❰✎. .•.*。𝟓𝟏❱
❝ No eres tú, soy yo y todas esa mierda
Sabes que es una mierda
¿No lo sabes, amor?
No soy tu regalo de fiesta ❞.
Akimaya doblaba su ropa, aún en silla de ruedas, para luego guardarla en su closet. Suspiró cansada de mover tanto sus brazos, pero luego recordó que los héroes la golpearían por detenerse. Inconscientemente tapó su cabeza para que el golpe diera en sus brazos, pero luego se dió cuenta de que ella estaba sola en su habitación. Volteó a todo lado confundida, juró casi sentir el golpe...
Meneó su cabeza con fuerza y siguió sus quehaceres antes de que la puerta fuera suavemente tocada.
—Adelante. —Dijo—.
Con era costumbre, Shoto abrió un poco la puerta y metió únicamente su cabeza, revisando el interior del cuarto de su novia. Cuando Akimaya vió sus cabellos bicolores asomarse, volteó la cabeza de inmediato y prosiguió rápidamente a guardar sus camisas.
—Hola... —Saludó—.
—¿Qué pasa? —Preguntó secamente—.
—¿Podemos hablar?
—No hay nada de que hablar. —Respondió sin mirarlo—.
—Ryoka, no te tomaré enserio si ni siquiera me ves a la cara. —Regañó, entrando al cuarto y posicionándose frente a la menor—. Deja eso. —Mandó, agarrando sus prendas de vestir y poniéndolas donde debían. Luego sostuvo a Akimaya en brazos y la sentó en su cama—. ¿Podemos dormir juntos?
—¡No! Digo... Hoy no. —Susurró la femenina, mordiendo con fuerza su lengua—.
—¿ah? ¿Tienes tu periodo? —Cuestionó con confusión—. Sabes que no me importa si me manchas, de igual forma es sangre y no me da asco.
—¡No es eso! —Interrumpió con un exclamo de dolor—. Simplemente, no quiero que estés aquí.
—¿Ryo...? —Alargó, sin entender su actitud—.
—Soy Akimaya-san. —Corrigió con dolor en su alma—.
—¿A-Akimaya? —Tartamudeó, comenzando a asustarse—. No entiendo tu sentido del humor.
—No es humor. —Demandó, seria—. Ya no quiero que me llames por mi nombre o apodo. Preferiblemente, no me hables.
—¿A-ah? —La voz de Todoroki tembló—. ¿Por qué?
—Ya no quiero que estemos juntos. —Cortó inmediatamente—.
Aquella declaración hizo que los ojos de Shoto se agudizaran y sus manos comenzaran a sudar. Soltó aire con pesadez y asintió con tristeza. Sus párpados pesaron mientras sus ojos se recargaban de lágrimas de impotencia, pero no iba a llorar.
—Lo entiendo. —Habló con madurez, levantándose de la cama. Sostuvo en sus manos los últimos pantalones de Ryoka y los acomodó en su armario—. Me iré, pero antes ayudaré a mi compañera a vestirse. ¿O prefieres hacerlo sin mover las piernas y el torso? —Dió a elegir con frialdad—.
Akimaya volteó su rostro húmedo y asintió tímidamente. Todoroki empezó a desnudarla, hasta dejarla solo en bragas, la levantó con cuidado y le ayudó a ponerse su pantalón de pijama, pasando su rostro cerca de su busto descubierto. Sus manos pasaron delineando su cintura cuando le puso la camisa, dejandola así completamente lista para dormir. Nuevamente le ayudó a sentarse y alineó sus rostros frente al otro, listo para dar el paso final.
—Respeto tu decisión, Akimaya-san. —Murmuró, antes de dejar un escaso beso sobre sus labios—. Pero, se que no eres tú. Te amo, Ryo, y descansa.
Se enderezó y salió de ahí. Apenas cerró la puerta detrás de él, escuchó unos fuertes llantos intentando ser calmados con una almohada. Shoto respiró su aire por última vez, antes de irse a su habitación, esa vez regresaría soltero.
