❝Se siente como si todos fueran felices menos yo
Y me duele más cuando sonrío que cuando lloro
Creí que seguiría intentando detener esto, creí que podría resistir un poco más
Pero no está funcionando muy bien, necesito tu mano ahora❞

—Buenos días. —Saludó el mayor luego de entrar al aula—. Lamentablemente, algunos no aprobaron el examen final. En cuanto al campamento en el bosque... ¡Todos irán! —Sonrió, de forma macabra—.

—¿¡También podemos ir!? —Exclamó Eijiro con felicidad—.

—Sí, nadie falló en el examen escrito. En el práctico, solo Kaminari, Ashido, Sato, Sero y Kirishima fallaron. Nuestro lado se aseguró de dejar una forma de que los estudiantes ganaran mientras veíamos cómo se encargaban. Si no, mucho se habrían atascado antes de empezar. El campamento es para aumentar la fuerza, los que fallaron lo necesitarán aún más. Pero, un fracaso es un fracaso. —Miró a los derrotados—. Preparamos lecciones extras para ustedes. Será más duro que las clases en la escuela.

El timbre sonó.
Me dediqué a ordenar mi cosas, y cuando quise salir, Uraraka y Ashido me agarraron de los brazos. —¿¡Quieres venir al centro comercial!?

—Lo siento, chicas. —Sonreí apenada—. Hoy voy a entrenar con Mirko. Desde que entré a U.A. el día pasa muy rápido y no tenemos horarios fijos para las practicas; por eso aprovecho el poco tiempo libre que tengo.

—¡No nos dejes! —Gritó la rosada entre lágrimas—.

—Nos vemos pronto. —Despedí y salí rápidamente de ahí—.

(...)

—Rumi, ¿harás la cena? —Esquivé una de sus patadas—.

—No, hoy Hawks te llevara a cenar. —Evitó mi puñetazo—. Yo no puedo, iré a una misión afuera de la ciudad.

—¿Qué? —Paré de golpe, y ella hizo lo mismo—. ¿Adonde? ¿Por qué no me dijiste? ¿Voy a quedarme sola? ¿No estarás para el día del campamente? ¿Cuándo vuelves?

—Tranquila. —Me agarró de los hombros—. Es confidencial, al parecer hay unos Nomus atacando por ahí y tendré que irme en unas horas. Te quedaras con Hawks. Probablemente esté de vuelta para cuando termine el campamento.

—... —Bajé la cabeza—.

—No te preocupes, estaré bien. —Puso sus manos en su cintura—. ¡No te libraras tan fácil de mí!

—... Entiendo. —Suspiró—. Solo, ten mucho cuidado, ¿si?. —La abracé—. Te quiero...

—Yo más, demonia...

Pov. Omnipresente

Por otro lado, en la hacienda Todoroki...

—Es raro que te quedes a dormir, Natsuo. —Le dijo Shoto su hermano—.

—Lamento haber venido sin avisar. —Se acomodó en la cama, viendo al menor quien estaba acostado sobre una colcha en el piso—. Dejando eso de lado, ¿Cómo te ha ido estos meses en U.A?

—Pues bien, supongo.

—¿No hay ninguna chica? —Levantó sus cejas repetitivamente—.

—En realidad... —Miró su mano, algo dudoso—. Creo que sí la hay.

—¿En serio? —Lo miró sorprendido—. A la madre. ¿Y como es?

—Ella es una chica un tanto... Especial. —Sonrió diminutivamente—.

—¡Te hizo sonreír! —Exclamó el albino—. ¿Por qué dices que es especial?

—Me hace sentir cómodo... Podría estar con ella todo el día... Solo que, no se si de verdad es amor.

—¿¡Cómo qué no!? —Le tiró una almohada—. ¡Madura!

—Lo siento, es que... Ella es muy... ¿inocente? —Apretó sus labios, pensando—. Le di un beso.

—¡Ay, mi Shoto! —Se agarró el pecho de forma exagerada—. ¿Y como reaccionó?

—No sabe que es un beso.

El mayor frunció el ceño. —¿Dónde vive, debajo de una piedra?

—No, no... Ella fue criada por héroes que solo le enseñaron a como ser la heroína ideal. Proyecto IHM. —Suspiró—. Nunca se ha enamorado, ya que piensa que es algo que no tiene que ver nada con su estilo de vida.

—Jumh... —Tocó su mentón, dudoso—. Entonces, tú deberías enseñarle. —El albirrojo lo miró raro—. Y no me refiero a palabras... ¡Ni a sexo! —Lo apuntó amenazante—. Ni lo pienses, no hay tiempo para bendiciones. Me refiero a tratarla bien, has que se enamore de ti. Podría cambiar su forma de pensar y hasta podrían llegar a ser algo más.

