❝ Sin aviso
Nuestro paraíso nos dejo
Y ahora tu recuerdo
Me hace sombra al corazón ❞.

—¡NO, así no se hace! —Exclamó Mina con furia—. ¡Midoriya, parece que tienes un palo atravesando tus órganos! ¡Aoyama, te mueves igual que mi abuela de 98 años en tanga! ¡Sean fluidos!

Akimaya los miró desde la silla de ruedas con sorpresa, realmente Ashido parecía desesperada.
Si no estaba mal, estaban practicando para el festival artístico en el cuál ella no participaría. En el camino se habían encontrado a Mirio y a Eri, por lo cuál ahora la protagonista llevaba a la niña en sus piernas mientras que Mirio se escondía detrás de un arbusto.

—Ashido, usa un mejor vocabulario. —Regañó Aizawa, quien llevaba la silla de Ryoka—.

—¡Oh! ¡Aizawa-sensei! ¡Lo lamen...! ¡RYOKA!

En menos de dos segundos, tenía a Uraraka y a Mina asfixiándola. Togata sacó su trasero entre las plantas con la intención de dar risa, pero todos lo ignoraron por acercarse a Eri.

—¡Eri-chan!

—¡Wow, eres tan tierna!

—Oh, ¿Qué hacen aquí? —Preguntó Deku—.

—Para que Eri no entrase en pánico, el director me dió la orden de que la trajera para que se acostumbrada. Y Ryo vino de visita. —La última mencionada bajó a la menor de sus piernas y la dejó en el suelo, para que pudiera presentarse formalmente—.

—Conque tú eres Eri. Encantado, me llamo IIda.

—¡Hola, soy Mineta! ¡Espero verte en 10 años!

—Ni se te ocurra. —Gruñó Akimaya, tapando a la menor con sus brazos—.

—Es tímida. —Avisó Mirio—. Voy a enseñarle la U.A. a Eri. ¿Vienes, Midoriya?

—Mina, dice Momo qué... —Kirishima salió del edificio con objetivo de avisar a Ashido sobre el descanso, hasta que vió a su amiga con la pequeña en piernas—. ¡Oh! ¡Ryo-chan, Eri-chan! ¿¡Cómo están!? Ah, a mí no me conoces.

—¡Hagamos un descanso! —Exclamó Mina—. ¡Es hora del té!

—¿Tú vienes, Ryo-chan? —Preguntó Togata—.

—No, yo me quedaré un rato. —Respondió—.

—Está bien, ¡nos vemos en un rato! —Dicho aquello, los tres desaparecieron de la vista de sus compañeros—.

—¡Vamos adentro, Ryo-chan! —Demandó Kirishima, tomando la silla de ruedas y movilizando a su compañera hasta las gradas de la entrada, donde Aizawa los ayudaría a levantar la silla y entrar al edificio—. Por cierto, ¿conociste a Eri-chan hoy?

—No, hace unos días nos vimos en el hospital. —Explicó Akimaya—.

—Oh, eso me ale...

—¡Ryo! —El gritó Momo, Denki y Jiro no tardaron en llegar, tampoco no duró mucho para sentir como era rodeada por unos brazos varoniles. Pero, no eran solo dos, eran cuatro, y Shoji segura que no era—.

—¡Perra estúpida! —Claro, Katsuki. Su "semiabrazo"(que solo era un roce) no duró nada, ya que él mismo la golpeó en la cabeza no tan duro—.

—¡Au!

—¡Nada de "au"! ¡Perdiste un riñón y no te veo llorando!

—Bakugo, no grites tan fuerte cerca de ella. —Regañó Todoroki, apretando el cuerpo de su novia entre sus brazos—.

—¡No opines, bastardo mitad-mitad!

—No me afecta en lo más mínimo que me digas "bastardo mitad-mitad".

—¡Cállate o muere!

—Chicos, no peleen. —Pidió Ryoka, soltando una risita—. Mejor ayúdenme a sentarme en uno de los sofás.

—¡Qué te ayude tu novio, para eso lo tienes! —Volvió a gritar Kacchan, alzando a la protagonista y dejándola en el sillón más grande—. ¡Ni para eso sirve el inútil de Todoroki!

