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❰✎. .•.*。𝟑𝟏❱

Oh solo quiero hacerte feliz
¡Ah! Quiero que sonrías más
No te preocupes,
podrás recuperar esa sonrisa que olvidaste
Cuando vea tu sonrisa

Ashido escupió el agua que tomaba, Uraraka se sonrojó con fuerza y yo seguía sin entender.

—¡La sangre de Cristo tiene poder! —Exclamó la rosada, llamando la atención de todos nuestros compañeros que estaban de igual forma descansando del entrenamiento—. Perdón, ignórenos.

—Ryoka-chan... —La castaña tartamudeó—. ¿Sabes que significa eso?

—No.

—Él quiso tener sexo contigo. —Informó murmurando—. Estuvieron entré una tención sexual.

Me quedé pasmada.
Sabía que era el sexo, después de todo Mt. Lady me lo explicó. Pero...

—¡Yo no quiero tener bebés! —Grité en susurró—. ¡No, no, no!

Ellas se miraron y explotaron en risas. —N-No solo es p-para eso, amiga.
Mina limpió una lágrima falta y Ochaco volvió a tener su rostro rojo. —Mira, eso también puede ser para placer. Para eso estar los preservativos. Ya sabes, los condones.

—Uy, sí. —Tapé mi cara avergonzada—. Ya me recordé. Yū me enseñó un video.

En este mundo hay dos tipos de personas:

—P-Pero no se adelanten tan rápido. —Aconsejó la oji-café—. Primero deben tener más tiempo de relación.

—No le hagas caso. —Ashido puso su mano sobre la boca de la anterior—. Hagan lo que quieran.

Sábado; 7:00am

Mi teléfono no paraba de sonar.
¿Qué mierda quería la gente idiota a esta hora?

Estiré mi brazo con cansancio y lo agarré.
Era Mirko.
Fruncí el ceño y contesté.

—¡Mamona!

—¿Qué?

—Ponte ropa deportiva y sal.

—Me jodes. —Dije abriendo los ojos de golpe y me levanté—. ¡Me jodes! —Me acerqué a la ventana y miré a través de ella, ¡Mi hermana estaba abajo!—. ¿¡Qué haces aquí!?

—Solo has lo que te dije, y si no sales en cinco minutos derribaré la puerta y subiré a patearte el trasero. —Cortó—.

Maldije por lo bajo y rápidamente me puse lo que siempre usaba para entrenar, un short licra y un top deportivo.
Bajé corriendo, para encontrarme -sorpresivamente- con Fumikage, Mezo, Tenya y Momo. —¿A donde vas?— Preguntó la única femenina.

—Ni yo lo sé. —Contesté. Salí y la miré, tan relajada como siempre—. ¿Ahora me dirás el por qué estás aquí?

—Aizawa me dijo que teníamos que practicar tus movimientos especiales. —Se puso en posición de pelea—. No te contengas.

Pestañeé, intentando recuperar mi propia paciencia.
Bufé y estiré un poco. —¡Mueve ese enorme trasero!

—Ya voy. —Resoplé y comencé a atacar—.

—¿Cómo se llama el primero? —Preguntó esquivando golpes—.

—Derribo Solar, no puedo demostrarlo contigo por que puede llegar a ser mortal. —Intenté patearla, pero ella se corrió—.

—Haces honor a mis movimientos. —Soltó una risita—. ¿El segundo?

—Resorte Solar. —Salté, enredé mis piernas al rededor de su cuello y giré mi toso, provocando que yo cayera sobre de ella con las rodillas presionando sus vías respiratorias—. Lo usé contra All Might en mi examen. —Me alejé y la ayudé a pararse—. ¿Está bien?

—Sí, si giras con más fuerza puedes llegar a hacer una Tijera Lunar y matar a tu enemigo, ¿lo sabes, no? —Asentí—. Vamos con el tercero.

—Explosión Solar. —Rasqué mi brazo nerviosa—. También es un movimiento mortal.

—¿En qué consiste?

Corrí dentro a la casa, donde ya había unos compañeros más. Busqué entre los muebles, hasta que encontré mi objetivo: una sandía.
Nuevamente salí y dejé el alimento en el piso.

—Me da cosita hacer esto ya que es comida pero...—Me arrodillé y clavé mis garras en la fruta, que por la presión explotó. —Y ahora estoy llena de sandía, genial.

—¡Eso es muy perverso!

—¡Lo haré solo con villanos no humanos! ¡Nomus y eso!

—Bueno, te creo. —Se quitó los pedazos de comida de la cara—. Cuarto.

—Este es más humano. —Reí incomoda—. ¡Cayón Solar! —Di una vuelta en el aire y extendí mis piernas para darle una patada en el abdomen a Mirko, pero logró esquivarlo—.

—Woah, eso estuvo bien. —Sonrió orgullosa—. Entonces, ocupamos mejorar tu velocidad de ataque aéreo. ¿Tienes un quinto? —Asentí de forma eufórica—. Muéstramelo, entonces.

—¡Prisión Solar! —Sin dejarle tiempo para reaccionar, me tiré sobre ella, enredando mis piernas en su cintura, la tiré al suelo y coloqué mis garras rozando su cuello—.

—Genial. —Susurró para no moverse de más y evitar provocar un corte. Me levanté y la ayudé a hacer lo mismo—. ¿Alguno más? —Negué—. Entonces, lo único que necesitas mejorar es la velocidad aérea.

—¿Tiene que ser hoy? —Bufé con cansancio—.

—Sí, y si no quieres que te corte un nalga, apúrate. —Dijo, antes de empezar a saltar en dirección a la playa—.

—¿Qué mierda? —Fruncí el ceño—. ¡No, espera, no te vayas!

—¡La que llega de última come arena!

Caminaba pesadamente camino a casa. Sentía mi cuerpo, literalmente, molido. Maldita coneja...

Escupí con asco; el sabor de la arena seguía ahí.

Entré al departamento sintiendo como mis piernas temblaban, y para mi desgracia, todos mis compañeros estaban en la sala principal. Suspiré y caminé a la cocina, buscando mi botella de agua.

—¿Estuviste jugando en la playa? —Burló Ashido en cuanto vió mi suciedad—.

—Mirko me estuvo arrastrando hasta que me atraganté con arena. —Respondí calmada y tomé un trago de agua—.

—¿Qué? —Su rostro se puso blanco—.

—Sí, es lo normal en ella. —Levanté mis hombros—.

—Ni ella ni tu son damas. —Soltó Aoyama, haciendo una pose de diva—.

—Qué varonil. —Le siguió Kirishima—.

—Un día le voy a pedir permiso a Aizawa para que Rumi los entrene. —Los vi mal—. A ver quienes terminan llorando. —Les tiré un choro de agua a ambos y me dirigí al elevador—.

—¿Iras a bañarte? —Cuestionó Todoroki—.

—Sí, y a dormir por toda la tarde. —La puerta comenzó a cerrarse, pero él se levantó del sofá rápidamente y metió su mano, evitando que las puertas se juntaran—. ¿Qué haces? —Ignoró mi pregunta y entró al ascensor, ahora sí dejando que se cerrara—.

—Quiero estar contigo. —Tomó mi mano—.

—¡Pero estaré en el baño! —Lo miré asustada—.

—Te esperaré.

Me dió una pequeña sonrisa y tomó mi mentón. Sus labios se acercaron a los míos y cuando estuvo apunto de besarme, me alejé. —No. Enserio, mi boca sabe a arena. Déjame primero lavarme los dientes.

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