❝No me sueltes
Agarra mi mano
porque no pienso perderte
Y no te sueltes,
contigo cada día es diferente
No game, no life, no love
Tú eres mí escalera de color
Y es que aveces no se a quien
entregarle mi corazón
Porque escribo esto a una carta
con mi nombre en un Death Note❞

La -ahora- pelinegra se encontraba esquivando los ataques de hielo que proporcionaba Todoroki, mientras que debía mantenerse quieta cuando el albirrojo usara el fuego en ella, así mejorando la resistencia de su Tez Roja.

—No puede ser. —Vociferó él, apoyando sus manos en sus rodillas—. ¿Cómo demonios eres tan rápida?

—... Trabajo duro. —Respondió de forma simple, como si fuera lo más normal del mundo—.

—No puedo más. —Soltó, con cansancio, el mitad albino—.

—Vamos Shoto, tú puedes. —Apoyó su novia—.

Al ver como el contrario la ignoraba olímpicamente, decidió dejar el asunto ahí y se quitó la camisa especial que llevaba, quedando solo en un top deportivo y una licra corta. Agradecía el hecho de que los creadores de su traje le hayan dado una camisa para que pudiera usarla al tener activada su singularidad, pero ya estaba muy acostumbrada a entrenar así. También dejo de usar su Quirk.

El masculino no pudo evitar darle una ojeada al cuerpo de su novia, mientras ella tomaba agua. Era mentir si dijera que su cuerpo no le gustara, por que verdaderamente le encantaba.
Apretó sus labios al ver como la leve capa de sudor que manifestaba brillaba gracias al sol, delineando mentalmente las curvas y marcas de la femenina.

Gracias a que la menor tenía su cuerpo tenso, su top se levantó un poco sin dejar nada importante por fuera. No le fue imposible notar como, a un costado de sus pechos (en una costilla), había una marca de tinta.
¿Se había tatuado? Lo dudaba, ella no tenía esos gustos.
Entonces, aquello que parecía ser una frase, ¿qué era?

—Ryo. —Llamó el heterocromático—. ¿Qué es eso? —Preguntó, señalando la marca—.

—Oh... —La peli-rosa apretó su mandíbula, totalmente incómoda—. Eso es algo que nos hacen a los Proyectos IHM. —Respondió, rascando su brazo—.

—¿Que dice? —Todoroki no logró notar la molestia de su pareja ante la situación, por lo que siguió preguntando—.

—Ideal Hero Mold Project 004. —Sus dientes rechinaron y susurró—: Nos marcan como si fuéramos ganadería.

—Eso es... —El albirrojo pensó bien sus palabras antes de hablar, lo última que quería era dañar a la poderosa mujer que amaba—.

—¡Todoroki! —Exclamó Aizawa—. ¡Concéntrate y deja de mirar como tonto a Ryoka!

Claramente, las risas burlonas por parte de sus demás compañeros no se hicieron esperar.

—Lo siento...

—Sigamos. —Recomendó la femenina—.

—Bien...

—¡AKIMAYA-SAN TEN PIEDAD! —Gritó Iida mientras la nombrada corría detrás de él—.

—¡Por favor, danos ventaja! —Lloriqueó Ashido sin parar de mover sus piernas para escapar de su compañera—.

—¡No me quiero morir! —Kirishima y Tetsutetsu exclamaron—.

—¡Diosito ayúdanos! —Vociferó Kaminari, dejando salir unas lágrimas de miedo—.

—Y... ¡Las singularidades se pueden usar!

Al oír eso por parte de Mandalay, todos los estudiantes del curso de héroes, que interpretaban a los pececillos, comenzaron a desplazarse con ayuda de sus poderes, aunque eso no detuvo a Ryoka, quien hacía papel de tiburón, y de igual forma dejó que aquel poderoso Kosei diera frutos en su cuerpo.

No tardó mucho en alcanzar a Hagakure y a Shoji, seguida por todos aquellos que no tenían un Quirk de desplazamiento, como Eijiro, Denki, Tetsutetsu, etcétera.
Saltó sobre Kendo, pasando por Mineta y otros estudiantes. El número de participantes en "la carrera de la vida", como le decía Tiger, fue reduciendo considerablemente gracias a que el tiburón se "comía" a los pececillos; los únicos que quedaban eran Ojiro, Iida, Todoroki, Midoriya, Bakugo, Ibara, Monoma -que había copiado la singularidad de Todoroki- y Sero.

Los de la Clase B le echaban apoyo verbal a sus dos compañeros, mientras que los de la Clase A lloraban su pérdida.

—¡Pueden atacar!

Y los papeles se revertieron.
Ahora los pececillos se convirtieron en una manada de tiburones, dispuestos a atacar al tiburón que venía sin un rebaño. Solo que, a esos depredadores, se les olvidaba un pequeñísimo detalle:

Ese Tiburón, realmente era un Megalodón.

Los ocho participantes restantes dieron media vuelta, alistándose física y mentalmente para poder pelear contra aquel peligroso mamífero. El primero que actuó fue Bakugo, manifestando varias explosiones cerca del rostro de la -ahora- pelinegra, dejando todo el alrededor lleno de humo y ceniza. Hanta tiró cinta al lugar donde el rubio había atacado, al igual con Shoto con su hielo y Ibara extendiendo sus lianas para poder inmovilizar a su contrincante. Fue hasta que la de pelo-planta no sintió a travez de sus raíces la presencia de la chica, percatándose de que esta se encontraba detrás de ellos.

La ojiceleste actuó más rápido que ella, agarrándola de la cintura y tapando su boca con la otra mano. La alejó del lugar unos metros, para luego dejarla inconsciente y ponerla fuera de vista.

—¡Shiozaki-san no está! —Anunció Tenya—. ¡No podemos ver nada por tus explosiones, Bakugo!

—¡No es mi culpa, extra!

—¡MALDICIÓN!

Ante aquel alarido por parte de Ojiro, todo el lugar quedó en silencio.
Todos miraban de aquí para allá, dando vueltas sobre su mismo eje para lograr ver algo.
La protagonista corrió por todo el lugar, arrastrando sus dagas y sus garras para levantar más arena y polvo. Sero comenzó a rezar mentalmente.

—¡No dejen de hablar! —Exclamó Deku, nervioso por la tensión que se palmeaba—.

—¡Midoriya tiene razón! —Proclamó Todoroki—. ¡Aunque no podamos vernos, tenemos que saber quienes están ahora!

—Yo estoy. —Informó una voz femenina—.

y en el lugar no había ninguna chica.

—¡AGH!

—¡Sero-san! —Vociferó el peliverde al escuchar su quejido—.

—¡Estoy bien! —Gritó el mencionado—. Solo que algo pasó cortado un poco mi brazo.

—¡Debe ser Ryo! —Adivinó la pareja de la demonio—. ¡Está usando sus dagas para localizarnos! ¡Eso significa que ella tampoco puede vernos por más que use su ID!

—¡Es cierto! ¡Kacchan! —Llamó el pecoso—.  ¡Haz explosiones para iluminar un camino hacia ti y poder juntarnos de nuevo!

—...

—¿Kacchan...?

—¡... SUELTAME, MALDITA PERRA!

El rubio cenizado luchaba fallidamente por separarse del cuerpo de su contrincante, aunque la fuerza del Megalodón era increíble y eso le complicaba sus acciones. Logró morder la mano que lo tenía callado, así gritando -subliminalmente- que ocupaba ayuda. Zafó, con muchísima suerte, uno de sus brazos y creó explosiones, trazando así entre el polvo levantando un camino a él. Todos los concursantes corrieron a su dirección, mientras que algo agarraba con fuerza el tórax de la depredadora.

Bajó la mirada, encontrandose a si misma enrollada en las cintas de Hanta y las lianas de Shiozaki.

—¿No me había deshecho de Ibara-san...?

—Logré copiar su singularidad antes de que todos nos separáramos. —Oyó por parte de Monoma, que salía de entre los escombros—.

—Te tenemos inmovilizada, Ryo. —Habló el bicolor entrando en escena junto a sus demás compañeros—. Una pena que tengas que perder ante nosotros.

Las redes que la mantenían quieta se apretaron aún más en ella, logrando cortar un poco su piel y dejar visibles varias líneas de sangre.

—Lamento tener que dañar a una chica tan linda, pero realmente eres un peligro. —Comentó el azabache, sujetando sus codos para tener un mejor agarre—.

—Ríndete, Akimaya-chan. —Aconsejó Izuku—. Somos seis contra ti.

—Tenemos inteligencia, movilidad, defensiva, ofensiva, trampas e incluso un doble soporte. —Tenya se refirió al Copy de Neito, acomodándose sus lentes—.

—Te hemos ganado, maldita. —Aclaró Bakugo, pasando el torso de su mano por su boca para limpiar la suciedad de esta—.

—... Todo su poder junto... —Comenzó la demonio, con la vista en bajo—. Equivale casi como al de un héroe tan grande como lo sería All Might, un héroe número uno... ¿saben? Los héroes del Top 10 son muy rígidos... El único detalle aquí es que... —Fue levantando su cabeza poco a poco, mostrando un verdadero reflejo que infligía terror en su rostro—... Yo rompí el Top.

Dicho eso, las cintas y lianas que la retenían se rompieron. Los masculinos reaccionaron con rapidez y se lanzaron a ella, dispuestos a pelear.
Akimaya soltó las cadenas que tenían en su cintura, girando sus dagas alrededor de su cuerpo y obligándolos a alejarse.

—¿Por qué usas armas...? —Alargó Katsuki—. ¿¡Por qué mierdas usas armas!? ¡SI REALMENTE ERES TAN FUERTE PELEA CUERPO A CUERPO, EXTRA!

—¡Tienes que enorgullecer a todos los profesionales que perdieron el tiempo contigo, mocosa! —Las palabras recordadas de aquel héroe desconocido se arrastraron como cuchillos por los oídos de la peli-rosa, recordando las muchas veces que los pro-hero la trataron mal—.

—¡No debieron sacarte de aquel orfanato, mugrosa!

—¡No pones de tú parte! ¡Solo eres una inútil!

—¡Asesina!

—¡Monstruo!

—¡Incluso tu hermano lo haría mejor que tú!

La ira se desató en el cuerpo de la menor al recordar lo último. Al recordar la vez que le dijeron aquello y asesinó a un héroe por haberse descontrolado. Después de todo, al tener su Quirk activo, su actitud cambiaba, deseando ver sangre correr. Por eso, hubieron muertes en el orfanato donde había estado. Incluso héroes que la trataban como basura perdieron sus vidas o quedaron graves gracias a ella. ¿Recuerdan el prólogo? ¿Donde Nezu dijo que Aizawa era el más capacitado para cuidar de esa niña? Pues por eso era. Por eso la trataban como una máquina, como una asesina.

—¡No me subestimes, Bakugo! —Vociferó la femenina y corrió a él a una velocidad casi invisible, recordándoles mucho al ataque del Nomu en USJ—. ¡Muere!

Ni reacción hubo antes de que las garras de la chica se incrustaran en el brazo del ojirubí; solo se escuchó un fuerte alarido de dolor que alertó a los profesores, sobre todo a Shota, quien desde hace años no había visto la agresividad de aquel demonio, y sinceramente esperaba nunca más volverla a ver.

Las Pussycats, en edición completa, corrieron al lugar, que ya estaba despejado de polvo levantado, junto a Vlad King y a EraserHead.
Entraron justo en el momento donde la peligrosa mujer iba a fundir sus garras en el cuello del bicolor, notando de igual manera a todos los demás estudiantes heridos en el suelo, menos Deku, quien era retenido por el débil de Sero para evitar que se fuera a lastimar.

El azabache activó su singularidad, haciendo que el cuerpo de Akimaya se volviera como era normalmente y no tuviera las fuerzas necesarias para parar su ataque. Sus dedos, ya normales, se agarraron del cuello de su novio, sintiendo como su mente le pedía a gritos desmayarse ante el bajonazo de azúcar que había tenido por el cambio de actitud.

—¡Ryo-chan! —Gritó Pixie-Bob, totalmente asustada—. T-Tú...

—¡No lo digas! —Calló Mandalay, mirando a su sobrina postiza con pena—. Ella no era consiente de lo que hacía...

—Joven Todoroki, aléjese. —Ordenó Tiger, en posición de pelea por si era necesario—. Puede ser riesgoso.

—S-Shoto...

El heterocromático, quien estaba en un shock, sintió como el delicado cuerpo de su amada temblaba y daba pequeños saltidos, avisándole que estaba llorando sin emitir sonido alguno. Relajó sus fracciones y bajó sus manos a la cintura de la ojiceleste, abrazándola en un intento de protegerla de lo que sea que tomó su control.

—Ella no es peligrosa... —Murmuró, apretando su mandíbula—. Ella no es ningún animal, Tiger-sama.

Los profesionales abrieron sus ojos sorprendidos al notar la valentía del chico, después de todo pudo morir a manos de aquella niña, más no le tenía miedo. La amaba demasiado como para temerle.

—Todoroki-kun... —Susurró RagDoll, con lágrimas en los ojos—.

—Ryo-chan. —Llamó Aizawa, acercándose a sus alumnos—. Ven aquí. —Ya a la par de ella, la agarró de la nuca y la obligó a recostarse en su hombro—. Pussycats, ¿cómo están los demás? —Preguntó, refiriéndose a los que habían salido heridos—.

—No son más que daño superficiales a comparación de Bakugo-san. —Respondió la castaña, revisando el brazo del nombrado—. Por poco perfora también el hueso...

—Yo lo llevaré a curar. —Avisó Tiger, ayudándolo a pararse y raramente este no se quejó—. Ustedes encárguense de los otros. —Dicho eso, salió de toda la escena—.

—Fue bueno que te quedarás alejado, Midoriya-san. —Comentó la rubio, apoyando una de sus manos en el hombro de éste—.

—Fue por que Sero-kun no me dejó... —Contestó, desconcertado—. Ademas de que... Ni siquiera pude reaccionar... Era... Muy rápida.

—Pues acaban de presenciar al verdadero poder de Ryo-chan. —Informó la peliverde—. Tan poderosa como...

—Ragdoll. —Paró, Vlad King—. Mejor ve a revisar si Tiger-san necesita ayuda.

—Claro...

Y, con menos de dos frase compartidas, aquel juego de entrenamiento inocente llamado Tiburones y pececillos, había terminado siendo una completa pesadilla para Akimaya.