—¡Todos, atención!
Viernes en la tarde, su última clase era con Aizawa y al parecer Akimaya no había asistido ese día. Shota recorrió con la mirada el lugar, levantando su ceja al notar que su ahijada faltaba.
—¿Donde está Ryo-chan?
—Le mandé un mensaje en la mañana. —Habló Mina—. Al parecer tiene dolores muy fuertes en el abdomen y piernas.
—Mmh, claro. —Asintió, dudoso—. Como sea, hoy quería hablarles sobre un tema importante, algo grande y significativo para Ryoka.
—... —Por primera vez en el día, la clase prefirió quedarse en silencio y prestar atención—.
—Las olimpiadas Ideal Hero Mold.
—¡Oh! ¡Escuché de algo en las noticias! —Exclamó Mineta. Y el silencio no tardó en romperse, ahora todos estaban cuchicheando—.
—¡Silencio! —Demandó Aizawa—. Cállense y escuchen mocosos. No quiero que absolutamente nadie distraiga a Ryoka estas dos semanas. Las Olimpiadas IHM son unas competencias deportivas que se llevaran a cabo en el estadio nacional de Japón, los concursantes serán los siete proyectos IHM que hay actualmente.
Aquello sorprendió a todos sin falta alguna, ¿iban a ver públicamente a los siete protectores del mundo?
—Se harán diferentes pruebas donde los proyectos serán eliminados poco a poco hasta que quede solamente uno, el más fuerte de los fuertes. Quien gane estas olimpiadas será reconocido como el IHM más poderoso. Ryoka estará entrenando estos días mientras llegan las olimpiadas, y si no van a ayudar, es mejor que no estorben. Ahora, algo aparte sucederá con Ryoka en esas olimpiadas, posiblemente no esté del mejor humor. Eviten relacionarse con ella, por el bien de ustedes y de ella. —La última campana sonó, avisando la salida—. Vámonos, mocosos.
Apenas llegaron a la casa, se encontraron con Ryoka, con She Devil activado, lanzando patadas al aire sucesivamente.
—¿No era que te sentías mal? —Cuestionó Aizawa con obviedad—.
—Me siento mejor. —Respondió sin desconcentrarse—.
—Bien, te ayudaré. —Avisó, levantando sus vendas—. Ustedes, niños, vayan adentro y no salgan. Yo entraré en una hora.
Ryoka desactivó su singularidad y cayó sentada. Aizawa dejó caer sobre sus hombros sus vendas y cerró sus ojos en busca de paz. Shoto observó por la ventana de la cocina como la menor vomitaba sangre mientras el maestro llamaba a Recovery Girl. Apretó su vaso de té frío con ganas de ir corriendo a ayudarla, pero no iría.
—¿Todoroki-kun? —Llamó Yaoyorozu, detrás de él—. ¿Por qué no va a apoyarla? Estoy segura que se sentirá mucho mejor si usted está con ella.
—... —Él suspiro—. Ya no somos novios, Yaomomo-san.
—¿¡A-ah!? —Exclamó incrédula—. ¡P-pero...! ¿Qué sucedió? Hacían un pareja perfecta.
—Nadie es perfecto en un mundo de estereotipos. —Recordó, Shoto—. Supongo que ella y yo aún teníamos algunas diferencias, o al menos solo ella.
—Yo... Lo siento mucho.
—No debes porqué sentirlo, Yaomomo-san. —Dijo sonriendo de medio lado—. Es un asunto entre ella y yo, nadie más tiene la culpa.
—Lo... Entiendo. —Alargó—. Aún así, cada vez que ella hablaba de ti sus ojos brillaban, no creo que lo haya terminado así como así.
—Es fácil suponer, pero siento que hay algo o alguien en medio de todo esto. Estoy seguro de que ella no es así, de terminar a alguien sin ninguna explicación.
—¿Necesitas ayuda? —Cuestionó Momo, decidida a ayudar a sus amigos—.
—No, tranquila. —Habló calmado—. De esto nos encargamos nosotros.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro