su lado y puso una mano en su hombro, apretándolo para demostrarle su comprensión.

—Puede notar que ahora ambos son más cercanos, supuse que volvieron. Pero no hace mucho...

—La voy a volver a perder, Momo-san. —Esta vez cuidó su forma de hablar, soltando unos pequeños sollozos inaudibles—. ¿Cuantas veces? Maldición, la quiero a ella y solo eso. Quiero tenerla siempre conmigo, la amo muchísimo más de lo que me amo a mi mismo. No sé que haré cuando se vaya.

—Si me deja opinar, Todoroki-san. Creo que es lo mejor para ambos. Podrán concentrarse en ser unos profesionales y cuando vuelvan a reencontrarse, podrán amarse todo lo que no han podido ahora. Solo son tres o cuatros años, ese tiempo pasa volando. Recuerde que ambos aún son unos adolescentes que recién empiezan a madurar.

—... Regresa a clase, Momo-san. Llegaré en un rato.

(...)

La pareja caminaba en  completo silencio, uno pesado e incómodo. Ambos iban hombro con hombro, rozando sus manos. Sentían como se quemaban por dentro por querer agarrar la mano del contrario, pero sus orgullos no los dejarían, primero deberían de hablar.

—Prométeme que te cuidarás. —Dijo Shoto, dignado. No pensaba desperdiciar ni un segundo mas a su lado ahora que el tiempo era limitado—. Y que hablarás conmigo todos los días, sin falta. Aunque sea un "hola, estaré ocupada todo el día", eso me será mas que suficiente para saber que estás bien.

Ryoka apretó sus labios y paró. Sostuvo la mano de su novio, esperando a tener toda su atención. La cara mojada de ambos les dió a entender lo mucho que sufrían por esta decisión, lanzándose a abrazarse.

—No quiero dejarte, cariño... —Jadeó Akimaya—.

—Yo no quiero que me dejes. —Respondió de igual manera, el mayor—. Dios mío Ryoka, te amo, te amo demasiado. No sabes lo mucho que te adoro, cada vez que te veo en peligro quiero llorar del miedo. Perdóname por no haberte ayudado nunca, por favor. No quiero terminar mal antes de que te vayas.

—Tranquilo, Sho-kun. —Sonrió entre lágrimas, tomando el rostro de su amante y besando su nariz—. Siempre me ayudaste, siempre. Créelo. Yo también te amo mucho. Prometo cuidarme y cuidarte desde lejos.

—Eres tan dulce que aveces me dan ganas de vomitar. —Rió el mas alto, acercándose a ella—. P de comerte...

Fue su ultimo susurro, antes de pegar sus labios suavemente contra los de Ryoka. Era tarde-noche, las calles estaban solas, las linternas eran las únicas testigos del amor que emanaban los dos estudiantes.

Todoroki Shoto se sentía afortunado por tener a una novia como la suya, apoyándolo siempre. Besándolo siempre que se sentía mal y leyendo sus emociones tan bien, sin importar que aspecto de físicamente.
Akimaya Ryoka se sentía afortunada por tener un novio como el suyo, abrazándola siempre que necesite. Escuchándola y dándole consejos, oh, Shoto era tan bueno escuchándola.

Eran el complemento del otro, el Yin y el Yan. Ambos siendo un mar lleno de misterios y emociones, abriendo las puertas de su corazón aún cuando en su pasado fueron lastimados. Ambos merecían muchísimo mas de lo que tenían, ya que ser tan amable cuando tu al rededor no es el mejor, era un reto que muchos perdían.

Perdonen la demora </3