❝Dos es mejor que uno
Vamos a sentirnos el uno al otro
Quiero unir mi corazón
Y decírtelo❞

La peli-rosa bostezó mientras bajaba las gradas de su casa. Ante su acción, cerró los ojos y no midió la distancia entre un escalón y el otro; su cara terminó estrellada contra el suelo.

—¡JAJAJA! —Se burló su hermana—. ¡Mamona!

—Déjame en paz, estos días atrás pasaron muchas cosas y no logré dormir bien. —Se levantó, más espabilada—.

—¿Cosas como qué? —Preguntó mientras servía otra taza de café—.

—Bakugo le expuso a toda el aula el como llegué a ser huérfana. Me llamaron monstruo. Literalmente, casi quedo lisiada. T-...

—¿Qué? —Frunció el ceño y abandono su bebida—. ¿Bakugo qué?

—Pues no se como se enteró, eso me vale madres.

—¿Dónde vive ese niño? —Apretó su mandíbula—.

—En Narnia. Como decía, un chico ¿junto sus labios con los míos?, Midnight casi-...

—¿¡QUÉ!?

—So.

—¡Idiota, ponte seria! —La agarró de los hombros—. ¿Me jodes? ¿Te besaron?

—No se que diablos es eso, ¿okay? —Rodó los ojos y apartó sus manos—. ¿Qué hiciste para desayunar?

—Ryoka.

Su nombre salió tan seco de la boca de su pariente adoptivo, que sintió como su pecho se encogía de miedo.
Nunca la había llamado de esa forma tan tosca.
Algo nerviosa, la miró a los ojos, esperando que siguiera hablando. —Te vas a sentar en la jodida silla y me dirás lo qué pasó.

—Sí señora. —Respondió de inmediato y hizo lo mandado—.

—¿Cómo fue lo que te hicieron? —Acomodó sus brazos a los costados de la menor, dejándola acorralada—.

—Simplemente... ¡Ahg! No se, es difícil de explicar... Fue porque estaba algo molesta con él. Mientras hablaba, el me calló juntando nuestros labios, es todo.

—¿Te dijo algo después de eso?

—No.

—¿¡Cómo qué no!?

—¡Es que salí corriendo! —Tapó su cara avergonzada—.

—¡Serás...! —Respiró hondo, antes de sacar una grosería—. Okay, okay... ¿Quién fue?

—Todoroki.

—¿¡ENDEAVOR!?

—No, estúpida. —La miró raro—. Su hijo.

—¿¡Natsuo!? ¡Te lleva como cuatro años!

—¡Shoto, imbécil!

—¿eh? —Se quedó estática por unos segundos—. ¿El emo? ¿El callado? ¿El serio? ¿El rarito? ¿El aspirante a héroe? ¿El mitad caliente, mitad frío? ¿El que tiene un Quirk con dos habilidades? ¿El de tu Clase? ¿El heterocromático? ¿El bicolor? ¿Shoto? ¿Todoroki Shoto? ¿El menor de los hijos de Endeavor?

—No, vieras. —Dijo con sarcasmo—.

—Ah, bueno, ya me había preocupado. —Suspiró aliviada—.

—¡Si, él! ¡Todoroki Shoto! —Soltó con desesperación al ver la ignorancia de su hermana—.

—¿Segura que no eres esquizofrénica? —Le separó los parpados con sus dedos, revisando su pupila—. No pareces estar alucinando.

—¿Qué tiene que sea él? —La separó con incomodidad—.

—Ridícula.

—¿¡Ah!? —Se exaltó—. ¿¡Por qué de repente me insultas!?

—Él no pudo haberte besado. No es de ese tipo. —Se alejó de ahí y sacó una zanahoria de la despensa, comenzando a comérsela—. Es un hombre que piensa morir solo. No está preparado emocionalmente para enamorarse.

—...

—¿Qué? —La analizó mientras mordía la Magnoliophyta—.

—Pero él sí lo hizo... —Bajó la mirada, pensando dudosa en lo que dijo la morena—.

—A ver... Si lo qué me dices es real, y no estabas drogada, ¿Qué se sintió?