Todoroki lo pensó en silencio. —No lo se...

—A ver, ¿Qué le gusta?

—Entrenar, los chocolates negros, la panadería, el boxeo, el color celeste, las figuritas de colección, la ropa fresca, los dulces asidos, la gimnasia, la Sopa de Miso, dar patadas y tiene un extraño gusto a querer derrotar villanos... ¡Ah! y es fan de Hatsune Miku.

—¿Dar patadas? —El mayor lo observó extrañado—.

—Es la hermana menor de Mirko.

—Oh, la heroína número seis, claro. —Hizo un ademán de obviedad—. Sabes mucho de ella.

—Habla mucho.

—¡Te gustan las atolondradas! —Molestó—.

—¡Ya déjame en paz! —Lo golpeó con una almohada—. ¡Yo no te dije nada cuando me contaste quien te gustaba en secundaria!

—¡Tienes razón, perdón! —Rió en voz baja—. ¿Cómo se llama?

—Akimaya Ryoka.

—¿Tu le llamas por su apellido?

—No.

Gritó en silencio. —Bueno. —Aclaró su garganta—. ¿Ella como te llama ella a ti?

—Shoto.

Volvió a gritar en silencio. —Sí y, ¿Fuyumi lo sabe?

—No, solo mamá. Pero se lo diré pronto.

—Órale, ¿por qué no se la presentas?

—Mamá es muy directa, no le importaría mucho el decir que estoy enamorado.

—Ay, que bello. —Fingió desmayarse—. Ya hasta acepta amar a alguien.

—Cállate. —Se tapó completamente con la sabana—. Y ya duérmete.

¿Para qué mentir? Estaba tan rojo como el pelo teñido de Kirishima.

—¿Cuándo la traes a casa? ¿Me la piensas presentar? ¿Fuyumi la conoce? ¿El viejo lo sabe? ¿Se opone? Por qué yo sí le rompo al cara. ¿Cómo es su físico? ¿Por qué dijiste que le gusta la ropa fresca? ¿Acaso ya la viste con ropa corta? ¡Ah, pervertido!

—¡Ya cállate, maldita sea!

Pov. Akimaya Ryoka

Bostecé.

Hawks me vio y bostezó.

Volví a bostezar.

Él volvió a bostezar.

Y yo quise bostezar, pero él me metió una pluma en la boca.

—¡Deja de...! —Bostezó—. ¡Mierda!

—Estoy muy cansada. Ayer me acosté tarde. —Froté mi ojo—. Déjame dormir más.

—Usagiyama-chan me dijo que te levantara temprano para entrenar. Agradece que no te levanté a las cuatro de la mañana, si no a las siete. —Revisó una hoja—. A ver, empezamos con condición física.

—¡Akimaya-san!

Volví a mirar en dirección de quien gritó mi nombre.
¡Era Tenya! ¡Y venía con la mayoría de la clase!
Los miré raro y me acerqué a la baranda que dividía la acera con el patio de mi casa.

—¿Qué hacen aquí? ¿Y por qué tan temprano?

—Íbamos en dirección al centro comercial. —Respondió Denki—.

—La vez que fuimos cerraron todo por el ataque de Shigaraki Tomura y no pudimos comprar nada. —Recordó Yaoyorozu—.

—Tenemos que ir más temprano por el nuevo horario. —Informó Izuku—. ¡Está vez si vinieron todos! ¡Hasta Kacchan y Todoroki-kun! —Los señaló—.

—Pasamos por aquí para saber si nos acompañabas. —Dijo el albirrojo—. No queríamos dejar por fuera a una compañera.

—Ah, eso... —Apreté mis labios algo incomoda—.

—Akimaya-san, que bien que le queda ese top. —Habló Minoru con temblores—. O esa súper ajustada licra que marca todo su...

—¡CÁLLATE MINETA! —Gritaron todas las chicas—.

—Ah... —Lo miré con asco—. A lo que iba. —Agité mi cabeza—. En realidad, agradezco que me prestaran atención pero... —Apunté a Hawks—. Keigo tiene que entrenarme.

—¡Muévete, o haré que más plumas se metan por tu boca!

—¡Ya voy! —Miré como sus alas se agitaban amenazadoramente, por lo cuál tapé mi cavidad bocal con ambas manos, completamente asustada—. Sí, sensei. —Volví mi atención a mis compañeros—. Lo siento, no podré acompañarlos.

—Cuento tres.

—¡Nos vemos pronto! —Despedí y corrí al héroe—. ¡No cuentes! ¡Ya llegué!

—Más te vale. —Me tiró unas pesas comprimidas—. Póntelas y corre cuatro kilómetros.

—¡Entendido!