Dando zapatones, se fue por las escaleras de forma apresurada.

—Está feliz porqué estás aquí. —Aseguró Jiro—.

—Déjenlo, ahora se le pasa. —Tranquilizó la pelirosada—. Ahora, si quieren respuestas, se las daré.

Y con su mejor sonrisa fingida, Ryoka pasó el resto de la tarde hablando con sus compañeros.

El día era ahora.
Las luces del gimnasio estaban apagadas en espera de las posiciones de los bailarines.
Eri, ansiosa, en los hombros de Mirio, mientras él sostenía la silla de Akimaya.

Una violenta explosión marcó el inicio de la canción, donde más de uno quedó maravillado con la hermosa voz de Jiro. A los segundos, Midoriya y Aoyama dejaron el escenario para servir de apoyo y decoración, así siguió todo el concierto entre luces, personas flotando y brillos.

Pero, lo más importante de todo eso, fue ver como Eri sonreía y reía en brazos de Togata.

Hero Too habría acabado como una sensación.

—Al principio el ruido me dio miedo, pero entonces saltaron bailando. —Explicaba Eri a Midoriya con emoción—. Todo brilló y tú desapareciste, pero entonces sentí frío y la luz empezó a dar vueltas. La voz de la chica resonaba y no pude evitar gritar. —La pequeña se calló al ver como Deku secaba sus lágrimas—.

—Me alegra que te divirtieras. —Confesó el peliverde, sacandole una enorme sonrisa a Eri—.

—¿Primero llegas tarde y ahora holgazaneas? —Regañó Mineta—. ¡Lleva algo!

—¡AAH! ¡Perdón! ¡Ya lo llevo!

—¡Aquí hay más!

Mientras los estudiantes de la clase 1-A se llenaban de elogios, Akimaya desplazó con rapidez su silla de ruedas al ver como Todoroki se acercaba a ella, prácticamente escapó de su novio. Pero su intento falló al momento que una columna de hielo delgada se formó frente a ella, obligándola a detenerse.

—Maldición. —Jadeó, al sentir la respiración del albirrojo en su nuca—.

—¿Por qué intentabas irte? —Preguntó en voz baja, antes de depositar un beso en el hombro de su amada, que vestía con una camisa sin mangas—.

—Yo... Se me olvidó que quedé con Tamaki-senpai para ir a ver a Nejire. —Mintió, bajando un poco su cabeza de los nervios—.

—Claro, pero... Ni siquiera me has saludado. —Recordó, dándole vuelta a la silla y dejándola a un par de milímetros de su rostro—. Mmh, ¿entonces?

—¡Todoroki! —Gritó Mineta con furia—. ¡Más te vale descongelar ese maldito muro, o si no te dejaré pegado en un baño público!

Ryoka aprovechó aquel descuido para "correr" hacia la salida del gimnasio. Tarde para Shoto cuando se dió cuenta de que su novia prácticamente desapareció. Suspiró cansado y prosiguió a deshacer la pared que había creado.

Akimaya se desplazaba con tranquilidad por el instituto, con objetivo la pasarela de modas, cuando Aizawa se acomodó frente a ella, siendo detenida por segunda vez en esa tarde. El desalineado la observó de arriba para abajo, detrás de él, Nezu en el hombre de Midnight.

—¿Ahora que hice? —Se quejó sonoramente, la menor—.

—Nada, tranquila. —Se oyó de Shota—. Pero, necesitamos hablar contigo urgentemente.

Aquello llamó por completo la atención de la IHM, quien despegó su mandíbula de la palma de su mano y los miró confundida. Ver tal seriedad por parte de esos tres era raro, mayormente porqué ese día se suponía que deberían estar cuidando las actividades recreativa. El estado de ánimo de Ryoka dió un vuelco 360 grados, sus pupilas se encogieron y su piel se puso pálida cuando escuchó a El Director hablar severamente.

—Lamento informarte que te perderás de una tarde divertida en el Festival, ya qué tenemos que hablar sobre las Olimpiadas Ideal Hero Mold.