—Eran suaves... —Tocó sus labios, recordando el sereno roce—.

—Pero, ¿Qué sentiste adentro tuya? —Se sentó a la par de ella—.

—Pues... Me gustó la sensación... Era diferente... Pero dolía. —Apretó su pecho—.

—¿Dolía? —Frunció el ceño—. ¿Dolía cómo?

—Sentí como si mi estómago se descolocara.

—Oh... —Sonrió dulcemente—. ¿Ese chico te gusta?

—¿Cómo el helado? —Ladeó la cabeza con confusión—.

—No lo pienses como comida. —Giró sus ojos—. Gustar de atracción, enamoramiento.

—Yo me enamoro del helado de chicle.

La mayor suspiró con desaprobación y la sujetó de los hombros. —Primero, el helado de chicle es un asco. Segundo, dije que no lo veas de esa forma.

—Ese sabor es delicioso. —Murmuró con enojo—. Entonces... ¿gustar como me gustan las boinas?

—Ay, por All Might. —Sobó su cien y luego miró al cielo—. Diosito, ¿por qué me la tuviste que dar tan estúpida?

La oji-celeste la observó con miedo. —¿Por qué le hablas al techo?

—... y así es como los bebés nacen. —Finalizó Mt. Lady—.

—Yū, no. —Le dijo Kamui Woods con regañó—. Mírala, ya la traumaste.

—Pobre. —Ryukyu dio sus condolencias—.

—Los traje para que le explicaran como es el amor, no como se hace el amor. —Habló Mirko mientras negaba—.

—Su piernita... —Susurró Hawks sin dejar de ver la pantalla donde Takeyama había puesto un video en el que explicaban el aborto—. Lo sacaron de su casita...

—Apaga eso, idiota. —Mandó la mitad conejo y cerró la portátil—. Ahora, dejen de decir estupideces y pongan atención. —Puso sus manos en su cadera y sonrió con burla—. Ryo está enamorada pero no sabe qué es.

—¿Enamorarme?.. Mirko, eso nunca me lo enseñaste. —Recordó la menor abrazando con miedo a Edgeshot—.

—Pequeña. —Llamó el ninja—. Eso lo tienes que descubrir tu sola.

—Mira, Ryo. —La mitad dragón tomó aire—. El amor es algo que no puedes presionar ni apurar. Fluye con el tiempo.

—Es un sentimiento que te dice querer o tener afecto muy grande a una persona en general. —Explicó Kamui Woods—. Por ejemplo; Ryuko siente amor por Shinya.

—Hey. —Soltaron ambos con molestia—.

—Pero tanto el amor verdadero puede haber uno falso. —Interfirió Yū con un poco de nostalgia—. Por eso debes elegir bien a la persona que quieras a tu lado. —Rascó su brazo nerviosa—. En mi caso, confié en alguien que no debía. —Suspiró—. Pero en fin, ese tal Todoroki parece un maleante.

—No. —Cortó la peli-rosa—. Él es lindo, atento a pesar de ser tan serio, se preocupa por los demás, o por lo menos lo demuestra conmigo, y me entiende. Nunca pensé llegar a contarle a alguien sobre mi pasado, pero me sentí tan segura con él en ese momento que ni lo dudé en decirlo. —Bajó la cabeza y apretó su pecho con su puño cerrado—. A veces es medio bipolar, pero lo quiero...

—...

La habitación quedó en un silencio incómodo por unos minutos, hasta que Ryukyu sollozó y se tapó la cara. —¿Por qué tenía que crecer tan rápido...?

—¡Ya es toda una mujercita! —Exclamó Mt. Lady entre lágrimas—.

—Exageradas. —Hawks rodó los ojos y luego miró a su casi-hermana—. Hime-sama, si tu crees que él te puede respetar y querer... —Sonrió—. Yo te apoyo y te ayudaré. —Quitó su sonrisa de golpe—. Claro que si te hace daño, lo mato.

—Yo me apunto. —Kamui Woods levantó su mano—.

—... Ni modo, yo igual. —Les siguió Edgeshot—.

—No si yo lo hago primero. —Retó Mirko con su típica sonrisa burlona—.