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❝ ¿Es venganza lo que busco?
¿O quiero que alguien más me vengue?
Atrapada en mi propia paradoja, quiero liberarme ❞.
—¿¡Por qué demonios dijeron que nada nos iba a atacar!?
Ryoka salto una gran grieta, escapando de una descomunal piedra que la perseguía por el único camino correcto que había encontrado.
Su vida ahora mismo dependía, literalmente, de correr y salir de ahí antes de que muriera aplastada. Llevaba como mínimo 15 minutos corriendo como loca, y su salida aún no estaba.
Pero, no fue hasta que vió la puerta de metal al final, cuando su objetivo se iluminó dentro de su cabeza. Abrió la pesada puerta, rodando en el suelo justo en el momento que la gran roca quedó atrapada en los bordes de la salida del laberinto.
Respiró con dificultad, antes de voltear a ver a sus costados.
—Son los segundos. —Informó Killua, jugando tranquilamente con su yoyo—.
—¿son? —Repitió Akimaya, confundida—.
—Sí, somos. —Habló una voz conocida detrás de ella—.
—¿... Llegué de segunda con Hiro...? —Preguntó lo obvio, volteando su cabeza, para encontrarse con 003—.
—Llegamos al mismo tiempo. —Dijo él, estirando su mano en dirección a la pelirosada—.
Ella lo miró de arriba para abaja, extrañada. Mas, no dudó ni tres segundos en aceptar su ayuda. Cuando estuvo levantada por completo, Hiro la miró directamente a los ojos, iluminados; llenos de emoción. Su otra mano fue a dar al cabello de la ojiceleste, acariciando este de una forma algo muy cariñoso.
—Hiro. —Llamó Killua, devolviéndolo a sus cinco sentidos—.
—¿Qué sucede? —Cuestionó, alejándose de la protagonista en un santiamén—.
—¿Escuchas eso? —Preguntó el niño—.
Eran unos estruendos muy fuertes, como si alguien estuviera rodando... O no.
Katashi salió disparado por la única salida que había disponible, notando como detrás de él una pierda igual de grande que la que perseguía a Ryoka se atascaba en la puesta metálica.
La única mujer soltó una risita, antes de ayudar a su amigo a levantarse.
—¿Llegué de último? —Jadeó sorprendido—. Maldición. Bueno, nada se le va a hacer. ¿Luego de las olimpiadas salimos a comprar un helado? —En un intento de coqueteo falso con Ryoka, pasó su brazo por los hombros de la mencionada y le guiñó el ojo—.
—¡Luego de largos 40 minutos, ya todos los concursantes salieron del laberinto! —Se escuchó de Present Mic—. ¡007 llegó con un tiempo de 13 minutos, 003 y 004 llegaron al mismo tiempo con 36 minutos y, lastimosamente, 005 llegó con 39 minutos! Eso significa que, ¡Spinerbreak queda descalificado en la tercera ronda! ¡Buena suerte para la próxima, amigo!
—Ahora, los ganadores pasaran a arena, el cuarto juego los espera. —Avisó Aizawa—. Katashi, puedes irte por la puerta que está a la derecha, ahí entrarás directamente a un pasillo que te llevará a los camerinos.
—Lo hiciste bien, Katashi. —Felicitó Akimaya, abrazándolo—. Nos vemos en unos minutos. —Se despidió, para comenzar a caminar con los otros dos finalistas—.
—Mientras caminan hacia aquí, iremos explicando en que se basa el juego. —Informó Mirko—. Los tres lucharan todos contra todos en una batalla de resistencia sobre una estructura flotante en el agua de una piscina. Pero, será sin usar su singularidad. El más débil físicamente caerá de la plataforma flotante y será el que se descalifique. Se puede hacer cualquier táctica para hacer caer a sus enemigos, siempre y cuando sea dentro de la estructura y sin usar poderes.
Hiro y Ryoka se volvieron a ver con los ojos confiados, luego bajaron su mirar a Killua, quien temblaba levemente. La pelirosa soltó una carcajada y puso su mano sobre la cabeza del albino, simulando su pequeña estatura.
—Killua, ¿de verdad quieres hacer esto? —Le preguntó Hiro, burlón—.
—Obviamente no, ¿quien quisiera pelear contra ustedes dos? ¡Dan miedo!
—¿Por qué no te rindes públicamente? —Cuestionó Akimaya—.
—Oye, si pienso perder, perderé dándolo todo hasta el final. —Explicó con obviedad y algo de egocentrismo—.
—Claro...
Pov. Akimaya Ryoka
—¿Están listos? —Preguntó Midnight, alistando la pistola—. Cuando dispare, empezarán. —Recordó, levantando la mano y apretando el gatillo—.
No me dió tiempo ni de moverme, cuando un fuerte empujón hizo que me balanceara cerca del borde de la plataforma. Killua y Hiro me habían intentado sacar a la fuerza, luego ellosdos comenzaron a pelear por sacar a alguno.
Me levanté rápidamente, pero al notar como una patada de Killua se acercaba peligrosamente a mí, me tiré hacia atrás. Apoyé mis manos en el suelo y me impulsé para volver a quedar parada.
La plataforma comenzó a moverse y a tener pequeñas grietas por donde se filtraba el agua.
«Ya sabía que no iba ser tan fácil» Pensé.
Corrí en dirección a Hiro, quien solo se encontraba a la defensiva. Él intentó esquivar mis golpes, pero uno le dió y se tambaleó hasta la esquina. Cayó justo en el borde, momento en el que Killua y yo aprovechamos para tirarlo al agua. Pero él se levantó con una patada, provocando que retrocedamos. Algo que no esperé, fue que Zoldyck me empujara con una fuerza increíble, ¡se suponía que estábamos aliados para ir contra Hiro!
Caí y instantáneamente rodé hacia atrás, ayudándome con mis rodillas y brazos a levantarme. Miré como Hiro y Killua peleaban de forma casi indirecta, evitando acercarse uno al otro, pero sacando sus mejores movimientos para esquivar. De repente, noté algo que al parecer ninguno sabía hasta ahora.
La plataforma era flexible, y se levantaba cada vez que hacíamos un movimiento brusco.
Supe de inmediato que debía de hacer.
Corrí a ambos chicos, ya un poco cerca, di una voltereta, caí de espaldas y terminé haciendo un flicflac, aplicando toda mis fuerzas en las piernas. La plataforma tembló de una forma bruta y ambos chicos cayeron sentados. El que estaba más cerca ahora era Killua, si no aprovechada su descuido ya, luego me iba a arrepentir. Me coloqué sobre mi brazo izquierdo y lancé mis piernas en dirección a él, que le dieron en el abdomen y lo tiraron hasta caer dentro del agua.
—¡WOW! —Se oyó de Present Mic—. ¿¡Qué demonios fue eso!? ¡Yo también quiero hacerlo!
Zoldyck salió nadando del agua, tosiendo mientras se agarraba del abdomen. Yo lo ayudé a volverse a sentar en la plataforma, acomodándolo en mis piernas.
—¿Está bien? ¿Fui muy brusca? —Pregunté, levantando su camisa. Ahí había un pequeña marca roja que probablemente mañana sería morada—. ¡Lo siento! ¡Killua, perdón!
—Está bien, está bien. —Aseguró él—. No dolió tanto, pero si tragué mucha agua. Además, era tu deber si querías ganar. —Le dijo, dándole una sonrisa—. Igualmente, si yo hubiera ganado, en la última ronda me hubiera dado por vencido; No tengo la voluntad suficiente para pelear independientemente contra Hiro o contra ti.
Yo sonreí, antes de alzarlo y salir de la plataforma. Lo dejé en una camilla robot que lo llevaría a la enfermería, mientras que Hiro se colocaba a la par mía.
—¡Con eso damos como finalistas a 003 y 004, Hiro y Ryo!
—Será un honor pelear contra ti, Ryo. —El albino le extendió la mano con una sonrisa—.
Ella lo miró con desconfianza, mas aceptó su saludo para no dar una imagen malcriada. Luego dió medio vuelta y comenzó a caminar en dirección al camerino.
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